En Virtud de la Divina Voluntad Vol.26-14 (2) 

Decimos con nuestro acto: "Inclínense y adoremos con doble homenaje a nuestro Creador" :



Con tu Fiat creante

en mi acto, 

doy nuevo amor, adoración, honor y Gloria a mi Creador en Tu

Preciosísima Sangre

Audio del párrafo (4)



De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 12-21(4)  Octubre 4, 1917

 



Las penas, la sangre de Jesús corren junto al hombre para sanarlo y salvarlo



(2) “Hija mía, hija mía, resígnate, ¿no ves qué obstáculo me ha puesto el hombre con el pecado que me impide hacer partícipe de mis amarguras a quien me ama?  ¡Ah!, ¿no recuerdas cuando antes te decía:  “Déjame hacer, de otra manera el hombre llegará al punto de hacer tanto mal de agotar el mismo mal, y no saber ya qué otro mal hacer?”.­  

Y tú no querías que castigara al hombre, y el hombre empeora siempre, ha reunido en sí tanta pus, que ni la guerra ha podido hacer salir esta pus; la guerra no ha derribado al hombre, más bien lo ha envalentonado de más; la revolución lo hará enfurecerse, la miseria lo hará desesperar y entregarse en brazos del delito, y todo esto servirá para hacer salir de alguna manera toda la podredumbre que contiene el hombre, y entonces mi bondad, no indirectamente por medio de las criaturas, sino directamente desde el Cielo castigará al hombre, y estos castigos serán como benéfico rocío que bajará del Cielo, que abatirá al hombre, y tocado  por mi mano se reconocerá a sí mismo, se despertará del sueño de la culpa y reconocerá a su Creador.  

Por eso hija, ruega para que todo sea para bien del hombre”.

(3)  Jesús ha quedado con su amargura, y yo afligida porque no he podido aliviarlo, pues apenas sentía su aliento amargo y me he encontrado en mí misma.  Me sentía inquieta, las palabras de Jesús me atormentaban, ante mí mente veía el terrible futuro, y Jesús para tranquilizarme ha regresado, y casi para distraerme me ha dicho:


(4)  “¡Cuánto amor, cuánto amor!  Mira, mientras Yo sufría y la pena se detenía en Mí, Yo le decía:  

“Pena mía, ve, corre, corre, ve en busca del hombre, ayúdalo, y mis penas sean la fuerza de las suyas”.  


Mientras derramaba mi sangre decía a cada gota:  

“Corran, corran, sálvenme al hombre, y si está muerto denle la vida, pero la Vida Divina, y si huye corran detrás de él,  circúndenlo por todos lados, confúndanlo de amor hasta que se rinda”.  


Al irse formando las llagas en mi cuerpo bajo los flagelos, repetía:  

“Llagas mías, no os estéis Conmigo, sino buscad al hombre y si lo encontráis llagado por la culpa, poneos como medicina para sanarlo”.  


Así que todo lo que hacía y decía, todo lo ponía en torno al hombre para ponerlo a salvo.  Ahora, también tú, por amor mío, nada tengas para ti, sino que todo hazlo correr junto al hombre para salvarlo, y Yo te miraré como otro Yo mismo”. 


Fiat Divina Voluntad

Reflexión para nuestro vivir:

Como pequeñitos hijos de su Voluntad, Jesús nos enseña cómo Él mientras vivía su Pasión, en su adintra entregaba los Dolores indecibles que vivía y Su Preciosísima Sangre  dándose Él mismo como Fruto de Salvación, Perdón, Vida...

☀️ TOMEMOS para sí mismos su Palabra y extendámosla a cada criatura, ya que todos lo necesitamos!.

Y hagamos a imagen Suya lo mismo en cada dolor, incomodidad, y enfermedad que vivamos buscando el fruto de lo que nos acontezca para darlo a toda la humanidad.

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En Virtud de su Palabra en la Lección Divina del Vol. 12-21

🩸Tomemos para sí mismos y para todos de su Dolor y Preciosísima Sangre:

Tomemos su dolor que se da en Ayuda y Fortaleza para  todos, los que están caminando hacia el infierno, que están por llegar al suicidio, al crimen, a la desesperanza...

Tomemos su Preciosísima Sangre que se da en cada instante, en acto para la Salvación de todos.

Alma, que es un regalo Divino para el hombre y que la tenemos como muerta, porque aún no entendemos el significado y potencia Divina que tiene nuestra alma, espíritu y cuerpo como templo para que habite Dios en nosotros...

Tomemos sus Llagas como medicina para la sanación de nuestros pecados (con los que nos vestimos aún diariamente, como si estos pecados nos llevaran  a la alegría, a la paz, a la tranquilidad del alma para consigo mismos y con nuestro prójimo)

Jesús, Fruto Divino, tomamos y vivimos tus dolores y Preciosísima Sangre para la Sanación y Salvación de nuestra alma y la de todas las generaciones, viviendo el Cielo desde aquí en la tierra de nuestra alma!

Que nuestros actos, hechos en el Acto de Jesús, en su Querer Divino, corra en el acto de Nuestra Madre y junto a Luisa hagámoslo correr junto a nuestro prójimo para que reciba la salvación que Jesús quiere para él.

Vivamos en Imitación a Jesús en nuestro adintra, buscando el Fruto de lo que acontezca para bien de todas las generaciones.