"Tengo listas mis cadenas para quemar las suyas; 

los pedazos de mi carne para cubrir sus llagas y adornarlo de belleza; 

mi sangre para darle nuevamente la vida; 

todo lo tengo listo"  vol.14-14 (2-4)

Enseñanzas,

ESTUDIO Y PRÁCTICA


para profundizar la Hora 8

La  Captura de Jesús

Para liberar al hombre de sus cadenas


AUDIO 

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 14-14 (2-4) Marzo 18, 1922 

La culpa encadena al alma y le impide hacer el bien

 

Estaba acompañando a mi dulce Jesús en sus penas de la Pasión, y Él haciéndose ver me ha dicho:

“Hija mía, la culpa encadena al alma y le impide hacer el bien:  

La mente siente la cadena de la culpa y queda impedida para comprender el bien

la voluntad siente la cadena que la ata y se siente entorpecida, y en lugar de querer el bien quiere el mal, 

el deseo encadenado siente que le cortan las alas para volar a Dios.  

¡Oh, cómo me da compasión ver al hombre encadenado por sus mismas culpas!  He aquí por qué la primera pena que quise sufrir en la Pasión fueron las cadenas, quise estar atado para liberar al hombre de sus cadenas.  

Aquellas cadenas que Yo sufrí se convirtieron, en cuanto me tocaron, en cadenas de amor, las cuales tocando al hombre quemaban y rompían las suyas y lo ataban con mis amorosas cadenas.  

Mi amor es operativo, no sabe estar si no obra, por eso para todos y para cada uno preparé lo que se necesita para rehabilitarlo, para sanarlo, para embellecerlo de nuevo, todo hice a fin de que si se decide encuentre todo preparado y a su disposición, por eso 

tengo listas mis cadenas para quemar las suyas; 

los pedazos de mi carne para cubrir sus llagas y adornarlo de belleza; 

mi sangre para darle nuevamente la vida; 

todo lo tengo listo.  

Tengo en reserva para cada uno lo que se necesita, mi amor quiere darse, quiere obrar, siento una intranquilidad, una fuerza irresistible que no me da paz si no doy, ¿y sabes qué hago?  Cuando veo que ninguno toma, concentro mis cadenas, los pedazos de mi carne, mi sangre, en quien los quiere y me ama, y lo cubro de belleza, envolviéndolo todo con mis cadenas de amor, le centuplico la vida de gracia, y así mi amor se desahoga y se tranquiliza”.

Pero mientras esto decía, yo veía que sus cadenas, los pedazos de su carne, su sangre, corrían sobre mí, y Él se divertía aplicándolos sobre de mí y envolviéndome toda. 

¡Cómo es bueno Jesús, sea siempre bendito!  Después ha regresado y ha agregado:

“Hija mía, siento la necesidad de que la criatura repose en Mí y Yo en ella, ¿pero sabes cuando la criatura reposa en Mí y Yo en ella?  Cuando su inteligencia piensa en Mí y me comprende, ella reposa en la inteligencia de su Creador, y la del Creador encuentra su reposo en la mente creada; cuando la voluntad humana se une con la Voluntad Divina, las dos voluntades se abrazan y reposan juntas; si el amor humano se eleva sobre todas las cosas creadas y ama sólo a su Dios, ¡qué bello reposo encuentran mutuamente Dios y el alma!  

Quien da reposo, lo encuentra, Yo le hago de lecho y la tengo en el más dulce sueño, estrechada entre mis brazos, por eso ven y reposa en mi seno”.