INTRODUCCION

Rumania es un destino turístico muy completo, destacando por encima de todo sus preciosas ciudades medievales, las incomparables iglesias de madera de Maramures, y las extraordinarias pinturas interiores y exteriores de los monasterios de Bucovina.

Bulgaria centraliza parte de su interés histórico en la época de resurgimiento nacional, con preciosos pueblos -o partes de ellos-, que parecen anclados en el tiempo. Añadimos su ración de Iglesias y monasterios ortodoxos, y, si se quiere optar en verano por un final relajado y playero del viaje, tiene numerosas zonas a elegir a lo largo de la costa del Mar Negro,

Moneda

En Rumania tenían aún en 2012 los  leis (RON), con un cambio medio de 1 € = 4’5 RON.

En Bulgaria tenían aún en 2012 las levas (BGN), con un cambio medio de 1 € = 1,95 BGN.

Visado

No se necesita para los ciudadanos de la Unión Europea.

Vuelo internacional

A Rumania vuelan muchas compañías de bajo coste: Vueling, Blue Air, Wizz air, aunque finalmente optamos por Lufhansa (200 €), que un par de semanas antes de la salida ofrecía un precio parecido y además nos permitía hacer en la ida una larga escala en Munich, suficiente para pasear y conocer su Centro. La conexión con Bulgaria la realizamos en tren a la ida: Bucarest-Veliko Tarnovo, y a la vuelta, una primera parte en tren: Varna-Russe y, -aunque salía un tren Russe-Bucarest esperando dos horas y media- por rapidez y comodidad, optamos por hacer este último tramo en taxi. Los vuelos a Bulgaria normalmente suelen ser siempre un poco más caros debido a tener menos oferta.

Transporte Interior

El coche de alquiler es el transporte más cómodo, práctico y rápido para moverse por ambos países. Si sólo quisiéramos visitar las ciudades, entonces nos podría servir el tren y algún autobús, pero nos dejaríamos en Rumania dos de las zonas más espectaculares: las Iglesias de Maramures y los monasterios de Bucovina; y en Bulgaria, el transporte local nos haría perder mucho tiempo para enlazar sus pequeños pueblos con encanto y acceder a sus monasterios más conocidos. Añadir que en Bulgaria muchos coches funcionan con gas, mucho más económico que la gasolina, lo que abre la posibilidad a poder realizar trayectos en taxi de largas distancias a un precio asequible –más siendo varios-.

En Rumania optamos por alquilar un coche previamente con rentalcars durante 9 días (cat. Compact –Opel Astra- 258 € todo incluido), haciendo un total de 2.252 km y gastando 843 RON en gasolina. La compañía de alquiler era Hertz y la recogida/devolución del coche tenía que ser en el aeropuerto Otopeni de Bucarest.

En Bulgaria, a través de la oficina de turismo de Veliko Tarnovo, alquilamos con la compañía local Kamen durante 3 días (Volkswagen Passat 105 BGN todo incluido), haciendo 920 Km y gastando 24 BGN en gas y 170 BGN en gasolina. Seguramente será el alquiler más barato que hayamos hecho nunca, aunque hay que tener en cuenta que el coche tenía más de 200.000 km y no nos pareció que tuviera demasiado buen mantenimiento: el segundo día se encendió la luz del aceite y el coche parecía que no tiraba. Llamando a los Sres. de Kamen, la solución fue cambiar el modo de combustión de gas –más económico- al de gasolina ¿?. El coche volvió a ir bien, pero la luz del aceite ya no se volvió a apagar. Tuvimos un pinchazo el último día ya de noche, y la rueda de repuesto estaba deshinchada. Menos mal que nos pasó delante de una gasolinera !!!

Alojamiento

En ninguno de los dos países encontramos problemas de disponibilidad. Excepto el primer día en Bucarest, que llegábamos pasada la medianoche, siempre fuimos reservando una vez llegábamos al destino para tener más flexibilidad. Hay hoteles que ofrecen sus tarifas –y se pueden pagar- en euros directamente, pero la factura siempre será en la moneda local pudiéndose pagar en ella. Habitualmente también con tarjeta.

Los alojamientos elegidos durante el viaje fueron:

Bucarest – Hotel Charter (40 € desayuno buffet). Hotel cercano al aeropuerto. Tienen servicio gratuito de recogida/traslado al aeropuerto, aunque tienes que llamarles tras recoger el equipaje. Nos dieron una habitación que era un apartamento enorme. Recomendable.

Bucarest – Hotel Hello  (31 € - 35 €). Hotel cercano a la Gare de Nord, al lado del Ibis, que son de la misma cadena. Todo muy nuevo. Práctico para salir/llegar en tren; para ir/venir en bus al/del aeropuerto; o ir en metro al Centro de la ciudad en 20 minutos. Recomendable

Brasov  – Pensiunea Italiana  (35 €-160 RON). A 10 minutos andando a la céntrica Piata Sfatului. Comprobad el minibar antes de entrar, ya que no consumimos nada y nos dijeron que faltaban varias bebidas. Antes preguntamos en la Pensiunea Noemi (35 €) aún más céntrica y tenía buena pinta, pero estaba llena.

Sibiu – Hotel Simba  (50 € suite, desayuno buffet). También a 10 minutos andando de la ciudad vieja. Al lado estaba el Ibis, que entonces valía 49 €. En un edificio antiguo rehabilitado. Recomendable.

Sighisoara -  Hotel Claudiu  (165 RON desayuno buffet). A escasos metros de la entrada a la ciudad vieja. Edificio rehabilitado del siglo XVII. Con encanto. Recomendable.

Baia Mare -  Pensiunea Union (110 RON desayuno, Strada Crisan 9). Edificio neoclásico. Habitación de época y baño enorme. A 50 metros de la céntrica Piata Libertatii. Recomendable.

Borsa – Pensiunea Royal (70 RON). Primera pensiunea que se ve entrando en Borsa viniendo de Maramures. Gran restaurante con mucho sabor local, aunque comida sin encanto, excepto el postre de la zona. Práctico.

Voronet – Conacul Domnitei  (100 RON). Preciosa casa, a unos metros de la carretera, rodeada de verde y con el bosque detrás. La comida en su restaurante -de influencia moldava-, deliciosa.  Recomendable.

Lacu Rosu – Pensiunea Floare de Colt (100 RON). Sólo quedaba una bonita habitación en la buhardilla, con vistas a las estrellas, aunque no nos gustó la comida de su restaurante.

Curtea de Arges – Mesterul Manole (85 RON triple, 70 RON doble). Motel situado en la entrada de la ciudad, lejos del centro. Tiene un gran restaurante abajo, que lo calificaríamos como el peor del viaje.

-- BULGARIA --

Veliko Tarnovo – Guest House en Gurko 52. (30 BGN). En la misma estación de tren nos ofrecieron una habitación/apartamento en esta histórica calle, llevándonos hasta ella. Correcta.

Koprivstitsa – Family Hotel (44 BGN gran desayuno). El nombre de Family Hotel, únicas palabras en caracteres latinos, vimos después que era una etiqueta muy popular en muchas casas de huéspedes de Bulgaria. Queda a unos 500 metros siguiendo la carretera, quedando su entrada unos metros a la izquierda. El hombre alto con pelo y bigote blanco que lo regenta sólo habla búlgaro. El desayuno fue inacabable: varios tipos de queso, jamon, y abundante y deliciosa mermelada de mora. Aparte del té o café, para beber sirvió una gran jarra de más de 1 litro de pura leche de vaca –previamente hervida-. Recomendable.

Rila Monastery – Primer hotel bajando del Monasterio (50 BGN triple, desayuno). Justo a la derecha de la carretera. Frente a un campo de ovejas, con los bosques y montañas de fondo. En su restaurante hay que saborear la trucha recién pescada. Recomendable.

Varna – Hotel Caprice (60 BGN desayuno). A unos metros de la Catedral. Práctico para estar en el Centro.

Varna – Three Dolphins hotel (60 BGN desayuno, Gabrovo 27). A unos metros de la estación de tren. Práctico para salir en tren por la mañana.

Chaika Kabakum Beach (15 km de Varna) – Hotel Devora (30 € desayuno buffet). Buscando el día antes un hotel con disponibilidad para 3 noches en alguna playa cercana a Varna elegimos éste en la zona de Chaika, la playa que queda antes de la más conocida –y llena de hoteles- de Golden Sands. El hotel sería equivalente a un 3 estrellas de las costas españolas. Quedaba a unos 200 metros de la playa –bajando algunas escaleras cruzando el bosque-, y en su piscina había un par de toboganes. Nos sorprendió el trato casi familiar del responsable del hotel ofreciéndose para cualquier cosa. Superó nuestras expectativas. Recomendable.

Comidas

Para nosotros, la comida podría ser un motivo más para visitar ambos países. Equivaldría a un tipo de comida similar al que estamos acostumbrados, aunque con un estilo, calidad –en general, nos pareció como más natural- y sabor propio, y a unos precios entre mitad y una cuarta parte de lo que costaría cenar en Barcelona.