PROSTITUCIÓN - LA LACRA DE LA INMIGRACIÓN 

El 78% de la prostitución en Europa es ejercida por inmigrantes
Se calcula entre 350.000 y 550.000 las prostitutas provenientes de América Latina, África, Asia y Europa Oriental.

 

Europa es en la actualidad una tierra de promisión. Algo así como un moderno ‘El Dorado’ para once millones de personas que cada año llegan provenientes del mundo pobre.

Once millones que existen pero es incalculable el número de los seres que por ilegales parecen convertirse en invisibles.

Como son una mayoría, aunque no quieren ser vistos ni se les mira todos pueden verlos en cualquier rincón de cualquier país.

Son muchos y así como aumenta su número, crecen las cifras de mujeres inmigrantes que se prostituyen para poder sobrevivir.

En la última década el aumento ha sido exponencial.

La prostitución de mujeres inmigrantes podemos dividirlas entre las de aquellas que vienen consintiendo y las que llegan totalmente engañadas con falsas promesas de trabajos lícitos.

Entre las primeras suele haber tanta decepción como entre las últimas porque lo encontrado no es lo imaginado. La ganancia fácil resulta esquiva o va en la mayor parte a parar a manos de mafias muy bien organizadas.

Las mujeres están a merced de éstas. Se les retira el pasaporte y al ser ilegales temen recurrir a la policía para evitar la repatriación.

Deben pagar por su viaje, luego por su estadía en España y su vida gira en un círculo que difícilmente les permita escapar.

Las mafias de la prostitución han tejido una red muy sólida. En el territorio comunitario encontramos mafias sudamericanas, subsaharianas y de la Europa del Este.

Un estudio dado a conocer por Médicos del Mundo señala que el 78 por ciento de la prostitución en Europa la ejercen mujeres inmigrantes.

En la Unión Europea sólo Alemania, Grecia y Holanda tienen sistemas de regularización y control sanitario de la prostitución. Limitan los lugares donde se puede ejercer protegiendo de esta forma la integridad física de las prostitutas y permitiendo que en buena medida desaparezcan las redes mafiosas que las controlan.

Sin embargo la inclusión de las prostitutas en los sistemas sanitarios de estos países no se hace por respeto a éstas como seres humanos sino por protección a sus clientes.

Los criterios sobre la prostitución son diferentes en los distintos países;  mientras en Austria se permite en las calles si la prostituta se inscribe en un registro, en Irlanda  la actividad es un delito penado con cárcel y multas.


Nadie que se precie de ser una persona de mundo ignora que en Holanda las prostitutas se exhiben como mercadería en los escaparates de algunas calles céntricas de las ciudades, todo lo contrario que en Inglaterra donde queda prohibida toda publicidad o seducción en sitios públicos.

Y entre las dos tendencias, la más libertaria y la más represiva quedan enclaustrados Francia y España.

En la primera se calcula que hay 17.000 personas (mujeres y hombres) que hacen de la prostitución su modo de vida. Hay una mayoría inmigrante pero también muchos franceses de origen.

Quizás sea necesario tener presente que en Francia la prostitución mueve 3.000 millones de euros anuales.

En cambio en Suecia la prostitución descendió  un trece por ciento en relación a otros países europeos desde que una  ley de 1999  ‘castiga al cliente’ prohibiendo terminantemente la compra de servicios sexuales.

Europa occidental ‘importa’’ anualmente más de 500.000 mujeres desde los países del Este. Llegan como turistas y se quedan como inmigrantes ilegales o, ni siquiera pasan las fronteras en forma visible lo que es más dramático porque simplemente, no existen.

Como dato curioso destacó hace pocos años, la solicitud de empresarios de clubes de alterne de Almería en España, para incluir en los cupos de trabajadores temporales a un grupo de mujeres para trabajar en estos establecimientos. Solicitud que obviamente no prosperó.

En Italia hay más de 45.000 mujeres inmigrantes ejerciendo la prostitución, 30.000 llegaron desde Europa del Este y el resto son africanas.

El número de las prostitutas latinoamericanas ubica en los primeros lugares de la estadística a mujeres dominicanas, colombianas, brasileñas y uruguayas.

Se calcula que en la UE hay 75.000 brasileñas que viven de esta profesión.

Hace poco tiempo, en un taller sobre problemática de las mujeres inmigrantes organizado por la Junta de Andalucía, se hablaba de la doble presión a que se ven sometidas muchas de aquellas que se desenvuelven en este ámbito.

La presión propia de la actividad y la de mostrarse ante la familia que ha quedado en sus países (en muchos casos madres, hijos e incluso esposos) realizando un trabajo totalmente diferente al que realmente ejercen.

La clásica llamada telefónica y la aseveración de que se está bien porque, en el fondo todos nos damos cuenta que estas mujeres no le pueden decir a los suyos: ‘el dinero que envío lo gano trabajando de puta’.

Por un lado la  prostitución reporta muchos millones de dólares en remesas a los países del tercer mundo.

Por otro debemos pensar que es una situación que no existe porque hay prostitutas sino porque hay demanda de sus servicios.


                                                                                                                                                                                                                                              ® Graciela Adriana Vera Cotto



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