...mira, si tú no quitas este pequeño mundo que te rodea, esto es, pensamientos de criaturas, imaginaciones, Yo no puedo entrar libremente en tu corazón, este murmullo en tu mente es impedimento para dejarte oír más clara mi voz, para derramar mis gracias y para hacerte enamorar verdaderamente de Mí. Prométeme ...


CUARESMA Luces Divinas  1-1 (15-23)

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 CUARESMA

Luces Divinas
De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta                                Vol. 1-1 (15-23)

“Le enseña el desapego. Desapego del mundo exterior” 



(15) Después el Divino Maestro da principio, pone su mano para desapegar mi corazón de todas las criaturas, y con voz interior me decía: 

(16) “Yo soy el único que merece ser amado; mira, si tú no quitas este pequeño mundo que te rodea, esto es, pensamientos de criaturas, imaginaciones, Yo no puedo entrar libremente en tu corazón, este murmullo en tu mente es impedimento para dejarte oír más clara mi voz, para derramar mis gracias y para hacerte enamorar verdaderamente de Mí. Prométeme ser toda mía y Yo mismo pondré manos a la obra. Tú tienes razón en que no puedes nada, no temas, Yo haré todo, dame tu voluntad y eso me basta”. 

(17) Y esto sucedía más frecuentemente en la Comunión; entonces le prometía ser toda suya, le pedía perdón por que hasta aquel momento no lo había sido, le decía que verdaderamente lo quería amar y le rogaba que no me dejase nunca más sola sin Él. Y la voz continuaba: 

(18) “No, no, vendré junto contigo a observar todas tus acciones, movimientos y deseos”. 

(19) Todo el día lo sentía sobre de mí, me reprendía de todo, como por ejemplo si me entretenía demasiado platicando con la familia de cosas indiferentes, no necesarias, la voz interna me decía: 

(20) “Estas pláticas te llenan la mente de cosas que no me pertenecen a Mí, te circundan el corazón de polvo, de modo que te hace sentir débil mi Gracia, no más viva. ¡Ah! Imítame a Mí cuando estaba en la casa de Nazaret, mi mente no se ocupaba de otra cosa que de la gloria del Padre y de la salvación de las almas, mi boca no decía otra cosa que discursos santos, con mis palabras buscaba reparar las ofensas al Padre, trataba de asaetear los corazones y atraerlos a mi Amor, y primariamente a mi Madre y a San José, en una palabra, todo nombraba a Dios, todo se obraba por Dios y todo a Él se refería. ¿Por qué no podrías hacer tú otro tanto?” 

(21) Yo quedaba muda, toda confundida, trataba por cuanto más podía de estarme sola, le confesaba mi debilidad, le pedía ayuda y gracia para poder hacer lo que Él quería, porque por mí sola no sabía hacer otra cosa que mal. Si durante el día mi mente se ocupaba en pensar en personas a las cuales yo quería, enseguida me reprendía diciéndome: 

(22) “¿Esto es lo bien que me quieres? ¿Quién te ha amado como Yo? Mira, si tú no terminas con esto Yo te dejo”. 

(23) A veces me sentía dar tales y tantos reproches amargos, que no hacía otra cosa que llorar. Especialmente una mañana, después de la Comunión me dio una luz tan clara sobre el gran amor que Él me daba y sobre la volubilidad e inconstancia de las criaturas, que mi corazón quedó tan convencido, que de ahí en adelante ya no ha sido capaz de amar a ninguna persona. Me enseñó el modo de como amar a las personas sin separarme de Él, esto es, con mirar a las criaturas como imagen de Dios, de modo que si recibía el bien de las criaturas, debía pensar que sólo Dios era el primer autor de aquél bien y que se había servido de la criatura para dármelo, entonces mi corazón se unía más a Dios. Si recibía mortificaciones debía mirarlas también como instrumentos en las manos de Dios para mi santificación, por esto mi corazón no quedaba resentido con mi prójimo. Entonces por este modo sucedía que yo miraba a las criaturas todas en Dios, por cualquier falta que viera en ellas jamás les perdía la estima, si se burlaban de mí me sentía obligada con ellas pensando que me hacían hacer nuevas adquisiciones para mi alma, si me alababan, recibía con desprecio estas alabanzas diciendo: “Hoy esto, mañana pueden odiarme, pensando en su inconstancia”. En suma, mi corazón adquirió una libertad que yo misma no sé explicar.