CAMBALACHE

"Carnaval" de la pintora uruguaya Susana Martínez Monza

¿De qué puedo escribir esta semana?

 

Mientras pensaba que tenía que entregar el artículo y aún no me había decidido por ningún tema, reconocía que no era precisamente porque no hubiera titulares para resaltar.

 

Porque lo cierto es que es una semana repleta de acontecimientos, efemérides y pronósticos, bueno, todo septiembre lo es. 

No sé de qué escribir porque es difícil decir algo sin tener que ironizar cuando, desde muchos lados se pretende que se vea lo que, quizás porque esta semana me compré gafas nuevas y aún no las he adaptado al mundo real, tiene matices que no me convencen. 

¡Por suceder ha sucedido mucho! Sólo que lamentablemente, en la balanza no encuentro un contrapeso de las buenas noticias.

 

Sucede que los economistas están dando la voz de alarma sobre la recesión económica que ya no solamente amenaza a los Estados Unidos sino que se ha clavado como un aguijón urticante en Europa y en la hasta ahora vista como tierra de 

promisión: España. 

De eso ya nos habíamos hecho eco, rogando que el alerta no se materializara y empeñados en alertar a quienes piensan dejar todo de lado para llegar en busca de algo que ya los propios españoles están perdiendo. 

Pero pongo distancia con términos como crisis, fragmentación de mercados, hipotecas, embargos y subas de precios porque resulta que el 21 de septiembre es el Día Internacional de la Paz, proclamado como tal en el 2001 por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el propósito de conmemorar y fortalecer los ideales de paz en el mundo, habiendo sido decretado por la Asamblea que ese día se observaría la cesación del fuego y la no-violencia a nivel mundial. 

¿Podemos llorar? 

   

Se llega a esta efemérides con más de 21 conflictos armados, tantos como uno más que en los dos años anteriores en los que comenzó a revertirse la tendencia en baja que venía haciendo aflorar algunas esperanzas a la humanidad.

 

Y eso antes de que el Estado de Israel declarara a Gaza zona hostil, o sea el paso previo a la declaración de guerra; Al-Qaeda declarara la guerra a Pakistán y amenace a franceses y españoles residentes en Marruecos con su exterminio. 

¿Esperanzas? 

Pocas porque además de este balance negativo los números rojos parecen apretujarse en un desolador ramillete de horrores.

 

Por más buenas intenciones que cada 21 de septiembre se hagan, hay 250.000 niños soldados y 14 millones de niños viven en sus países o fuera de ellos, como refugiados de 

guerra y cada día el número aumenta. 

Pero ni siquiera vamos a hablar de las enfermedades, las mujeres forzadas como ‘botín e guerra’, ni del hambre ni del miedo.

 

Pretendemos que los gobiernos recapaciten en esta fecha, pero ningún año parece bueno para hacerlo y aunque quisiéramos tener confianza debemos ver la realidad: entre los gastos por armamentos, que parecen no importar a las arcas de los Estados, y los fondos destinados a paliar las crisis humanitarias, que sí les hacen cosquillas, hay un 

enorme abismo.

 

En un mundo en el que se nombran millones de veces al día los Derechos Humanos este miércoles, en esta España a la que tantos emigran en busca de una vida mejor, murió luego de una semana de agonía un emigrante rumano de 44 años de edad que se había prendido fuego frente al Ayuntamiento de Castellón porque no podía alimentar a su familia, ni poseía los 400 euros que les costaban los pasajes de retorno a su país. 

Había sido cegado por un brillo inexistente ¡como tantos otros que llegan en busca de El Dorado!, fue engañado y explotado y antes de seguir viendo el sufrimiento y el hambre de sus hijos y, ante los oídos sordos de una sociedad que se dice solidaria, se sacrificó él para que su sacrificio hiciera posible que se abrieran algunos ojos.

 

Hoy día su mujer y dos hijos están en su país, una Rumanía que integra también la Unión Europea. Recordarán una tragedia trocada en antorcha humana que seguramente nunca 

podrán olvidar. 

Una tragedia que nos detiene ante la bandera de la solidaridad que, en esta ocasión como en muchas otras, ondeó demasiado tarde.

 

No sabemos en cual tema centrar nuestra crítica porque hay demasiado horror en la mayoría de los titulares, pero como buenos especímenes de la raza humana nos apresuramos a dar vuelta la página y nos encontramos con que el jueves 27 se celebrará el Día Mundial del Turismo, una actividad que es, precisamente la opción opuesta a la de la guerra. 

 

Es la industria de la paz, la que está en permanente pleito contra la de las armas por una supremacía que llegó a ostentar pero hoy, lamentablemente ha vuelto a perder.

 

Como quizás pierdan quienes pretendan hacer honor al Día Mundial sin Auto cuya fecha es el 22 de este mes.

 

Tal vez algún día se consiga que se utilicen otros medios de transporte pero aún sigue predominando la comodidad aunque nos encontremos con atascos gigantescos y las ciudades se llenen de smog.

 

Y un día antes, se celebra el Día Mundial del Alzheimer

y no para ensalzar la enfermedad sino por reconocer la labor incansable de los cuidadores de los enfermos de este mal y concienciar a la población sobre una enfermedad neurodegenerativa que al momento no tiene cura y que en el mundo afecta a 24 millones de personas. 

Y no menos importancia –si es que darle trascendencia sirve para cambiar hábitos- tiene el Día Mundial del Corazón 

que éste, como todos los 25 de septiembre, con el patrocinio de la OMS y la UNESCO pretende concientizar a la población acerca de las enfermedades cardiovasculares y promover su prevención y control. 

Como vemos, puede aducirse que en este mes como en los once restantes se conmemoran días mundiales de muchas actividades, situaciones, lugares, tales como el De la Limpieza de las Playas, el del Fair Plair, el de la Contracepción , el de la 

Fisioterapia, el de la Alimentación, el día contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas, Niños y Adolescentes y a partir de este año también el de La Rabia.

 

Entre tantas recordaciones hay una que reivindicamos porque sin ella, no nos enteraríamos del porqué son necesarias las otras. 

Es el Día Internacional de la Libertad de Expresión, algo tan imprescindible como el derecho de comunicación. 

No hay personas ni sociedades libres sin libertad de expresión como tampoco, sin ella hay libertad de prensa.

 

Precisamente en referencia a ella, el primer artículo de la Declaración Chapultepec dice textualmente: ‘El ejercicio de ésta no es una concesión de las autoridades; es un derecho 

inalienable del pueblo.’ 

La libertad de expresión no es más que la libre manifestación del pensamiento y se extiende a todas las vertientes intelectuales: escritura, pintura, escultura, danza, teatro, 

cine….. y especialmente la Libertad de Prensa que está constituida por el derecho sin manipulación ni censura a la información, la crítica y la denuncia. 

La defensa de la Libertad de Prensa es esencial para disfrutar de la libertad de expresión porque como dijera el académico chileno Claudio Grossman, ‘Una prensa silenciada y  temerosa resulta en sociedades que pierden su libertad’

 

Y, como la tan mentada Libertad de Expresión también está de duelo, nos la tomamos con nuestro pobre planeta al que dos poderosos: Japón y Estados Unidos han dejado seco al vetar los fondos que la ONU solicitaba para poder hacer realidad el plan de lucha contra la desertificación aprobado el sábado pasado por 201 países participantes de la Cumbre realizada en Madrid. 

Dos países que este mes precisamente no sufren las consecuencias de la falta de agua, todo lo contrario, el agua arrasa un número importante de Estados que mañana también 

tendrán sed. 

Pero no parecen importar los cambios climáticos ni que este mes también se haya hecho posible la navegación a través de canales árticos que por decenios estuvieron congelados. 

La historia escribirá que por primera vez el paso entre el Atlántico Norte y el Pacífico está abierto pero la humanidad está tan embotada por otras noticias que se le ha escapado 

ésta que podría estar cambiando la cartografía terrestre. 

Realmente septiembre es un mes muy generoso en noticias y también en paseos. 

El presidente Tabaré Vázquez hizo un recorrido semi-relámpago por Europa y algunas promesas obtuvo pero, no somos optimistas en nada, las promesas deben concretarse y 

como siempre, Uruguay va un paso atrás cuando de visitar este continente se trata. 

O llegamos cuando acaban de despedir a los gobernantes argentinos, o lo hacemos detrás de los brasileños y ello es mala política. 

El colega de Vázquez, Luis Inácio Lula da Silva ya anduvo unas horas antes ofreciendo por Europa los biocombustibles brasileros y a su país para inversiones. 

Poco antes que Vázquez llegara y presentara a los europeos las ventajas de invertir en nuestro país; Lula ya había criticado las barreras que impone Europa a los productos del 

Mercosur, había estrechado las manos que después estrechó nuestro presidente y había ofrecido el etanol y hecho una exposición diez de las también ventajas de Brasil a las 

iniciativas empresariales. 

Tanto Lula como Vázquez hablaron de la importancia de llegar a acuerdos Mercosur-Unión Europea pero, en la práctica la tecnología para producir etanol la tiene Brasil y Brasil ya dio un paso de gigante porque la Unión Europea ha decidido que hasta el 2020 va a realizar una mezcla al 20 por ciento de combustibles vegetales con los de origen fósil y en esto Lula piensa obtener una buena tajada.

 

Y mientras Vázquez recibió el título de Visitante Ilustre de Madrid, Lula se llevó la mejor cobertura periodística en esta España a la que nuestros gobernantes llegan a mendigar 

mejoras en la situación de sus compatriotas, cuando deberían exigir reciprocidad con el trato dado a los españoles en Uruguay y no sólo por cortesía sino por Derecho 

Internacional. 

Pero para eso hay que tener agallas pero, a fe de sinceros debemos decir que algo se consiguió en materia de emigración. 

 

Se logró que (al menos de cara al público) el presidente José Luis Zapatero pidiera en forma expresa a las autoridades de Inmigración que dieran ‘el mejor trato y el más 

humano’ a los uruguayos que arribaran a aeropuertos españoles. 

Algo que conformará en futuro pero que no ayuda a los cien uruguayos que pagaron casi mil euros para llegar a España en los últimos cinco meses y no pudieron poner un pie 

fuera de Barajas o El Prat. 

Poco si tenemos presente que últimamente España endureció las reglas impuestas para entrar a su territorio. Exige más dinero como muestra de solvencia económica y una carta 

invitación para quienes vengan a una casa privada o un comprobante de reserva hotelera para los que vengan como turistas.

 

Y del Tratado de 1870 no se habló. No se mencionaron los derechos que habíamos adquirido por él, todo lo contrario, Vázquez se comprometió a divulgar la información 

sobre las nuevas normas españolas ¿será para que no nos tomen desprevenidos? 

Menos mal que queda un espacio para la risa, aunque sea sarcástica, porque nos enteramos que en los Estados Unidos un Senador de Nebraska de nombre Ernie Chambers ha demandado a Dios por provocar ‘nefastas catástrofes, muerte y estragos 

alrededor del planeta, sin exhibir la misericordia que tantos creyentes le adjudican’. 

Esta demanda presentada el 14 de este mes no hace más que convencernos de que las acciones más absurdas están a la orden del día en cualquier lugar del planeta.

 

Septiembre no ha finalizado pero para claros y oscuros ya es suficiente y la verdad, pensamos que si Discépolo viera el mundo actual, no cambiaría nada su famoso tango, al 

contrario, le agregaría algunas estrofas.

                                                                               ®Graciela Vera Cotto 

                                                                                      allá por el año 2007

 

CAMBALACHE 

Que el mundo fue y será una porquería 

ya lo sé... 

(¡En el quinientos seis 

y en el dos mil también!). 

Que siempre ha habido chorros, 

maquiavelos y estafaos, 

contentos y amargaos, 

valores y dublé... 

Pero que el siglo veinte 

es un despliegue 

de maldá insolente, 

                                     ya no hay quien lo niegue. 

Vivimos revolcaos 

en un merengue 

y en un mismo lodo 

todos manoseaos... 

¡Hoy resulta que es lo mismo 

ser derecho que traidor!... 

¡Ignorante, sabio o chorro, 

generoso o estafador! 

¡Todo es igual! 

¡Nada es mejor! 

¡Lo mismo un burro 

que un gran profesor! 

No hay aplazaos 

ni escalafón, 

los inmorales 

nos han igualao. 

Si uno vive en la impostura 

y otro roba en su ambición, 

¡da lo mismo que sea cura, 

colchonero, rey de bastos, 

caradura o polizón!... 

¡Qué falta de respeto, qué atropello 

a la razón! 

¡Cualquiera es un señor! 

¡Cualquiera es un ladrón! 

Mezclao con Stavisky va Don Bosco 

y "La Mignón", 

Don Chicho y Napoleón, 

Carnera y San Martín... 

Igual que en la vidriera irrespetuosa 

de los cambalaches 

se ha mezclao la vida, 

y herida por un sable sin remaches 


 

ves llorar la Biblia 

contra un calefón... 

¡Siglo veinte, cambalache 

problemático y febril!... 

El que no llora no mama 

y el que no afana es un gil! 

¡Dale nomás! 

¡Dale que va! 

¡Que allá en el horno 

nos vamo a encontrar! 

¡No pienses más, 

sentate a un lao, 

que a nadie importa 

si naciste honrao! 

Es lo mismo el que labura 

noche y día como un buey, 

que el que vive de los otros, 

que el que mata, que el que cura 

o está fuera de la ley... 


Video del Tango CAMBALACHE por

Julio Sosa, El Varón del Tango 



VOLVER A

SENSACIONES II

SENSACIONES

MIS CUENTOS Y MI PROSA