Jn 1, 41
Hemos encontrado al Mesías
Jn 12, 4
“Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar”
Jn 17, 12
“ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura”
Mt 25, 29-30
"Porque el que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas, allí será el llanto y el rechinar de dientes”
Reparemos en María a Jesús
por “un alma tan beneficiada por mí, perdida para siempre”
Por quienes como Judas, encuentran a Jesús para traicionarlo, para matarlo.
Las Horas de la Pasión
De Nuestro Señor Jesucristo
Una parte de la Hora 3
“Jesús, vida mía, tu mirada dulce y penetrante parece indagar a todos tus apóstoles …tu Corazón queda traspasado al ver a tus amados apóstoles débiles y vacilantes todavía, sobre todo al pérfido Judas que ya ha puesto un pie en el infierno. Y tù, en el fondo de tu Corazón, dices amargamente:
« ¿Cuál es la utilidad de mi sangre? ¡He aquí un alma tan beneficiada por mí, perdida para siempre! ».
Y con tus ojos resplandecientes de luz lo miras como queriendo hacer que comprenda el gran mal cometido. Pero tu caridad suprema te pide que soportes este dolor y que no se lo manifiestes ni siquiera a tus amados discípulos.
Y mientras sufres amargamente por Judas, tu Corazón se llena de alegría al ver a tu izquierda a tu amado discípulo Juan, y no pudiendo contener más tu amor por él, lo atraes dulcemente hacia ti y haces que apoye su cabeza sobre tu Corazón haciéndole sentir el paraíso por adelantado.
Es en esta hora solemne en la que en estos dos discípulos están representados los dos pueblos: el réprobo y el elegido. El réprobo en Judas que ya siente el infierno en su corazón, y el elegido en Juan que en ti reposa y goza. ¡Oh dulce Bien mío, también yo me pongo a tu lado y junto con tu amado discípulo quiero apoyar mi cabeza cansada sobre tu Corazón adorable y pedirte que también a mí me hagas sentir sobre esta tierra las delicias del cielo, para que cautivado por las dulces armonías de tu Corazón, la tierra para mí ya no sea tierra, sino cielo!
Pero en medio de esas armonías dulcísimas y divinas siento que se te escapan del Corazón dolorosos latidos: ¡Son las almas perdidas! ¡Oh Jesús, no permitas que se pierdan más almas! Haz que cada latido de tu Corazón fluya en los suyos y les haga sentir los latidos de la vida del cielo, así como lo siente tu amado discípulo Juan y que atraídas por la suavidad y la dulzura de tu amor puedan rendirse todas a ti...”
Fiat Divina Voluntad
Mt 14, 19-20
"Y ordenó a la gente reclinarse sobre la hierba; tomó luego los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición y, partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos llenos".
Jn 6, 35
Les dijo Jesús: Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.
Reparemos en María a Jesús
"por los pecados de gula"
por "las almas perdidas"
Las Horas de la Pasión
De Nuestro Señor Jesucristo
Una parte de la Hora 3
"¡Oh Jesús!, llegando al Cenáculo con tus amados discípulos te pones a cenar con ellos.
¡Qué dulzura, qué afabilidad muestras en toda tu divina persona abajándote a tomar por última vez el alimento material! ¡Todo en ti es amor! También aquí no solamente reparas los pecados de gula, sino que obtienes además la santificación del alimento, así como éste se convierte en fuerza para el cuerpo, obtienes también para nosotros la santidad hasta para las cosas más bajas, y comunes y corrientes que hagamos.
... siento que se te escapan del Corazón dolorosos latidos: ¡Son las almas perdidas! ¡Oh Jesús, no permitas que se pierdan más almas! Haz que cada latido de tu Corazón fluya en los suyos y les haga sentir los latidos de la vida del cielo, así como lo siente tu amado discípulo Juan y que atraídas por la suavidad y la dulzura de tu amor puedan rendirse todas a ti. ¡Oh Jesús!, mientras me quedo en tu Corazón, dame también a mí, así como les diste a tus apóstoles, el alimento de tu Divina Voluntad, el alimento de tu amor, el alimento de tu divina palabra, y jamás, ¡oh Jesús mío!, me niegues este alimento que tú mismo tanto deseas darme, para que puedas formar en mí tu misma vida.
Dulce Bien mío, mientras estoy a tu lado, me doy cuenta de que lo que estás comiendo junto con tus amados apóstoles es un cordero. Sí, es precisamente el cordero que te representa; y así como en este cordero no queda ningún humor vital por la fuerza del fuego, también tú, que eres el Cordero Místico y que por las criaturas debes consumirte totalmente por la fuerza de tu amor, no te quedarás ni siquiera con una gota de tu sangre, derramándola toda por amor nuestro. De manera que nada de lo que haces deja de representar a lo vivo tu dolorosísima pasión, teniéndola siempre presente en tu mente, en tu Corazón, en todo; y eso me enseña, que si yo también tuviera siempre presente en mi mente y en mi corazón el recuerdo de tu pasión, jamás me negarías el alimento de tu amor".
Fiat Divina Voluntad
Jn 1, 47
“dijo de él: "Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño ”
Reparemos en María a Jesús
"por todas las almas que te recibirán en la Eucaristía".
por los sacerdotes.
por sus “debilidades, en otro los engaños o las hipocresías o el amor desmedido a los intereses”
Las Horas de la Pasión
De Nuestro Señor Jesucristo
Una parte de la Hora 3
“...Jesús mío, quiero seguirte en todo, y unido a ti, quiero hacer un recorrido por todas las almas que te recibirán en la Eucaristía, quiero entrar en sus corazones, y poniendo mis manos junto con las tuyas, ¡ah Jesús!, con esas mismas lágrimas tuyas mezcladas en el agua con la que les lavaste los pies a tus apóstoles, lavemos a las almas que te recibirán, purifiquemos sus corazones, prendámosles fuego, sacudamos de ellas el polvo con el que se han ensuciado para que cuando te reciban puedas hallar en ellas tus complacencias en lugar de amarguras.
Afectuoso Bien mío, pero mientras con toda atención les estás lavando los pies a tus apóstoles, te miro y veo que otro dolor traspasa tu Corazón santísimo: los apóstoles representan para ti a todos los futuros hijos de la Iglesia; cada uno de ellos representaba la serie de cada uno de los males que iban a existir en la Iglesia, y por lo tanto, la serie de cada uno de tus dolores: en uno las debilidades, en otro los engaños o las hipocresías o el amor desmedido a los intereses…
Tu Corazón está sofocado por tanto dolor y por tu amor, tanto, que no pudiendo contenerte, te detienes a los pies de cada apóstol y lloras amargamente, oras y reparas por cada una de estas ofensas y pides para todos el remedio oportuno".
Fiat Divina Voluntad