A LA MIERDA CON EL FEMINISMO Y LA IGUALDAD 

Aunque la palabra está perfectamente recogida en el diccionario de la RAE y la expresión, que es un dicho polisémico no por ser de terminología común resulta menos malsonante, ante los despropósitos de un ridículo feminismo que nos quieren endosar como bandera a todas las mujeres, yo me revelo.


Y precisamente, que se comprenda la intensión es lo que pretendo, y por ello no tengo el menor deseo de utilizar una lingüística más florida o, en este caso menos olorosa.


Nunca en la sociedad actual española la mujer ha estado más discriminada que desde que por arte de magia y de los euros de los contribuyentes, surguió como “premio consuelo” el Ministerio de Igualdad del que, como no tenía mucha idea, después de tantos despropósitos que surgen de sus filas, de cuál es su cometido tuve que buscarlo… la verdad es que la idea original no es mala: Le corresponde la propuesta, elaboración y desarrollo de las normas, actuaciones y medidas dirigidas a asegurar la igualdad de trato y de oportunidades, especialmente entre mujeres y hombres, y el fomento de la participación social, política y económica de las mujeres. (sic)


Un, o una ministro capacitado y especialmente experimentado (o simplemente con neuronas activas en cantidad suficientes para manejar con tino el cargo que ostenta hubiera sido más que suficiente para asegurar el mínimo de idoneidad a este nuevo ministerio, pero en lugar de ello nos hemos encontrado con soberbias, engreimientos y escasas luces.


Si lo que se pretendió por parte de las organizaciones feministas que reclamaban un ministerio en su defensa era precisamente ésto, lo que se obtuvo fue todo lo contrario.


Y no lo digo a propósito de una de las más polémicas leyes paridas por el Organismo Estatal de marras , la anunciada con bombos y platillos como la ley estrella por la defensa de las mujeres, la ya polémica “Ley del Sólo Sí es Sí”, ¡que ya el nombrecito se las trae! y que en vez de defender a las mujeres ha beneficiado, desde su aprobación a finales del mes de agosto pasado a la fecha, a más de quinientos delincuentes sexuales de los que casi medio centenar ya han sido puestos en libertad ante la desazón de sus víctimas.


No sólo ésto me hace mandar a la mierda, con toda la expresión a este ministerio y sus responsables, sino porque además queda más que notoria la utilización política de una situación en la que están dejando que se extienda el drenaje de excarcelamientos y rebajas de penas con el sólo propósito de hacer coincidir el anuncio de una reforma al esperpento aprobado en su momento, y por el que sin reconocerlo como tal, cuál haría un buen ignorante se culpó a los eruditos de no entender su significado; decía que se deja con fecha pre establecida esa reforma sin importar que cada día que pasa los derechos de las mujeres, por cuyas violaciones se había encarcelado a muchos delincuentes, se vea diezmado, con tal de que componenda coincida con el Día de la Mujer .


¿Motivos? Hasta podría pensarse que se debe a tener las pancartas y las consignas ya elaboradas, o las necesidad de mantener ideologías extremas y borrar de un trazo seis meses de absurda y caprichosa pataleta durante la cuál quién debía proteger, desprotegió utilizando la ridiculez ante la erudicción.


Y entonces el 8 de marzo se saldrá a ¿festejar? que se ha logrado mucho….

                                                                                                   

¿Mucho qué?…


Y repito y seguiré haciéndolo: “a la mierda con el feminismo y ahora especialmente con la igualdad”.


Nunca la mujer ha sido más discriminada, pero no la discrimina la sociedad sino quienes pretenden defender su lugar en sitios de trabajo cada vez que hablan de imponer cuotas.


La mujer no necesita cuotas porque la cuota significa que no está capacitada para llegar si no es de la mano del hombre, y eso precisamente es lo que la mujer ha demostrado por sí sola: que se basta para llegar a donde quiera, ella, sin empujes y sin trabas.


Si la mujer hasta ahora ha estado menos representada en algunos círculos es porque tiene otro “bendito” rol que no pueden quitarle y que no puede compartir porque es suyo, exclusivo: ser madre. Sólo la mente enfermiza de la insatisfacción personal puede degradar este rol de la mujer


La mujer es ya por serlo el ser más perfecto. Puede ser ella, ser esposa, compañera y ser madre e hija y llevando como estandarte todos estos cometidos puede llegar a dónde le plazca, caminando, trabajando, compitiendo junto al hombre, pero sin cuotificaciones que la separen y aislen en un mundo irreal.


La cuota en cualquier orden, es una demostración de necesidad de ayuda por una carencia de capacidad. No. señores, las mujeres llegamos por nuestros méritos y cuando queremos hacerlo, no necesitamos la asignación de un porcentaje. ¿Podrá entenderlo quién ocupa un cargo por motivos poco claros? Tal vez no, pero por eso mismo, por no estar capacitada a entender no debería opinar.


Como mujeres tenemos el mundo como meta y llegamos por capacidad, o no, exactamente igual que los hombres, algunas llegarán más arriba, otra quedarán en el camino, pero nada nos impide en este país, salvo las absurdas leyes de un ministerio sin raciocinio escalar posiciones.


Y volvemos al inicio de la nota. Nunca ha habido en España tantas agresiones sexuales como en los últimos años. La educación, eso tan importante y que las mismas leyes que por un lado pretenden ser der vanguardia,por el otro van dejándola a un nivel muy por debajo de otros países, hacen de la supuesta lucha del feminismo por mejorar la situación de la mujer en el embozo de un ridículo muñeco escapado de una mascarada esperpéntica. No se logrará nada manifestándose un día en el que la consigna es gritar contra un machismo que algunas han sufrido en carne propias mientras otras no saben de que hablan pero seguro que no se controlará sin educación, esa que ya hemos visto que vamos dejando de lado como si se tratara de un trapo viejo.


La muerte de tantas mujeres a manos de un mal llamado machismo no ha servido de lección alguna. Y digo mal llamado machismo porque el machismo como tal es ignorancia y la ignorancia es falta de educación. Y como decían los viejos maestros, la letra con sangre entra, sin llegar a tanto, quizás las leyes en lugar de absurdos consentimientos deberían discutirse más en castigos y readaptación o separación de la sociedad de quienes no llegarán a adaptarse a un mundo de convivencia. Por supuesto otro debate, diferente pero que no deje de ser necesario dejando de lado derechos que no, obligaciones.


Y volviendo a la fecha que se acerca y me ha llevado al inicio del escrito… me considero feminista porque he tenido cuatro hijos y los he criado compartiendo roles domésticos y de trabajo fuera de la casa con mi compañero como apoyo. Me considero feminista porque he trabajado en un ámbito donde los hombres lideraban, y lo hice de igual a igual sin sentir discriminaciones de género ni de número. Me considero feminista porque puedo escribir sin mordazas, con la única limitación que me impone la educación, una educación que recibí como mujer y que hace que pueda sentirme muy orgullosa de saber lo que significa experimentarse como tal, muy femenina.


Y porque soy femenina me gustan las galanterías, los piropos, que me abran una puerta o me acerquen una silla…. Y eso, que tiene que ver con el feminismo, no está en contradicción con ser feminista de pro…. Sin gritos ni cara pintada, sólo pensando.


Y porque soy mujer, libre muy a pesar de lo que desde el Ministerio de Igualdad pretendan hacernos creer, puedo decirle a ese mismo ministerio… “a la mierda con las feministas y con la igualdad”.


Igualdad de género no es pisar al otro, es caminar hombro con hombro, ni delante ni detrás, hombres y mujeres. Pero ésto es lo que no han comprendido las actuales defensoras de un feminismo de chiripa.


El próximo 8 de marzo volveremos a ver los rostros pintados con rayones morados, los gritos iracundos que en lugar de la sonrisa que representaría el rostro de la mujer de nuestro siglo, deja lugar a una mueca en la que se mezcla la frustración con el odio.


La frustración de un feminismo que no encuentra su lugar en un mundo en el que cada vez más se hace valer el conocimiento y trabajo efectivo por sobre el acomodamiento de cupos por sexos, y el y el odio mal disimulado, contra todas las mujeres que, en lugar de aspavientos contra un supuesto fracaso saldrán a la calle con la sonrisa como bandera e hijos y compañeros como escudos.


A la mierda con el feminismo.

¡Viva el feminismo defendido por mujeres de hoy, las mismas que en los 70, en los 80, en los 90 o en este siglo fueron, son y seguirán siendo muy femeninas.





                                                                     ®Graciela A. Vera Cotto





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