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El soldado Eloy Gonzalo García "Cascorro" (foto propia)
BUSCANDO LA HISTORIA DE ‘CASCORRO’
Caminando por el Rastro de Madrid escuchamos la historia del soldado Eloy Gonzalo, popularmente conocido como ‘el héroe de Cascorro’ o simplemente Cascorro, y la curiosidad nos empujó a buscar su nombre para saber algo más de un soldado que le ha quitado protagonismo a un presidente.
La búsqueda me dio respuestas y me originó nuevas preguntas.
En uno de los sitios más castizos de Madrid, en la plaza donde todos los domingos una multitud recorre su afamado Rastro, nos topamos cara a cara con la figura inmortalizada en el bronce, de un soldado raso que avanza con paso firme con una soga al hombro y una lata de petróleo bajo el brazo.
Si preguntamos donde estamos nos dirán que en la Plaza de Cascorro, pero en realidad la plaza, inicialmente fue dedicada a Nicolás Salmerón, presidente de la Primera República y el soldado sin galones no ha hecho más que apropiarse, por voluntad popular, del protagonismo del lugar.
¿Quién era?
En la noche del 1 de diciembre de 1868 un niño fue abandonado en la puerta de la Inclusa de la calle Mesón de Paredes de Madrid. Entre su ropa había una nota que decía que había nacido ese mismo día, que estaba sin bautizar, que era hijo de Luisa García, una mujer soltera natural de la provincia de Valladolid y se pedía que se le pusiera por nombre Eloy Gonzalo García.
No vivió el pequeño Eloy en un orfanato. Apenas nueve días después la esposa del Guardia Civil Francisco Reyes se lo llevó para criarlo.
Acompañando los destinos de la Guardia de su padre adoptivo pasó su niñez entre Ávila, Robledo de Chavela y Chapinería.
Cuando cumplió 21 años se enlistó en el Regimiento de Dragones de Lusitania.
A finales de 1892 ingresó en el Cuerpo de Carabineros del Reino siendo destinado a las Comandancias de Estepona y Algeciras pero, apenas tres años después de su ingreso un Consejo de Guerra lo juzgó por insubordinación condenándolo a doce años de prisión militar mayor.
El Real Decreto de 25 de agosto de 1895 conmutaba las sentencias de los condenados por Tribunales militares por la participación en la guerra de Cuba, que por entonces estaba en un momento crítico.
En noviembre de 1895 zarpaba rumbo a Cuba siendo destinado al Regimiento de Infantería María Cristina con asiento en la Plaza de Puerto Príncipe, en la provincia de Camagüey.
Diez meses después, el 22 de septiembre de 1896 un grupo de 3.000 insurrectos cercó la cercana y pequeña población de Cascorro, defendida por una guarnición entre cuyos soldados se encontraba Eloy Gonzalo.
Cuando la situación de los españoles se tornó insostenible, la única opción que se presentaba era volar el bohío desde el que recibían el mayor castigo.
El soldado Eloy Gonzalo se ofreció como voluntario para incendiar la posición de los insurrectos cubanos.
Tomó su fusil y una lata de petróleo y pidió ser atado con una cuerda para que, si moría su cuerpo pudiera ser recuperado arrastrándolo.
Su misión tuvo éxito y Eloy Gonzalo regresó indemne a su destacamento dando así tiempo para que una columna española llegara a liberarlo. Así comenzó la leyenda de ‘Cascorro’.
Tomó parte de otras acciones militares y fue condecorado con la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo y pensión mensual vitalicia de 7,50 pesetas.
No murió en un campo de batalla como posiblemente le hubiera gustado; una enfermedad infecciosa pudo más que las balas enemigas y el que ya sería por siempre ‘Cascorro, el héroe’ fallecía el 18 de junio de 1897 en el Hospital Militar de Matanzas. Sus restos fueron repatriados y hoy reposan en el Cementerio de la Almudena de Madrid, rodeado de los otros muertos en las campañas de Cuba y Filipinas.
Pero en realidad, Cascorro está allí, en su plaza, entre la gente de Madrid. ¿Quieres verlo?
®Graciela A. Vera Cotto
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