POETAS

Pintura de Willian Blake, poeta y pintor del siglo XVIII

   Aquel día Dios despertó preocupado.

   Los mortales que vivían en ese mundo hermoso, al que él había distinguido con obsequios tan especiales como arroyos cantarinos, mariposas multicolores, flores perfumadas y un  techo de cientos de estrellas habían perdido la capacidad de emocionarse. Los hombres ya no se detenían a meditar.

   Por eso Dios decidió que debía crear más Ángeles que les enseñaran  como volver a extasiarse ante una puesta de sol, como volver a creer en el futuro mirándose en la sonrisa de un niño  o  en los ojos cansados de un anciano.

   Y el nuevo ejército de Ángeles se volcó por mil caminos de éter eligiendo a aquellos humanos que habrían de ayudar en la tarea.

   Encontraron un niño conversando con una gota de agua, a un hombre joven obnubilado por la luz que emanaba de los ojos de su amada, a una doncella temblorosa ante su primer beso y a una matrona que rodeada por hijos y nietos se emocionaba ante la belleza de una puesta de sol.

   Y los Ángeles sonrieron, tañeron sus liras y alabaron al creador.

   El mundo no estaba perdido porque los Ángeles habían encontrado a sus ayudantes más idóneos, a los que desde aquel momento llamaron: Poetas

                                                                                           ®Graciela A. Vera Cotto