Relato Viaje  BRASIL

Estado de Rio de Janeiro

Rio de Janeiro, Paraty, Ilha Grande, Buzios y Petropolis  1

Junio  2015

 Home                                                               Datos Prácticos                                                         Itinerario

Día 1,2 –BCN-Lisboa-Río de Janeiro

Ambos vuelos con TAP Portugal. El primero a Lisboa a las 12’35 h acabará saliendo con 2 horas de retraso, con lo que no pudimos conectar con el segundo que salía a las 14’55 h a Río.  Los empleados de Tap nos esperaban con las nuevas tarjetas de embarque para salir en el vuelo de MAÑANA a las 9’35 h !!! Para las comidas y el hotel, tenemos que ir a un mostrador para que nos den los vouchers de la cena, alojamiento y transportes al hotel. De indemnización por el retraso que será de unas 19 horas, no saben o no contestan.

Nota: A la vuelta del viaje enviamos una reclamación a TAP por este retraso de 19 horas, pero no se molestaron ni en contestar; por tanto, interpusimos las correspondientes Demandas por Reclamación por Retraso en el Vuelo en el Juzgado de Lo Mercantil.  A raíz de las Demandas, TAP se puso en contacto con nosotros previamente al juicio para llegar a un acuerdo. Hay que partir de la base que en los retrasos mayores de 4 horas y distancia superior a 3500 kilómetros, ya se establece una compensación automática de 600 € por pasajero, sin tener en cuenta los daños morales acarreados.

Tenemos una tarde improvisada en Lisboa, ciudad en la que teníamos pendiente una escapada, por tanto, una vez instalados, aprovecharemos para realizarla, aunque sea sólo de medio día. Sin duda, el barrio con más encanto de la ciudad es el conocido barrio bohemio de Chiado, y hacia allí nos dirigiremos.

El hotel asignado por Tap es el LisbonMarriot, que queda sobre un km de la parada de Metro Jardim Zoológico de la Línea Azul, a la que entraremos para bajarnos en la parada de Baixa Chiado, ya en el Centro de la capital portuguesa. Nos dejamos llevar por estas turísticas y encantadoras calles bohemias, viendo pasar también los famosos tranvías de la capital, y acabaremos el Paseo bajando hasta la Praça do Comercio, junto al río Tajo, con vistas al célebre Ponte 25 de Abril, el Puente Colgante que atraviesa el estuario del río. Ha sido una muy agradable e improvisada tarde en Lisboa. Ya nos subiremos en la parada de Metro Terreiro de Paço, en un lado de la Praça do Comercio para volver y cenar en el hotel.

Nos levantamos temprano –embarque a las 8’30 am-, desayunamos, y un taxi nos retorna al aeropuerto. El vuelo saldrá puntual, llegando a Río de Janeiro sobre las 16’00 h. Cogeremos un taxi (58 R$) que nos llevará al Hotel Atlántico Bussines, muy próximo a la parada de Metro de Cinelandia, que teníamos reservado.

Para comer/cenar al lado mismo hay una Pizzería recomendable, pero a pocos metros hay varios restaurantes locales para elegir todo tipo de comida, o incluso un McDonalds en la cercana Praça Froriano..

Día 3 – Río de Janeiro-Paraty

La intención inicial era dedicar un primer día entero a Río de Janeiro –luego volveríamos-  y salir hoy por la mañana a Paraty, pero como hemos llegado un día más tarde gracias a la Tap, dedicaremos un primer medio día largo a Río de Janeiro, saliendo a media tarde hacia Paraty.

Ríode Janeiro. La ciudad más turística de Brasil tiene sin duda uno de los paisajes más bonitos del mundo: la vista de la Bahía desde el cerro del Corcovado o Cristo Redentor. La otra famosa vista es desde la cima del Pan de Azúcar. Un paseo y/o un baño en las famosas playas de Ipanema y Copacabana  también es casi obligado. Nosotros también añadiremos un paseo por su menos famoso Centro Antiguo.

Tras el abundante desayuno buffet del hotel, en esta primera mañana en la ciudad subiremos al Pan de Azucar. Desde el Centro, el bus 107 (3,5 R$) te lleva directo hasta el barrio de Urca, donde se coge el teleférico que te sube hasta el cerro. Nos sorprende la conducción del bus. Hay que agarrarse bien porque parece que va a la carrera. Será una conducción habitual en los buses de la ciudad por lo que vimos después. Compramos los boletos (62 R$) que te permiten subir a los dos teleféricos, el primero te sube desde Praia Vermelha hasta el Morro de Urca, con bonitas vistas de dicha playa; y el segundo te lleva desde el Morro de Urca hasta el Pao de Açucar, desde donde hay las mejores vistas. Se ven varias playas y diferentes partes de la bahía. Por destacar lo más conocido, el Cristo Redentor se distingue muy a lo lejos al oeste, y la playa de Copacabana, más cerquita, al sur. La vista en su conjunto es bonita, aunque desde el Corcovado es todavía más espectacular –eso sí, son diferentes y complementarias-, y mejor dejar la del Cristo para el final –como hicimos nosotros, claro-. Cuando ya habíamos contemplado suficiente hacia todos lados emprenderemos el descenso en los dos teleféricos. Ya abajo, daremos un Paseo por Praia Vermelha, que en este día de invierno de sol y calor, estaba bastante animada.

Si no hubiera habido retraso aéreo, habíamos previsto dedicar un primer día entero de visitas de la ciudad, pensando en ir por la tarde a conocer las playas de Copacabana e Ipanema, pero dejaremos su visión y el baño en ellas para cuando volvamos a la ciudad, al igual que el Paseo por el Centro. El motivo es que no queremos retrasar nuestra llegada a Paraty, porque dos días después empezaba su Festa Literaria Internacional que se celebra anualmente sobre finales de Junio/principios de Julio, y –al menos por internet- no daba disponibilidad de alojamiento para esos días. Volveremos pues al hotel, siguiendo con las visitas al retornar a la ciudad.

Cogeremos otra vez el bus 107 que nos devuelve a Cinelandia. Recogemos el equipaje que habíamos dejado en el hotel, y vamos en taxi (20 R$) hasta la Rodoviaria Novo Río. Compraremos con Costa Verde el boleto para el próximo bus a Paraty (70 R$), el de las 4 pm –si no es para fin de semana o alguna fiesta o evento, siempre suele haber disponibilidad-. Es un bus muy cómodo. Serán unas 4 horas de trayecto.

En Paraty, tras preguntar en un par de alojamientos cercanos a su Rodoviaria nos quedaremos en la Pousada Vieira. Está también cerca del Centro Histórico, con muchas posibilidades gastronómicas a elegir. Hoy nos quedaremos en una Pizzería cercana al hotel.

Día 4 – Paraty-Playas de Trindade-Paraty

Día para visitar Paraty y las Playas de Trindade.

Tras el típico desayuno de la mayoría de las Pousadas vamos a descubrir el bonito Centro Histórico de Paraty. Tiene encanto el paseo por estas bonitas calles empedradas –no óptimas para carritos de bebé- y muy bien cuidadas. Todas sus casas son de arquitectura colonial portuguesa. 

Iremos distinguiendo sus diferentes Iglesias llegando hasta el mar. El compacto Centro Histórico es relativamente pequeño, y acabaremos dando el Paseo en poco más de una hora.

Volvemos al hotel para coger los bártulos e ir a las Playas de Trindade, las más bonitas de la zona. Colitur tiene buses cada hora (7 R$) y el trayecto dura unos 45 minutos.

Ya en Trindade, nuestra objetivo es llegar hasta la Praia do Cachadaço. Primero tienes que pasar –a unos 500 metros- por la Praia do Meio, que no está mal. Tienes que bordearla hasta el final y subir un pequeño Morro. Al bajarlo llegas a la Praia do Cachadaço, bastante brava y con menos gente que en la de Meio. Estuvimos un rato en esta playa, pero lo mejor del lugar lo vimos después, siguiendo el sendero unos 500-700 metros más llegas a la preciosa Piscina do Cachadaço, rodeada de rocas redondas con un agua muy calmada. El agua estaba un poco fría, pero el entorno era precioso.

Para volver, desandamos todo el camino hasta el lugar donde nos dejó el bus.

De vuelta a Paraty, hoy iremos a cenar al Centro Histórico, eligiendo el restaurante Galeria do Engenho en Rua da Lapa 18, donde saboreamos un delicioso Pirao de Camarao.

Día 5 – Paraty-Penha-Paraty-Angra dos Reis-Ilha Grande

Día para ver la Cachoeira do Toboga y llegar a Ilha Grande.

Cachoeira do Toboga. Aquí el río se desliza sobre una gran piedra plana formando una amplia cascada y convertida en un enorme tobogán natural de agua.

Para ir en bus no hay que distraerse, porque hay UNO solo que va a Cunha a las 9’30 am. Si lo perdemos, tampoco está lejos para ir en taxi a Penha -7’5 km-, donde está la cascada. Llegaremos al bus (6’5 R$) y nos bajamos enfrente de la Igreja de Penha. Tenemos que tomar un corto sendero por la selva que pronto nos lleva a la Cachoeira do Toboga. Le echamos una primera mirada -luego volveremos-, pero seguimos el sendero hacia arriba para llegar hasta el Poço do Tarza, un pozo de agua cristalina donde también hay un estrecho puente colgante rodeado de selva. También hay un restaurante. Volviendo a la Cachoeira, la observaremos primero desde arriba, para luego bajar y contemplarla de frente, intentando averiguar si hay algún lado seguro para bajar por ella, ya que tiene pinta que se coge velocidad y vemos piedras en el fondo del agua. En estos momentos no hay ningún local –ni turista- deslizándose por ella, y no vemos claro arriesgarnos a bajar descontrolados por ella sin conocerla y tener un accidente con alguna piedra. De todas maneras, vale la pena subir hasta aquí sólo para contemplar esta curiosidad natural.

Para volver, esperamos el único bus de la mañana que sale a las 11’00 am y pronto llegamos a Paraty. Compraremos los boletos para ir a Angra dos Reis (11,30 R$) con Colitur en el bus de las 12’00 pm, que nos da tiempo de sobras para enlazar con el ferry de las 3’30 pm a Ilha Grande, nuestro siguiente destino.

Dejamos la Pousada y vamos a la Rodoviaria para salir hacia Angra dos Reis. El trayecto durará unas dos horas. Caminamos hasta el ferry CCR barcas donde compramos los boletos a Ilha Grande (14 R$). Saldrá el ferry puntual llegando 1 h y 20 minutos después hasta el Puerto de Abraao, el pueblo donde están la mayoría de servicios de la isla. Hay mucha oferta de alojamiento en pocos metros. Tras preguntar en varios nos quedaremos en Beto’s Pousada. Para cenar también hay mucha oferta. Descubriremos un pequeño restaurante local a kilo,  por la rua Santana cerca de Getulio Vargas, donde los peques cenaron a gusto los dos días.

Día 6 – Ilha Grande (Trek Playa de Lopes Mendes)

Día para conocer Ilha Grande.

Ilha Grande. Esta isla montañosa y selvática frente al Estado de Río de Janeiro, con bonitas playas y paisajes, es un destino cada vez más turístico. Un atractivo más es que no pueden circular vehículos de motor en ella.

La isla tiene muchas Rutas Turísticas. Hay que elegir si se prefiere un Paseo en barca (sea a alguna playa o laguna de la costa, o hacer media vuelta, o incluso la vuelta entera a la isla); o hacer alguna caminata. Nosotros nos decantaremos para realizar las Trilhas a Lopes Mendes, -la T10 y la T11- la caminata más recomendada de todas, que acaba en la playa más bonita de la isla y una de las mejores del país.

Lopes Mendes. Empezamos la caminata en la Playa de Abraao, que no está nada mal a esta primera hora de la mañana en un día tan soleado, con el agua muy calmada y algunas barquitas de pescadores ancladas en ella. La seguiremos hacia la derecha. Dejando la playa ya iniciamos un sendero –trilha T10- que empieza a subir y se interna en la selva. Este primer tramo es el más exigente y aburrido, ya que es de subida, será el más largo, y casi sin vistas. Llegando un poco a la cima hay un pequeño claro y observamos mirando hacia abajo la bonita imagen del Pueblo y Playa de Abraao, que ya quedan lejos. 

Luego ya empezará el descenso y llegamos a la Playa de Palmas, amplia y muy solitaria, que la bordearemos completamente. En una de las casitas de pescadores que hay por el camino encontramos a un sevillano que nos cuenta un poco su vida aquí. Dejamos la playapareceque en su parte final, tras un recodo, cambia de nombre y es Playa Mangues- y seguimos un nuevo sendero, que vuelve a internarse en la selva, llegando pronto a la Playa de Pouso, que es la playa donde llegan los barcos que van y vuelven de la playa Lopes Mendes, que también hay que bordearla.

Ya sólo queda la parte final –trilha T11-, tomando un último sendero que vuelve a internarse en la selva y, en unos 15-20 minutos –será como 1 km- llegamos a la espectacular visión de la Playa de Lopes Mendes, de una finísima arena blanca y un mar calmado de agua transparente. El total de la excursión nos habrá llevado unas 2 horas y media largas, teniendo en cuenta la charla con el andaluz y la carga de un niño de casi 2 años.

Nos ha encantado. La caminata combina paisajes de selva con bonitas y solitarias playas, y con el maravilloso final de la paradisíaca Praia Lopes Mendes, en la que estaremos varias horas, recorriéndola yo por varios lados, jugando los peques con la fina arena, y bañándonos todos en ella. Para volver lo haremos como la gran mayoría de gente, retornando por el sendero de vuelta a la Praia de Pouso y allí negociar con un barquero (15 R$) la vuelta rápida en barca hasta Praia de Abraao. Al peque Arnau no le gusta la rapidez de la pequeña barca y hubiese preferido volver en la mochila, pero no había ni tiempo –hubiese oscurecido de camino- ni ganas –son 6 km de subir y bajar por la selva, y bordear playas por el mismo camino-.

Repetiremos la cena en el mismo restaurante local a kilo, donde los peques se sienten como en casa, de hecho, ayer había otra mesa ocupada pero hoy, a esta hora –sobre las 7 pm- estaremos solos en él.

Día 7 – Ilha Grande-Angra-Río de Janeiro-Buzios

Día de traslado para llegar a Buzios.

Hoy pasaríamos de un atractivo turístico del Sur de Río de Janeiro a otro del Norte de la capital carioca.

Salimos en el ferry de las 10’00 am (14 R$) hacia Angra dos Reis. Caminamos hasta su Rodoviaria y compramos los boletos para el siguiente bus a Río de Janeiro (48 R$), el de las 12’30 pm, comprando unos salgaos en uno de los chiringuitos de la estación. Tardaremos unas 3 horas en llegar a Río de Janeiro.

Vamos a la taquilla de Viaçao 1001 que es la compañía de bus que viaja a Buzios y compramos los boletos para el próximo bus (65 R$), a las 16’04 h –también muy cómodo- llegando a Armaçao dos Buzios a las 7 pm.

Andamos hasta la cercana Pousada Casa do Centro que tenía marcada para preguntar y ya nos quedaremos. Su dueño es un simpático brasileño, seguidor del Barça, que habla un perfecto español. Estamos cerca de la famosa Rua das Pedras repleta de tiendas y restaurantes turísticos. Saldremos a pasear por ella, comprobando por qué Buzios tiene tanto turismo argentino: casi todos los camareros que intentaban captarte lo eran. No nos acaba de gustar este ambiente tan turístico –y eso que es temporada baja- y elegiremos el Restaurante Caverna en la Rua Manuel Jose Carvalho 50, un restaurante a kilo con un poco de estilo y no caro –y es que Buzios vende glamour-.

Día 8 – Buzios (caminata Playas de Buzios)-Arraial do Cabo

Día para conocer varias playas de Buzios y trasladarnos por la tarde a Arraial do Cabo.

Buzios. Es una pequeña península de 8 km que acoge a 23 playas. No son paradisíacas, pero un paseo bordeando la costa descubriendo algunas de ellas lo encontramos interesante.

Recorrido por las Playas de Buzios.

Empezamos nuestro paseo empezando por la Praia do Canto, la que está en la misma ciudad de Buzios, detrás de la Rua das Pedras. A esta primera hora de la mañana –sobre las 9 am- está desierta, pero repleta de gaviotas y una especie de cuervos negros. Iremos hacia la derecha de la playa para entrar en la pasarela que irá bordeando la bahía. Se ven pescadores, algunos recogiendo las redes, otros vendiendo peces. Hay varias estatuas decorativas, destacando una de varios Pescadores y la de Brigitte Bardot. También vamos viendo muchos restaurantes y Agencias. Sin ser espectacular, es animado el paseo.

Llegamos al final de la bahía y subimos una pequeña colina, donde está la Igreja de Santa Anna,  al bajarlo llegamos a la Praia dos Ossos, más pequeña y solitaria que la anterior, aunque su pequeña bahía tiene más densidad de barcas, y la playa y el agua no es que nos parezcan demasiado atractivas.

Ahora subimos un pequeño sendero, y 300 metros después llegamos a otro que baja hasta Praia Azeda. Aquí ya no hay barcas, y en este momento no hay ningún turista. La playa nos parece más agradable y supongo que al estar un poco más lejos, ya es menos visitada. Vale la pena cruzar la playa, y seguir por un nuevo sendero unos 100 metros más –el único camino para llegar- y llegar hasta la aún más pequeña Praia Azedinha, con una arena casi blanca, quizás la cala que nos gustó más de todas las que vimos, y en la que nos hubiésemos quedado, si no es por el interés en querer continuar el Paseo.

Volvemos hasta Praia Azeda para subir a la carretera y tomar un nuevo camino, que rodea el promontorio –con vistas de las playas del otro lado de la Península- y sobre 1 km. después llegar a la Praia Joao Fernandes. En esta hay chiringuitos y ambulantes en la misma playa. Hay bastante gente, es de arena dorada, y no es la que nos ha gustado más, pero ya hace más calor, hemos sudado un poquito en este último tramo y ahora nos apetece darnos un baño. Nos quedaremos un rato en ella. Los peques disfrutan igual jugando con la arena y dándose un baño.

Para volver desandaremos el camino pasando por la Praia dos Ossos y bordeando de nuevo el Paseo Marítimo para regresar al hotel. Cogeremos el equipaje y vamos hacia donde está la pequeña Rodoviaria. Justo enfrente hay una parada de los buses Salineira, que van a Cabo Frío y Arraial do Cabo, nuestro próximo destino.

Compramos mientras 6 deliciosos salgados (21 R$), que será nuestra comida de hoy, y vamos a la parada a que pase el bus 414 (4’5 R$) que es el que va directo a Arraial do Cabo. Según el horario que teníamos,esperamos el de las 14’10 h. El anterior era el de las 10’55 h y el siguiente ya pasa las 17’40 h-. (Como hay poca frecuencia, si lo perdemos, la otra opción es ir con los buses 160 ó 165  a Cabo Frío –que está casi de camino y mucho más frecuentes- y allí coger otro a Arraial do Cabo). Sobre la hora y veinte minutos tardaremos en recorrer los casi 40 km que separan ambas poblaciones.

La parada donde nos deja la Salineira no está lejos de la Rodoviaria. Caminamos hacia ella y luego unos 500 metros más hasta la Pousada Rayer Land, que tenía controlada como cercana a la estación de buses y cerca de las Praias do Forno y dos Anjos, que mañana visitaríamos. Ya nos quedaremos.

Para cenar, a pocos metros, en torno a un pequeño Parque que es la Praça do Cova hay varias opciones. Elegiremos el restaurante Pizzería que tiene mesas en un primer piso con amplias vistas a la Plaza.

Dia 9- Arraial do Cabo (caminata Playas de Arraial do Cabo)

Día para conocer varias playas de Arraial do Cabo.

Arraial do Cabo. Con un ambiente mucho más rural y tranquilo que su vecina Buzios, pero con unas playas de arena blanca y agua color azul celeste, mucho más atractivas.

Recorrido por las Playas de Arraial do Cabo.

Queremos empezar por la cercana Praia do Forno. Cruzamos la Praça do Cova y subimos la Rua Santa Cruz unos 250 metros hasta el inicio de la Trilha a Praia do Forno, un sendero que sube -con alguna escalera-, a un pequeño promontorio. Al empezar a bajarlo, ya observamos a nuestra derecha la bonita imagen de la larga Praia de arena blanca y agua con tonalidad azul celeste a la que nos dirigimos. Una vez abajo –la trilha habrán sido unos 500 metros- comprobamos que el entorno de la playa también es muy bonito, destacando unos grandes cactus en la vegetación. Hay poca gente en la playa, pero la cruzaremos hasta casi su final, donde vemos un sitio tranquilo y agradable para poner las toallas. Estaremos un buen rato disfrutando de la playa y bañándonos en el agua. La zona tiene fama de tener corrientes con agua fría –de ahí el nombre del vecino Cabo Frío- pero, sin ser el agua cálida, no encontramos diferencia con el agua de la playa cercana a Paraty anterior, o la de Río de Janeiro que probaríamos después.

Volvemos por el sendero hasta la Praça do Cova. Bordeándola por la izquierda por la Av. Luiz Correa pronto vemos la entrada a la Praia dos Anjos. La playa también es de arena blanca, aunque como hay muchas barcas atracadas en el agua –o varadas en la misma arena- no parece tan atractiva para el baño; pero vale la pena echarle una mirada para ver el contraste de colores. Iremos al hotel, que está a escasos metros, a darnos un bañito en su piscina y descansar un poco.

Por la tarde, retomamos el Paseo por las playas con intención de llegar a la Prainha. Debemos ir primero al Centro de Arraial do Cabo. Compraremos 3 deliciosos Salgados (10 R$), pasaremos por delante de la Rodoviaria, y llegamos hasta la Rua Jose Pinto de Macedo. Hay que seguir por esta calle unos 800 metros para llegar hasta la Prainha, también de arena blanca con un bonito color de aguas calmadas. Aquí, quizás por ser media tarde, también hay barcas varadas en la arena; pero esta solitaria playa -al menos a esta hora- también nos parece muy atractiva. Los peques se lo pasarán muy bien jugando con la arena y escondiéndose entre las barcas. Nos quedaremos en ella hasta la caída del sol.

Por la tarde, retomamos el Paseo por las playas con intención de llegar a la Prainha. Debemos ir primero al Centro de Arraial do Cabo. Compraremos 3 deliciosos Salgados (10 R$), pasaremos por delante de la Rodoviaria, y llegamos hasta la Rua Jose Pinto de Macedo. Hay que seguir por esta calle unos 800 metros para llegar hasta la Prainha, también de arena blanca con un bonito color de aguas calmadas. Aquí, quizás por ser media tarde, también hay barcas varadas en la arena; pero esta solitaria playa -al menos a esta hora- también nos parece muy atractiva. Los peques se lo pasarán muy bien jugando con la arena y escondiéndose entre las barcas. Nos quedaremos en ella hasta la caída del sol.

Nos han gustado mucho las playas de Arraial do Cabo, con menos fama pero más atractivas que las de Buzios.

Ya iremos volviendo hasta la zona del hotel. Ya decidida la improvisada ruta de mañana con excursión a Petrópolis, aprovecharemos para comprar en la Rodoviaria los boletos para mañana a Río de Janeiro (61,50 R$) en el bus de las 10’40 h.

Dia 10 – Arraial do Cabo-Río de Janeiro-Petrópolis

Día para llegar a Petrópolis y visitar un antiguo compañero de la Universidad.

El día de hoy se había acabado de concretar ayer, tras la confirmación de Carlos, un brasileño de madre catalana que vive en Petrópolis, con el que coincidí en la Facultad de Económicas de la UB y que nos pidió, ya antes de empezar el viaje, que lo visitáramos. En principio, de no haber mediado el retraso aéreo de la TAP, nos hubiese venido a buscar al aeropuerto el día inicial de llegada a Río a media tarde, para llevarnos a su casa y cenar ese primer día con su familia; pero no pudo ser, y ya tuvimos que buscar un nuevo día que ayer me confirmó.

Tras el típico desayuno de Pousada vamos a coger el bus de Viaçao 1001. Teóricamente son 3 horas desde Arraial do Cabo hasta la capital carioca; pero acabamos tardando más de 3 y media porque el bus hizo una parada para comer. Nosotros no sabíamos si era habitual, aunque viajando -y pagando-  1ª clase nos extrañó. Algunos pasajeros se quejaron, pero la respuesta del conductor “el maquinista tiene que comer” no es que fuera muy amable ni acorde con el trato preferencial que la compañía quiere vender.

Llegamos a la Rodoviaria de Río de Janeiro y vamos a la boletería de Viaçao Unica Facil que fleta buses cada media hora a Petropolis (24 R$); pero hoy coincidía que era viernes –cerca de las 3 pm- y, no sabemos si también afectaría, porque luego vimos también que se celebraba la Bauernfest,festa do colono alemao. Total, que no había disponibilidad de asiento hasta dentro de dos horas, y suerte que habían añadido buses.

Salimos sobre las 5 pm para recorrer los 70 km que separan Río de la Ciudad Imperial. El último tramo es casi una carretera de montaña de sentido único –se baja por otro lado de la montaña-. El paisaje es bonito aunque casi está anocheciendo y llegando arriba empieza a llover.

Llegamos a la Rodoviaria de Petropolis y está lloviendo fuerte. Bajamos del bus y notamos un brusco descenso de temperatura respecto a Río. Ya sabíamos que se caracteriza por su clima templado –está a 868 metros de altura-, pero suponemos que la lluvia también ayudaría. Carlos nos está esperando con su coche y nos lleva hasta su casa, un chalet que está en un condominio en las afueras de la ciudad. Tenía pensado llevarnos a la Bauernfest, pero con lo que está lloviendo poco ambiente debe haber siendo un recinto descubierto. Nos ofrecerá una cena improvisada en su casa, y nuestros peques –que no conocían a los suyos de nada- jugarán contentos con ellos. Como fue una reunión improvisada, nosotros teníamos el hotel reservado en Río, pero tal como nos dijo “si un brasileño te invita a su casa ya se entiende que te quedarás a dormir”. Desde luego, por espacio no sería. 

Dia 11 – Petropolis-Río de Janeiro

Día para una visita rápida matinal de Petropolis y de la Playa de Copacabana de Río de Janeiro por la tarde.

Petropolis. Pedro II mandó construir en 1845 un Palacio para que fuera su residencia de verano, debido al clima templado de la ciudad. Este Palacio ahora convertido en el Museo Imperial, junto con los Palacios del Río Negro y de Cristal, más la Catedral, son los atractivos turísticos más conocidos de la ciudad. Aunque puede ser un contraste a paisaje y playas –y quizás en verano un agradable descanso por el cambio de temperatura-, nosotros no la hubiéramos incluido en la ruta por el Estado de Río de Janeiro si no fuera por la visita a Carlos.

Carlos nos lleva con su coche –ya vamos con el equipaje- al Centro de Petrópolis. Vemos la Entrada del recinto de la Bauernfest, ahora por la mañana aún vacío, y vamos al Palacio Imperial. Pasearemos por sus Jardines y veremos su arquitectura por fuera, pero no queremos perder buena parte de la mañana entrando en su Museo -luego queremos continuar la visita de Río de Janeiro, que el primer día fue más corta de lo previsto-. Salimos de su recinto y caminamos los 500 metros que le separan de la Catedral de Sao Pedro Alcantara, de estilo neogótico. Dentro está el Mausoleo de la familia imperial. Seguimos el Paseo por la Av. Koeller, vemos como la sucursal del Santander está en una bonita casa de época, y al lado aparecerá el Palacio del Río Negro. Después ya llegamos a la Praça da Liberdade, un lugar agradable para los peques, donde Carlos ha quedado con su familia para que nos podamos despedir de ellos.

Carlos nos llevará en su coche hasta Río de Janeiro y nos deja en nuestro hotel del barrio del Cinelandia, el Atlantico Bussines. Nos instalamos de nuevo y saldremos rápido para aprovechar toda la tarde –o lo que podamos de ella, porque está bastante tapado y sin visos de mejora-. Compramos un par de Salgados (9R$) camino del Metro de Río de Janeiro. A 50 metros tenemos una parada de Cinelandia; pero antes nos acercamos hasta un bonito edificio que habíamos visto muy cerca, que resulta ser la fachada del Teatro Rival

Después ya entramos al metro (3’70 R$) y nos bajamos en la parada de Siqueira Campos, que queda más o menos sobre la mitad de la Playa de Copacabana. Caminamos unos 500 metros por la Rua Siqueira Campos hasta llegar a la Av. Atlantica, que hace de Paseo Marítimo y donde hay un tramo peatonal para ir recorriendo la playa. Iremos hacia el sur, camino de Ipanema. Vamos viendo diferentes esculturas en la arena, numerosos vendedores ambulantes, estatuas, gente practicando deporte en la arena, pero hoy pocos bañistas y ninguna garota. De hecho, está a punto de ponerse a llover e incluso hace un poco de fresco. El paseo será agradable y relajado, pero hoy no llegaremos a Ipanema –eran casi 2 km- porque se tapará más y empezará a llover. Sobre la altura de la parada de Cantagalo nos dirigiremos otra vez al Metro para volver a la zona del hotel.

Hoy cenaremos dos enormes chuletas de carne con un gran acompañamiento en un restaurante local que exhibía fotos antiguas en blanco y negro de la ciudad, cercano al hotel, 

 Dia 12 – Río de Janeiro

Día intenso para continuar y finalizar las visitas de Río de Janeiro.

Paseo por el Centro de Río de Janeiro

Empezaremos las visitas caminando desde el hotel los poco más de 500 metros que nos separan de la Escalera de Selaron, ya en el barrio de Santa Teresa. Un chileno empezó en 1990 a cubrir de azulejos una empinada calle de escaleras y hoy en día se ha convertido en uno de los puntos más visitados del Centro. Desde luego tiene mucho colorido y muy diferente al resto de atracciones de la ciudad.

Continuaremos el Paseo recorriendo los 300 metros que nos separan de los Arcos de Lapa o Acueducto Carioca. El bondinho o Tranvía que pasaba por arriba del Acueducto, y que dejó de funcionar en el 2011, tras varios accidentes mortales, todavía no estaba en funcionamiento –y ya llevaba bastante retraso-. Suponemos que para las Olimpiadas de Río, que eran el siguiente año, ya estaría rehabilitado, y sería una forma muy atractiva de llegar a las partes altas del barrio de Santa Teresa.

Nosotros seguiremos por la Av Republica do Paraguai, donde se encuentra la enorme Catedral de Sao Sebastiao, de una curiosa forma cónica de 96 metros de diámetro. Siguiendo la misma calle llegamos hasta la más pequeña Catedral Prebisteriana. A la derecha, por la Rua da Carioca, donde vemos varias tiendas con interesantes instrumentos musicales, llegamos a la Igreja Sao Francisco da Penitencia y Convento de Santo Antonio, que datan de la época colonial.

Estamos frente a la Parada de Metro Carioca y, el tramo final previsto hasta la Praça Quinze de Novembro, donde hay más edificios coloniales, no lo realizaremos dando por finalizado nuestro Paseo por el Centro.

Nos subiremos al metro (3’70 R$) y nos bajaremos en General Osorio para empezar ya nuestra visita de la Playa de Ipanema. Hoy no está del todo despejado, pero tiene pinta de ir a mejor y la temperatura es agradable. Nos daremos un chapuzón en esta famosa playa con fantásticas vistas. Estamos cercanos al Posto 8. Caminando hacia la izquierda –unos 400 metros- llegamos a su parte inicial que pasa a llamarse Praia do Arpoador. Aquí hay un sendero que permite subir hasta lo alto del saliente de tierra que marca el inicio de todo el tramo de playa hasta Praia Leblon, su parte final. Desde este punto hay amplias vistas de toda la playa. Detrás queda la zona verde del Parque Garota de Ipanema.

Desde la Playa de Ipanema conectaremos con la Playa de Copacabana. En el saliente que está al principio de la Playa vemos la entrada al Fuerte de Copacabana, que no visitaremos. Pasearemos otra vez, en sentido opuesto al de ayer, por esta animada playa -hoy más que ayer por el más agradable día-, pero para el baño nos parece más atractiva Ipanema.

Nos despedimos de la playa y del Paseo Marítimo y caminamos hasta la Av.Nossa Sra. de Copacabana, por donde pasa el Bus 583, que conecta las Playas de Ipanema y Copacabana con el barrio de Cosme Velho, donde se encuentra el funicular que sube hasta el Cristo del Corcovado.

Cristo Redentor del Corcovado. Si hay una vista que no olvidaremos de nuestra visita a Río de Janeiro, es la que se puede contemplar desde el Mirador del Cristo Redentor, que abarca toda la bahía de la ciudad. El acceso al Mirador, aparte del coche privado o taxi, tiene dos posibilidades: En furgonetas compartidas tipo Van, que salen desde diferentes puntos de la ciudad; o con el Trem do Corcovado, el funicular rojo que va trepando por el Cerro.

El bus 583 nos deja delante de las taquillas del Trem do Corcovado. Los empleados de Paineiras intentan captar clientes para que suban con sus furgonetas, pero nosotros teníamos claro –y más pensando en los niños- que queríamos subir con el funicular rojo. Compramos los boletos (62 R$), y se llena por los pelos casi delante nuestro el funicular que estaba a punto de salir. Veremos mientras el funicular simulado que hay abajo, que les encanta a los peques,  y 20 minutos después embarcaremos en el siguiente. Llegamos arriba y vemos la espalda de la enorme estatua de Cristo. Hay ganas de llegar al Mirador, situado frente a la estatua, y ver la fantástica vista de la bahía. Quizás el día no es perfecto, al apenas verse el sol y haber algo de bruma, pero podemos estar satisfechos porque todo es perfectamente visible. Por resaltar algo, al frente vemos la esbelta figura del Pao de Azucar, quedando a la derecha las playas de Copacabana e Ipanema; pero es la vista del conjunto lo que hace esta imagen fantástica.

Nos despedimos casi de la ciudad tras visitar su atracción principal. Esperamos en la parada de bus que hay unos metros más abajo que pase el bus 180 que va hacia el Centro de la ciudad pasando por Cinelandia.

Hoy cenaremos en Pizzalandia, una pizzería con algo de estilo, que está al lado mismo de nuestro hotel.

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