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Dos países con costumbres muy diferentes pero que en la época navideña sacan a relucir tradiciones muy similares que forman parte del folclore de cada uno.
Los moscovitas celebran con los puños la Natividad de Jesucristo, los peruanos deciden que es una fecha propicia para olvidar las rencillas, previo recordatorio a golpes, de que éstas existieron.
En el poblado de Santo Domingo y en el cercano caserío de Llique, en la provincia peruana de Chumbivilcas, los 25 de diciembre los desacuerdos de todo un año se ofrendan a su Santo, coloquialmente nombrado por los lugareños como “San Toto”.
No es una oblación tradicional en la fe católica, aunque sí es una tradición del poblado conocida como el día del Takanaky, o sea una fiesta de puñetazos y patadas.
Cada 25 de diciembre las peleas populares, que pueden surgir en forma espontánea o estar previamente pactadas, limpian al son de la wayliya, una música de fondo, los rencores que pueda haber entre los vecinos, para de esta manera no pasar al año siguiente con ellos.
Ofrenda de paz entre todos para celebrar la llegada del Niño Jesús, pero no antes de dirimir con una buena zurra los rencores que pudieran dificultar la convivencia.
Según algunos antropólogos como Harold Hernández, estas luchas forman parte de un foro donde los enfrentamientos personales no se discuten sino que se finiquitan a golpes, pero de manera deportiva.
Ya sea situaciones sentimentales o cualquier tipo de conflicto queda zanjado a través del Takanaky, un término proviene del quechua, taka es trompada, takay significa trompear ynakuy es realizar algo entre dos o más integrantes.
Antiquísima tradición en la que sólo ha cambiado la participación de mujeres, que ha comenzado a ser bastante común en los últimos años. Quizás porque ellas también tienen rencillas que resolver.
Esta costumbre, que tiene mucha similitud con las peleas rituales, no deja heridos, salvo alguna magulladura, los participantes nos sufren lesiones serias y después de ellas, se puede desear, ahora sin enconos, muchas felicidades al vecino que se traía entre ceja y ceja.
No sólo en los Andes americanos se utilizan los puños para festejar la Navidad, también en la tierra de los Urales se acostumbra hacerlo.
Por siglos las peleas públicas a puñetazos fueron parte de las fiestas públicas rusas.
En Moscú la antigua tradición se convirtió en un espectáculo navideño y los pugilatos son parte de la celebración de la Navidad.
Se organizan el 10 de enero en barrios de la capital rusa; peleas entre dos personas o en grupos que terminan invariablemente con los participantes entonando antiguas canciones locales.
La Navidad Ortodoxa se celebra el 7 de enero, el 10 es el último día del asueto escolar que comenzó el 28 de diciembre, y el momento de desear una Feliz Navidad hasta el año próximo.
® Graciela A. Vera Cotto