"Aquel cordero desvenado, asado, cortado en pedazos, hablaba de Mí, era el símbolo de mi Vida y de cómo debía reducirme por amor de todos,  y Yo quise darlo a todos como alimento exquisito que representaba mi Pasión, porque todo lo que hice, dije y sufrí, mi amor lo convertía en alimento del hombre"

Vol. 13-22

Enseñanzas,

ESTUDIO Y PRÁCTICA


para profundizar la Hora 3

AUDIO

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 13-22  Octubre 9, 1921

La voluntad en el hombre es lo que más semeja a su Creador.  

La voluntad humana es el depósito de todo el obrar del hombre

 



Estaba pensando en el momento en el que mi dulce Jesús tomaba la última cena con sus discípulos, y mi amable Jesús en mi interior me ha dicho:

“Hija mía, mientras cenaba con mis discípulos, no era sólo a ellos a quienes tenía a mi alrededor, sino a toda la familia humana, una por una las tenía junto a Mí, las conocí todas, las llamé por su nombre; también te llamé a ti y te di el puesto de honor entre Juan y Yo y te constituí pequeña secretaria de mi Querer, y mientras dividía el cordero ofreciéndolo a mis apóstoles, lo daba a todos y a cada uno.  Aquel cordero desvenado, asado, cortado en pedazos, hablaba de Mí, era el símbolo de mi Vida y de cómo debía reducirme por amor de todos, y Yo quise darlo a todos como alimento exquisito que representaba mi Pasión, porque todo lo que hice, dije y sufrí, mi amor lo convertía en alimento del hombre, ¿pero sabes tú por qué llamé a todos y les di el cordero a todos?  Porque también Yo quería el alimento de ellos, cada cosa que hicieran quería que fuese alimento para Mí, quería el alimento de su amor, de sus obras, de sus palabras, de todo”.

Y yo:  “Amor mío, ¿cómo puede ser que se convierta en alimento para Ti nuestro obrar?”

Y Jesús:  “No es sólo de pan que se puede vivir, sino de todo aquello a lo que mi Voluntad da la virtud de poder hacer vivir, y si el pan alimenta al hombre es porque Yo lo quiero.  Ahora, lo que la criatura dispone con su voluntad formarme con su obrar, esa forma toma su obrar, si de su obrar quiere formarme el alimento, me forma el alimento; si de su obrar quiere formarme amor, me da el amor; si reparación, me forma la reparación; y si en su voluntad me quiere ofender, con su obrar me forma el cuchillo para herirme, y tal vez aun para matarme”.


Después ha agregado:  “La voluntad en el hombre es lo que más lo asemeja a su Creador, en la voluntad humana he puesto parte de mi inmensidad y de mi Potencia, y dándole el puesto de honor la he constituido reina de todo el hombre y depositaria de todo su obrar.  Así como las criaturas tienen cajas para conservar sus cosas para tenerlas custodiadas, así el alma tiene su voluntad para conservar y custodiar todo lo que piensa, lo que dice y lo que obra, ni siquiera un pensamiento perderá.  Lo que no puede hacer con el ojo, con la boca, con las obras, lo puede hacer con la voluntad; en un instante puede querer mil bienes o mil males, la voluntad hace volar el pensamiento al Cielo, en las partes más lejanas y hasta en los abismos; a la criatura se le puede impedir que obre, que vea, que hable, pero todo esto lo puede hacer en la voluntad, y todo lo que hace y quiere forma un acto y lo deja en depósito en su mismo querer; y como la voluntad se puede extender, ¿cuántos bienes y cuántos males no puede contener?  Por eso, entre todo quiero el querer del hombre, porque si tengo esto, la fortaleza está vencida”.