HECHOS
Uno de los mayores problemas de las ciudades es la práctica ilegal de abandonar los desperdicios, los escombros y los armatostes que ya no se quieren tener en casa en plena calle. Aunque algunos materiales podrían reciclarse, el resto está demasiado mezclado o contaminado para tener valor. El aumento del impuesto de recogida de basuras provoca que muchas empresas, para reducir gastos, las arrojen a la calle aprovechando la noche. No hay cifras oficiales que recojan la magnitud del problema, pero afrontarlo es muy caro; las autoridades de Londres gastan cada año millones para liberar a las calles de la capital de estos residuos. Pero no sólo se trata de residuos de la construcción, en las zonas rurales es muy normal ver cocinas, hornos, coches, colchones y neumáticos.
Depositar los objetos que ya no queremos en mitad de la calle no tiene ningún sentido y además puede ser peligroso para la salud de la gente y el medio ambiente, especialmente si se trata de residuos industriales.
REDUCIR, REUTILIZAR, RECICLAR
En un esfuerzo por controlar la basura depositada en la calle, algunas autoridades locales han puesto en funcionamiento un teléfono especial para que la gente denuncie esa práctica. Si usted ve a alguien comportándose de forma sospechosa denúncielo a la policía.
Si hay suficientes instalaciones para el reciclaje, incluyendo servicios de recogida a domicilio de electrodomésticos y contenedores especiales en las calles, se reducirá la tentación de abandonar las cosas en mitad de la calle. Si tiene objetos que no se pueden reparar o vender de segunda mano, llévelos o llame al alguna dependencia municipal.