4: Imagen FIJA y en MOVIMIENTO

LA FOTOGRAFÍA

    Las fotografías solo existen desde hace aproximadamente 200 años, pero siempre ha existido el deseo de capturar las imágenes directamente de la realidad. 

    Al principio lo hacían pintores y escultores valiéndose de su observación y habilidad, pero hacia 1826 unos investigadores lograron que la luz emitida por los objetos dejara un registro visible. 

EL CINE

    Se basaron en el fenómeno de la Cámara oscura, conocido desde la Antigüedad, y en productos químicos sensibles a la luz, como los óxidos de plata.    Al principio el proceso era muy laborioso y bastante caro, solo al alcance de profesionales, pero, poco a poco, se fueron logrando mejoras que acercaron la fotografía al público en general.    Desde hace pocos años es posible realizar las fotografías digitalmente, es decir, convirtiendo las imágenes en información virtual, que se puede visualizar directamente en la pantalla de la cámara o el teléfono móvil, lo cual hace todo el proceso aún más sencillo y económico.

    También desde el principio de los tiempos los seres humanos han intentado representar el movimiento, mediante la expresividad de las líneas o formas pintadas o dibujadas.    A finales del siglo XIX otros investigadores lograron combinar fotografías para que parecieran reflejar movimiento. Fueron los hermanos Loumière, que dirigían una fábrica de productos fotográficos en Lyon, y dedicaban grandes esfuerzos a introducir mejoras, como la fotografía en color, la imagen tridimensional o la imagen en movimiento.    Las imágenes en movimiento en realidad no se mueven, son fotografías fijas que, al verse una tras otra a gran velocidad, producen una sensación de movimiento.

    Las primeras películas que grabaron duraban unos pocos minutos y apenas tenían argumento, se trataba más bien de documentales. Los hermanos Loumière realizaron varias exhibiciones públicas de estas películas, pero, en realidad, no le veían mucho futuro a su invento.

    Pero uno de los asistentes a una de estas exhibiciones, el por entonces mago Georges Mèlies, sí que vio otras posibilidades. Se hizo con un cinematógrafo y empezó a rodar películas con argumentos más elaborados, y en las que empleaba sus trucos de magia para crear efectos especiales. Así el cine empezó a adquirir interés y convertirse en la industria que conocemos hoy en día. Una de sus películas más conocida fue El viaje a la luna, de 1902.