Relato Viaje a UAE y Oman

Diciembre  de 2009

 

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 Día 1,2 – BCN-Munich-Dubai

Vuelo plácido, y mayormente nocturno, con Lufthansa aterrizando on time sobre las 6 de la mañana en Dubai. Como curiosidad del avión, que parecía nuevo, todos los baños están juntos, tras una puerta tipo salón del oeste y bajando unas escaleras. Muy práctico. También, nuestra bebé de 4 meses casi parecía estrenar  la cuna que le habían habilitado de lo impoluta que estaba.

Este primer día en Dubai es una especie de tránsito para nuestra primera parte de las vacaciones, que será el Viaje a Irán. Pero como nuestro avión hasta la ciudad iraní de Shiraz no salía hasta las 20’55,  disponemos de prácticamente todo el día para empezar las visitas de Dubai, que  haremos en varias partes.

Antes de salir del aeropuerto, en la zona de llegadas, comentamos en la Agencia de alquiler de Budget (ya habíamos reservado por Internet un coche de alquiler para dentro de 8 días, al volver de Irán) que necesitaremos una silla para bebés y que también visitaremos Omán. Nos confirman la reserva y sus precios, anotándose lo de la silla y lo de Omán, así ya tendrán en la recogida los papeles necesarios para que el coche puede entrar en Omán.

Saliendo del aeropuerto, hacia la izquierda, tras los taxis, hay una consigna para poder dejar el equipaje.

Este primer día en Dubai lo dedicaremos a la zona de Deira. De hecho, ya habíamos estado una mañana en Dubai, en una stopover de medio día, regresando de nuestro Viaje a Sri Lanka y Maldivas, de Febrero de 2005. En esa visita relámpago vimos lo esencial de Old Dubai: los diferentes Souqs de Deira, cruzar en Abra hasta Bur Dubai, y ver lo principal de esta otra ribera del río. Hoy reeditaremos la visita de Deira, pero más completa y más tranquilamente.

Para ir al corazón de Deira no sirve el nuevo Dubai Metro que habían inaugurado (aunque sólo algunas estaciones) el 9-9-2009. Hay que ir en algún bus o taxi. No tenemos prisa por lo que tomaremos el bus 11 que acaba en  la Gold Souq bus station, cerca del Zoco del Oro. Ya notamos el primer cambio respecto a casi 5 años atrás: ya no se paga al subir al bus, sino que previamente hay que comprar una tarjeta (se descuentan 3 AED en cada viaje al acercarla al detector). Como quizás no tomemos ninguno más no la compraremos: un hindú al que le habíamos preguntado antes se sube en nuestro bus y marca nuestros 2 billetes en su tarjeta, abonándole nosotros el dinero.

Seguiremos el recorrido del bus 11 hasta su final y nos preparamos para la visita de Deira. Estamos a principios de Diciembre y hace una temperatura excelente para caminar. Seguiremos un poco el orden del itinerario propuesto en el “Paseo por los zocos de Deira” de la Lonely. Aunque antes de empezar por su inicio, el Spice Souk, nos acercamos al río, el Dubai Creek, para recordar la bonita imagen de los numerosos dhows fondeados en la orilla, sus abras (barcas públicas de pasajeros cruzando el río), y la visión del Barrio de Bur Dubai  en la otra orilla. Del recorrido, al que dedicaremos toda la mañana, destacaremos, aparte del paseo por sus dos zocos más populares (el de las especies, y el del oro),  la visita a la Heritage House, una casa restaurada donde se intenta reflejar una casa antigua de los Emiratos, con las diferentes estancias en torno a un patio. Más que su valor arquitectónico (todos los edificios turísticos de los diferentes Emiratos dan la sensación de tener pocos años construídos), nos gustó su detallismo, y la relajación que ofrece su Patio, con su parte central sombreada y dispuesta con unas alfombras y cojines donde puedes recostarte, al tiempo que saboreas un té acompañado de unos buñuelos de harina que te ofrecen gratuítamente. A uno le da pereza levantarse, y volver a salir a la ciudad, y suponemos que en verano todavía más.

Acabado el paseo por los zocos, no nos convence para comer la vacía Afgan Kebab House que propone la Lonely y acabaremos en el food court de un pequeño centro comercial local. Tras reponer fuerzas, descartamos pasar a la otra orilla del Dubai Creek para visitar el barrio de Bastakia, posponiendo su visita para el último día del viaje.

Dedicaremos la tarde a seguir paseando por Deira, pero alejándonos de la Old Deira. Cerca de la Deira Towerencontramos una zona interior pero al aire libre, resguardada del tráfico de la Al-Maktoum Rd, donde hay un restaurante iraní con unos sillones y sillas muy cómodos, ideal para tomar un té o café a media tarde. Volveremos al río para comprobar el ir y venir de las abras, y echar una ojeada a los dhows anclados, que por aquí son embarcaciones turísticas utilizadas para los Cruceros por el río. Acabaremos el paseo en la Union Square, donde hay una estación ya en funcionamiento del nuevo Dubai Metro, que tenemos curiosidad de probar para volver al aeropuerto. En nuestras fechas, de las 3 estaciones que habrá en el aeropuerto sólo estaba operativa la del Terminal 3. Desde aquí, hay un shuttle bus gratuíto que conecta con los otros terminales. Nosotros tomaremos el que va al Terminal 1, para facturar nuestro vuelo a Shiraz, que salía a las 20’55 horas.

 Días 2-10 – Relato Viaje  a  IRAN  

 Día 10 – Isfahan-Dubai-Sharjah

Llegamos al aeropuerto de Dubai sobre las 20’15 horas, con un  vuelo de hora y media, desde Isfahan. Trámites bastante rápidos, tanto en el control de pasaportes como en la recogida de equipajes, y vamos directamente al stand de Budget a recoger el coche que teníamos alquilado para 11 días. Como ya sabían que queríamos ir a Omán, nos preguntan cuántos días estaremos en Omán (cada día tiene un 50 % de sobrecargo sobre la tarifa en UAE) y qué día entraremos (es necesario contratar un seguro extra para Omán, por 125 AED, válido para 10 días consecutivos), para escribirlo en la Hoja del Seguro que ya tenían preparada. Todo según lo previsto, vamos a recoger nuestro coche, el Toyota Yaris  que  habíamos elegido, que ya lleva la silla para bebés (75 AED) que habíamos solicitado, y del que nos sorprende un amplísimo maletero que no esperábamos.

Antes de irnos, tras unas breves explicaciones sobre el coche del operario de Budget (más por preguntas nuestras que por iniciativa suya), y como no nos lo daban, pedimos un road map y nos traen un mapa de los UAE, muy útil para orientarte en las capitales de los siete emiratos, especialmente, en Dubai, Sharjah y Abu Dhabi.

Salimos del aeropuerto de Dubai sobre las 22’00 y, como para el día de mañana habíamos previsto visitar tranquilamente Sharjah (y así también relajarnos un poco de la intensidad de nuestro reciente viaje por Irán), habíamos reservado el hotel directamente en Sharjah para dos días, en lugar de quedarnos esta noche en Dubai para mañana cambiarnos de hotel; por tanto, tras salir del aeropuerto hay que cambiar de sentido para dirigirse hacia Sharjah, a escasos 10 km de Dubai. Habíamos reservado finalmente en el hotel Tulip Inn Sharjah (250 AED/desayuno con Booking) que, al igual que los hoteles que elegimos posteriormente en Dubai, estaba muy cerca de un gran Centro Comercial, en este caso el Mega mall, con lo cual pensamos que siempre puede haber indicaciones que nos ayuden a llegar más fácilmente hasta el hotel. Aunque ésta vez fue la excepción (era ya de noche y no salimos por la salida correcta de la autovía al Centro de Sharjah) y acabamos preguntando por el Mega Mall (es una ventaja que lo conociera todo el mundo), para llegar finalmente al hotel.

Destacamos, como de posible interés turístico, durante nuestra búsqueda del hotel, la visión de la King Faisal Mosque, bellamente iluminada.

 Día 11 – Sharjah

Día para relajarse después de la intensidad del viaje a Irán,  viendo los principales atractivos de Sharjah. Destacamos principalmente pasear por el Central Market, el Fish Market, llegar hasta la Corniche y dedicar la mayor parte del tiempo a las: Heritage Area, sobresaliendo en ella el Souq al-Arsa; y a la contigua (quedan separadas por la Burj Avenue) Arts Area, donde destaca especialmente el Sharjah Art Museum. Entre ambas queda el fuerte histórico de Al Hisn, que en nuestra visita estaba cerrado por reformas.

La visita al caer la tarde al Mega Mall, contiguo al hotel, es nuestro estreno a los grandes Centros Comerciales, tan populares en los Emiratos. En todos estos enormes Malls, aparte de alguna particularidad propia de cada uno, suelen encontrarse la mayoría de firmas internacionales, amplia oferta para comer en su food court, una o varias casas de cambio, y, en general, ser los lugares de ocio utilizados por sus residentes, mayormente extranjeros.

 Día 12 – Sharjah – Khasab (Península de Musandam - OMAN)

Hoy nos dirigiremos hacia la Península de Musandam, territorio Omaní, separado del resto del país, y situado al Norte de los Emiratos, que promete paisajes espectaculares, para llegar hasta Khasab, que ejerce de capital de la provincia.

Desde Sharjah (nos orientamos muy bien con el  mapa que nos dieron en Budget) nos tenemos que dirigir hacia el norte. Comentamos que, desde Sharjah, seguiremos la llamada carretera 11, pasando por los Emiratos de Ajman y Umm al Quwain (no entra en sus centros urbanos). Dicha carretera se junta, antes de llegar a la capital del Emirato de Ras al Khaimah, con la autovía 311, que sería la vía más rápida para llegar hasta la Península de Musandam, sobretodo si se viene desde Abu Dhabi o Dubai.

Desde nuestro hotel de Sharjah retrocederemos hasta la Waset Rd, para girar hacia la izquierda (dirección norte) y seguir unos cuantos kilómetros hasta llegar a una calle, donde en el otro lado las casas parecen ser más sencillas.  Nos fijamos en el cartelito de la calle y vemos que el otro lado ya pertenece a Ajman. Parece que esa imagen nos confirma lo que reflejan las guías, que Ajman es el Emirato más pobre de los siete. Como no queremos ir al Centro de la capital de Ajman, giramos a la derecha (dirección Umm al Qwain). Hay poco tráfico y se avanza rápido. Pronto llegamos y pasamos el Emirato de Umm al Quwain (no nos dirigiremos tampoco hacia su Centro). Poco después de juntarse nuestra carretera con la autovía 311, empezaremos a atravesar el núcleo urbano del Emirato de Ras al Khaimah (RAK). Aquí ya hay un poco  más de tráfico. Nos sorprende que, a pesar de ser un Emirato fronterizo con una parte de territorio Omaní (la península de Musandam) no vemos ningún cartel informando qué calle tomar para ir a Omán. En el mapa de RAK que nos dieron en Budget tampoco mostraba ninguna indicación al respecto. Nos orientamos con el pequeño mapa que tenemos de la Lonely: Hay que llegar y seguir la calle que está debajo de la Al-Muntasir Rd. Curiosamente, cuando ya estamos varios kilómetros en las afueras siguiendo la carretera aludida, ahora sí que vemos un cartel informando que la última parada de esta vía es la frontera con Omán, a unos 25 kilómetros.

 

Llegamos a la frontera. En el lado de los UAE nos dan unos tickets para pagar 20 AED por pasaporte como tasas de salida del coche, y otros para pagar 5 AED por pasaporte (cuando volvimos a salir de los UAE por la frontera de Abu Dhabi sólo nos dieron los tickets de 20 AED ¿?). En fin, comprueban rutinariamente los papeles del coche, y nos dirigimos al lado de Omán, donde tenemos que hacernos el Visado, 6 OR por pasaporte. Ya nos piden la Visa directamente (intuyen que no tenemos Riales). Suponemos, como en todo Musandam, que el pago en AED (siempre a 1 RO = 10 AED) también lo aceptarían, aunque no lo preguntamos. Tras echar un simple vistazo al maletero del coche, ya podemos entrar a territorio Omaní.

 

La carretera panorámica que comunica, en unos 40 km la frontera con Khasab, la capital de la provincia de Musandam, ya justificaría la visita  a esta parte de territorio omaní. La mayor parte del recorrido transcurre bordeando la recortada costa: a la derecha, se van viendo montañas y acantilados escarpados y pelados; y a la izquierda, van apareciendo algunas bellas y solitarias playas, de una fina arena blanca y aguas turquesas, que invitan a hacer alguna parada. Casi a mitad de camino, se cruza la villa de Bukha, que aparte de su larga playa, nos llama la atención su fotogénico castillo, a pie mismo de la carretera. Como es nuestro primer castillo omaní, no nos resistimos a visitarlo. Aunque no hay nadie en ese momento en recepción, las puertas de la entrada están abiertas y nos invitan a descubrir su interior. Es relativamente pequeño en comparación con los más famosos del país (Nahkal, Jabrin, Bahla..) pero nos gusta esta primera toma de contacto con las fortalezas omanís.

Seguimos nuestro camino hacia Khasab, y, momentáneamente, la carretera dejará la costa para adentrarse en su interior y subir una pequeña colina. Cuando empezamos a bajar el repecho, volvemos hacia el mar, y se abre ante nuestros ojos una envolvente panorámica con una amplia lengua de mar entrando en la costa (se ven barcos en medio y se vislumbra como la carretera sigue por el otro lado de la gran bahía que se forma), que bordearemos para ya afrontar los últimos kilómetros previos a la entrada en Khasab.

 

Khasab, aunque ejerce de capital de la provincia, no deja de ser en conjunto un pequeño pueblo con sus habitantes desperdigados en varios núcleos de población. El más compacto está en su parte nueva, con un par de calles y varias plazas asfaltadas que albergan la mayor parte de servicios de la ciudad (bancos, tiendas de comestibles, restaurantes..).

El alojamiento es escaso y tiene una calidad/precio bastante mala (aunque será algo general en Omán). Primero, tras bordear la bahía a la que aludíamos antes, unos kilómetros antes de entrar en la ciudad, encontramos el Golden Tulip Resort,  que es el hotel más caro y utilizado frecuentemente por grupos. Entrando en la ciudad (primero viene su parte antigua), con el castillo de Khasab a la vista, aparece el Lake hotel (que no salía en las guías) y que no llegamos a preguntar (aunque leímos posteriormente a un viajero que pagó 30 RO, regateando, y era bastante básico, según él). Nuestra primer opción era el Khasab hotel(doble 35 RO; 45 RO jue/vie/festivos). Hay que seguir el par de kilómetros que falta hasta llegar a la parte nueva de la ciudad. En la rotonda, en lugar de entrar a la ciudad, seguir recto (dirección al aeropuerto o a Dibba) unos metros más, y ya aparece la entrada al hotel. Los precios de la web son ligeramente regateables (nos rebajaron un 10 %). Realmente en su web parece más lujoso de lo que es (habitación amplia pero sencilla), pero el entorno de su piscina es agradable, y el desayuno buffet correcto. Siguiendo por la misma carretera del Khasab hotel hacia el aeropuerto se llega a la otra opción de alojamiento, los Esra apartment, de precio/calidad parecida (o sea, mala), pero nos gustó más el entorno y la ubicación del Khasab hotel.

Para comer, aparte del restaurante del hotel, por la parte nueva hay varias opciones económicas regentadas por hindús, con sandwiches, kebabs, pollo asado o pizzas.

Por la tarde, intentamos realizar, al menos un tramo, de la carretera a Dibba que penetra por el interior de la península, pero estaba cortada, suponemos que por obras. Aprovecharemos para pasear por las callejuelas del Old Khasab, que dicho sea de paso no le encontramos demasiado encanto. Como cerraban pronto por la tarde, dejaremos la visita del Khasab Fort para la mañana del último día. Optamos por acercarnos al muelle para ver el ir y venir de los nativos en sus pequeñas barcas.

Volviendo al hotel, reservamos el “ full day dhow cruise ” para mañana. Es la excursión, digamos, imprescindible para captar la toda la belleza de esta parte de Omán. Los precios son los mismos en todas partes (20 RO full day, 15 RO half day). Recomendamos el full day, ya que permite ver una parte más alejada de los fiordos, con el sol de la tarde intensificando los colores y la belleza del paisaje, y, casi con toda seguridad, navegar junto a más delfines, además de incluir el almuerzo.

 Día 13 – Khasab-Fiordos de Musandam-Khasab

Excursión a los Fiordos de Musandam: Nos pasan a buscar al hotel y recorremos la corta distancia hasta el muelle, que está por la zona del Old Khasab, para subirnos a nuestro dhow. Hay acondicionada una amplia zona del barco con alfombras, y grandes cojines para apoyarse, para los pocos turistas que somos. Parece que estaremos amplios y muy cómodos. Además, el día es espléndido, soleado y sin viento.

Salimos del muelle y hay un corto tramo con algo (muy poco) de oleaje hasta que entramos en los fiordos, concretamente, en el Khor Ash Sham, de 17 km de longitud. Ya dentro, el agua es muy calmada. A medida que vamos adéntrandonos, va aumentando la belleza del paisaje. En el barco van ofreciendo té, bebidas y fruta, sin escatimar. Al rato, nos acercamos a una zona casi deteniéndonos. Los de la tripulación intentan divisar delfines. Vemos también por aquí algún que otro barco (más masificados) con más turistas; pero más que molestar, añaden una fotogénica nota de color a la imagen que forman el azul del mar con el marrón de las montañas. Pronto se dejan ver (y nos ven) los delfines. El juego es entonces empezar a navegar, y a los delfines les gusta nadar junto al barco. La verdad es que se ven muy bien. La ventaja respecto a otros lugares que los hemos visto es que aquí no hay oleaje. Estamos dentro de un fiordo y las aguas están tranquilas. 

Tras disfrutar de los delfines, alcanzamos poco después la Telegraph Island. En torno a ella, es un buen lugar para hacer snorkel (en el barco proporcionan el equipo). El agua es cristalina y hay mucha visibilidad. Se ven algunos peces de colores. Estamos a mediados de Diciembre, pero encontramos el agua a una buena temperatura (en pleno verano, en la costa brava de Girona no está más caliente). Eso sí, para los turistas omaníes que nos acompañaban estaba fría. Tras un buen rato de snorkel (quizás demasiado para lo que había), ya esperamos que sirvan la comida. Se demorará hasta que no venga una barquita, cuya misión es llevarse a las dos personas que han escogido el half day tour, y retornarlos a Khasab (uff, con el hambre que hay ahora qué pocas ganas había de irse). Tras el lunch, que consistía en ir sirviéndose ensalada, arroz y pollo a voluntad, seguiremos navegando adentrándonos más en el fiordo. Cuanto más hacia adentro, lógicamente el agua está todavía más calmada. Tanto, que llega un momento que parece un espejo, reflejándose los acantilados en el agua. Por aquí, las montañas parecen tener más color (o quizás es ya reflejo del sol de la tarde). Haremos otra parada en torno a Seebi Island, donde podremos hacer otro snorkel. Aquí ya sólo repetirá un servidor. Peces parecidos a los que vimos por la mañana en Telegraph Island. Aquí el agua aún es más calmada, parece un espejo. Tras la parada, nos dirigiremos al cercano fin del fiordo, donde hay una altísima montaña con el Seebi village a sus pies. Los habitantes de los cinco pequeños poblados (alrededor de 100 los más grandes) esparcidos a lo largo del fiordo, no tienen acceso por tierra; pero parece ser que no les falta agua potable y electricidad (se supone que ningún pueblo en Omán debe carecer de ellos). Los poblados no se visitan, sólo se ven desde el barco (y al menos en nuestro caso desde una cierta distancia). Volviendo por la parte derecha del fiordo (ahora los colores sobre las montañas y los otros barcos son preciosos), nos señalarán el Sham village. Poco después, buscaremos otra vez los delfines para hacer el mismo juego que por la mañana. Tras el show con los delfines ya tomaremos rumbo al muelle de Khasab, donde nos espera la furgoneta que nos llevará de regreso al hotel. En conjunto, la excursión nos ha parecido muy relajante e interesante.

Día 14 – Khasab (Oman) – Dubai (UAE)

Dejamos el hotel, pero antes de irnos de Khasab, nos detendremos en la parte de Old Khasab para visitar el monumento histórico más popular de la ciudad: el Khasab Fort. Con la entrada (0,5 RO, como todos los fuertes) nos dan un Mapa de Carreteras del país, que nos irá muy bien para cuando volvamos a visitar otra parte del país. Destacamos del fuerte su enclave, con la bahía a un lado y las montañas detrás. Quizás no tiene las dimensiones de las fortalezas más interesantes de Omán, pero tiene su encanto. Además, hicimos casi toda su visita en solitario. En el patio han habilitado una torre que contiene una película audiovisual donde se van explicando diferentes aspectos (de sus gentes, de la tierra, de los animales…) de la península de Musandam. La chicas que llevan la tienda de souvenirs se desviven para explicarte todo lo que tienen. Parece que aún no están demasiado habituados al turismo, o al menos, a grandes aglomeraciones.

Salimos de Khasab y volvemos a disfrutar de la bella carretera panorámica para volver a los Emiratos. Antes de llegar a la frontera, no podemos resistir volver a parar para darnos un bañito en una de las preciosas playas solitarias que vamos viendo. No podemos estar toda la mañana (a las 17’30 tenemos hora en el Burj Arab de Dubai) y seguimos hasta la frontera. Trámites más rápidos que a la ida (sólo sellar los pasaportes en ambos lados sin pagar nada). Llegamos y cruzamos la capital del Emirato de RAK y, esta vez, tomaremos la autovía 311, que va un poco por el interior y se llega relativamente rápido a Dubai. En el trayecto destacamos bonitos paisajes de desierto, con dunas y camellos.

Llegamos a Dubai, y como esta tarde la habíamos dispuesto para conocer los edificios más emblemáticos de la parte moderna de la ciudad, habíamos decidido reservar el Najd hotel (299 AED con Booking), sobretodo por estar situado a escasos metros del Mall of the Emirates, uno de los centros comerciales más conocidos (sobretodo por su pista de esquí) de la ciudad. Sólo hay que llegar al Finantial Distrit y tomar la amplia Sheikh Zayed Rd, que nos irá enseñando sus altos y conocidos edificios, destacando su nueva estrella, el Burj Dubai (o Burj Khalifa según el nuevo nombre). Sólo hay que estar atento a la salida del Mall of the Emirates, para localizar nuestro hotel: Hay que cruzar la Sheikh Zayed Rd, se entra al parking del Carrefour y se sale en la primera salida a la derecha.

Dubai, que en los últimos años ha intentado destacar sobretodo por su extravagancia: construyendo islas artificiales en el mar, crando la pista de esquí que comentábamos antes en una zona desértica, levantar el edificio que será el más alto del mundo cuando se inaugure…. No podíamos dejar de visitar el icono, por nuestras fechas, más sobresaliente de la ciudad: el Burj al Arab hotel, un hotel que se autocalifica de 7 estrellas y cuya visita –hay que reconocerle un excelente marketing- parecía imprescindible al visitar Dubai. Era necesario reservar mesa (te dan un código) para poder entrar en su recinto y poder visitarlo. Nosotros teníamos hora a las 17’30 para tomar el té en el Sahn Eddar Hall. Desde nuestro hotel – al lado del Mall of the Emirates- llegamos en poco más de 5 minutos en coche. Decimos el código y ya estamos dentro. Nuestra opinión global del hotel es que tiene un magnífico diseño. Su situación dentro del mar, con una bonita vista de la playa desde el Hall, del skyline financiero de Dubai -con el Burj Dubai sobresaliendo-, tiene su encanto. Desde uno de los ascensores exteriores (creemos que era el izquierdo), que están encima del mar, también se obtiene una vista del Palm Jumeirah. Aunque si uno se fija en la calidad/precio de cualquier comida o bebida que se tome puede pensar que le están robando…, no deja de ser una experiencia su visita (había muchos turistas en grupos moviéndose solamente por su entrada). Es posible que, tras la inauguración del Burj Dubai o Khalifa poco a poco su obligada visita pase a un discreto segundo plano, aunque realmente su diseño nada tenga que ver con el del edificio más alto del mundo.

Tras la visita del Burj al Arab, tomaremos con el coche la Jumeirah road hasta llegar a la bellamente iluminada Jumeirah Mosque, quizás la mezquita más popular de los Emiratos. Bajaremos por la Al Diyafa Rd hasta llegar otra vez a la Sheikh Zayed Rd, y volver a retomarla –como hicimos a primera hora de la tarde al llegar a Dubai- pero ahora con los altos edificios de la zona financiera iluminados. Al llegar a la altura del Burj Dubai, nos saldremos para poder observarlo con tranquilidad. Lo encontramos poco iluminado –quedaban pocos días para su oficial inauguración-. Nos sorprende gratamente desde fuera –parecía tener decoración extra por Navidad- el centro comercial del Dubai Mall, que nos dió la sensación de tener más glamour que el del Mall of the Emirates, y que ya adelantamos lo visitamos en la última noche del viaje, tras volver de Omán, y es el que más nos gustó.

 Día 15 – Dubai – Abu Dhabi

Antes de salir para Abu Dhabi, haremos la visita del centro comercial del Mall of the Emirates. Aquí la estrella y su reclamo principal es la pista de esquí. Por los demás, no le vimos nada especial respecto a otros Malls. Como anécdota, nos llama la atención ver bastantes personas con una camiseta rojiblanca, que intuímos –y luego se confirma- son aficionados del Estudiantes de la Plata uno de los finalistas de la Copa Mundial de Clubs, cuya final disputaba hoy contra el FC Barcelona en Abu Dhabi. Esta final era el principal motivo de nuestra visita a este nuevo Emirato, al que nos dirigimos tras dejar el centro comercial.

Siguiendo la Sheikh Zayed Rd, ya se enlaza con la autovía que nos llevará hasta Abu Dhabi. Sobre la hora y media de trayecto, ya estamos por la entrada de la ciudad. Se observa una bonita vista de la majestuosa Shiekh Zayed Mosque. También vemos el desvío al Sheikh Zayed Stadium, el escenario de la Final de fútbol al que volveremos esta tarde. Vemos, mirando el mapa de Abu Dhabi, que es bastante fácil orientarse. Habíamos elegido el hotel en su centro, y no hace falta salirse de la calle en que continúa la autovía que viene de Dubai. Llegando al cruce con la Hamdan St, giramos a la derecha, y pronto vemos el Al Maha Rotana Suites (638 AED/desayuno con Booking) , en el que teníamos la noche reservada.

Aprovecharemos la tarde en el centro de Abu Dhabi para pasear por su Corniche, la calle que da nombre a su Paseo marítimo, como en los otros Emiratos. Nos sorprende gratamente, al menos en un largo tramo, lo bien acondicionado que está para el peatón, incluso con rampas para minusválidos, a diferencia de los que hemos visto en Sharjah o Dubai. El paseo es muy relajado y agradable, apartado del ruido de los coches y con buenas vistas, en primer término del mar, y más allá de Lulu Island. Entramos a la Corniche por la Banyas st y la dejaremos por la Ittihad square. Comprobamos que el Old Souk está todavía en reconstrucción (y le falta bastante), y echaremos una ojeada al Qasr al-Husn o White Fort, que se supone es el edificio más viejo de Abu Dhabi.Volviendo al hotel, ya sólo queda la visita estrella del día,  asistir al Zayed Stadium  para presenciar la Final del Mundial de Clubs 2009, entre el campeón de la Champions League europea (FCBarcelona) y el campeón de la Libertadores sudamericana (Estudiantes de la Plata). Partido con emoción que finalmente se impuso el FCBarcelona logrando su sexto título del año y que, en nuestra opinión, fue el que más se lo mereció.

 Día 16 – Abu Dhabi – Al Ain(Jebel Hafeet) – Ibri (OMAN)

Antes de irnos de la ciudad de Abu Dhabi decidimos visitar los lugares de interés que hay en la zona denominada Breakwater, que queda situada al frente de la Corniche. Primero vamos hasta el Heritage Village, situado casi al final de la carretera que lleva hasta esta zona, donde se supone hay una recreación de souqks, mezquita tradicional y muestras de casas y comercios antiguos (suponemos que al estilo de los de Sharjah y Dubai); pero nos enteramos –la Lonely no lo indicaba- que hoy domingo está cerrada su entrada y nos tenemos que conformar con ver su puerta restaurada. No obstante, la visita hasta aquí ya compensa por sus vistas: a 100 metros se acaba la carretera y hay un bonito mirador donde se observa el mar, y más allá, la Corniche, el frente maritímo de la ciudad con el skyline de Abu Dhabi como telón de fondo. También hay por aquí una enorme bandera de los UAE. Volviendo hacia el centro, vemos sólo desde fuera el Centro Comercial Marina Mall, pero nos desviaremos ligeramente para visitar el Emirates Palace, un hotel de auténtico lujo asiático, que, a diferencia del Burj Arab de Dubai, no hay problema en entrar en su recinto, dejar el coche, y visitarlo tranquilamente.

Ya dejaremos la capital de Abu Dhabi y, en ruta hacia Omán donde ya queremos pasar la noche, nos dirigiremos hasta Al Ain, situada a 150 km de cómoda autovía. Parece ser que hay en la ciudad un par de museos, un atmosférico oasis y alguna excavación arqueológica, pero, como sólo tenemos tiempo para hacer una visita, nos decantaremos por subir a la montaña de Jebel Hafeet, una carretera panorámica de 11’7 km, que sube 1219 metros. Quizás no sea la “the greatest driving road in the world by Edmunds.com”, pero hay bonitas vistas ascendiendo (y más descendiendo) de esta montaña desértica. Hay un hotel cerca de la cima, casi vacío en invierno, pero suponemos que en verano, aprovechando sus temperaturas más frescas, habrá más demanda. 

Tras la visita de Jebel Hafeet, ya queremos dirigirnos a la frontera con Omán. Al igual que nos sucedió al dejar el Emirato de RAK para ir a la provincia omaní de Musandam, no hay ninguna indicación para ir a Omán. Preguntamos, y hay que llegar hasta una amplia calle y girar a la derecha y seguir bastantes kilómetros. Así lo hacemos y, sólo cuando ya estamos cerca de la aduana de los UAE vemos la primera indicación en referencia a la frontera. Una vez pasada la frontera de los UAE está la particularidad que puedes tomar una carretera para pasar la frontera de Omán por Buraimi (si queremos ir directamente hacia el norte de Omán, a Sohar o Muscat), y otra carretera para pasar la frontera por Hafit (menos transitada, siguiendo por el interior de Omán, para ir a Ibri o a Nizwa). Ya teníamos decidido entrar por Hafit para poder dormir en Ibri, y así mañana realizar un trayecto en coche por alguna carretera poco transitada del interior del Norte de Omán, que cruza las montañas Hajar, disfrutando del paisaje. Hay bastantes kilómetros, desde que dejamos la aduana en los UAE, hasta llegar a la frontera omaní de Hafit. Está cayendo el sol y se ven preciosos paisajes de coloreadas montañas. Ya en la frontera, el trámite de hacernos otra vez el visado (6 RO), echar una ojeada al maletero, y tomamos rumbo a Ibri. Pronto anochecerá, pero los 140 km hasta Ibri son de una poca transitada autovía.

El alojamiento en Ibri, como en la mayor parte de Omán, es escaso y caro por la calidad ofrecida. En la misma autovía, unos 9 km antes de llegar a la ciudad, vemos (en el otro sentido de la autovía, pero sin problemas para cruzar) el Ibri Oasis Hotel. Era la opción inicial y conocida de la ciudad, pero vimos por internet que alguien informaba de los Al-Majd Hotel Apartments (20 RO / 30 RO), situados en el centro de la ciudad, a 50 metros antes de llegar a la rotonda principal de Ibri, y hacia allí nos dirigimos. Realmente, no nos acabó de gustar, sobretodo por una falta de mantenimiento acusado, pero ya pasamos de comprobar cómo debe estar la última opción conocida de alojamiento de la ciudad (en nuestras fechas de viaje) –y más económica-, la Ibri Guest House, situada en la rotonda de Nizwa.

Ya instalados, fuimos a un supermercado, que se suponía había un lugar para conectarnos a Internet. El espacio de Internet estaba cerrado,  pero notamos que por Ibri deben venir, o al menos alojarse, pocos turistas, ya que éramos el centro de las miradas.

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