CUANDO SE DESACREDITA AL SECTOR TURÍSTICO 


PENSANDO EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

Cuando se desacredita gratuitamente a la industria que generaba, hasta el inicio de esta pandemia, las mayores ganancias lícitas en el mundo y resulta ser el pilar económico de España y de muchas naciones más, sin desmerecer con ello la importancia de las industrias tradicionales de las que se sustenta y a las que sustenta, se está demostrando una total ignorancia.

Esa ineptitud puede aceptarse en la gente que, con buena disposición, no conoce los entresijos de la industria turística. No hablo de sectores hosteleros en particular sino de un motor que ha impulsado durante décadas al mundo.

Basta saber, para reconocer su importancia, que en el año 2019 el turismo a nivel mundial generó 5.000 millones de dólares al día, cifra que surge de la suma de los ingresos por turismo extranjero en cada país y el coste del transporte de los pasajeros.

Si se trata de divisas, hablamos de la oportunidad de equilibrar balanzas de pago al representar un importante porcentaje en el producto interior bruto (PIB) de muchas naciones. Hablamos también de que en el año 2018 el turismo generó el 20% de todos los empleos en el mundo:125 millones de trabajadores ligados a la hostelería.

Foto Internet: Zondetrope

Basta para comprenderlo con leer el siguiente informe de la OMT (Organización Mundial del Turismo):

El turismo en cifras:

De acuerdo con los últimos datos publicados por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), el sector turístico, con una representación del 10,4%, supone uno de los sectores con mayor contribución al PIB mundial. Con 8’8 billones de dólares, el sector turístico se posiciona como uno de los sectores con mayor crecimiento del mundo, siendo superado únicamente por el sector manufacturero. Eso sí, muy por delante de otros sectores de gran calado como lo son el de los servicios financieros, el sanitario o el tecnológico.”

Y aquí, en la risible política española, aparece un personaje con ínfulas de Ministro de Consumo, que afirma que el turismo es una industria de “bajo valor añadido”, “precaria y estacional”.

¿De dónde ha sacado este señor un argumento de tal naturaleza refiriéndose a España y al sector hostelero?

La indigencia mental de algunos altos cargos del Ejecutivo quedan desenmascarados con actitudes como las de Alberto Garzón quién parece ignorar totalmente los lineamientos que refieren a las competencias que el cargo le otorga, implican: la principal, que para realizar cualquier propuesta o ejecución en la materia conozca los pilares económicos que las pueden hacer posible.

Y en este sentido ha pisado en falso, porque quién camina a ciegas, por más Cartera que porte, puede pisar sobre arenas movedizas y en este aspecto el jerarca cayó en un pozo succionador que ya ha absorvido buena parte de su carrera ministerial porque, aunque intente minimizar su ignorancia, y en este caso doble ignorancia sustendada en parte por su odio de clases que aquí le falló, porque el turismo en forma global no ha crecido sostenido por las grandes fortunas, sino por las clases medias, o sea por los trabajadores.

Pero al hablar tan despectiva y banalmente del sector español de la “industria sin chimeneas” no ha hecho más que dejar constancia de su falta de idoneidad porque según el informe elaborado por el Foro Ecónomico Mundial (WEF) “Informe sobre Competitividad en Viajes y Turismo 2019”, España figura como el país más competitivo del mundo en términos turísticos, siendo el que mejor combina su oferta cultural y patrimonial con sus recursos naturales.

Sr. Ministro Garzón, ¿Alguna vez le dijeron que en el año 2019 llegaron a España 83,7 millones de visitantes internacionales que dejaron en arcas nacionales 92.337 millones de euros? Si no lo sabía revise informes del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo del 21 de enero de este año 2020, allí se interiorizará de esta materia que le viene tan grande.

¿Sabía usted, que además del turismo internacional, el turismo interno ha tenido un importante rol con un crecimiento del gasto de casi un 5% respecto al año anterior, o sean 8.317 millones de euros?

Quizás después de sus desafortunadas declaraciones le resulte satisfactorio saber que el crecimiento y pujanza del sector turístico cayó a pique con el inicio de la pandemia. No dudo que lo que para todos es una catástrofe a usted puede hacerle sonreír porque no haría más que darle algo de credibilidad a sus ideas.

Lamentable.

Y lamentablemente es la misma OMT la que ha puesto cifras al receso del turismo internacional. Porcentaje que podría, este aciago año, oscilar entre el sesenta y ochenta por ciento.

Tal vez a este ministro hasta le resulte agradable que el conjunto de países vayan a sufrir una pérdida de ingresos que fluctuará entre 910.000 millones y 1,2 billones de dólares a nivel mundial, 92.500 millones tan sólo en España.

Cifras que dan escalofrío, catastróficas para un sector que está sufriendo una crisis sin precedentes y cuyos beneficios están ligados a los de miles de pequeñas empresas satélites de la hostelería.

Sr. ministro, “la precaria y estacional hostelería”, “la industria de bajo valor añadido” tiene su destino unido al de cientos de pequeñas empresas que, desde ámbitos paralelos, surten hoteles, restaurantes, agencias de viajes.

Lo cierto es que estamos ante una recesión de dimensiones que escapa a la percepción de los neófitos en el ámbito turístico.

Pero algo sí, sabemos, y es que el sector se recuperará, quizás no igual, pero seguro que más fuerte y sostenible porque si no lo logra, el mundo no logrará salir de la crisis en la que ha entrado. La hostelería que de precaria tiene poco, está demasiado ligada a la economía mundial, nacional y regional para hacer ahora una disección.




                                                                      ®Graciela A. Vera Cotto