Relato Viaje  a  RIVIERA MAYA 

Viaje del  1  al  14  de  Enero de 2017

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  Día 1,2 – BCN-Paris-Mexico DF-Cancún

Salida puntual del vuelo de Air France de las 18’40 h a París-CDG. Al llegar vemos en los paneles informativos que nuestro vuelo de las 22’35 h a Mexico DF está CANCELADO !!!. Nadie nos avisa de nada. Vamos al mostrador de AF del Terminal 2F y nos dicen que tenemos que ir a un mostrador del Terminal 2E. Vamos a un mostrador del Terminal 2E y tampoco es ese. Es otro que está en otra parte del Terminal, al que llegamos poco después. Están atendiendo a un grupo de rusos –mejor dicho están esperando delante nuestro y mientras preguntamos a los del mostrador-. Ya nos dicen que el vuelo saldrá mañana a las 10 h y que ahora vendrá alguien de Aeroméxico a dar explicaciones, que es además quien tiene que darnos el bono para cenar, dormir y desayunar. Aparece dicho representante. Al preguntarle por el motivo de cancelación, nos responde “Receso de la tripulación”, que viene a decir que la tripulación ha excedido el número de horas de trabajo, ya que el vuelo anterior tuvo que desviarse primero a Madrid y se toma su descanso. Pues que bien, cancelamos el vuelo y aquí no pasa nada. Quizás con un poquito más de infraestructura en Europa no pasarían estas cosas ¿no?.

Además de este particular motivo de cancelación, tuvimos que esperar alrededor de 3 horas a que se nos encontrara hotel, dándonos por fin el voucher para el Hotel Golden Tulip cercano al aeropuerto, incluyendo la noche y el desayuno –ya era tarde para la cena que corrió de nuestra cuenta-. Para conseguir la nueva tarjeta de embarque teníamos que venir mañana a partir de las 7 am para realizar el check in.

Vamos a la salida donde se cogen los shuttles gratuitos a los hoteles cercanos al CDG. En concreto el nuestro es el Pink bus, que por suerte llega al momento. Llegamos al hotel a la medianoche.

Madrugamos para desayunar y coger el Pink bus de las 6’20 que vuelve al CDG. Ya hay cola en el mostrador. Al facturar nos dan las tarjetas de embarque hasta Cancún –menos mal-, con hora prevista de llegada a las 21’30 h. El vuelo inicial tenía hora prevista de llegada a las 9’15 h, o sea que más de 12 horas de retraso.

Nota: Se ha reclamado al servicio de atención al cliente de Air France, que es la emisora del billete, y a Aeroméxico como operadora del vuelo, los daños y perjuicios causados por este retraso.  De no contestar se procederá a su Reclamación Judicial.

Finalmente, se tuvo que interponer Demanda Judicial contra Aeroméxico, y ésta accedió a una compensación previa por pasajero para evitar llegar a Juicio.

Los nuevos vuelos fueron puntuales y llegamos a Cancún a las 21’30 h. Cuando salimos del aeropuerto son cerca de las 22 h y tenemos que ir a coger el ferry que va a Isla Mujeres. De haber llegado en el horario inicial –las 9’15 am- pensaba la opción de ir en bus ADO hasta la estación del Centro –seguramente hubiéramos comprado ya los pasajes a Valladolid para 3 días después- y allí coger un colectivo o un taxi hasta el embarcadero de Puerto Juarez –fuera el de Ultramar o el de Marítima-; la otra posibilidad hubiera sido coger un taxi, pero fuera del aeropuerto, porque dentro los precios son muy "turísticos".

Siendo las 22 h, tras un largo y cansado vuelo diurno, y sabiendo que a esta hora sólo había el ferry de Ultramar de las 22’30 h –luego hay el último del día a las 23’30 h-, nos dejamos “robar la cartera” y cogemos un taxi privado –pululan varios representantes de agencias en el aeropuerto, todas con el mismo precio-, que nos pedía 800 MXN de entrada, rebajando una a 700 MXN –nadie le llevará por menos afirmaba-. Se ofrecía también una furgoneta con plazas compartidas (240 MXN x 2), que va dejando a los diferentes pasajeros, pero con el cansancio acumulado preferíamos ir en taxi privado y asegurar llegar al ferry de las 22’30 h.

Llegamos al ferry de Ultramar (100 MXN adultos y niños >1’20 metros; 80 MXN niños >1 año) con margen para salir en el ferry de las 22’30 h. Tras unos 20 minutos llegamos a Isla Mujeres. Ya sólo quedan 5 minutos más andando hasta el hotel Xbulu-ha, que teníamos reservado.

     Día 3,4 – Isla Mujeres

Días para relajarnos en la paradisíaca Playa Norte, una de las más apropiadas para niños pequeños, sobretodo en su punta Noreste resguardada, que se convierte casi en una piscina natural, con aguas calmadas y poca profundidad.

Estos dos días, que además fueron bastante calurosos, nos los pasamos yendo y viniendo a los diferentes tramos de esta espectacular playa, con varias visitas a un pequeño arrecife localizado al lado del Mia Reef Hotel, que está enfrente de la playa, al que se accede por el agua también con poco profundidad.

Isla Mujeres ofrece otros reclamos para realizar actividades como el Dolphin Discovery o el Parque Garrafón. También hay otras playas pero no son comparables a Playa Norte. Un día accedimos a ella desde el lado Este, donde han creado una especie de Paseo Marítimo, y comprobamos que hay un fuerte oleaje en las pequeñas calas de este lado. También es popular alquilar carritos de golf para desplazarse por la isla, pero nosotros vinimos a Isla Mujeres sólo para relajarnos en la playa, y que nuestros peques se divirtieran en ella con cierta independencia. La principal calle turística es la Av. Hidalgo repleta de tiendas y restaurantes.

 Para cenar, localizamos en la calle de arriba -Av. Guerrero-, junto al Mercado, el restaurante Ruben’s que ofrecía buenos platos mexicanos, incluso con la posibilidad de pedir el menú del día, en un ambiente más tranquilo y a precios ligeramente más económicos que en la calle más turística de abajo.

En el mediodía, también hay al lado del Mercado unos restaurantes locales abiertos y con clientela local, pero no los llegamos a probar.

     Día 5 – Isla Mujeres-Cancún-Valladolid

Día para salir de Isla Mujeres y coger el primer bus para llegar y visitar Valladolid.

Nos levantamos temprano. Había valorado irnos en el Ferry Marítima de Punta Sam de las 8 am (40 MXN, niño 12 MXN), pero preferimos irnos en el más caro de Ultramar: podíamos llegar al de las 7’30 am (salen cada 30 minutos), va más rápido y está más cerca –el de Marítima está unos 600 metros más abajo fuera del pueblo-.

Navegamos hasta el embarcadero de Puerto Juarez y tomaremos un Taxi (100 MXN) hasta la estación ADO. El bus ADO de las 8’45 h que teníamos controlado ya estaba lleno, y el próximo no salía hasta las 10’30 h, pero nos informan que podemos ir en 2ª clase –con la compañía Mayab aunque vende los boletos la misma ADO-. Lo único es que va parando y en lugar de 2 horas, tarda 3. Preferimos salir ya y compramos los boletos (113 MXN). Por lo que comprobamos posteriormente, la diferencia con 1ª clase es la duración del viaje, y si te subes en ruta no tienes garantizado asiento, pero la comodidad de los asientos y la temperatura interior es la misma.

Llegamos a Valladolid casi 3 horas después. Está sólo a 160 km de Cancún, pero hemos cambiado de Estado y aquí es una hora menos. La estación ADO está sólo a 3 cuadras de la plaza Principal donde está nuestro hotel, el María de la Luz, al que vamos andando y donde ya nos instalamos.

 

Valladolid La capital del Oriente Maya como se define, es una ciudad tranquila y agradable –a diferencia de Mérida por lo que recuerdo- para pasear. Tiene imprenta colonial, es una buena base para visitar las ruinas mayas cercanas, y hay varios cenotes cerca o en la misma ciudad, como principales atractivos.

Empezamos nuestra visita de Valladolid desde su Plaza Principal o zócalo, el Parque Francisco Cantón Rosado caminando hasta el Mercado Municipal “Donato Bates Herrera” para captar un ambiente puramente local. Aprovecharemos para comer un plato de res y otro de puerco (75 MXN cada uno) en una de sus Taquerías locales, comprando después para postre 2 deliciosos dulces caseros (10 MXN cada uno) en un puestecito del Mercado. Dejamos el Mercado Municipal y vamos al cercano Cenote Zací. Si no hay intención de bañarse en él, hay una magnífica vista global –y una estatua de Chac Mool- desde la terraza de su restaurante, donde también vemos un par de mujeres haciendo tortillas, llamando la atención de nuestros peques. Salimos del cenote y bajamos hasta la Iglesia de Santa Ana, de la que vemos sólo su histórica fachada –ya que en las horas centrales del día está cerrada-. Regresamos por la 41, con bonitas casas de la época colonial y el Museo de San Roque. La popular Casa de los Venados, una casa privada que dos americanos convirtieron –tras casi 10 años de trabajo- en un Museo de arte popular mexicano, queda al girar en la calle 40. Llegamos al Parque Francisco Cantón por su parte sur, donde queda la monumental Catedral de San Gervasio, ahora también cerrada y que visitaríamos más tarde. 

Nos tomaremos un descanso en este también caluroso día dándonos un baño en la piscina del hotel. Otra opción, seguramente más atrayente, hubiera sido ir a refrescarse a  los cenotes Dzitnup, el Xkekén y/o Samula, a 6 km de Valladolid, pero ya habíamos visto hoy el Zací y teníamos pensado visitar y nadar otro día  en el Gran Cenote desde Tulum, por lo que nos dio pereza y más pensando en los peques que iban locos por probar la piscina.    

Reanudamos la visita de Valladolid caminando por la Calzada de los Frailes, construida en el Siglo XVI, que evoca el pasado colonial de la ciudad. Esta calle comunica con el Parque Sisal, donde se encuentra el Convento de San Bernandino de Siena, fundado en 1552 por la Orden Franciscana, seguramente el edificio más emblemático de toda la ciudad. 

En el Parque Sisal también hay un pequeño parque infantil, que los peques disfrutarán.

Volvemos al zócalo, donde ahora sí entraremos dentro de la Catedral de San Gervasio, aunque nos parece más impresionante su fachada que su interior.

Para cenar, alrededor de la misma plaza hay muchas opciones, hoy entraremos en el Bazar Municipal, en la esquina noreste, donde hay muchos restaurantes locales. Pediremos en uno un plato variado –que lo llama Huipil- para mínimo 2 personas que reúne varias delicias yucatecas, con tortillas para ir haciendo tacos, Lo acompañamos de un 1 litro de cerveza de raíz. Mañana probaríamos El Tequila del Mexico, en la esquina sureste, con mesas fuera y vistas a la Plaza. Ambas opciones recomendables.

     Día 6 – Valladolid-Ek Balam-Valladolid-Chichén Itzá-Valladolid

Día para visitar las Ruinas Mayas de Ek Balam y Chichén Itzá.

Ek Balam. (8h-17h) Situadas a 27 km de Valladolid, estas ruinas mayas fueron las ultimas en ser descubiertas en el estado de Yucatán. Presenta 45 estructuras, aunque sus dos edificaciones más impresionantes son El Palacio Oval y sobretodo la Acrópolis. Un aliciente a añadir es que se puede subir a estas dos estructuras, lo que nos permite observar mejor todo el conjunto del lugar, con amplias vistas de la selva circundante.

Aunque por la distancia podría llegar a pactarse el trayecto y la espera con un taxi particular, vamos primero al punto de donde salen los taxis compartidos para ir más tranquilos (calle 44 entre la 35 y 37). Son 50 MXN por plaza (los 2 niños ocupan 1). Nos ofrece salir de inmediato por 180 MXN. Serían sólo 30 MXN más y hubiéramos aceptado, pero le avisan que ya llega un pasajero más.

Llegamos en unos 20 minutos. La entrada (193 MXN, niño>3  65 MXN) ha subido bastante en los últimos años. Señal del aumento continuo de visitantes. A la entrada nos informan del Cenote Xcanché –se paga aparte- que queda a 1’5 km, por si nos apetece darnos un baño a la salida.

Caminamos hasta las ruinas. Vemos el Arco Maya y El palacio Oval, al que subimos. Desde arriba hay una buena vista de la Plaza Sur donde sobresale la Estructura 17 más conocida como Las Gemelas por sus dos escalinatas iguales. Más allá se ubica el Juego de Pelota. Y más al fondo, a lo lejos, divisamos el enorme edificio de La Acrópolis, con gente en lo alto y subiendo por sus empinadas escaleras centrales. Bajamos y caminaremos hasta ella para subir hasta arriba. Los escalones, aunque empinados, son bastante anchos. Hay que ir sin prisas y sobretodo sujetar a los niños pequeños en todo momento. Sobre la mitad de la ascensión hay un planta con sobrerrelieves restaurados y esculturas que veremos a la bajada. Llegamos a la cima y la vista es fantástica. Las otras estructuras mayas se ven muy abajo. Tras descansar iniciamos la bajada con tranquilidad. Pararemos unos minutos en la planta de las esculturas restauradas y continuaremos hasta abajo. Los peques corretearán un poco entre las ruinas y regresaremos por la parte derecha del Juego de Pelota, saliendo por el Arco Maya.

Nos ha gustado bastante esta ciudad maya desconocida para mí. Sobretodo, es un plus poder subir hoy en día todavía a sus principales edificios. Habremos estado hora y media. No vamos a ir al Cenote –ni siquiera traíamos bañador- porque tras volver y descansar un poco en Valladolid queremos ir luego a Chichén Itzá.

En la salida hay un taxi compartido aún sin pasajeros. Lo tomamos entero (180 MXN) y salimos de inmediato. Llegamos al punto de salida de los taxis a Ek Balam y, tras preguntar en la ADO los horarios de los buses a Chichén –iremos en el de la 1 pm- andamos hasta nuestro hotel a descansar una horita.

 

Chichén Itzá. (8h-17h) Es sin duda la ciudad maya más famosa del mundo, recibiendo actualmente más de un millón de turistas cada año. El ser posible su visita como excursión de un día, desde cualquier punto de la Riviera Maya seguramente ayuda a ello. Además, fue escogida para incluirse en las nuevas siete maravillas del mundo moderno. Su imagen es la majestuosa Pirámide de Kukulkán o El Castillo, pero también son de obligada visita el Juego de Pelota más grande de todas las ciudades mayas encontradas, toda la zona del Templo de Los Guerreros y las Mil columnas, o la otra zona alrededor del Observatorio y Las Monjas.

Salimos del hotel hasta la estación ADO para tomar el bus de 2ª clase de la 1 pm a Chichén (30 MNX). En una hora estamos comprando  la entrada (237 MXN, niños gratis). Son las 2 pm y vemos que es hora punta en la salida. Dentro hay bastante gente por supuesto –en la siguiente hora-, pero al menos la mayoría de grupos ya se han ido, o ya han salido.

Empezamos la visita como no podía ser de otra manera contemplando la preciosa Pirámide de Kukulkán, de la que recordaba sobretodo la emoción de haber subido por su escalinata hasta su templo de arriba hacía sólo 20 años. Entramos a continuación en el enorme Juego de Pelota con sus 70 metros de ancho y 169 metros de largo. Aparte de los aros por donde había que pasar la pelota, puede observarse arriba el Templo de los Jaguares, y muchas figuras talladas en sus paredes, entre otros atractivos. Volvemos a la Plaza Principal, donde, además de El Castillo, hay otros templos menores, como la Plataforma de Venus y la de los Cráneos. Ya observamos el Templo de Los Guerreros, pero antes de acercarnos a él, nos desviaremos 300 metros a la izquierda para llegar al Cenote Sagrado. Todo este camino está repleto de tenderetes turísticos, y dada la enorme competencia, los precios, tras el regateo de rigor, son más que aceptables. Volvemos a la Plaza y seguimos por el conjunto del Templo de los Guererros –donde al principio, en lo alto, se divisa la famosa estatua de Chac Mool- y el Grupo de las Mil Columnas, que podemos cruzar a través de él para acceder al Mercado y otros Juegos de Pelota y edificios menores. Volviendo a cruzar por las Columnas, seguimos bordeando la Plaza principal y tomamos un pequeño sendero a la izquierda para llegar a la última zona abierta al público. En el lado izquierdo, primero aparece El Caracol (Observatorio), seguido del Templo de los Tableros Esculpidos y acaba en los edificios de Las Monjas. Volviendo por el otro lado –como si fuéramos hacia la salida-, accedemos al pequeño Templo del Venado y al más interesante Osario o Tumba del Gran Sacerdote, que por un lado muestra una escalinata bastante derruida, y por otro se conserva bastante bien. Aunque ya pensábamos ir saliendo de las Ruinas, nos avisan que falta poco para cerrar. 

Salimos de Chichén en su hora de cierre –las 17 h- y en ese momento están los dos autobuses, el que sigue para Mérida y el que va a Valladolid, al que subimos nosotros. Pillamos asiento por los pelos.

Día muy intenso e interesante visitando Ruinas Mayas. Lo finalizaremos cenando en El Tequila del Mexico, a la izquierda de la Catedral de San Gervasio, una sopa de lima, unos nachos y unos lomitos de Valladolid. De postre probaremos unos deliciosos enamorados de crema caseros, que vendían unos jóvenes en la Plaza.

Hoy era 6 de Enero, día de Reyes, y pasaron motorizados los Reyes Magos de Tizimín alrededor de la Plaza, echando unos caramelos, que nuestros peques agradecieron.

     Día 7 – Valladolid-Tulum-Ruinas-Tulum

Día para volver a la costa, en concreto a Tulum y visitar sus Ruinas Mayas con vistas al Mar Caribe.

Tras desayunar magníficamente por segundo día dejamos el hotel y vamos a la estación ADO a tomar el bus directo de primera clase de las 9’25 h (120 MXN) –segunda clase costaba 92 MXN-. En hora y media llegamos a Tulum, y como en el Estado de Quintana Roo es una hora más, ya son las 12’00 h.

Andamos unos largos 800 metros hacia la derecha de la calle principal –la Av. Tulum- hasta el hotel que teníamos reservado, el Tulum Inn. De camino ya vemos los colectivos  que van a Playa del Carmen (conocida como Playa), y que tomaremos luego para ir a visitar las Ruinas de Tulum.

Ruinas de Tulum (8h–17h) Son las únicas Ruinas Mayas al lado del mar. Su imagen más conocida es la visión lateral de El Castillo –su edificio más emblemático- con el Mar Caribe a sus pies.

El desvío a las ruinas queda a unos 4 km, pero los taxistas pedían un fijo de 80 MXN. Iremos a tomar los cercanos colectivos a Playa –salen de enfrente del Subway- que cobraban 20 MXN hasta el desvío a las Ruinas. Ahora queda andar unos 700 metros –o esperar al tractor (20 MXN) que va haciendo el trayecto-. En el agradable paseo hasta la entrada –hoy hace menos calor- vemos alguna iguana.

Compramos la entrada (70 MXN, niños gratis) y vemos antes de entrar un coatí. La Ruinas están rodeadas de un pequeño muro que tiene una forma rectangular, con dos entradas por el lateral oeste. Cruzamos el muro por la entrada cercana al mar, donde tras cruzarlo aparece La Casa del Cenote, y un poco más allá, asomado al Mar Caribe, El Templo del Viento. Descendemos hasta la Playa que le queda detrás, que no está abierta al público, al estar protegida para el desove de tortugas. Desde aquí, ya se divisa más adelante, en la siguiente colina, la pared lateral de El Castillo. Pero antes de llegar a él, a nuestra derecha, queda la Plataforma de los Caracoles y el Gran Palacio, con varias iguanas paseando por sus restos. Llegamos hasta El Castillo, pero para tener una visión más amplia de su conjunto vamos hacia el sendero más interior. 

Tras el Castillo está la pequeña Playa que está abierta al público. En las horas centrales del día y en un día caluroso parece que suele estar abarrotada, pero ahora está bastante tapado  y no hay demasiada gente. La idea inicial era, tras la visita de las Ruinas, salir y caminar unos 15 minutos hasta Playa Paraíso, mucho más espaciosa, pero tiene pinta de ponerse a llover en cualquier momento, y ya nos quedaremos aquí.

Bajamos por la escalera de madera hasta la playa de la Ruinas. Efectivamente, se pondrá a llover débilmente. Como hay una parte donde la roca está inclinada puedes estar en la arena sin mojarte, pero unos mexicanos de Guadalajara con niños van saliendo del agua y dicen que se está mejor dentro. Y era verdad, se estaba más caliente en el agua y con la visión inigualable de El Castillo. Después paró de llover y se estuvo muy bien en la playa, casi sin gente. La única pena es que a las 17 h cierran las Ruinas y nos hubiéramos quedado más rato, aunque hoy calor no es que hiciera demasiado. Hacemos las últimas fotos de las Ruinas antes de salir y andamos hasta la carretera. La cruzaremos para esperar un colectivo que vuelva a Tulum pueblo (20 MXN).

Para cenar descubrimos La Chiapaneca, frente al Subway unos 100 metros más hacia el Centro, un excelente restaurante local ofreciendo tacos, antojitos y tortas. La especialidad son los deliciosos Tacos al Pastor. Si no se va pronto habrá que esperar mesa, pero valdrá la pena.

     Día 8 – Tulum-Gran Cenote-Tulum-Akumal (Grand Oasis Tulum)

Día para nadar en el Gran Cenote y llegar a Akumal para relajarnos 3 días en el TI del Grand Oasis Tulum.

El Gran Cenote (8h-17h) se ubica a 5 km de Tulum, en la carretera a Cobá y Valladolid. Está parcialmente abierto, semi sumergido en una cueva, y con un agua cristalina en la que nadan peces y tortugas.

Los taxis cerca del hotel pedían de 80 a 100 MXN –pero si son sólo 5 km, o 6 km apurando, desde el hotel !!!-. Vamos hasta la estación ADO, a ver si salía pronto un bus de 2ª clase, que pueden ir parando; pero eran las 9 am y el próximo tardaba bastante –a las 8 y pico había salido uno-. Preguntamos por aquí a algún taxista más, y uno finalmente nos llevará por 60 MXN.

Compramos la entrada (150 MXN, niño>3 90 MXN) y pronto tenemos la primera visión preciosa, con un color de agua y un entorno que invitan a sumergirse en él. Nos cambiamos y bajamos para ir entrando individualmente en el agua. Había leído que el agua en los Cenotes suele estar muy fría, pero nosotros la encontramos muy agradable –hoy no hacía demasiado calor fuera-. La sensación de ir nadando en una cueva viendo pececillos –no en una gran densidad- es muy gratificante. Incluso llegué a ver una tortuga nadando debajo de mí.! Lástima que la vieja cámara acuática se escacharrara el último día haciendo snorkel en Isla Mujeres ! Siguiendo la cueva se llega a enlazar –nadando por un túnel bajo las estalactitas- hasta otra entrada del Cenote. Realmente todo el entorno es precioso.

A pesar del nombre, no es un Cenote muy grande, por lo que se recomienda ir a primera o última hora para evitar aglomeraciones. Sobre las 9’30 am, cuando fuimos nosotros había unas 10-15 personas y lo disfrutamos muy tranquilamente. Al salir, nos secamos arriba sobre el césped bajo un sol, en el día de hoy muy agradable.

Para volver al Tulum Inn, preguntamos a un taxista que esperaba fuera y nos pide 100 MXN. Lo vemos caro, y apenas un minuto después un taxi que bajaba hacia Tulum nos llevará por 70 MXN hasta el hotel.

Empaquetamos el equipaje para salir del hotel e ir en colectivo hasta Akumal (35 MXN) –son los mismos que van a Playa- que nos deja en la misma entrada del Grand Oasis Tulum, donde aún no nos darán la habitación –aquí te tienes que esperar hasta las 15 h- pero ya nos ponen la pulserita para poder ir a comer.. 

     Dia 9,10- Akumal(Grand Oasis Tulum)

Días de relax y tranquilidad para disfrutar de los servicios dentro del hotel, tanto nosotros como los peques.

La playa de arena blanca frente al hotel no era demasiado ancha, pero el agua estaba muy limpia –no había algas- y en su acceso no había apenas piedras –por comentarios que había leído de algunos hoteles de la Riviera Maya-. Además, el arrecife estaba bastante cerca para hacer snorkel desde la playa, aunque en estos dos días hizo un poco de viento –izaron incluso los del hotel bandera roja, aunque yo veía más la amarrilla-, y no apetecía demasiado hacerlo. No obstante, de vez en cuando se veían pececillos cerca de la orilla. 

Caminando por la playa, hacia la izquierda se llegaba a una parte de rocas, más cercana aún al arrecife, y hacia la derecha se llegaba hasta la playa del Hotel Bahía Príncipe, más ancha, aunque se veía alguna alga en el agua y más fuerte oleaje, al quedar el arrecife mucho más lejos.

     Dia 11 – Akumal-Playa del Carmen

Salimos después de comer del hotel para llegar a Playa del Carmen, donde hoy pasearíamos por ella, disfrutando de su playa mañana.

Desde la carretera paramos un colectivo hasta Playa (40 MSN). Su parada –y la de los colectivos que van a Cancún- está en la Calle 2, entre las Avenidas 15 y 20. El hotel SC Hotel Playa del Carmen que teníamos reservado estaba a pocos metros, en Av. 20.

Playa del Carmen es la ciudad que más ha crecido con el turismo. Su posición estratégica hace que pueda ser una buena base para ir haciendo excursiones diarias. La peatonal Quinta Avenida, repleta de tiendas y restaurantes, es seguramente su calle más conocida y concurrida. También hay que tener en cuenta la calle 12, donde hay varios clubs y discotecas, siendo aconsejable no coger el hotel en ella, o cerca de ella.

Salimos a pasear, bajando por la calle 2, cruzamos la Quinta Avenida a la que más tarde volveríamos, para llegar hasta la playa. Observamos como entran y salen los ferrys de Cozumel del cercano Muelle. Andamos por la playa hasta el cercano Parque Fundadores donde sobresale la escultura del Portal Maya. Está bajando el sol y hay mucha animación a esta hora. Vemos que aparece un grupo de Voladores de Papantla que realizarán su característica actuación. Después, bajo el Portal Maya, un grupo de actores, pintados y vestidos como auténticos mayas, interpretarán una Representación Maya de la Danza del Fuego.

Salimos del Parque Fundadores entrando en la 5ª Avenida, que la recorreremos un tramo para ver el ambiente.

     Dia 12 – Playa del Carmen-Cancún

Día para ir a la playa en Playa del Carmen y llegar a Cancún, donde mañana a las 20’30 h ya teníamos el primer vuelo de vuelta. Realmente, hoy en día desde Playa hay mucha frecuencia de autobuses  hasta el aeropuerto de Cancún, por lo que no necesitas ir a Cancún para nada si no quieres, pero recordaba sus bonitas playas con aguas turquesas –más bonitas en mi opinión que las de Playa- de mi último día del viaje de hace 20 años, y quería volver a verla y enseñarla a la familia.

Bajamos hasta la playa. Andamos por ella hasta un tramo un poco más ancho, cerca del Coco Loco, donde ahora por la mañana aún seguían algunos la “fiesta”. Mientras los peques juegan en la arena caminaré por la playa hasta el Gran Porto Resort donde la playa hace curva y hay un pequeño muelle. Por aquí hay algunas barcas, que por los colores parecen de pescadores pero que están más bien para hacer salidas turísticas. Más allá del Porto Resort empieza Playa Mamitas, más alejada del Centro pero un poco más ancha y quizás algo más atractiva que la playa del Centro.

Volvemos al hotel para ya salir de él, y tomar el colectivo hasta Cancún (35 MXN), que nos dejará en la esquina de las Avenidas Tulum y Uxmal, en el otro lado de la Estación ADO. Andamos los 500-700 metros hasta el Hotel Hacienda Cancún, que teníamos reservado en Cancún Pueblo.

Cancún fue el inicio de la explosión turística que ha significado la Riviera Maya. La lengua de tierra que forma isla Cancún -la Zona Hotelera-, está repleta de Playas, que aunque públicas, la mayoría de sus accesos están acotados por los grandes hoteles. Puede tener poco sabor mexicano, pero las playas de arena blanca con aguas turquesas son incuestionablemente atractivas.

Hoy, al caer la tarde, daremos un paseo hasta el cercano Parque Las Palapas con un moderno Parque Infantil y varias actividades para niños. Los peques se lo pasarán súper. También hay muchos pequeños restaurantes si se quiere tomar o picar algo.

Para cenar, en la Av.Yaxchilán –más arriba de la Av. Sunyaxchén-  hay muchos restaurantes. Nosotros elegimos la Taberna de los Amigos, un sport bar, con varias televisiones retransmitiendo deportes. Hay promociones cada día de la semana. La del jueves, con los nachos mixtos (para 2) y un litro de sabor, muy recomendable.

     Dia 13,14 – Cancún-Playa Caracol-Cancún...Mexico DF-CDG-BCN

Día para ir a la Zona Hotelera para despedirnos del viaje en alguna Playa de Cancún.

La idea inicial era ir a alguna de la cara Norte como Playa Tortugas o Playa Linda, teóricamente más tranquilas que las que dan al Este. Pediremos opinión en el hotel y nos recomiendan Playa Caracol, que también da al Norte, aunque muy cerca de Punta Cancún cuando ya se gira al Este. Le haremos caso.

Vamos hasta la Av. Tulum por donde pasa el bus R1 (10’50 MXN) que pasa por la Zona Turística. Nos bajaremos en Plaza Caracol. Vamos a Playa Caracol por el acceso público y el trozo de playa lo vemos muy estrecho. A la izquierda y derecha hay dos hoteles que parecen tener un amplio espacio de playa. Como todas las playas en México son públicas, decidimos acceder a la playa de la derecha, donde está el Coral Beach, y pasar la mañana allí, con vistas al faro de Punta Cancún. El agua tiene el mismo color turquesa como recordaba. Incluso vemos algún pececillo en ella. Tras la playa volvemos a Plaza Caracol, donde hay un Supermercado Chedraui, con comida hecha y mesas en el piso de arriba. También hay helados y cafetería.

Después ya volveremos con el bus hasta la Av. Tulum, para ir al hotel y preparar el equipaje.

Para ir al aeropuerto el hotel ofrece un taxi por 300 MXN, pero la estación ADO está a 500 metros y hay salidas cada media hora (72 MXN), siempre con plazas.

Ya en el aeropuerto, en el check in nos ofrecen salir en el vuelo a México DF en un vuelo que salía una hora antes del nuestro, y así tener más tiempo para el tránsito. Por nosotros no había problema, pero algo mal tuvo que hacer el empleado de Aeroméxico en el billete, porque ya no pudo imprimir la última tarjeta de embarque. Tras el tránsito en Mexico DF -por cierto, primera vez que salimos de un país sin pasar control de aduana- volamos a París,  y en el mostrador de Air France del Terminal 2E el vuelo a Barcelona les aparecía como cancelado en el billete, y ellos no podían hacer nada. Nos mandan al Terminal 2F que es de donde salía el vuelo, pero sin la tarjeta de embarque los de seguridad no nos dejan pasar. Les comentamos que no pueden imprimirla en este Terminal. No se lo creen, pero les convenzo para que llamen... y pasamos. En el Terminal 2F, tras un largo rato de comprobación –menos mal que el tránsito eran 3 horas-, se dan cuenta que todo es culpa de Aeroméxico y nos crean un nuevo billete para poder imprimir las tarjetas de embarque. Saldremos y llegaremos finalmente a BCN. 

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