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De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 25-27 (2) febrero 27, 1929

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"Toda la Creación, todos los santos, no son otra cosa que los efectos de mi Divina Voluntad"



“Hija mía, toda la Creación, todos los santos, no son otra cosa que los efectos de mi Divina Voluntad, Ella, si habla crea y forma las obras más bellas, cada pequeño movimiento suyo son perfumes de prodigios que pone sobre las criaturas, su pequeño aliento arroja variedad de bellezas sobre quien lo recibe; verdadera imagen del sol, que sólo con que invista la tierra, con su toque de luz da las tantas variedades de los colores, de dulzuras a todas las plantas. Ninguno puede negar que sólo con que se haga tocar por su luz no ha recibido el bien que ella contiene.

Más que sol es mi Divina Voluntad, con solo que se hagan tocar, su toque milagroso debe producir un bien, que perfumándolo y calentándolo con su Luz le hará sentir sus benéficos efectos de Santidad, de Luz y de Amor.

Ahora, los efectos de mi Fiat son dados a quien hace mi Divina Voluntad, quien adora sus disposiciones, quien con paciencia soporta lo que Ella quiere, haciendo así la criatura reconoce que existe esta Voluntad Suprema, y Ella, viéndose reconocida no le niega sus admirables efectos; en cambio quien debe VIVIR en mi Divino Querer debe poseer en sí toda la Vida y no sólo los efectos, sino la Vida con todos los efectos de mi Fiat Divino.

Y como no hay santidad pasada, presente y futura en que mi Divina Voluntad no haya sido la causa primaria, en todas las especies de santidad que hay, por eso Ella retiene en Sí todos los bienes y efectos de santidad que ha sacado a la luz del día, así que en el alma que VIVA en mi Querer, POSEYENDO su Vida con todos sus efectos, se verán juntas en ella todas las santidades que ha habido y ella podrá decir: “Los otros han hecho una parte de la santidad, yo en cambio he hecho todo, he encerrado todo en mí, lo que ningún santo ha hecho.”

Así que se verá en ella la santidad de los antiguos, la de los profetas, la de los mártires, se verá la santidad de los penitentes, las santidades grandes y las pequeñas, y no sólo eso, sino que se verá toda la Creación pintada en ella, porque mi Divina Voluntad nada pierde con sacar sus obras, porque mientras las pone fuera las retiene en Sí como fuente primaria. Por eso quien vive en Ella, no hay cosa que haya hecho o que hará mi Divino Querer que ella no tendrá en posesión…”