Enseñanzas,

ESTUDIO Y PRÁCTICA


para profundizar la Hora 22

La Tercera Hora de Agonía sobre la Cruz

Quinta, sexta y séptima palabra sobre la cruz

La Muerte de Jesús

“Esta es la sed que grité en la cruz"

"¿pero cuáles son estos juegos que hago? Son las cruces que envío, si las reciben con resignación y me lo agradecen, Yo me recreo y juego con ellas, complaciéndome inmensamente, recibiendo por ello gran honor y gloria y a ellas les hago hacer grandes adquisiciones”.

AUDIO


De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta Vol. 2-49 Julio 28, 1899

"La vida humana es un juego. 

También Jesús juega


Esta mañana mi adorable Jesús ha venido con un aspecto admirable y misterioso, traía en el cuello una cadena que pendía sobre todo el pecho, por una parte se veía como un arco, por la otra parte de la cadena como una aljaba llena de piedras preciosas y de gemas, que era uno de los más bellos adornos al pecho de mi dulce Jesús y con una lanza en la mano. Mientras estaba en este aspecto me ha dicho:

“La vida humana es un juego: quién juega el placer, quién el dinero y quién la propia vida, y tantos otros juegos que hacen. También Yo me deleito de jugar con las almas, ¿pero cuáles son estos juegos que hago? 

Son las cruces que envío, si las reciben con resignación y me lo agradecen, Yo me recreo y juego con ellas, complaciéndome inmensamente, recibiendo por ello gran honor y gloria y a ellas les hago hacer grandes adquisiciones”.


En el acto de decir esto ha comenzado a tocarme con la lanza, con el arco, y con la aljaba, y todas aquellas piedras preciosas que contenía la aljaba salían y se cambiaban en tantas cruces y saetas que herían a las criaturas. 

Algunas, pero en número muy escaso, se alegraban, las besaban y se lo agradecían, y venían a formar un juego con Jesús; 

otras las tomaban y se las arrojaban en la cara a Jesús, ¡oh, cómo quedaba afligido y qué gran pérdida tenían esas almas! 

Después Jesús ha agregado:

“Esta es la sed que grité en la cruz, porque no pudiendo satisfacerla completamente entonces, me complazco en apagarla en las almas de mis amados que sufren. Por lo tanto, sufriendo, vienes a dar un alivio a mi sed”.


Volviendo otras veces a rogarle que liberase al confesor porque sufría, me ha dicho:

“Hija mía, ¿no sabes tú que la marca más noble que puedo imprimir en mis amados hijos es la cruz?”

Fiat Divina Voluntad