Luces Divinas
De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta                                Vol 12-43, abril 16, 1918

 Jesús viene oculto en las penas


(1) Continuando mi habitual estado, mi pobre corazón me lo sentía oprimido y en penas amargas que no es necesario decirlas aquí, y mi siempre amable Jesús viniendo me ha dicho:

(2) “Hija mía, Yo mando las penas a las criaturas a fin de que en las penas me encuentren a Mí. Yo estoy como envuelto en las penas, y si el alma sufre con paciencia, con amor, rompe la envoltura que me cubre y me encuentra a Mí, de otra manera Yo quedaré oculto en la pena y ella no tendrá el bien de encontrarme, y Yo no tendré el bien de revelarme”.

(3) Después ha agregado: “Yo siento una fuerza irresistible de expandirme hacia las criaturas, quisiera expandir mi belleza para hacerlas todas bellas, pero la criatura ensuciándose con la culpa rechaza la belleza divina y se cubre de fealdad; quisiera expandir mi amor, pero ellas amando lo que no es mío viven entumecidas por el frío y mi amor queda rechazado; todo quisiera comunicarme al hombre, cubrirlo todo en mis mismas cualidades, pero soy rechazado, y rechazándome forma un muro de división entre Yo y él, que llega a romper cualquier comunicación entre la criatura y el Creador. Pero a pesar de todo Yo continúo expandiéndome, no me retiro, para poder encontrar al menos uno que reciba mis cualidades, y encontrándolo le duplico las gracias, las centuplico, me vierto todo en él, hasta hacer de él un portento de gracia.

(4) Por eso quita esta opresión de tu corazón, derrámate en Mí y Yo me verteré en ti. Te lo ha dicho Jesús y basta, no pienses en nada y Yo haré y pensaré en todo”.