NO ES PAÍS PARA VIEJOS 

El boom ecológico que se vive en la actualidad a nivel general y, en lo que nos importa en esta ocasión, en Almería, tiene un resquicio que permite que escape la lógica más elemental.


Muchas de las calles de la ciudad se están convirtiendo en vías peatonales y en algunos casos los accesos a éstas también, al mismo tiempo se impulsa el transporte en ciclomotor sobre el automovilístico.


Medidas ecológicas que ayudan, pero pensemos a qué o a quienes favorecen.

La publicidad estatal invita al uso del ciclomotor sobre el del automóvil y a la propaganda que realizan los entes públicos se suma, más que interesada y con la mitad del trabajo de convencimiento ya pagado con 

dinero del pueblo, las empresas que han visto incrementadas exponencialmente las ventas.

Especialmente en el centro de la ciudad, y reitero que aunque es práctica general yo me refiero en este artículo a Almería capital, se anulan carriles para la circulación vehicular convirtiéndolos en zonas peatonales o, ese es en los papeles el intento por lograr el ingreso de la city al grupo de las ciudades ecológicas.

Una ciudad ecológica no se saca de la manga, ni de un montón de planos gestionados sobre los de una urbe activa y con calle endemoniadamente enredadas como para que no se pueda decir… para aquí o para allí sin perjudicar seriamente el tránsito. Por eso creo que esos planos han sido obra de quién, por ganar una medalla que puede convertirse en una pesado losa, posiblemente llegue a su trabajo en coche o tenga poco que recorrer en ese centro que pretendió descongestionar. Digo pretendió porque logrado fue todo lo contrario.

En Almería el centro o sea el Paseo de Almería se ha transformado tantas veces en los últimos tiempos, que quién pase más de quince días sin visitarlo puede no reconocerlo la próxima vez que lo recorra.


No pregunten como era, según cuando hallamos estado en él por última vez le daremos distinta respuesta a esta pregunta. Pero hay otra pregunta que nadie ha tenido en cuenta.


Quién puede disfrutar de ese paseo, para quién está pensado. ¿Para todos los almerienses? Nada más erróneo, es como preguntar a quién está destinado el consejo de usar bicicleta en lugar de automóviles.


En un simil del título de una conocida película puedo asegurar que Almería no es ciudad para viejos. No la Almería que se está construyendo actualmente y reconozco, está siendo concebida por gente joven que no tiene en cuenta a esa gran proporción de habitantes que hay en un país, o como en este caso, una población notoriamente envejecida.


Pero me quedo corta al hablar solamente de edades, en la urbe circulan, como pueden, y no resulta muy fácil hacerlo por la enorme cantidad de barreras que encuentran, muchas, más de las que creemos conocer, con discapacidades físicas.


¿Ciclomotores? Una fantástica idea para realizar ejercicio pero pregunto a quienes tanto lo promocionan ¿han pensado que no es la solución para esa gran parte de la sociedad que ha superado determinada edad o que tiene, ya sea por esa misma edad o por discapacidades, impedimentos para salir pedaleando?


Peatonalizar el centro… ¿y queda éste vedado a esa enorme cantidad de personas? Algunas podrán con ayuda llegar y recorrerlo, para otras no será posible.


Antes de siquiera planificar la peatonalización de una parte de la ciudad habría que eliminar los obstáculos que encuentran las personas con movilidad reducida para poder circular.


En muchas ocasiones he oído decir a las autoridades competentes que se han eliminado o se está en vías de eliminar las barreras arquitectónicas. ¿En serio lo dicen? Pregunto, porque si no se trata de una broma de mal gusto, tendría que decir que no tienen ni idea de lo que es una barrera arquitectónica.

Al ingeniero que diseña las calles, al Concejal de Urbanismo que aprueba los proyectos, a los capataces de las empresas que deben realizarlos yo les pediría que se sentaran un día completo en una silla de ruedas y traten de pasear por las calles de Almería.

No hablo de las calles que están en mal estado, que son muchas, hablo de las nuevas que se van construyendo con pasos peatonales “pintaditos” con rayas que los marcan perfectamente pero… si llegamos al borde de la acera nos encontramos conque las ruedas de una silla no suben por arte de magia. Si alguien no ayuda al usuario éste no puede ascender esos centímetros de desnivel que se han dejado, más o menos, en algunos casos impropios de cualquier mente pensante.

Y si hablamos de las rampas con ángulos inverosímiles, de las baldosas levantadas o de los muchos lugares que necesitan ser habilitados y no lo son, tenemos que pensar que en Almería, para hacer de ésta una ciudad para todos se ha, como quién dice, comenzado a vestirla por los pies.

Hay tanto para planificar antes que ésta pueda ser considerada una ciudad ecológica para todos, que, al día de hoy sólo podemos preguntar si se pretende desterrar a las personas de más edad o con deficiencias físicas del centro almeriense, porque si es así





                                             ®Graciela Adriana Vera Cotto 




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