"Cuántas veces el Querer Divino nos ordenaba separarnos".




"no quisiera verte abatida, triste, sino con la fuerza de la Mamá Celestial" 




“El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí” 

(Mt: 10, 37)


"quiero en ti la misma fuerza de ánimo de la Soberana Celestial, que llegó a amar más la Divina Voluntad que a la misma Humanidad de su hijo Jesús" 

Libro de Cielo 23-19 (2)



De los escritos de la S. D. Luisa Piccarretavol. 23-19 (2); diciembre 1, 1927

Fortaleza de la Mamá Celestial en las privaciones de Jesús; fortaleza que debe tener la pequeña hija de su Voluntad...




“Hija mía, quiero en ti la misma fuerza de ánimo de la Soberana Celestial, que llegó a amar más la Divina Voluntad que a la misma Humanidad de su hijo Jesús. 

Cuántas veces el Querer Divino nos ordenaba separarnos y Yo debía ir lejos de Ella, y Ella debía quedar sin Mí, sin seguirme, pero Ella quedaba con tal fuerza y paz, de llegar a preferir el Fiat Divino a su mismo Hijo, tanto que Él raptado por tal fuerza, bilocaba el Sol de mi Voluntad Divina, y mientras quedaba con mi Mamá, concentrado en Ella, quedaba concentrado en Mí, el Sol se bilocaba pero la luz quedaba una, alargándose pero sin separarse jamás del uno y del otro centro del Sol bilocado.

La Soberana Reina todo había recibido de mi Voluntad, la plenitud de la Gracia, la Santidad, la soberanía, sobre todo, hasta la Fecundidad para poder dar la vida a su Hijo, todo le había dado y nada le había negado; entonces, cuando quería que yo me alejase, como fuerza heroica devolvía a la Voluntad Divina lo que había recibido. Los Cielos quedaban estupefactos al ver la fuerza, el heroísmo de aquélla que sabían que me amaba más que a su misma vida. 


Así quisiera ver a la pequeña hija de mi Voluntad Divina: 

fuerte, pacífica y con heroísmo dar nuevamente a mi Voluntad a tu Jesús cuando ella quiere que quedes privada de Él, no quisiera verte abatida, triste, sino con la fuerza de la Mamá Celestial y así como para la Soberana del Cielo la separación era externamente y aparentemente, pero internamente mi Querer Divino nos tenía fundidos juntos e inseparables, así sucederá de ti, mi Querer te tendrá fundida en Mí y haremos juntos los mismos actos, sin separarnos jamás.”