Inseparabilidad



"todo lo ha hecho Jesús, y ella junto con Jesús"


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Libro de Cielo Vol. 12-18 (6)

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De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta Vol. 12-18 (6)  Agosto 14, 1917

"Vivir en el Divino Querer significa inseparabilidad, no hacer nada por sí mismo, porque delante al Divino Querer se siente incapaz de todo, no pide órdenes ni las recibe, porque se siente incapaz de ir solo y dice:  “Si quieres que haga, hagamos juntos, y si quieres que vaya, vayamos juntos”.  

Así que hace todo lo que hace el Padre:  Si el Padre piensa, hace suyos los pensamientos del Padre, y no hace ni un pensamiento de más de los que hace el Padre; si el Padre mira, si habla, si obra, si camina, si sufre, si ama, también ella mira lo que mira el Padre, repite las palabras del Padre, obra con las manos del Padre, camina con los pies del Padre, sufre las mismas penas del Padre y ama con el amor del Padre; vive no fuera sino dentro del Padre, así que es el reflejo y el retrato perfecto del Padre; lo que no es para quien vive solamente resignado.  

A este hijo es imposible encontrarlo sin el Padre, ni al Padre sin él, y no sólo externamente, sino que todo su interior se ve como entretejido con el interior del Padre, transformado, perdido todo, todo en Dios.  

¡Oh, los vuelos rápidos y sublimes de este hijo en el Querer Divino!  

Este Querer Divino es inmenso, a cada instante circula en todos, da vida y ordena todo, 

y el alma espaciándose en esta inmensidad vuela hacia todos, ayuda a todos, ama a todos, pero como ayuda y ama el mismo Jesús, lo que no puede hacer quien vive sólo resignado, así que a quien vive en el Divino Querer le es imposible hacer por sí solo, más bien siente náusea de su obrar humano, aunque sea santo, porque en el Divino Querer, las cosas, aún las más pequeñas, toman otro aspecto, adquieren nobleza, esplendor, santidad divina, potencia y belleza divinas, se multiplican al infinito, y en un instante hace todo y después que ha hecho todo, dice: 

“No he hecho nada, lo ha hecho Jesús, y este es todo mi contento, que miserable cual soy, Jesús me ha dado el honor de tenerme en el Divino Querer para hacerme hacer lo que ha hecho Él”.  

Así que el enemigo no puede molestar a esta hija en si ha hecho bien o mal, poco o mucho, porque todo lo ha hecho Jesús, y ella junto con Jesús, ésta es la más pacífica, no está sujeta a ansiedades, no ama a ninguno y ama a todos, pero divinamente, se puede decir:  “Es la repetidora de la Vida de Jesús, el órgano de su voz, el latido de su corazón, el mar de sus gracias”. 


Fiat Divina Voluntad




Con la siguiente enseñanza hemos de entender aún más CÓMO VIVIR A DIARIO LA INSEPARABILIDAD, porque lo Quiere Jesús, siendo el Reflejo y Retrato del Padre.

OLVIDÁNDONOS DE NOSOTROS MISMOS, que todo sea hecho en Jesús, mirando con su mirada...


"Si reza...

Si debe trabajar...

Caminar...

Tomar alimento...

Dormir...

Levantarse...

Divertirse...

y así de todo lo demás de la vida. 

Sólo así puede el alma olvidarse de sí misma, porque no sólo hará todo porque lo quiero Yo, sino que, porque lo quiero hacer Yo, me necesita propiamente a Mí”.

Libro de Cielo Vol. 11-29 

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De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 11-29 Agosto 14, 1912

“Hija mía, para que el alma pueda olvidarse de sí misma, debe hacer de manera que todo lo que hace y que le es necesario, lo haga como si Yo lo quisiera hacer en ella: Si reza debe decir, es Jesús que quiere rezar, y yo rezo juntamente con ella; si debe trabajar, es Jesús que quiere trabajar, es Jesús que quiere caminar, es Jesús que quiere tomar alimento, que quiere dormir, que quiere levantarse, que quiere divertirse, y así de todo lo demás de la vida. Sólo así puede el alma olvidarse de sí misma, porque no sólo hará todo porque lo quiero Yo, sino que, porque lo quiero hacer Yo, me necesita propiamente a Mí”.


Ahora, un día estaba trabajando y pensaba: “¿Cómo puede ser que mientras yo trabajo es Jesús que trabaja en mí, y que sea Él mismo quien quiere hacer este trabajo?” Y Jesús:


“Precisamente Yo, y mis dedos que están en los tuyos trabajan; hija mía, cuando Yo estuve en la tierra, ¿mis manos no se abajaban a trabajar la madera, a martillar los clavos, a ayudar en los trabajos de carpintería a mi padre putativo José? Y mientras esto hacía, con esas mismas manos, con esos dedos, creaba las almas, a otras las llamaba a la otra vida, divinizaba todas las acciones humanas, las santificaba dando a cada una un mérito divino, en los movimientos de mis dedos llamaba a reseña todos los movimientos de tus dedos y de los de todas las demás criaturas, y si Yo veía que los harían por Mí o porque Yo los quería hacer en ellas, Yo continuaba mi vida de Nazaret en ellas y me sentía como pagado por parte de ellas por los sacrificios, las humillaciones de mi vida oculta, dándoles a ellas el mérito de mi misma Vida. Hija, la vida oculta que hice en Nazaret no es valorizada por los hombres, sin embargo no podía haberles hecho más bien que con esa vida, después de la Pasión, porque abajándome Yo a todos aquellos actos pequeños y bajos, a aquellos actos que los hombres hacen en su vida diaria, como el comer, el dormir, el beber, el trabajar, el encender fuego, el barrer, etc., actos todos que nadie puede dejar de hacer, Yo hacía correr en sus manos una monedita divina y de precio incalculable. 

Así que si la Pasión los redimió, mi vida oculta cortejaba cada acción humana, aun la más indiferente, con mérito divino y de precio infinito.

Mira, mientras tú trabajas, trabajando porque Yo quiero trabajar, mis dedos corren en los tuyos, y mientras trabajo en ti, en el mismo instante con mis manos creadoras, ¿a cuántos estoy sacando a la luz de este mundo? ¿A cuántos otros los llamo? ¿A cuántos otros santifico, a otros corrijo, a otros castigo, etc.? Entonces, tú estás también junto Conmigo creando, llamando, corrigiendo y demás, y así como tú no estás sola obrando, tampoco lo estoy Yo en mi obrar. ¿Te podría dar honor más grande?”

Pero ¿quién puede decir lo que comprendía, el bien que se puede hacer tanto a nosotros como a todos los demás haciendo las cosas porque Jesús las quiere hacer en nosotros?