Relato Viaje  BRASIL

Estado de Ceará

Jerocoacoara, Fortaleza y Canoa Quebrada   4

Julio  2015

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  Dia 22 – Parnaiba-Chaval-Camocim-Jijoca-Jericoacoara

Día para llegar a Jericoacoara en el Estado de Ceará y empezar a disfrutar de sus preciosos paisajes.

Subo en el Expresso Guanabara de las 7’15 h hasta Chaval –es el mismo bus que luego sigue a Camocim y acaba en Fortaleza-. Tardaremos sobre hora y cuarto en recorrer los 70 km hasta Chaval, situado ya en el Estado de Ceará. El bus para en la misma carretera, que es la calle principal del pueblo. Nada más bajarme pregunto al chico de la caseta donde ha parado el bus por el transporte a Camocim. Pregunta a alguien, me saca una silla, y me dice que me siente y espere, que pasará por aquí. Al cabo de una media hora viene un pequeño bus local y me señala que es ese, diciéndole al conductor que voy a Camocim. Desde luego, en  todos los sitios rurales del mundo sueles encontrar amabilidad. Serán unos 50 km hasta Camocim. En el tramo final irán cobrando el pasaje (7 R$). Nos deja en la Rodoviaria.

Pregunto por el transporte a Jijoca. Parece que son unas furgonetas que salen desde una calle próxima. Voy hasta allí, y hay una que ya le faltan pocos pasajeros para salir. Salimos hacia Jijoca (11 R$), que queda a unos 80 km, pero al poco dice el conductor que le tienen que traer un papel para continuar y nos deja en un restaurante en las afueras de Jicoca. Me dio la impresión que quería comer tranquilamente y luego continuar viaje. Pues nada, sobre 50 minutos después se supone que ya podemos continuar y en poco más de una hora llegamos a la Rodoviaria de Jijoca.

El trayecto final de Jijoca hasta Jericoacoara son unos 20 km, mayormente de pista de arena y tiene que hacerse en 4x4. Hay Jardineiras que van haciendo el traslado. Pregunto en la taquilla de Fretcar y hay una con salida prevista a las 14’00 h, que ya falta poco. Compro el boleto (14’5 R$) y como otro salgado en un puestecito que veo enfrente. Aparece la Jardineira, que aquí es un gran camión 4x4 repleto de bancadas donde en cada una caben 3 personas a izquierda y 3 más a derecha. Me subo a ella, pero luego aparecerá otra Jardineira y ambas iremos a buscar más pasajeros, que serían los pasajeros de dos autocares que acababan de llegar. Se llenarán todos los asientos. Saldremos ya por fin hacia la pista de arena. Sobre una hora después de navegar por el desierto, llegamos a divisar el mar, lo seguiremos quedando el mar a la derecha hasta que entramos por fin en Jericoacoara, un pueblo de calles arenosas que tiene un enclave indudablemente peculiar.

 

Jericoacoara(Jeri). Este pequeño saliente arenoso del Norte Brasileño tiene una belleza cautivadora, destacando la imagen de una gran duna de arena blanca frente al mar. Además como está en la parte oeste del saliente, es de las pocas playas en Brasil en las que se puede admirar también la puesta de sol. Es un lugar muy turístico, pero hay posibilidad de alejarte de las masas y disfrutarlo con tranquilidad si se prefiere.

Bajando del bus/camión se me acercan ofreciendo alojamiento. No les hago caso, pero hay uno especialmente pesado que aunque le digo que no lo necesito me seguirá un rato. Jeri está bien surtido de Pousadas, pero si se puede evitar ir en fin de semana o en períodos de vacaciones brasileras siempre es mejor. Saldré de la Rua Principal y pregunto en una primera Pousada que me señalaba el pesado, pero el precio de 180 R$ debía incluir su comisión. Me despido más enérgicamente de él y, llegando a la Rua da Igreja, veo el Jeri Hostel, junto a la Iglesia, donde su simpático y parlanchín dueño políglota me convence -aceptando mi rebaja a 100 R$- para quedarme en la única habitación libre que le quedaba para hoy.

Para comer/cenar, en un lugar tan turístico como Jeri sólo tienes que caminar un poco para ir encontrándote muchas opciones, en general bastante turísticas. Yo descubrí para cenar en la Rua Principal, la Padaria Central, un self service sem peso: pagabas el plato (12 R$) y podías poner del buffet –con platos de primero, segundo y postre- todo lo que cabiera en él. Un buen sistema para maximizar el espacio en el plato.

Tras instalarme, me quedan un par de horas de luz para realizar en Jeri su acto más turístico: dirigirme hacia la la playa del oeste donde está la fotogénica Duna Do Por do Sol, una gran duna de 30 metros, frente al mar. Es fácil localizarla, por su tamaño y por la gente que va o ya está en ella. Llego hasta la duna y la voy subiendo. Si te alejas un poco de la parte inicial más cercana al pueblo acabarás estando prácticamente solo. Ya un poco alejado: miras hacia el interior y ves dunas como si estuvieras en un desierto, das la vuelta y estás en lo alto de una gran duna de arena blanca, frente al mar. Jeri es muy turístico, pero hay que reconocer que el entorno es espectacular y único. Hoy la puesta de sol no se llegó a ver, y eso que en el Norte brasilero estamos en la época seca, incluso acabó cayendo un pequeño chaparrón… pero mañana volveríamos a estar a aquí.

Dia 23 –Jericoacoara...

Día para conocer el entorno de Jericoacoara.

En Jeri, si hay un trek recomendado es la Caminhada a la Pedra Furada, una gran roca agujereada junto al mar. Queda a poco más de 2 km al este del pueblo. Hay dos posibles caminos, por la playa –si no hay marea alta- o por la colina. La intención es ir por uno y volver por el otro.

Antes de empezar la excursión, voy a Fretcar –la taquilla está donde te deja la jardinera al llegar- a asegurar el boleto del bus para poder salir esta noche hacia Fortaleza, no sea que al volver no queden plazas. Viajando de noche ahorras tiempo y llegas a primera hora a la capital del Estado de Ceará.

Caminhada Pedra Furada. Desde la Rua da Igreja donde está el hostel tomo un corto sendero que enseguida llega hasta un Mirador sobre esta parte Norte de Jeri, desde donde hay una bonita y amplia vista de Praia Malhada. A esta hora, con apenas gente y la marea baja. Haré el trayecto de ida por la playa. Bajo del pequeño acantilado hacia Praia Malhada y empiezo a caminar hacia la derecha. A veces sobre arena seca, otras sobre arena mojada y hay tramos que hay que encontrar el camino entre o sobre las rocas –ahora posible al haber marea baja-. También se forman pequeñas lagunas, que han quedado separadas del mar. El trayecto será muy entretenido y fotogénico. Se me hizo corto, porque pronto divisaré la famosa Pedra Furada, una gran roca agujereada que parece formar un Arco de Piedra. En el primer momento de llegar sin gente debajo !!!, pero rápidamente fueron viniendo turistas, ya de forma ininterrumpida.

Siguiendo un poco más la playa hacia la derecha –recomendado- llegas hasta otra piedra que parece la cara de un obispo, la Pedra do Frade. Más a la derecha de esta roca se forma una bonita y desierta playa de arena blanca, que debe ser la Praia das Conchas. Enfrente de esta playa hay una gran duna, y arriba de ella veo varios coches y algún camión. Intuyo que debe servir de parking para traer a los turistas que deciden visitar la Pedra Furada en excursión de agencia. Subiré hasta arriba la duna, que es un excelente Mirador de la Praia das Conchas para descansar un rato. Incluso han instalado unas rudimentarias carpas donde puedes tomarte alguna bebida que unos locales están vendiendo, o refugiarte de la lluvia –llegó a caer un débil aguacero en un día mayormente soleado-. También han colocado un lavabo rudimentario.

Tras descansar un rato, haré el trayecto de vuelta por la colina. Me salgo en la parte inicial del camino, y voy campo a través –hay poca vegetación, sobresaliendo unos altos y fotogénicos cactus- para acercarme en este primer tramo al mar y poder divisar desde arriba la Pedra Furada. Una preciosa vista, con los cactus, el arco de piedra y el mar de fondo. Ahora hay más gente que antes y ni siquiera molestan, estando tan lejos.

Seguiré unos pocos metros más por la cresta con bonitas vistas del tramo de costa por el que antes he venido, y ya dejaré el campo a través para llegar hasta el camino de tierra e ir volviendo por el interior hasta Jeri. Se cruzará algún local yendo con su carrito tirado por un caballo, y es que Jeri puede ser un enclave muy turístico, pero no deja de ser una zona rural del Brasil.

Por la tarde volveré a la zona suroeste de Jeri donde está la Duna Do Por do Sol para caminar un buen tramo por la playa que tiene delante siguiendo hacia la izquierda y realizando toda la curva que después forma. La playa también sirve de pista para los buggys tan característicos de Jeri. Es un paseo muy relajado y sin apenas gente. Volviendo a la duna, aún queda para la puesta de sol y decido esperarla instalándome sobre la mitad de ella. Me daré un bañito y me secaré al sol en una playa inclinada.

Cuando ya queda poco subo otra vez hasta arriba la duna para las últimas fotos. Hoy no llegó a llover, pero en los minutos finales el sol fue engullido por las nubes y tampoco se vieron los colores de la puesta de sol.

Volveré al hostel para ducharme y acabar de preparar el equipaje. Repetiré cena en la Padaria Central y ya iré a espera la salida del bus, con hora prevista las 22’30 h. De hecho, el primer trayecto hasta Jijoca te lo venden en un billete separado y se realiza con la misma Jardinera; y luego ya te subes en un bus convencional para el trayecto a Fortaleza. Se retrasó la salida en Jeri y luego estuvimos un buen rato parados en las dunas –en total oscuridad- parece ser por un problema mecánico. Simplemente retrasó el viaje –y a esa hora ya estás cansado- pero varios buses de Fretcar en Jijoca –con el resto de pasajeros dentro-, estaban esperando la llegada de la Jardinera.

 Dia 24 –Fortaleza

Día para finalmente conocer Fortaleza, la capital del Estado de Ceará.

Llegamos a la Rodoviaria de Fortaleza pasadas las 6 am –el bus desde Jijoca tenía hora prevista de llegada a las 5’40 am-. La intención inicial, teniendo en cuenta que esta gran ciudad no tiene ninguna atracción destacable, era seguir hasta la famosa playa de Canoa Quebrada; pero el bus de las 6 am de Sao Benedito con el que contaba ya se había ido, y el siguiente de las 8’30 am estaba lleno –seguramente por ser hoy sábado-. Tenía que esperarme al de las 11 am. Como no me apetece esperarme casi 5 horas, y perder medio día inútilmente, decido comprar el boleto del bus a Canoa Quebrada (23 R$) para mañana a las 8’30 am y pasar el día en Fortaleza, visitando el Centro Cultural Dragao do Mar y dando un Paseo por sus playas de Iracema y Meireles.

Con intención de buscar alojamiento por la zona de Praia Iracema, voy a la parada del bus local 78, situada en Av. Borges de Melo, saliendo de la Rodoviaria, a la izquierda. Me subo al bus (2’4 R$). Me he puesto el GPS en el móvil para bajar cerca de la Albergaria Hostel –que quedaba a 6’5 km de la estación-. Llego hasta allí, pero parece que no hay nadie que abra la puerta del Albergue –aún no son las 7 am- y en la Pousada do Suiso, justo al lado, me dicen que tengo que esperarme hasta las 12…o pagar 2 noches. Qué amabilidad !!! Camino hasta la Av. Beira de Mar en la misma Praia da Iracema y veo la Pousada O Ninho do Pelicano –esquina con Rua Joao Cordeiro-, frente a la playa y la Espigao de Joao Cordeiro, cuyo dueño parece ser un emigrante español. Su amable hijo no sólo me dice que ya puedo entrar en la habitación, sino que además me comenta que me sirva del desayuno del día de hoy, que actualmente estaban ofreciendo.

Para comer/cenar, a su derecha está el gran Piata Restaurante e Pizzeria en el que cené, pero la oferta es variada en las calles aledañas.

Fortaleza. La capital de Ceará no tiene atractivos conocidos internacionalmente, pero su ubicación junto al mar ofrece amplias playas, y culturalmente, vale la pena dar un paseo por su principal Centro Cultural: Dragao do Mar.

Empiezo mis visitas del Paseo por Fortaleza caminando hacia el Centro Cultural Dragao do Mar, retrocediendo un kilómetro el trayecto del bus que me ha traído desde la Rodoviaria, con intención de realizar primero las visitas culturales. Daré un paseo por sus pasarelas, viendo por fuera el Planetario y la arquitectura colonial de sus  edificios colindantes, pero hoy es sábado… y me entero que aquí sus museos abren de 14 h a 20’30 h los sábados, domingos e feriados. Pues nada, volveremos por la tarde para entrar en ellos.

Retrocedo el camino hasta la Praia da Iracema y caminaré por el Paseo Marítimo peatonal hacia la Praia do Meireles. Es un Paseo de unos 2 km. Se van viendo diferentes tramos de Playa, Esculturas y Espigaos. A medida que nos acercamos a Meireles van apareciendo grandes edificios de apartamentos, y hoteles, frente al mar. También varios restaurantes a pie de playa repletos de locales sobretodo tomando alguna bebida, donde cada vez cuesta más encontrar una mesa libre. Las playas no son paradisíacas, pero el agua, aunque no cristalina, se ve limpia, y el sol aprieta de lo lindo.

Apetece bañarse pero me esperaré a acabar el paseo y hacerlo en la playa de enfrente de la Pousada.

Para desandar el camino prefiero no volver inicialmente por la solanera del Paseo Marítimo, y lo hago por la Av. da Aboliçao que es la calle de atrás. Es donde está el ambiente de comercios local. Veo un pequeño comedor con gente en sus mesas, ofreciendo el Menú de Frango 9 R$: un bol de pollo con salsa, con un gran acompañamiento de fideos, judías blancas y arroz. Aprovecharé para comer. Eso sí, para postre caeré ante los llamativos helados (3 R$) del Mcdonalds que antes había visto en el Paseo Marítimo. Tras comer, ya iré volviendo hasta el hotel.

Con el día caluroso que está haciendo me daré un baño en Praia Iracema, en el tramo de playa que queda a la izquierda de la Espigao Joao Cordeiro. Las playas de Fortaleza tienen fama de no dejar las cosas desatendidas, y las voy controlando –tampoco había bajado nada de valor-, pero no me dio el rato que estuve ninguna sensación de inseguridad. Tampoco estuve demasiado tiempo.

Tras descansar un poco, salgo para dirigirme hacia el Centro Cultural Dragao do Mar, pero no iré por el camino más recto de antes. Primero decido ir a investigar por qué calle vuelve el bus 78 hacia la Rodoviaria, para ir directo mañana temprano. Subiendo por la Rua Joao Cordeiro –tras alejarse del mar es una empinada cuesta- voy pasando calles transversales y descubro que vuelve por la Rua Tenente Benevolo, localizando la parada. La calle transversal anterior, la Av. Monsehor Tabosa es una calle repleta de pequeños comercios y el paseo por ella es agradable. Me acercaré por esta animada calle hacia el Centro Cultural. Llegando a la Igreja de Nossa Senhora da Conceiçao, ya hay que girar y bajar hacia la derecha por la Rua Almirante Jaceguai que lleva directo hasta el complejo del Dragao do Mar

Por la mañana ya he visto la zona, y voy directo, primero, al Museu de Arte Contemporaneo do Ceara, pasando después al etnográfico Museu da Cultura Cearense, ambos muy interesantes para conocer la evolución del arte, y las costumbres y forma de vida que ha habido en en el Estado. Históricas son las fotos de los vaqueiros. Saliendo de los museos veo que la zona se está empezando a animar. Algunos de los edificios coloniales del Centro Cultural son restaurantes y tienen muchas mesas fuera. Hoy sábado noche seguro que habrá ambiente, pero aprovecho que aún no ha oscurecido para ir volviendo directamente hasta la zona del hotel.

Frente al hotel, en Praia Iracema también hay ambiente al caer el sol. Es más familiar que el de Dragao, con muchos niños correteando. Se forma como un Mercadillo improvisado, donde se utilizan mesas con manteles para exponer la mercancía. Con la brisa del mar, la temperatura es muy agradable. Hoy para cenar me quedaré en el Piata Restaurant de enfrente, donde saborearé una pizza al forno con una Itapava (24 R$).

 Dia 25 –Fortaleza-Canoa Quebrada

Día para llegar y empezar a disfrutar de la playa de Canoa Quebrada.

Canoa Quebrada. Esta playa, situada a 160 km de Fortaleza, se caracteriza por sus acantilados de piedra roja arenisca. El resquebrajamiento en un tramo del acantilado ha producido un estrecho desfiladero o cañón que puede llegar a parecerse a una forma de canoa, de ahí el nombre de la playa.

Tomo el desayuno a primera hora –abren a las 7 h- para dejar pronto la Pousada de Fortaleza. Subo hacia la Rua Tenente Benevolo, y espero el bus 78, que me lleva hasta la Rodoviaria.

El bus de Sao Benedito de las 8’30 am sale puntual, y sobre unas 3 horas después nos deja en la Praça de Canoa Quebrada. Veo la entrada de su calle más famosa, la Rua Dragao do Mar, más conocida como Broadway, repleta de tiendas turísticas y restaurantes. Voy a buscar Pousada en alguna de las estrechas calles paralelas, a la derecha de Broadway. Me quedaré en la Pousada Morada d’Aldeia que lleva una habladora mujer mayor artista. Aunque de entrada no lo ofrece, me acaba incluyendo el desayuno en el precio de la habitación (80 R$). La tranquilidad de la Pousada, con la pequeña piscina y las hamacas en cada habitación, te permiten una estancia agradable y relajada.

Por la tarde, empiezo mi primer paseo por la Praia Canoa Quebrada. Voy hasta la playa entrando a la altura del Restaurante Evanio. Camino por ella hacia la derecha, por donde hay más gente y también por donde se ven los rojos acantilados, con algunas barcas de vela varadas en la arena. Más adelante hay más densidad de bares con terrazas y con bastante gente –era domingo tarde-. Veo la Passarela Sol Nascente, una rampa que han construido para bajar hasta la playa desde el acantilado en esta parte. La utilizo para subir y divisar la playa desde arriba los acantilados. Quizás se ve hasta más bonita desde arriba. Ahora seguiré la playa desde aquí viendo las paredes de los acantilados desde arriba. Llego al desfiladero que corta el acantilado como un cañón. Tras mirar las diferentes vistas desde arriba, tanto de la playa como del desfiladero, bajaré al pequeño cañón para investigarlo y seguirlo hasta el final que da a la playa. Ahora hay bastante gente haciéndose fotos en la entrada, y como me da la sensación que puede haber mejor luz por la mañana, volveré retrocediendo por la playa, tomándome una cerveza en un bar elevado en la misma playa, que parecía como una gran choza redonda.

Más tarde realicé mi primer paseo y reconocimiento de Broadway, pensando en un posible restaurante para cenar, llegando hasta su final, la Praça Dragao do Mar, por la que puede accederse a la playa. Volveré por una estrecha calle interior donde un par de señoras ofrecían un delicioso caldo frío (2 R$) en la puerta de su casa, donde habían puesto dos mesas en la estrecha acera. Casi estabas en la calle, pero daba una sombra muy agradable. Me lo tomé como tentempié y descanso, entrándome muy bien.

Para cenar, volví a recorrer Broadway pero acabé eligiendo una pizzería que está en la Praça donde deja el autobús. En concreto en el lado opuesto de la entrada a la calle turística.

 Dia 26 -Canoa Quebrada-Aracati....

Día para seguir disfrutando de la playa de Canoa Quebrada.

Tras el estiloso desayuno que ha dejado preparado la dueña de la Pousada, voy otra vez a recorrer Praia Canoa Quebrada con las luces de la mañana. Voy directo al desfiladero. Efectívamente, ahora se ve mucho más atractivo. Las tonalidades rojizas de las paredes resaltan mucho más, y además aún no hay nadie. Iré investigando los diferentes recovecos del cañón. Tras inspeccionar detenidamente el desfiladero seguiré andando por la playa, pero observo que los acantilados rojizos van desapareciendo.

De vuelta a la parte principal de la playa, me doy cuenta, que ahora con marea baja van quedando al descubierto bancos de arena rodeados de agua. Me recuerdan los Jables del sur de Fuerteventura, pero aquí lo asimilan más como Piscinas Naturais, al quedar el agua de mar en alguna cavidad, totalmente rodeada por los bancos de arena. Yo instalaré el trapo de playa en uno de esos tramos salientes de arena, completamente rodeado de agua. Da la sensación que tienes una islita para ti solo en  una playa paradisíaca. Por supuesto, el agua tiene una temperatura ideal y el agua es completamente cristalina.

Tras un buen rato disfrutando de ese trozo de isla para mí solo –que se había hecho un poco más grande al bajar más la marea- vuelvo al trozo de playa habitual. Daré un último paseo por ella y, como hoy –lunes- había muy poca gente, me sentaré un rato en la terraza de un chiringuito -en primera línea !!!- a tomarme una cerveza, viendo el ambientillo local pasar. Realmente, ayer la playa simplemente me gustó, pero hoy su belleza me ha cautivado mucho más.

Por la tarde, ya decido ir hacia Aracati, este pueblo que queda a unos 12 km es donde se cogen los buses de largo recorrido. Salen furgonetas (3 R$) continuamente a lo largo del día. Llego a la Rodoviaria de Aracati.

En principio pienso en dos opciones:

1)   Ir a Natal, en concreto a Praia da Pipa, un destino más de playa –es Este de Brasil, y ahora es época de lluvias- y que también significaba dos trayectos pesados diurnos de medio día para llegar a Recife.

2)   Ir directamente en bus nocturno a Recife, y visitar la colonial Olinda con más tranquilidad.

Me decanto de entrada -si hay pasaje para hoy-, por la segunda opción. Pregunto en Expresso Guanabara y sí hay plazas para salir a Recife en el bus de las 21’36 h (92 R$). Como información para ir a Natal, con Nordeste, eran 6 horas para llegar a Natal, y luego otra hora hasta Praia da Pipa.

Dando un Paseo por Aracati, encontré una heladería con wifi en la calle principal donde pasé la mayor parte del tiempo a la espera de la hora del bus. Luego cené, en los puestos de la misma Rodoviaria, un caldo de frango, una porción de pizza y una deliciosa porción de tarta casera de chocolate que tenían expuesta.

Salida con algo de retraso en el bus proveniente de Fortaleza, con el destino final de Recife.

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