Habla el Padre:

¿Entonces es misericordia lo que tú quieres? 

si quieres verdadera misericordia, la justicia después de que se haya desahogado, producirá grandes y abundantes frutos de misericordia.”

CUARESMA Luces Divinas  Vol. 6-34 (1-9)

Divina Misericordia



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 CUARESMA

Luces Divinas


De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol.  6-34 

Jesús y Dios Padre hablan sobre la Justicia y Misericordia


(1) Continuando mi habitual estado me he encontrado fuera de mí misma, y veía una multitud de gentes, y en medio de ellas se oían rumores de bombas y estallidos, y las personas caían muertas y heridas, los que quedaban huían a un palacio cercano, pero los enemigos lo asaltaban y los mataban con más seguridad que a aquellos que permanecían al descubierto. Entonces yo decía entre mí: “Cómo quisiera ver si está el Señor entre estas gentes para decirle: “Ten misericordia, piedad de esta pobre gente”. Entonces he girado y vuelto a girar y lo he visto como pequeño niñito, pero poco a poco iba creciendo hasta que ha llegado a edad perfecta, entonces yo me he acercado y le he dicho: “Amable Señor, ¿no ves la tragedia que sucede? ¿No quieres hacer más uso de la misericordia, tal vez quieres tener inútil este atributo que siempre ha glorificado con tanto honor tu Divinidad encarnada, haciendo con ella una corona especial a tu augusta cabeza y adornándote una segunda corona tan querida y amada por Ti, como son las almas?” Ahora, mientras esto decía, Él me ha dicho:

(2) “Basta, basta, no sigas adelante, tú quieres hablar de misericordia, ¿y de la justicia qué haremos? Lo he dicho y te lo repito, es necesario que la justicia tenga su curso”. 

(3) Por lo tanto he repetido: “No hay remedio, ¿y para qué dejarme en esta tierra cuando no puedo aplacarte más y sufrir yo en lugar de mi prójimo? Siendo así es mejor que me hagas morir”. Mientras estaba en esto veía a otra persona detrás de las espaldas de Jesús bendito, y me ha dicho casi haciéndome señas con los ojos: “Preséntate a mi Padre y ve qué cosa te dice”. Yo me he presentado toda temblando, y apenas me ha visto me ha dicho: 

(4) “¿Qué quieres que has venido a Mí?” 

(5) Y yo: “Bondad adorable, misericordia infinita, sabiendo que Tú eres la misma misericordia, he venido a pedirte misericordia, misericordia para tus mismas imágenes, misericordia para las obras creadas por Ti, misericordia no para otros, sino para tus mismas criaturas”. Y Él me ha dicho: 

(6) “¿Entonces es misericordia lo que tú quieres? Pero si quieres verdadera misericordia, la justicia después de que se haya desahogado, producirá grandes y abundantes frutos de misericordia.”

(7) Entonces, no sabiendo más qué decir, he dicho: “Padre infinitamente santo, cuando los siervos, los necesitados se presentan a los patrones, a los ricos, si son buenos, si no dan todo lo que es necesario, les dan siempre alguna cosa, y yo, que he tenido el bien de presentarme ante Ti, dueño absoluto, rico sin término, bondad infinita, nada quieres dar a esta pobrecita de lo que te ha pedido, ¿no queda acaso más honrado y contento el patrón cuando da que cuando niega lo que es necesario a sus siervos? Después de un momento de silencio ha agregado:

(8) “Por amor tuyo, en vez de hacer por diez haré por cinco”.

(9) Dicho esto han desaparecido, y yo veía en más partes de la tierra, y especialmente en Europa, multiplicarse guerras, guerras civiles y revoluciones.