Playas de PUNTA CANA (RD)

Viaje del  29 de Diciembre de 2019  al  5  de  Enero de 2020

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  Día 7-14 – Playas de PUNTA CANA

Llegada puntual sobre el mediodía del vuelo de Latam desde Miami. Como desde el aeropuerto de Punta Cana no hay transporte público directo a las playas, y actualmente es una zona tan turística, habíamos reservado el traslado con el mismo chico que reservamos el apartamento por 25 US$. En el aeropuerto, en función de la zona del hotel, las tarifas “oficiales” empiezan en 30 US$.

Para estas primeras 4 noches habíamos reservado un Apartamento en la Residencial Espinal III, a sólo 150 metros del tramo de playa conocida actualmente como Playa Bibijagua –entre el Barceló y el Melià-, pero que forma parte de lo que antiguamente era conocida toda esta parte como Playa Bávaro. La ubicación no era casual. En mi Viaje a la República Dominicana en Abril de 1993, el único acceso a toda esta zona era la antigua carretera de tierra, llena de baches, procedente de Higüey, por la que vinimos en guagua, dejándonos en la entrada del único hotel que había por esta zona: el Melià Bávaro. Tuvimos que cruzarlo para acceder a la playa. Ya sabía que no me iba a encontrar aquellas kilómétricas hileras de solitarios cocoteros bordeando una preciosa playa virgen; pero la inmensa belleza de su arena blanca y el mar de aguas turquesas no podía desaparecer, a pesar de las ya incontables construcciones realizadas, y que actualmente Punta Cana sea visitada anualmente por millones de turistas (más de 4 millones en 2018).

 En esta tarde del 1º DIA, haremos un reconocimiento del entorno del trozo de playa más cercano, llamado ahora Playa Bibijagua. Hay un par de Comedores, tiendas turísticas, alguna agencia y un bar en la playa, aunque todos los servicios parecen dirigidos, más para el turista local que no para el de los hoteles internacionales. Nos quedaremos alrededor de este trozo de playa, que hoy -29 diciembre, domingo tarde-, se veían sobretodo locales. Para el bañito, se agradecen los 27 º grados de la temperatura del agua del mar, en contraste a los alrededor de 20 º que estaría en las playas de Florida del Golfo de México, de dónde veníamos.

Haré con los peques una primera inspección, caminando apenas 100 metros a la derecha, para comprobar que –tras unos apartamentos- pronto se llega a los dominios del Barceló Bávaro, que abarca un largo trozo de playa que no me desagradará, al haber en algún tramo -al menos- palmeras cerca del agua, ya que en la mayoría de los Resorts que vimos después comprobaré que han dejado la playa frente al agua arrasada de palmeras, para así poder ser ocupada por más hamacas. Una pena.

 

En el 2º DIA, tenía ganas de reeditar el paseo que realicé el 2 de Abril de 1993, siguiendo la playa virgen de entonces hacia la izquierda del Melià Bávaro. Desde Playa Bibijagua seguimos la playa hacia la izquierda. Tras alrededor de 100-200 metros ya llegamos al Melià. La choza donde se ubica el bar de la playa tiene el mismo aspecto de antaño.

Pasamos su tramo de playa y seguimos más para arriba. El paisaje, como era de prever, no se parece en nada al del 93. Han arrasado todo el palmeral que había entonces. Vamos encontrando más trozos de playa –cruzamos la parte nombrada ahora Playa Los Corales Bavaro- con más hoteles y apartamentos, sin ninguna palmera cerca del agua.

Unos metros después del Playa Turquesa Ocean Club –se vislumbra un poco más adelante un largo espigón- vemos un tramo con alguna que otra palmera, y apenas gente. Ya nos quedaremos aquí para disfrutar del agua y de la playa buena parte del día.

Los peques encontraron un coco caído y les hizo mucha ilusión, recordando lo mucho que les gusta el agua de coco. Nos faltaba el cuchillo cortacocos !!!

Iré a explorar la zona un poco más, siguiendo la playa más hacia la izquierda. Llego hasta una edificación que no permite seguir caminando por la playa, teniendo que rodearla por el interior para pasar –si no quieres bordearla bañándote-. Voy por dentro, y seguiré la playa un poco más. Se supone que llego –según Google Maps- hasta un pequeño tramo llamado Playa del Corralito, -por aquí está el Grand Palladium-, que poco después se convertirá en la más conocida Playa del Cortecito. Ya daré media vuelta para retroceder hasta la zona donde está la family.

Por la tarde, iremos volviendo hacia la zona del Apartamento. A los peques les hace ilusión subirse en una de las pocas palmeras curvadas que se ven –lejos del agua-, para emular a la que subió papi hace tantos años.

 

En el 3º DIA, iremos hacia la derecha de Playa Bibijagua hasta el cercano tramo de Playa Bávaro que ocupa el Barcelo Bávaro. Es un trozo muy largo –por tanto, no está tan masificado como otros, sobretodo lejos de su zona central, donde están el bar y la piscina principal-. Encontramos un rincón solitario delante de unas palmeritas y muy cerca del agua. Nos quedaremos aquí buena parte del día.

Iré hoy también a explorar, siguiendo la playa más allá del Barceló –hacia su derecha-. Al acabarse sus dominios empieza un tramo de playa virgen que llega hasta el Sequarium Punta Cana. Desde aquí, la playa vuelve a seguir, esta vez un largo tramo de playa totalmente virgen bordeando toda la Punta de los Nidos. Tiene el encanto de poder pasear un buen rato en solitario por estas, hoy en día, tan turísticas playas.

Hoy era 31 de Diciembre. 

Pensando en los peques, no nos queríamos esperar hasta la medianoche hora local, y pensamos en “celebrar” el Año Nuevo en horario europeo, las 7 pm en la República Dominicana.

Volviendo a la Playa Bibijagua, compramos unas Presidente en un Comedor local, para desear un Feliz Año Nuevo 2020 para todo el mundo!!!

 

En el 4º DIA por esta zona repetiremos en parte el día de ayer, volviendo a la zona de Playa Bávaro del Barceló Bávaro, quizás la parte de playa –si encuentras algún rincón solitario- que en conjunto más nos gustó de todas las que vimos, buscando el mismo rincón agradable con palmeras y cerca del agua.

Al caer la tarde, pondremos punto final al día, repitiendo las cervezas y un último baño en la Playa Bibijagua.

  

En el 5º DIA cambiamos tipo de alojamiento y de zona. Habíamos reservado para estos 3 últimos días un Todo Incluido, tan popular por estos lares, como despedida de viaje. El elegido fue el Paradisus Punta Canaconfiando en la cadena Melià, situado en la Playa de Arena Blanca. No podemos compararlo con otros del lugar, pero no nos gustó y no lo podemos recomendar. Básicamente, se supone que es un 5 estrellas, pero la comida tiene la calidad y la variedad de un 3 estrellas de la Costa Brava, siendo generosos; sobre los restaurantes temáticos… que en el japonés la única posibilidad de plato principal sea una mezcla de res, pollo, arroz y verduras…. ya queda todo dicho. Además, tenía muy mala organización, con largas esperas si algo no funcionaba –o directamente pasaban de venir-. A partir de ahora, ya dudaremos de la garantía y calidad Melià.

Para ir desde nuestro Apartamento en Playa Bibijagua al Paradisus podemos hacerlo en la guagua que hace el trayecto Verón-Uvero Alto. Su parada está sólo a 100 metros de los Apartamentos, en la entrada del Barceló. Pronto llega la que va a Uvero Alto y nos subimos (1 US$ ó 40 Pesos). Tras dejar atrás la playa del Cortecito nos avisan que nos bajemos. Nos bajamos a unos 100-200 metros de la entrada del Paradisus. Hay que dejar el equipaje con los maleteros –entrada a las 15 h-, pero ya nos ponen la pulserita para que podamos comer.

En esta primera tarde nos dedicaremos a conocer las dimensiones del hotel, la ubicación de sus restaurantes y bares, sus kids club, y su ancha y larga playa, correspondiente a la Playa de Arena Blanca. Aunque no tenía palmeras cerca del agua, al menos, excepto su tramo más central donde se ubicaba el bar principal, en el resto no había apenas gente, pudiendo disfrutar con tranquilidad, tanto del baño como de los cócteles.

Habitualmente, nos quedábamos en los colchones del Sunrise bar, en el extremo izquierdo del complejo.

 

 En el 6º DIA iré a explorar caminando hacia la izquierda del Paradisus. Sigue siendo la Playa de Arena Blanca. A la altura de Pelicano Sports, la playa hace curva  y aparecen unas fotogénicas rocas dentro del agua. Siguiendo más, se pasa por un tramo con tiendecitas locales –llamado, según Google Maps, Mercadillo del Guineo Maduro-. Luego, cuando pasa a llamarse Playa de Arena Gorda, se ensancha aún más la playa, y queda ocupada por cientos o miles de hamacas, que corresponden a varios mega resorts: varios hoteles de la cadena Iberostar, siguiendo con los de Riu, y después los de Bahía Principe.

Es un trozo de playa muy impersonal y muy masificado. Sin valorar la calidad de los hoteles, el tramo de playa me parece el menos atractivo de todos los vistos. Después, ya volveré sobre mis pasos, para acabar la caminata descansando en un colchón, saboreando un coco loco.

 

 

En el 7º DIA iré a explorar caminando hacia la derecha del Paradisus. Es un trozo de playa bastante ancho, sin nada reseñable a destacar hasta llegar a la Playa del Cortecito. Por aquí, cuando la playa es un poquito más estrecha, hay un pequeño tramo de playa pública con algunos tenderetes y bares que parecen más dirigidos a los locales. Después vendrá el tramo llamado Playa del Corralito. Reconozco el punto al que llegué caminando el 2 º día desde la Playa Bibijagua. Luego ya venía la horrenda construcción que cortaba el paso por la playa.

Volveré al Paradisus para disfrutar nuestra última tarde en el Complejo.

 

 

En el 8º DIA tenemos aún toda la mañana para darnos los últimos baños y repetir los mejores cócteles. Realmente, aunque la comida y la organización en el Paradisus no nos gustó; al menos, sí que disfrutamos de una gran variedad de cócteles de frutas tropicales -con o sin alcohol-, tumbados en los colchones ante una preciosa playa de arena blanca –aunque sin palmeras, eh!- frente a un mar de agua limpia y turquesa.

 

Después de comer, nos duchamos –hemos tenido que dejar la habitación a las 12 h-, y negocio con los maleteros los 40 US$ que son la tarifa “oficial” de taxi desde esta zona al aeropuerto. Al final, como una furgoneta tenía que ir ahora al aeropuerto a recoger turistas, pactamos el trayecto con ella por 25 €.

Facturamos el vuelo con Latam Airlines que nos devuelve a Miami, llegando puntualmente a las 18’30 h. 

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