En Virtud de la Divina Voluntad Vol.26-14 (2) 

Decimos con nuestro acto: "Inclínense y adoremos con doble homenaje a nuestro Creador" :



Con tu Fiat creante

en mi acto, 

doy nuevo amor, adoración, honor y Gloria a mi Creador en Tu

Preciosísima Sangre

Gotas de Su Preciosísima Sangre

Libro de Cielo Vol. 6-72  


"Tres veces mi corazón derramó sangre, 

- esto es, en el huerto por sí mismo; 

- de su propio centro en el acto de la crucifixión cuando fui estirado sobre la cruz, tanto, que todo mi cuerpo quedó dislocado y mi corazón se destrozó dentro, y derramó sangre; 

- y después de mi muerte cuando con una lanza me fue abierto el costado




El Reino del FIAT Divino

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De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

AUDIO



De los escritos de la S.D. Luisa PiccarretaVol. 6-72  Septiembre 26, 1904

 

"Todas las penas que Jesús sufrió en su Pasión fueron triples.

Esto no fue casual, sino que todo fue para restituir completa la gloria debida al Padre, la reparación que le debían las criaturas, y el bien que merecían las mismas criaturas"

 

(1) Encontrándome en mi habitual estado, oía una voz que me decía:  “Hay una luz que cualquiera que se acerque a ella puede encender cuantas lámparas quiera, y estas lámparas sirven para hacer corona de honor a la luz, y dar luz a quien las enciende”.  Yo decía para mí:  “Qué bella luz es ésta, que tiene tanta luz y tanta potencia, que mientras da a los demás cuanta luz quieren, ella siempre queda lo que es, sin empobrecer en luz; ¿pero quién será aquél que la tiene?”  Mientras esto pensaba, he oído que me decían:

(2) “La luz es la Gracia y la tiene Dios, y el acercarse significa la buena voluntad del alma de hacer el bien, porque cuantos bienes se quieren tomar de la Gracia, se toman, y las lámparas que se forman son las diversas virtudes, que mientras dan gloria a Dios dan luz al alma”.

(3) Después de esto, en cuanto he visto al bendito Jesús me ha dicho:  Hija mía; y esto porque estaba pensando que Nuestro Señor no sólo una vez, sino por tres veces se hizo coronar de espinas, y cómo aquellas espinas quedaban rotas dentro de la cabeza, y al clavarla de nuevo, más adentro entraban las que ya estaban, y yo decía:  “Dulce amor mío, ¿y por qué por tres veces quisiste sufrir tan doloroso martirio?  ¿No bastaba una vez para pagar tantos malos pensamientos nuestros?”  Así que me ha dicho:

(4) “Hija mía, no sólo la coronación de espinas fue triple, sino casi todas las penas que sufrí en mi Pasión fueron triples. 

Triples fueron las tres horas de la agonía del huerto; 

triple fue la flagelación, flagelándome con tres diferentes flagelos; 

tres veces me desnudaron; 

por tres veces fui condenado a muerte:  de noche, de madrugada, y en pleno día; 

tres fueron las caídas bajo la cruz; 

tres los clavos; 

tres veces mi corazón derramó sangre, esto es, en el huerto por sí mismo; de su propio centro en el acto de la crucifixión cuando fui estirado sobre la cruz, tanto, que todo mi cuerpo quedó dislocado y mi corazón se destrozó dentro, y derramó sangre; y después de mi muerte cuando con una lanza me fue abierto el costado; 

triples las tres horas de la agonía sobre la cruz.  

Si todo se quisiera examinar, ¡oh! cuántas cosas triples se encontrarían.  

Esto no fue por casualidad, sino que todo fue por el orden divino, y para completar la gloria debida al Padre, la reparación que se le debía por parte de las criaturas, y merecer el bien para las mismas criaturas, porque el don más grande que la criatura ha recibido de Dios, ha sido el crearla a su imagen y semejanza, y dotarla con tres potencias, inteligencia, memoria y voluntad, y no hay culpa que cometa la criatura en que estas tres potencias no concurran, y por eso mancha, estropea la bella imagen divina que contiene en sí misma, sirviéndose del don para ofender al donador; y Yo para rehacer de nuevo esta imagen divina en la criatura, y para dar toda aquella gloria que la criatura le debía a Dios, he concurrido con toda mi inteligencia, memoria y voluntad, y en modo especial en estas cosas triples sufridas por Mí, para volver completa tanto la gloria que se debía al Padre, como el bien que era necesario a las criaturas”.

"Casi todas las penas que sufrí en mi Pasión fueron triples... 

no fue por casualidad, sino que todo fue por el orden divino, y para 


completar la gloria debida al Padre, 


la reparación que se le debía por parte de las criaturas, 


y merecer el bien para las mismas criaturas, porque el don más grande que la criatura ha recibido de Dios, ha sido el crearla a su imagen y semejanza, y dotarla con tres potencias, inteligencia, memoria y voluntad, y no hay culpa que cometa la criatura en que estas tres potencias no concurran"        

                              Libro de Cielo Vol. 6-72