Lc. 10, 39
Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra.
Reparemos en María a Jesús
Por la sordera espiritual, por los pecados y las malas conversaciones
Las Horas de la Pasión
de Nuestro Señor Jesucristo
Una parte de la Hora 13Jesús en la Prisión
“Piadoso Jesús mío, beso tus oídos santísimos… Te pido perdón y te reparo por todas las veces que nos has llamado y que nosotros nos hemos hecho los sordos fingiendo que no te escuchábamos, mientras que tú, cansado, nos has llamado repetidamente, pero en vano. Quiero fundir en tus oídos los míos y los de todas las criaturas para darte continua y completa reparación.”
Fiat Divina Voluntad
Lc. 1, 64
Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios
Mt. 18,17
"Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano"
Lc. 10, 1-2; 5
Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir.
Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies”
En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa."
Mc. 7, 33Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua.
Reparemos en María a Jesús
Por la sordera espiritual, por los pecados y las malas conversaciones
Las Horas de la Pasión
de Nuestro Señor Jesucristo
Una parte de la Hora 13Jesús en la Prisión
“Piadoso Jesús mío, beso tus oídos santísimos... Te pido perdón y te reparo por todas las veces que nos has llamado y que nosotros nos hemos hecho los sordos fingiendo que no te escuchábamos, mientras que tú, cansado, nos has llamado repetidamente, pero en vano. Quiero fundir en tus oídos los míos y los de todas las criaturas para darte continua y completa reparación.
...Amargado Bien mío, beso tu dulcísima boca, colmada de dolor por los puñetazos recibidos, y ardiente de amor. Quiero fundir en tu lengua la mía y la de todas las criaturas, para reparar con tu misma lengua todos los pecados y las malas conversaciones que se tienen. Quiero, sediento Jesús mío, hacer de todas las voces una sola con la tuya, para hacer que, cuando estén a punto de ofenderte, tu voz, circulando por las voces de las criaturas, sofoque esas voces de pecado y las transforme en voces de alabanzas y de amor.”
Fiat Divina Voluntad
Mc. 10, 21-23
Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme».
Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes.
Jesús, mirando a su alrededor, dice a sus discípulos: «¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios!»
Mt. 13, 44
...lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.
Reparemos en María a Jesús
"Por todos los apegos de las criaturas"
Las Horas de la Pasión
de Nuestro Señor Jesucristo
Una parte de la Hora 13Jesús en la Prisión
"¡Ah, Jesús!, déjame que te desate, y si te gusta estar atado, quiero atarte con las cadenas del amor que, siendo dulces, te procurarán alivio en vez de hacerte sufrir. Y mientras te desato, quiero fundirme en tu cuello, en tu pecho, en tus hombros, en tus manos y en tus pies, para poder reparar junto contigo por todos los apegos de las criaturas y para darles a todos las cadenas de tu amor".
Fiat Divina Voluntad
Lc. 3, 21
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el Cielo;
Reparemos en María a Jesús
Para que “el alba de la gracia se asome en todos los corazones, para que al amanecer el día en ellos, Yo, Sol Divino, pueda surgir en todos los corazones y reinar en ellos”
Las Horas de la Pasión
de Nuestro Señor Jesucristo
Una parte de la Hora 13Jesús en la Prisión
«Ven, hijo mío, y pon atención a todo lo que ves que yo hago, para que tú también lo hagas junto conmigo y así yo pueda continuar mi vida en ti». Y con grande asombro, me doy cuenta de que en vez de ocuparte de tus penas, con un amor indescriptible, piensas en darle gloria a tu Padre, para darle satisfacción por todo lo que nosotros estamos obligados a hacer, y llamas a todas las almas para tomar sobre ti todos sus males y darles en cambio todos tus bienes.
Y puesto que hemos llegado al alba del nuevo día, puedo oír tu dulcísima voz que dice: «Padre Santo, te doy gracias por todo lo que he sufrido y por todo lo que todavía tengo que sufrir; y como el alba que se asoma llama al día y el día hace que el sol surja en el horizonte, quiero que del mismo modo el alba de la gracia se asome en todos los corazones, para que al amanecer el día en ellos, yo, Sol Divino, pueda surgir en todos los corazones y reinar en ellos. Mira a estas almas, oh Padre; yo quiero responderte por todos, por sus pensamientos, sus palabras, sus obras y sus pasos, a costa de mi sangre y de mi muerte».
Jesús mío, Amor sin límites, me uno a ti y también yo te doy gracias por todo lo que me has hecho sufrir y por lo que todavía tengo que sufrir, y te suplico que hagas nacer en todos los corazones el alba de la gracia, para que Tú, Sol Divino, puedas surgir en todos los corazones y reinar en ellos. Pero veo que Tú, dulce Jesús mío, reparas también todos los primeros pensamientos, afectos y palabras que desde el inicio del día no han sido ofrecidos a ti para honrarte, y reúnes en ti, como si fueran uno sólo, los pensamientos, los afectos y las palabras de todas las criaturas, para darle al Padre la reparación y la gloria que se le debe.”
Fiat Divina Voluntad
Mt. 23, 23
...Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello.
Reparemos en María a Jesús
Por “todas las veces que no hemos tenido la intención de agradarte y de mirarte para ver qué es lo que querías de nosotros, qué es lo que debíamos hacer y a dónde querías que fuéramos”
Las Horas de la Pasión
de Nuestro Señor Jesucristo
Una parte de la Hora 13Jesús en la Prisión
“Afligido Jesús mío, beso tus ojos llenos de lágrimas y de tristeza, y teniendo atadas las manos a la columna no puedes secártelos ni limpiarte los salivazos que te cubren el rostro; además, siendo insoportable la postura en la que te han dejado, no puedes cerrar los ojos para descansar al menos por un poco. ¡Amor mío, cómo quisiera hacerte con mis brazos un lecho para que pudieras reposar! Quiero secarte los ojos y pedirte perdón, ofreciéndote una reparación por todas las veces que no hemos tenido la intención de agradarte y de mirarte para ver qué es lo que querías de nosotros, qué es lo que debíamos hacer y a dónde querías que fuéramos; y en tus ojos quiero fundir los míos y los de todas las criaturas, para poder reparar con tus mismos ojos todo el mal que hemos hecho con la vista.”
Fiat Divina Voluntad