CUARESMA Luces Divinas  Vol. 36-44  (1-2) 

"Nosotros que no sabemos recibir si no damos, duplicamos los dones

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De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Vol. 36-44  (1-2) Diciembre 18, 1938 

Dios no da si la criatura no quiere recibir. Dolorosas condiciones cuando no se vive del Querer Divino. La depositaria de toda la Creación

 

(1) Estoy siempre entre los brazos del Querer Divino, el cual me hace todo presente para decirme: “Todo lo he hecho para ti, pero quiero que reconozcas a qué excesos ha llegado mi amor”. Pero mientras mi mente se perdía en esto, mi siempre amable Jesús, que quiere ser siempre el primer narrador del Fiat y de las obras de Ellos, todo bondad me ha dicho: 

(2) “Hija mía bendita, el hacer conocer que cosa hemos hecho para las criaturas, es para Nosotros como la correspondencia de todo lo que hemos hecho, ¿pero a quién podemos hacérselo conocer? A quien vive en nuestro Querer, porque Él da la capacidad para que nos puedan comprender, el oído para que nos escuchen, y lleva a la voluntad humana a querer lo que le queremos dar. Nosotros no damos jamás si la criatura no quiere recibir y no conoce lo que queremos dar. 

Mira entonces en qué dolorosas condiciones nos ponen cuando no se vive de nuestra Voluntad, nos vuelven el Dios mudo, no podemos hacer conocer cuánto las amamos y cómo deberían amarnos, se puede decir que quedan rotas las comunicaciones entre el Cielo y la tierra. 

Ahora, tú debes saber que todo fue creado para hacer don de ello a las criaturas; cada cosa creada la hacíamos portadora del don y del amor con el cual dotábamos aquel don, pero, ¿sabes por qué? La criatura no tenía nada que darnos, y Nosotros, amándola con sumo amor y queriendo que tuviese qué darnos, porque si no se tiene qué dar, la correspondencia termina, la amistad viene rota, el amor muere, por eso proveíamos a la criatura de tantos dones nuestros, para que como si fueran suyos tuviese qué darnos, por eso a la criatura que vive en nuestro Querer la hacemos la depositaria de toda la Creación, y ¡oh! qué alegría, qué contento, cuando sirviéndose de nuestros dones y para amarnos nos dice: ‘Miren cuánto os amo, os doy el sol para amaros y os amo con el amor con el cual me amasteis en el sol, os doy los homenajes, las adoraciones de su luz, los múltiples efectos suyos para amaros, su acto continuo de luz para expandirme dondequiera y poner mi ‘te amo’ en todo lo que toca con su luz’. 

Ahora, ¿sabes tú qué cosa sucede con esto? Vemos adornada toda la luz del sol, todos sus efectos, por dondequiera que pasa la luz con el ‘te amo’, con las adoraciones, los homenajes de la criatura, es más, hay mucho más, el sol lleva como en triunfo el amor del Creador y el de la criatura, así que nos sentimos unidos en el sol por una sola Voluntad y por un solo amor. Y si la criatura sintiendo que quiere amarnos de más, osada nos dice: ‘Mira cuánto os amo, pero no me basta, quiero amaros de más, por eso entro en tu luz inaccesible, inmensa y eterna, que no termina jamás, y dentro de esta luz quiero amaros para amaros con vuestro eterno amor’. Si esto sucede, tú no puedes llegar a comprender nuestra alegría al ver que no sólo nos ama en nuestros dones, sino también en Nosotros mismos, y Nosotros, como vencidos por su amor le correspondemos duplicándole el don y con el darnos en su poder para hacernos amar no sólo como amamos en nuestras obras, sino como amamos en Nosotros mismos, y para amarla. Y así en todas las otras cosas creadas, la criatura se sirve de ellas para darnos sus nuevas sorpresas de amor, para correspondernos los dones, para mantener la correspondencia y para decirnos que continuamente nos ama, y Nosotros que no sabemos recibir si no damos, duplicamos los dones, pero el don más grande es cuando la vemos llevada en los brazos de nuestra Voluntad, entonces nos sentimos de tal manera atraídos, que no podemos hacer menos que hablar de nuestro Ente Supremo; decirle un conocimiento de más de lo que somos es el don más grande que podemos hacer, éste supera a toda la Creación; conocer nuestras obras es don, hacerle conoce a Nosotros mismos es Vida nuestra que damos, es admitirla a nuestros secretos, es fiarse el Creador de la criatura. 


Fiat Divina Voluntad