Si necesitas contactarme, escribe a graciela.vera@gmail.com
Creía que a esta altura ya nadie preguntaría qué es o para que sirve el turismo como tal. Sin embargo la ignorancia de muchos sectores no solamente me asombra sino que me asusta.
Podemos preguntar qué es el turismo y recibir las respuestas más variopintas, pero en realidad el turismo es un generador de riquezas.
Sólo, y ésto es una desgracia, la industria de las armas supera en productora de divisas a la industria de la paz. Si algún día logramos cambiar éste parámetro, pues entonces el mundo vivirá floreciente.
Para algunas personas el turismo beneficia sólo a un sector de la sociedad. Nada más erróneo. Es una industria que dá tantísimos empleos indirectos como ninguna otra ha logrado.
Con mayor o menor éxito según se adopte el sistema turístico que se pretende, en todo el mundo el turismo no ha hecho más que crecer durante las últimas décadas e incluso, cuando estaba en una de sus etapas doradas tuvo que soportar la última pandemia a nivel mundial: el Covid19 que cerró locales de hostelería, canceló viajes turísticos y dió al sector uno de los mayores “palos” que soporta después de la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de todo lo que ha debido soportar en los últimos dos años el turismo sigue siendo un factor de crecimiento e ingresos en numerosos países y posibilita que aquellos en desarrollo puedan acceder a un nivel de vida mejor.
Hoy día el volúmen de los negocios turísticos iguala e incluso en algunos casos supera al de las exportaciones de petróleo, productos alimentarios y automóviles.
El turismo beneficia no sólo a la hostelería, que es sólo la cara visible del mismo, sino que en términos económicos favorece a un sinnúmero de sectores que van, por sólo nombrar los más conocidos, la construcción y todos sus derivados, la agricultura e idem, las telecomunicaciones y mil etcéteras más.
Pensemos en una época veraniega… si hay turismo en una localidad se venderán más helados, para hacer los helados se necesitarán más fabricantes de heladeras, más trabajadores, más materias primas, y sobre todo más ganas de innovar.
Pero en cada país la contribución del turismo al bienestar general dependerá mucho de los impuestos y los beneficios que los gobiernos otorguen al mismo y de que esos gobiernos, nacionales o locales, organicen al turismo en su territorio de forma sostenible.
El turismo como se le conoció hace veinte o treinta años no ha sido el mejor aunque benefició a muchos sectores, el que ahora se pretende contribuir a consolidar, el turismo sostenible, que es el que nos dará ganancia, hoy, mañana y a nuestros hijos también, ese es el que debemos ayudar a sostener.
Un turismo seguros, responsable y accesible para todos es lo que pretendemos que el futuro pueda ofrecer.
Habrá quién pueda ir a conocer países exóticos, quién deba quedarse recorriendo del entorno de su localidad, pero todos, de una forma u otra deben poder disfrutar de lo que es, y representa el turismo y esa es una de las premisas de la OMT (Oficina Mundial del Turismo).
A nivel español, quizás lo primero que deberíamos pedir es que haya un organismo que realmente sepa manejar los giros del sector turístico y organizar leyes que lo protejan y protejan a los usuarios sin asfixiar a las empresas o sin beneficiar desaforadamente a éstas. La medida está en el diálogo, que es precisamente algo que hoy por día nos está faltando.
® Graciela A. Vera Cotto (26/6/22)