HECHOS
El papel blanco y brillante puede parecer limpio y llamativo, pero su obtención, de la pulpa oscura de las maderas, es una práctica contaminante y peligrosa. Los blanqueados con cloro generan productos tóxicos como las dioxinas y otras sustancias organo-cloradas que contaminan las aguas de los ríos próximos a las plantas productoras de pulpa. Los blanqueadores a base de oxígeno no son peligrosos. Muchos fabricantes han adoptado este método por las presiones y exigencias de los consumidores. Otros dejan los productos sin blanquear. El blanqueado no es necesario en muchos productos, como por ejemplo en los filtros de café, los pañales o el papel higiénico. La campaña que se sigue en Canadá contra los productos blanqueados intenta acabar con la creencia que tienen muchos consumidores de que los productos, por el mero hecho de ser de color blanco, van a ser mucho más limpios. Aunque en Suecia se comercializan desde 1987 productos sin blanquear, o libres de cloro, este país aún produce pulpas blanqueadas con cloro para exportar a otros países, entre los que se encuentra España.
REDUCIR, REUTILIZAR, RECICLAR
En lugar de usar filtros de café desechables, incluso sin blanquear, es mejor comprar filtros de tela o bien hacer el café mediante un método diferente. Escriba a los fabricantes de envases y embalajes para pedirles que cambien a métodos más seguros o para preguntarles por qué es necesario blanquear muchos envoltorios, como los de las cajas de cereales. En lugar de usar pañuelos de papel use pañuelos de algodón que se puedan lavar. Los productos sin blanquear pueden reciclarse de la misma forma que cualquier otro papel. Eche los filtros de café desechables a los depósitos de lombrices (ver vermicultura).