Cuando dos seres son separables, ponen distancia, se alejan

"Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes" Mc 16,20


"para hacerte cumplir la misión a ti confiada, para hacerte más libre, Yo estoy en ti como escondido para seguir tus mismos actos en el Eterno Fiat"

"para ir por todo el mundo a predicar el evangelio y a hacer conocer mi venida a la tierra"


AUDIO

De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta  Vol. 20-32 (1-2) Diciembre 3, 1926

La voluntad humana 

pone la distancia 

entre Dios y el alma



“... Hija mía, ánimo, no te abatas, Yo no te dejo, tan es verdad, que es siempre de dentro de tu interior que salgo para entretenerme contigo, y si tú no siempre me ves, lo hago para darte el campo para seguir aquel acto único de mi Voluntad que contiene todos los actos juntos; no ves tú que la luz de mi Supremo Querer te corre dentro del corazón, de la boca, de los ojos, de las manos, de los pies, de todo tu ser, y eclipsándome en ti tú no siempre me ves, porque Él siendo interminable, lo que no es mi misma Humanidad, tiene la fuerza de eclipsarme y Yo gozo de este eclipse de mi Supremo Querer, y desde dentro de ti misma veo tu vuelo, tus actos en el Fiat Divino.  

Si Yo me hiciera ver siempre, tú para entretenerte Conmigo y gozar de mi dulce y amable presencia te ocuparías de mi Humanidad, desahogarías tu amor Conmigo, como Yo contigo y no tendrías corazón de dejarme para seguir el vuelo de mi Voluntad en la Creación y en los mismos actos que hizo mi Humanidad en la Redención, por eso para hacerte cumplir la misión a ti confiada, para hacerte más libre, Yo estoy en ti como escondido para seguir tus mismos actos en el Eterno Fiat. 

¿No recuerdas que esto fue dicho a mis mismos apóstoles, que era necesario que se separaran de mi Humanidad, que mucho amaban y que no sabían estar sin Ella?  Tan es verdad, que mientras viví en la tierra no se alejaron de Mí para ir por todo el mundo a predicar el evangelio y a hacer conocer mi venida a la tierra, sino que después de mi partida al Cielo, investidos por el Espíritu Divino, tuvieron esta fuerza de dejar sus lugares para hacer conocer los bienes de la Redención y de poner aun la vida por amor mío.  Así que mi Humanidad habría sido un estorbo a la misión de mis apóstoles.  

No digo que esto sea necesario contigo, porque entre tú y Yo no hay este estorbo, porque el impedimento sucede cuando dos seres son separables, pero cuando dos seres se han compenetrado tanto que uno vive en el otro, el impedimento termina, porque a donde va el uno se encuentra junto el otro, por lo tanto estando juntos no son necesarios esfuerzos para ir a donde se quiere, porque la persona amada está dentro de ella para seguirla a todas partes; digo sólo que es necesario frecuentemente el eclipse por la fuerte luz de mi Voluntad, que dominándote a ti y a mi misma Humanidad en ti, nos eclipsa y nos hace seguir sus actos.  

Esto no dice que no te amo más que antes y que Yo sé estar sin ti, todo lo contrario, mi Voluntad te da el amor eterno y completo de tu Jesús, y haciéndose muro a mi alrededor con su luz, no permite que ni siquiera un instante pueda alejarme de ti.  

¿Sabes tú quién pone la distancia entre Dios y el alma?  ¡La voluntad humana! Cada acto de ella es un paso de distancia entre el Creador y la criatura, cuanto más obra la voluntad humana, tanto más se aleja de Aquél que la ha creado, lo pierde de vista, desciende de su origen, rompe todo vínculo con la familia celestial.  

Supón un rayo de sol que se pudiera separar del centro de su esfera, conforme se aleja del sol así siente perder la luz, y si se aleja tanto de perder del todo la vista del sol, este rayo pierde toda la luz y se convierte en tinieblas; este rayo convertido en tinieblas siente en sí un movimiento, una vida, pero no es ya capaz de dar luz, porque no la posee, así que su movimiento, su vida, sólo es capaz de expandir densas tinieblas.  

Tales son las criaturas, rayos de luz salidos de la esfera del sol de la Divinidad, conforme se alejan de mi Voluntad se vacían de luz, porque a Ella era dado conservar la luz en estos rayos y por eso se convierten en tinieblas.  

¡Oh, si todos conocieran qué significa no hacer mi Voluntad, cómo estarían atentos a no hacer entrar en ellos el veneno de la voluntad humana, destructor de todo bien!"