Relato Viaje a Colombia II

Viaje del   5   al  20   de  Abril   de  2009

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  DIA 7 – Salento-Pereira-MEDELLIN

El próximo destino es la capital del Departamento de Antioquía, Medellín. Podemos acortar desde Salento tomando  el bus directamente al Terminal de Pereira (4700, 1h). Desde Pereira, pronto sale un bus semicama de Flota Occidente (30000, 5 h) a Medellín.

Antes de llegar hasta el Terminal Sur de Medellín, el bus hace una primera parada en la Estación Itagüí del Metro de Medellín (1500 cada viaje). Es práctico bajarse aquí si pensamos alojarnos cerca de una estación de metro, ya que  es el medio de transporte más rápido y seguro de la ciudad y cerca del Terminal Sur no hay ninguna.

Nos bajamos del Metro en la céntrica Estación de Parque Berrío, salida norte, donde queda el Palacio de la Cultura y la Plaza de las Esculturas. Nuestra intención inicial era llegar hasta el Hostal Odeón (que sale en varias guías) cerca del Parque Bolívar; pero a escasos metros del Parque Berrío vemos la fachada del Hotel El Continental (30000 20000), y  nos convence su amplia y limpia habitación, con baño y televisión. También, estar a las puertas del Metro en Medellín, nos parece muy conveniente.

Para comer por el Centro hay muchas posibilidades, pero en el Peatonal Pasaje Junín se concentran algunas opciones interesantes con un poco de estilo, como la terraza del Restaurante Agua Clara (para un menú ejecutivo (8500) o una cena romántica) o el Café Versalles (para desayunos, cafés o meriendas).

 

MEDELLIN. La capital del Departamento de Antioquía, quizás todavía más famosa por su pasado que por su presente, nos gustó. Un buen punto para empezar la visita de su Centro Histórico podría ser la encantadora Plaza de las Esculturas o Plaza Botero que bien podría ser un Museo al aire libre del famoso artista medillense debido a las numerosas esculturas suyas que pueden observarse en ella. Aquí también se ubicaba un stand de la Oficina de Turismo, que además del plano de la ciudad, también da la práctica Guía turística de Medellín, que contiene mapas visuales de zonas de la ciudad, y explicación de sus diferentes puntos de interés. En el extremo sur de la Plaza se ubica el Museo de Antioquía (7000), el museo más conocido de la ciudad. Pasamos al Parque Berrío, cuya construcción data de 1860,y frente él, la Basílica de la Candelaria, de arquitectura neoclásica,alberga un bonito interior. Detrás de la Basílica ya queda el peatonal Pasaje Junín, repleto de comercios y restaurantes. Siguiendo el Pasaje Junín se llega hasta el, posiblemente, lugar de más vida de la ciudad, el Parque Bolívar. La edificación dominante del Parque es la enorme Catedral Metropolitana, de la que se afirma es la iglesia más grande del mundo construida en ladrillo cocido. Su arquitectura románica alberga en su interior obras de arte también muy apreciadas. Cuando la visitamos, casualmente, salía desde su interior la Procesión de Sábado Santo.

Cerca del Centro, también pueden merecer una ojeada la Iglesia de San José, de estilo barroco colonial y la antigua Plazoleta de San Ignacio, con permanente actividad comercial, cultural y recreativa, en un ambiente enmarcado por sus ceibas centenarias. Otro paseo cercano es al Barrio de Prado, como muestra de la arquitectura local previa a 1950, con sus calles arboladas y sus lujosas mansiones, hoy reconvertidas a Teatros o Casas de Arte.

Ya fuera del Centro, fácilmente accesible por la estación de Metro que lleva su nombre, el Barrio de El Poblado es la zona moderna más popular, con la popular  Calle 10, y los alrededores del Parque Lleras, como epicentro comercial y de moda.   

  DIA 8 – Medellín-SANTA FE DE ANTIOQUÍA-Medellín…

Salimos temprano para ir a Santa Fe de Antioquía. Entramos en el Metro en Parque Berrío y en pocos minutos salimos en la estación Caribe, al lado del Terminal del Norte de Medellín. En la planta de arriba del Terminal, nada más llegar, podemos salir en taxi compartido (13000 pp) para Santa Fe. Cuando la carretera va saliendo de la ciudad, vemos -y recordamos por los reportajes de TV- las famosas colinas de Medellín, donde hace pocos años los narcos mandaban y tiroteaban en ellas. También puede verse el Metrocable, el nuevo teleférico construido para conectarlas con el transporte de la ciudad. El viaje hoy en día, entre Medellín y Santa Fe, se hace corto. Sobre la hora y cuarto el taxi nos deja en la Plaza Mayor.

 

SANTA FE DE ANTIOQUÍA es un pueblo típico de arquitectura paisa. Dejarse llevar por sus tranquilas calles, contemplando sus casas con sus antiguos ventanales de madera, sus coquetas plazas y sus coloniales iglesias, es muy gratificante.

Desde la Plaza Mayor, presidida por la Catedral Madre, nos acercamos a a Plaza de la Iglesia Jesús Nazareno, de estilo neoclásico, donde degustaremos un delicioso café con leche en el Crema y Café, en la misma plaza. Como más tarde habrá Procesión de Semana Santa, tras contemplar la bonita fachada e interior de la Iglesia de Santa Bárbara, de estilo barroco y que data de 1728, vamos al pequeño Terminal de Santa Fe, para ir en moto taxi (10000 ida y vuelta más espera) al Puente de Occidente, uno de los primeros puentes en suspensión del mundo.

Regresamos a Santa Fe y la Procesión del Domingo de Resurrección ya está llegando a la Plaza Mayor. Sin llegar a haber tanta gente, ni tener tanta pomposidad como las de Popayán, tiene su colorido y la seguimos un buen rato por las pintorescas calles del pueblo.

Tras la agradable visita de Santa Fe, vamos al Terminal y un minibús (13000) está a punto de salir para Medellín.

En el Terminal del Norte de Medellín preguntamos para salir en bus nocturno hacia Santa Marta y, como coincide con la vuelta de Semana Santa, compramos –sobre las 14’00- las últimas plazas en el bus preferencial de dos baños de las 20’00 h de Copetran a Santa Marta (120000, 14-15 horas).

Retornando con el Metro al Centro, aprovecharemos para bajarnos en la estación Poblado, para comer y pasear por esta moderna zona de la ciudad. Volvemos al Centro histórico para nuestros últimos paseos, degustaciones y compras por su calle más comercial, el Paseo Junín.

Recogeremos el equipaje en el hotel. Son tan amables que incluso nos dejan la llave de una habitación (sin tocar nada por favor) para cambiarnos y reorganizar el equipaje. Tomaremos el Metro una vez más, en la contigua estación de Parque Berrío, hasta la de Caribe, al lado del Terminal del Norte, para salir rumbo al Atlántico, a Santa Marta.

   DIA 9 – Santa Marta-PARQUE TAYRONA

El viaje desde Medellín ha sido cómodo y no se ha hecho largo. El bus casi no ha parado y sobre las 14 horas hemos llegado al Terminal de Santa Marta. Como no nos atraen ni la ciudad de Santa Marta ni su vecino Taganga (ni sobran los días), decidimos ir directamente al Parque Tayrona.

 

El PARQUE TAYRONA es, posiblemente, el Parque Nacional más espectacular de Colombia. Sin duda, es el más visitado. Creado en 1964, protege 27 especies de fauna y flora únicas de la región y 56 especies en peligro de extinción; aunque su reclamo más conocido son sus preciosas playas con palmeras, peñascos,  arena blanca y agua cristalina que las sitúan entre las mejores de Colombia.

Como dato informativo, nos dijeron que en los días centrales de la Semana Santa tuvieron que cerrar las puertas, y sólo dejar entrar a las personas que tenían reserva, ante la avalancha de gente que venía.

Desde el Terminal de Santa Marta, lo más práctico es ir en taxi hasta el cruce de la bomba de Matacoco (4000), y allí esperar a la buseta que sale desde el Mercado de Santa Marta, y pasa por la entrada del Parque (4000). Por supuesto, en el Terminal, los taxis se ofrecen a llevarte directamente hasta Tayrona (70000 negociables). La otra forma de entrada al Parque más utilizada es en barca desde Taganga, aunque creemos que no tiene ni un horario fijo, ni tarifa fija. Sale en función de la demanda.

La buseta nos deja en El Zaíno, que es la entrada terrestre más popular al Parque Nacional, por estar más cerca de las playas más bonitas. Tras pagar la tarifa de acceso actual al Parque (31000), el jeep  (3000) que va haciendo viajes de ida y vuelta entre la Entrada del Parque y Cañaveral, y que queremos tomar para ahorrarnos la caminata, le falta poco para salir. El conductor del jeep está esperando porque hay unas jóvenes francesas, que venían en nuestra misma buseta, ¡ que están regateando el precio de la entrada del Parque !. Es una situación tan ridícula que les pregunto si a ellas se les ocurriría regatear el precio de entrar en el Museo del Louvre, por ejemplo. Viajar para ver. El jeep se iba a ir sin ellas y acaban pagando.

Llegando a Cañaveral, está la opción de ir: con guía y caballo (yendo montado, o al menos para que cargue con el equipaje, 16000), o ir a pie hasta, como mínimo, Arrecife (sobre 45 min.), que es donde se encuentran los primeros alojamientos. No obstante, la zona más concurrida –pero más bonita- para alojarse es en San Juan del Cabo (45-60 min. más desde Arrecife). Si uno no va ligero de equipaje, recomendamos que alquile un caballo en Cañaveral. El camino de tierra  empieza un poco ancho, pero luego ya se convierte en sendero, con algunas piedras, y pequeñas subidas y bajadas. Oímos pero no vemos a los monos titís, que abundan en el Parque. Tras la caminata, unos metros antes de llegar a la Playa de Arrecife hay un cartel informando del primer alojamiento, la Finca Don Pedro, que queda en el bosque. Preferimos andar unos cien metros más y estar al lado de la playa.  Llegamos a las Cabañas Paraíso, donde van un poco sobrados, porque nos dicen que nos tenemos que esperar a que nos preparen la tienda. En el camping contiguo de Rancho Lindo son un poco más atentos (sin pasarse) y nos preparan la tienda (15000 pp), con colchón y sabana, enseguida.

Ya más ligeros, seguimos el recorrido por el Parque desde Arrecife. Primero hay que ir un tramo por la arena de la brava playa de Arrecife (no recomendada para el baño por su oleaje) donde ya se observan los vistosos peñascos del Parque Tayrona. Andando por la playa se observa a la izquierda una pequeña laguna con algunas aves en ella. Detrás de ella, está el camping de Bucarú –según la guía, de los mismos dueños que las Cabañas Paraíso- y la verja que lo rodea. Cuando se acaba el camping se puede retornar al sendero. Aparece una tienda –que muestra un cartel de panadería- y aquí, hay un doble camino, que puede pasar desapercibido: Siguiendo recto, por el interior, se llega directamente a San Juan del Cabo. Si queremos ir  a La Piscina, hay que tomar el sendero que queda a la derecha, que irá paralelo a la costa. De camino a La Piscina, se van viendo preciosas calas, pequeñas y solitarias, que junto a los cada vez más numerosos peñascos, forman un marco idílico. Nos cruzamos con pequeños establecimientos (con mesas para sentarse) que ofrecen bebidas. Un poco más allá, una mujer con naranjas nos exprime un vaso grande de zumo (3000). Llegamos finalmente a la tranquila playa de La Pisicina, un poco más grande que las calas que hemos pasado. Hay algunas personas, pero lejos de las que luego veremos en San Juan del Cabo. También aquí hay una mujer con naranjas para exprimir, además de alquilar equipos de snorkel. Nos damos un primer baño y reemprendemos el sendero –unos 15 min- hasta llegar a San Juan del Cabo. Lo primero que se observa son las numerosas tiendas plantadas en la inicial explanada por la que se entra; pero pronto nos damos cuenta de la belleza del lugar. El conjunto de palmeras, rocas y playas es, seguramente, el más bonito de todo el Parque. Hay una pequeña colina (donde hay un buen número de hamacas bien ventiladas) con vistas preciosas. Tras intentar saborear todas las vistas posibles desde varios puntos, seguiremos explorando hasta la siguiente playa. Es una playa más bien normal pero con la particularidad que es nudista. Volveremos para disfrutar de la belleza de las playas de San Juan del Cabo, donde además hay un restaurante que prepara diferentes platos (12000-18000) y tiene una amplia oferta de bebidas. Ya anocheciendo, regresaremos por el sendero directo a Arrecife.

  DIA 10 – PARQUE TAYRONA-Barranquilla-Cartagena

Hoy toca madrugar. Queremos subir hasta las Ruinas Tayronas de Chairama, en Pueblito.  Como la subida dicen que es un poco exigente, queremos salir bien temprano para evitar las horas de más calor. Partimos desde Arrecife sobre las 6’00 am por el sendero directo a San Juan del Cabo. Llegando al restaurante, hay que ir hacia la izquierda (queda a la derecha de los WC), hasta ver un cartel que informa del inicio del sendero: un tiempo aproximado (1’30 ida) y la recomendación de no empezarlo más tarde de las 13’00 horas. Nosotros también recomendamos llevar (bastante) agua. El cuerpo la pide.

La parte más inicial (corta) es llana. Vemos alguna ardilla roja (ya habíamos visto antes) trepar por los árboles. Pronto empezará el sendero de piedras que será de subida casi todo el rato hasta el final. Hay carteles alentadores que van informando del tramo que nos va faltando para llegar a Pueblito. Sobre fauna, se cruzó un armadillo, un metro por delante nuestro, pero desapareció raudo entre la maleza. Destacamos también unas mariposasgigantes, que cuando volaban extendían sus enormes alas de color azul. Llegamos por fin a Pueblito, y recorremos las ¿escasas? Ruinas Tayronas del lugar. La bajada se hace mucho más agradable. Nos vamos cruzando con gente que va subiendo (pero ahora hace más calor). Nosotros recomendaríamos salir bien temprano.

Retomamos fuerzas en el restaurante de San Juan del Cabo, y nos daremos nuestros últimos refrescantes baños en La Piscina. Volveremos a nuestro camping de Arrecife por el espectacular sendero bordeando la costa. Recogemos el equipaje, y partimos hacia Cañaveral. Nos cruzamos por el camino con un par de Indias (son las primeras que vemos) ¿Tayronas?, que visten unos bonitos vestidos. Lo que son las cosas, estamos saliendo del Parque a punto de llegar a Cañaveral, y, además de oírlos, también vemos los primeros monos titís, en lo alto de los árboles.

Tenemos suerte que el conductor del jeep, que ahora estaba en Cañaveral a punto de irse, nos ve de lejos y nos espera para hacer su recorrido hasta la entrada del Parque. Saldremos del Parque con una valoración muy alta sobre su espectacularidad. Recomendamos ir, sí o sí.

Excursión a Ciudad Perdida desde Santa Marta. Este trekking para ir y volver a estas Ruinas Tayronas situadas en la Sierra Nevada de Santa Marta es muy popular entre los mochileros. Parece ser que varias Agencias en la ciudad venden el mismo tour; aunque la primera en ofrecerlo fue Turcol. Si compensa la larga (5 ó 6 días) y relativa incomodidad (se duerme en hamacas), con los paisajes y restos de ruinas que pueden verse, parece ser que depende mucho del gusto y apreciación personal.

 Seguimos nuestro viaje ya fuera del Parque Tayrona, situándonos en la carretera dirección Santa Marta (no tenemos días para ir a La Guajira, ooooh) con intención de ir hasta Cartagena de Indias. Pronto pasa y para un bus. Preguntamos si va hasta Cartagena (26000) y dice que sí. Finalmente, el bus se quedaría en Barranquilla, pero el conductor nos compraría un billete con Berlinas del Fonce para el trayecto Barranquilla-Cartagena de Indias, que estaba a punto de salir (hay salidas contínuas entre ambas). Desde Tayrona habremos tardado unas 3’30 horas, con apenas paradas.

Llegamos a CARTAGENA DE INDIAS al Terminal de Transportes  y nos subimos al autobús que va hacia el Centro (1500). Nos bajamos en el céntrico Monumento a la India Catalina. Como preferimos alojarnos en el Barrio de El Centro, tenemos que tomar la estrecha calle que aparece a la derecha de la Av. Venezuela (calle del Cabo en su tramo inicial) y seguir hasta la Calle El Porvenir, donde hay varios alojamientos. Si uno prefiere alojarse en Getsemaní,habría que ir desde el Monumento a la India Catalina hacia la izquierda, hasta la Calle de la Media Luna, donde hay varios alojamientos para mochileros.

Nuestra primera opción de alojamiento era el Hostal El Viajero (Calle del Porvenir 35, 70000-50000 ac / 60000-40000 ventilador, baño, TV, Internet). A unos metros, en la esquina con la Calle San Agustín, el Hotel Las Vegas (mismos precios, pero negociables) era incluso un poco más nuevo, pero de momento no tenía Internet disponible para los huéspedes.

Para comer y cenar, la oferta por el Centro es casi ilimitada. Hay lugares que por el mediodía ofrecían abundantes almuerzos (5500), y por la noche se transformaban en un escenario romántico, con velitas, para cenar a la carta. Para desayunar, un lugar muy recomendable y visitado por los cartageneros que van a trabajar, es justo debajo del Hotel Las Vegas, donde ofrecen pastas recién hechas y grandes vasos de jugos exprimidos al instante. Pasta + jugo Guanábana (4100).

  DIA 11 – CARTAGENA

CARTAGENA DE INDIAS es la joya colonial de Colombia. Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1984, pasear por las Calles y Plazas de su Ciudad Vieja amurallada es, posiblemente, el acto turístico más realizado de todo el país. La conservación de su arquitectura colonial nos pareció impecable y de una gran belleza.

Para la visita del CENTRO (Barrio que está entre las Murallas), uno puede inicialmente dejarse llevar por sus callejones, a cual más atractivo; pero si se quiere hacer un recorrido más o menos ordenado, los diferentes Puntos de Información Turística (hay en la Plaza de los Coches, Plaza de la Aduana y Plaza de San Pedro Claver) proporcionan un Mapa detallado que muestra un itinerario que recorre las Calles, Plazas, Casas y Monumentos Antiguos más representativos de la Ciudad Vieja amurallada. Nosotros empezamos y terminanos este maravilloso recorrido desde la conocida Puerta del Reloj, subiendo de vez en cuando a la Murallapara ir admirando las vistas. Recomendamos hacer el recorrido completo, porque  cada nueva esquina, nuevo callejón, puede sorprendernos algo.

Saliendo de la Ciudad Vieja por la Puerta del Reloj y siguiendo el Paseo de Los Mártires (que bordea el Parque del Centenario) se llega hasta el Barrio de GETSEMANI, que además de ser conocido por la oferta de alojamiento de la Calle Media Luna, tiene alguna plaza antigua interesante, como la Plaza de la Trinidad. Por sus calles, donde predominan las viviendas actuales de los cartageneros, puede palparse la actual forma de vida de los habitantes de la ciudad.

Ya por la tarde (en las horas centrales del día notamos mucho calor), tomaremos un taxi (5000) hasta el Castillo de San Felipe (14000). Desde abajo pueden verse sus murallas, ya que el castillo se sitúa en una  colina de 40 metros. Desde lo alto de la fortaleza pueden contemplarse sus almenas, cañones y amplias vistas (se vislumbran el Convento de la Popa y el Barrio de Bocagrande, por ejemplo). Lo que más nos llamó la atención es un complejo sistema de túneles que comunicaban diversas partes de la fortaleza. Algunos están abiertos al público.

Ya bajando del Castillo, lo rodearemos (hacia la izquierda) para llegar hasta el curioso monumento de Los Zapatos Viejos, una muestra del cariño  (tanto, como el que tendríamos a unas queridas botas viejas) que sentía un escritor por su ciudad, por Cartagena.

Volveremos caminando con tranquilidad hasta el Barrio de Centro (al caer la tarde sopla una suave brisa por Cartagena que se agradece) para subir y recorrer algún tramo de la Muralla que rodea la Ciudad Vieja y saborear una fotogénica puesta de sol, contemplando el mar, la muralla, los cañones, y el sol ocultándose en el horizonte. 

  DIA 12 – Cartagena-Volcán TOTUMO-CARTAGENA

Hay dos excuriones populares a realizar por los alrededores de Cartagena: Islas del Rosario y Volcán Totumo. Las Islas del Rosario son un conjunto de 27 islas rodeadas de agua cristalina y con corales abundantes. De entrada suena muy bien, pero habíamos leído de varios viajeros que la excursión de un día desde Cartagena es un poco un show turístico y que el tour les había defraudado ¿?. En la otra excursión, la visita al Volcán Totumo, el principal aliciente era bañarse con barro en la cima del Volcán. Como nunca lo habíamos experimentado, aprovecharíamos nuestra estancia en Cartagena para visitarlo.

Excursión al Volcán Totumo (40000): El minibús nos pasa a buscar al hotel para recorrer los 52 km que separan este volcán de lodo de Cartagena. La mayor parte del trayecto es por la carretera que va a Barranquilla. Sobre la hora llegamos ante el esbelto cono de 15 m de alto, al cual se accede por una escalera. Como vemos que de momentoen la cima no hay nadie (excepto un lugareño que se ofrecerá a hacerte un masaje), y el cono es bastante pequeñito, intentamos subir enseguida antes que haya aglomeraciones. Nos damos el terapéutico baño, embadurrándonos de lodo, a una temperatura muy agradable, hasta las cejas. Cuando ya tenemos bastante nos salimos para secarnos al sol. Desde la cima hay una buena vista de la laguna y la vegetación de los alrededorres. Para quitarte luego el lodo hay que ir a la laguna cercana. Las mujeres de los lugareños se ofrecen a ayudarte. La experiencia nos ha gustado, y el pequeño volcán lo encontramos muy fotogénico.

La excursión prosigue con un baño en la Playa de Manzanillo, a la espera que en el restaurante anexo nos preparen el plato de pollo o pescado que  hayamos elegido, que también se incluye en el precio. A continuación, se regresa a Cartagena dejando a cada uno en su hotel.

La última tarde en Cartagena la aprovecharemos para visitar su zona moderna, el Barrio de Bocagrande, que además dispone de la playa de la ciudad. Para llegar, cualquier bus (1200) que vaya  en dirección sur por la Av. Santander pasará por él; sino hay una caminata de unos 30 min. no muy agradable por el tráfico y/o el calor; o, por supuesto, en taxi (5000 desde Centro). La playa no nos pareció mal. Si a uno le sobra algún día en Cartagena, no es mal lugar para combatir el calor. En el barrio destacan los edificios altos de apartamentos y de algunos hoteles. También hay una gran variedad de restaurantes modernos.

   DIA 13 – Cartagena-Bogotá-ZIPAQUIRA-Chiquinquirá

Tras desayunar, tenemos que ir hacia el aeropuerto para coger nuestro vuelo a Bogotá. Desde el Monumento a la India Catalina, cualquier bus (1200) que vaya a Crespo nos puede dejar en la calle paralela al aeropuerto (50 metros). Facturamos rápidamente nuestro vuelo de Avianca, pero como hay un problema en la Torre de Control en Bogotá …. todavía no ha salido en el día de hoy ningún vuelo de Avianca hacia la capital. Acabaremos saliendo con más de una hora de retraso, y aún suerte que nuestro vuelo fue el primero en embarcar y en salir, con el comprensible enfado de alguno de los pasajeros que iban en alguno de los dos vuelos anteriores de Avianca, que suponemos los embarcarían poco después.

Llegaremos a Bogotá sobre una hora más tarde de lo habitual. A pesar de este imprevisto retraso, seguiremos con el plan previsto del día: ir a Zipaquirá para conocer su famosa Catedral de Sal,  y seguir ruta para intentar dormir en la colonial Villa de Leyva, que la visitaríamos mañana sábado. Desde el aeropuerto queremos ir al Terminal de Transportes. Compramos el tiquete para el taxi (12500) y en pocos minutos estamos en el Terminal. Desde el módulo rojo sale el bus a Zipaquirá (3400, 2-2’15 h). Para ir desde el Centro de Bogotá, seguramente sería más rápido tomar el Transmilenio hasta la estación Portal Norte, desde donde también salen buses a Zipa (palabra que grita el conductor del bus para referirse a la ciudad, cuando se detiene para recoger gente).

Llegamos al Terminal de ZIPAQUIRA y tomaremos un taxi (3000) para que nos lleve a la majestuosa CATEDRAL DE SAL (17000), donde hay una Catedral, o quizás más concretamente, lugares religiosos de culto, dentro de unas Minas de sal. La visita, inicialmente acompañados de un guía, consiste en ir descendiendo por la mina e ir parando en las diferentes capillas, donde el guía da una explicación. Cada capilla tiene algún aspecto diferente que la hace interesante, sea por la Cruz, el tallado, el color que la ilumina... Se sigue bajando hasta llegar hasta una gran abertura de la Mina donde puede verse una gran Cruz. Por aquí se despedirá el guía. Hay una tienda, un pequeño Museo y puede verse una película –de escaso interés- en 3D. Después, ya cada uno por su cuenta y al ritmo que uno desee, hay que ir retrocediendo hasta la salida, que es la Entrada de la Mina. Muy interesante.

Para volver al Terminal, es todo bajada desde la colina en la que está la Catedral de Sal. Pasaremos por la Plaza de los Comuneros,donde a su alrededor están las edificaciones más interesantes de Zipaquirá, como la Catedral Diocesana de San Antonio que, con el sol de la tarde cayendo, se realzaba su silueta. Llegando al Terminal, nos dicen que el último bus a Villa de Leyva salía a las 17’00 h… y ya son las 17’30 h. Bueno, aún tenemos la opción de ir a las afueras, por donde pasan los buses que vienen de Bogotá. Vamos en taxi (4000) al Parador de la Reina, y pronto pasa un minibús que va hasta Chiquinquirá (10000).

Llegamos al Terminal de CHIQUINQUIRÁ y ya no salen buses para Villa de Leyva en el día de hoy. Un taxista ofrece un transporte express, pero ya hace más de una hora que ha anochecido y ya nos empieza a gustar la idea de quedarnos a dormir en la capital religiosa de Colombia, como se hace llamar por un milagro relacionado con  el retrato de la Virgen del Rosario, que muestra su Basílica principal. La ciudad incluso fue visitada por el Papa Juan Pablo II,en 1986.

Cerca del Terminal ya hay varios alojamientos (35000-25000; baño TV), además de algún restaurante que ofrece cenas corrientes (4500). Siguiendo la calle principal desde el Terminal (sobre un 1’5 km), se llega al Parque Julio Flórez, alrededor del cual había más alojamientos. El Parque, y las calles adyacentes, son la zona de más ambiente de la ciudad. Era viernes noche y se veía mucha juventud. 

  DIA 14 – CHIQUINQUIRÁ-VILLA DE LEYVA-Bogotá

Antes de partir a Villa de Leyva haremos una breve visita de CHIQUINQUIRÁ. Volvemos al Parque Julio Flórez, donde se encuentra la blanca Iglesia de la Renovación. En su interior puede verse una réplica del retrato de la Virgen del Rosario. Siguiendo por la calle de la izquierda del Parque (opuesta a la Iglesia de la Renovación) pronto se llega a la Plaza Alta, donde se alza la majestuosa Basílica de la Virgen del Rosario,con su imponente fachada de piedra arenisca. Su bonito interior alberga el original retrato de la Virgendel Rosario. Curiosamente, alrededor de la Plaza Alta sólo se ven restaurantes, prestos para dar servicio a los numerosos devotos colombianos que visitan la Basílica habitualmente.

Volveremos al Terminal de Chiquinquirá, tras recoger nuestro equipaje en el hotel, para tomar el pequeño bus (7000) que va directo a Villa de Leyva, llegando a su Terminal sobre una hora después. El Centro queda andando sobre unos 500 metros. Pronto puede observarse lo turística que es, con la abundancia de alojamientos, tiendas y restaurantes que se van viendo.

VILLA DE LEYVA es otra joya colonial de Colombia, con sus Calles empedradas, Plazas, Pequeñas Iglesias, Parques y Casas Antiguas, destacando por encima de todas ellas su enorme Plaza Mayor, de 14000 metros cuadrados. Esta enorme Plaza es uno de sus mayores orgullos, aunque tanta lejanía entre sus esquinas, ¿quizás cautive menos?. Curiosamente, un autóctono del pueblo nos pidió nuestra opinión. Hay que caminar despacio por sus empedradas calles, descubriendo sus rincones más bellos y evocadores. Todo muy bellamente conservado. Por recordar un momento, la sensación de estar sentados en un banco del Parque Ricaurte, frente a la Casa Natal de Antonio Ricaurte, admirando la fachada de la Iglesia de San Agustín, completamente sólos en la Plaza y en absoluto silencio. Tampoco nos olvidamos del Museo Paleontológico, que nos da una buena muestra de los fósiles encontrados en la zona.

Como su Día de Mercado es hoy sábado, nos acercamos a echar un vistazo. Se sitúa entre Carrera 6 y Calle 12. Es un Mercado exclusivamente local aunque tiene poco colorido. Se puede aprovechar ya la ligera subida hasta él, para seguir luego un poco más arriba por Calle 12, donde empieza un sendero que sube y gana altura rápidamente por la montaña, y que llegará hasta un Mirador, con buenas vistas de la ciudad y del paisaje del entorno.

Con más tiempo puede valer la pena visitar algo de los alrededores de Villa de Leyva. Una excursión muy popular es visitar: El Fósil (es de un bebé kronosaurio de 7 metros), el infiernito (una serie de piedras prehispánicas, colocadas en forma vertical) y el Convento del Ecce Homo. Están las 3 en la misma ruta para poder ir en bicicleta, en taxi, o en transporte público con paciencia. Otra visita muy turística es al pueblo de La Ráquira (con un par de buses al día desde Villa de Leyva): Se puede observar sus casas coloreadas vendiendo artesanía, y el cercano y  más interesante Monasterio de La Candelaria.

Dejaremos Villa de Leyva tomando un bus directo, con breve parada en Tunja, a Bogotá (20000, 4 h), donde llegaremos ya habiendo anochecido.

   DIA 15-16 – BOGOTÁ….MAD-BCN

En Bogotá los domingos (7h a 14h), muchas de sus calles son Ciclovía, cambiando los coches por las bicicletas. Nosotros seguiremos una de ellas, la popular Carrera 7, desde su cruce con Av. Jiménez hasta la Torre Colpatria, que con sus 192 metros es el edifico más alto de Colombia. En la planta 50, los sábados y domingos puede accederse a su Mirador (2000, 11h-17h). Adyacente a la Torre, se abre un Parque que alberga el Planetario y la Plaza de Toros de Bogotá. Retrocedemos el paseo por Carrera 7, que, aparte del Mercado de las Pulgas que se encuentra cercano a la Torre, cada vez vemos más puestos de venta ambulante en sus aceras y un ambiente muy festivo. Una idea muy acertada la del Ciclovía dominical de Bogotá.

Aprovecharemos nuestro último medio día en Bogotá para visitar sus principales Museos. Empezamos por el Museo del Oro (2800, domingos gratis; calle 16, cr 5), que contiene más de 34000 piezas de oro provinientes de las diferentes culturas prehispánicas que habitaban tierras colombianas. Muy interesantes sus diferentes salas, y muy impresionante la cantidad y calidad de las bellas figuras de oro que muestra. Bajaremos hasta la calle 11/Carrera 4, donde se ubican los contiguos y gratuítos Museos Botero y Casa de la Moneda, en bellos edificios coloniales. El primero muestra 208 piezas de Fernando Botero, además de algunas de otros artistas europeos; y en el segundo se pueden ver las diferentes máquinas utilizadas para acuñar la moneda colombiana a lo largo del tiempo, así como su evolución.

 Sobre las 16’00 h, tomaremos rumbo al aeropuerto, parando la buseta negra en Carrera 7 (en el mismo tramo, antes de la Av.Jiménez, que para ir al Terminal de Transportes), que nos llevará, hoy domingo, en unos 45 min, frente al aeropuerto internacional de El Dorado. Salida y llegada puntual con el vuelo de Iberia a Madrid, con posterior conexión a Barcelona, ponen punto final a este (corto) viaje a Colombia, que nos ha dejado muy buen sabor de boca y con ganas de volver para ver más zonas de este amable y abierto país.

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