HECHOS
La espuma de plástico se encuentra por todas partes. Desde el relleno de tapicerías, hasta el papel de burbujas que se utiliza para proteger los objetos frágiles. Este tipo de envoltorio, hecho de poliestireno, es difícilmente reciclable. A menudo termina en la papelera y, en ocasiones, contiene CFC dañino para la capa de ozono. Incluso los envases fabricados con los llamados sustitutos ligeros causan efectos sobre los gases atmosféricos. Los envases de las hamburguesas y los vasos de bebidas de máquina son en su mayoría de espuma plástica. Se han puesto en marcha programas piloto para el reciclaje de estos embases, sin embargo, el peso ligero de este material significa que hay que recuperar grandes cantidades para justificar los costes de transporte y reprocesamiento.
El papel se ha considerado siempre como un buen sustituto en la industria del catering, pero el papel encerado actúa de forma contraria, dificultando el proceso de reciclaje. El temor a posibles emisiones de dioxinas en los productos de papel ha llevado a los fabricantes a adoptar métodos de blanqueo más seguros, así como a promover productos no blanqueados.
REDUCIR, REUTILIZAR, RECICLAR
Evite utilizar envases de espuma de plástico y vasos del mismo material. Si en su lugar de trabajo utilizan vasos de este tipo, llévese su taza de cerámica de casa y anime a los demás a que hagan lo mismo. Averigüe si hay alguna posibilidad de reciclar los vasos de plástico de la máquina de café. Escriba a los fabricantes sugiriéndoles que utilicen productos elaborados con papel o pulpa de madera. Devuelva los cartones de huevos para que sean reutilizados o úselos para plantar semillas. No prenda fuego a las tapicerías que ya no quiera, pueden emitir gases tóxicos. En su lugar, entréguelas a algún centro benéfico.