Enseñanzas,
ESTUDIO Y PRÁCTICA
para profundizar la Hora 13
Jesús en la Prisión
Jesús en la Prisión
De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 12-71 Diciembre 4, 1918
Efectos de la prisión de Jesús en la Pasión
Esta noche la he pasado junto con Jesús en la prisión, lo compadecía, me estrechaba a sus rodillas para sostenerlo, y Jesús me ha dicho:
Esta noche la he pasado junto con Jesús en la prisión, lo compadecía, me estrechaba a sus rodillas para sostenerlo, y Jesús me ha dicho:
“Hija mía, en mi Pasión quise sufrir también la prisión para liberar a la criatura de la prisión de la culpa. ¡Oh! qué prisión horrenda es para el hombre el pecado, sus pasiones lo encadenan como vil esclavo, y mi prisión y mis cadenas lo liberaban y lo desataban. Para las almas amantes mi prisión les formaba la prisión de amor, donde están al seguro y defendidas de todos y de todo, y las escogía para tenerlas como prisiones y tabernáculos vivientes, que me debían calentar de las frialdades de los tabernáculos de piedra, y mucho más de las frialdades de las criaturas, que aprisionándome en ellas me hacen morir de frío y de hambre; he aquí por qué muchas veces dejo las prisiones de los tabernáculos y vengo a tu corazón, para calentarme del frío, para restablecerme con tu amor, y cuando te veo ir en busca de Mí a los tabernáculos de las iglesias, Yo te digo: ¿No eres tú mi verdadera prisión de amor para Mí? Búscame en tu corazón y ámame”.
“Hija mía, en mi Pasión quise sufrir también la prisión para liberar a la criatura de la prisión de la culpa. ¡Oh! qué prisión horrenda es para el hombre el pecado, sus pasiones lo encadenan como vil esclavo, y mi prisión y mis cadenas lo liberaban y lo desataban. Para las almas amantes mi prisión les formaba la prisión de amor, donde están al seguro y defendidas de todos y de todo, y las escogía para tenerlas como prisiones y tabernáculos vivientes, que me debían calentar de las frialdades de los tabernáculos de piedra, y mucho más de las frialdades de las criaturas, que aprisionándome en ellas me hacen morir de frío y de hambre; he aquí por qué muchas veces dejo las prisiones de los tabernáculos y vengo a tu corazón, para calentarme del frío, para restablecerme con tu amor, y cuando te veo ir en busca de Mí a los tabernáculos de las iglesias, Yo te digo: ¿No eres tú mi verdadera prisión de amor para Mí? Búscame en tu corazón y ámame”.
Fiat Divina Voluntad