"La señal para saber si se ha dejado todo por Mí y ha llegado a obrar y a amar todo divinamente"
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Lc: 5, 11
“Ellos… abandonándolo todo, lo siguieron”
Vol. 10-53 (2); febrero 10, 1912)
“Para quien deja todo y obra por Mí, y ama todo divinamente, todas las cosas están a su disposición”
“Hija mía, para quien deja todo y obra por Mí, y ama todo divinamente, todas las cosas están a su disposición. Y la señal para saber si se ha dejado todo por Mí y ha llegado a obrar y a amar todo divinamente,
es si en el obrar,
en el hablar,
en el rezar,
en todo,
☀️ no encuentra más obstáculos, disgustos, oposiciones, porque delante a esta potencia de obrar y amar divinamente, todos inclinan la cabeza y no se atreven ni siquiera a respirar.
Yo, Padre benévolo, estoy siempre a guarda del corazón humano, y viéndolo irse de Mí, esto es, obrar y amar humanamente, le pongo las espinas, los disgustos, las amarguras, las cuales pinchan y amargan aquella obra y aquel amor humano, y el alma viéndose mortificada, descubre que aquel su modo no es divino, entra en sí misma y obra diversamente, porque las pinchaduras son los centinelas del corazón humano y le suministran los ojos para hacerle ver quién es quien la mueve: Dios o la criatura.
En cambio cuando un alma deja todo, obra y ama todo divinamente, goza mi paz, y en lugar de tener los centinelas y los ojos de las pinchaduras, tiene el centinela de la paz que le aleja todo lo que la puede turbar, y los ojos del amor, los cuales ponen en fuga y queman a aquellos que quieren turbarla, por eso éstos se están en paz con respecto a aquella alma y le dan paz y se ponen a su disposición. Parece que el alma puede decir: “Ninguno me toca porque soy divina y soy toda de mi dulce amor Jesús; ninguno osa turbar mi dulce reposo con mi Sumo Bien, y si se atreve, con la Potencia de Jesús que es mía, lo pondré en fuga”.
Fiat Divina Voluntad