La Pasión sirve como vestido al hombre

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De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 6-40   Mayo 30, 1904 

La Pasión  sirve como vestido al hombre 


La soberbia transforma en demonios las imágenes de Dios



Encontrándome en mi habitual estado, estaba pensando y ofreciendo la Pasión de Nuestro Señor, especialmente la corona de espinas, y le rogaba que diera luz a tantas mentes cegadas, que se hiciera conocer, porque es imposible conocerlo y no amarlo. Mientras esto decía, mi adorable Jesús ha salido de dentro de mi interior y me ha dicho: 

“Hija mía, cuánta ruina hace en el alma la soberbia, basta decirte que forma un muro de división entre la criatura y Dios, y de imágenes mías las transforma en demonios. 

Y además, si tanto te duele y te desagrada que las criaturas sean tan ciegas que ellas mismas no entiendan ni vean el precipicio en el cual se encuentran, y tanto deseas que Yo las ayude, 

mi Pasión sirve como vestido al hombre, 

que le cubre las más grandes miserias, 

lo embellece 

y le restituye todo el bien que por el pecado se había quitado y había perdido, 

por lo cual Yo te hago don de mi Pasión, a fin de que te sirva a ti y para quien quieras tú”. 


Al escuchar esto me ha venido tal temor viendo la grandeza del don, y temiendo que no supiera utilizar este don, y por eso desagradar al mismo Donador; entonces he dicho: “Señor, no siento la fuerza de aceptar tal don, soy muy indigna de tal favor, mejor quédatelo Tú que eres el Todo y todo conoces, conoces a quién es necesario y conviene aplicar este vestido tan precioso y de inmenso valor, porque yo, pobrecita, ¿qué cosa puedo conocer? Y si es necesario aplicarlo a alguien y yo no lo hago, ¿qué rigurosa cuenta no me pedirás?” 

Y Jesús: No temas, el mismo Donador te dará la gracia de no tener inútil el don que te ha dado, ¿crees tú que Yo te hago un don para hacerte daño? No, jamás”. 

Entonces yo no he sabido qué responder, pero he quedado espantada y en ascuas, reservándome para oír cómo pensaba la señora obediencia. Se entiende sin embargo que este vestido, no quiere significar otra cosa que todo lo que obró, mereció y sufrió nuestro Señor, donde la criatura encuentra el vestido para cubrirse la desnudez despojada de virtud, las riquezas para enriquecerse, las bellezas para volverse bella y embellecerse, y el remedio a todos sus males. 

Después, habiéndolo dicho a la obediencia, me ha dicho que lo aceptara. Y ha desaparecido.