¿CÓMO SERÍA LA VIDA SIN PÁJAROS?

¿Nos hemos detenido a pensar en una vida sin aves?

Viene sucediendo desde hace décadas, sin embargo hasta hace apenas unos pocos años, cuando salíamos a recorrer el Parque Natural Cabo de Gata-Nijar íbamos siempre acompañados del vuelo y el canto de los pájaros, actualmente, si llegamos a ver uno lo señalamos como un hecho inaudito.

Hace ya más de una década que el gobierno alemán viene alertando del fenómeno con estadísticas que causan pánico.

En la Unión Europea habrían desaparecido entre los años 1980 y 2010 unos 300 millones de parejas reproductoras y ya en el 2014, investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Exeter en el Reino Unido estimaron la cifra de pájaros perdidos en las últimas tres décadas en 421 millones.


Estos datos nada halagüeños se recogieron sobre 144 especies de aves en 25 países europeos y, de esta cifra el 90% de las pérdidas referían a treinta y seis de las especies de aves más comunes como son los gorriones, las alondras, las perdices grises y los estorninos.


Estamos, o estábamos y aún creémos que lo hacen, tan acostumbrados a verlas volar, a oír su piar, a adivinar sus siluetas entre las ramas que resulta difícil pensar que quizás, más pronto de lo que muchos creen que pueda suceder, ya no estarán.

Visitar parajes naturales dónde hace muy poco nos salían al paso decenas de ellas cruzando el aire o desde lo alto de una rama o un poste nos brindaban el concierto de sus trinos y ahora, ni oírlas ni verlas, resulta muy preocupante.


Sólo podemos pensar que hemos sido afortunados por haber gozado de un mundo lleno de pájaros y sentirnos tristes porque las generaciones que vienen, las de nuestros nietos y sus hijos ya posiblemente no puedan disfrutar de esa maravillosa sensación.

¿A qué ritmo van desapareciendo y por qué motivo?

Informes de organismos oficiales nos dicen que algunos grupos de las aves mas comunes ya están incluidas en el Libro Rojo de Especies Amenazadas.

Según un informe de SEO/BirdLife la disminución de ejemplares de cernícalo es del 30 por ciento, de la codorniz llega al 62 por ciento, el alcaudón real se ha perdido en un 56 por ciento, porcentajes que en el sisón común alcanzan un 71.7 por ciento.


Estamos dando vida a un mundo sin vida.


Las aves van desapareciendo, no poco a poco como podríamos esperar, sino aceleradamente, tanto que no hemos tenido tiempo de pensar en ello. Y desaparecen por igual en prados como en montañas, en zonas de costa o en marismas.

Las zonas rurales se han convertido en una amenaza para las especies

Allí ha sido donde más pájaros se han perdido, si nos preguntamos por qué encontramos un culpable: el hombre.

El hombre como gestor de estos amplios espacios “domesticados” no ha sabido reaccionar a sus acciones mostrando su total incompetencia para encontrar soluciones al problema creado.

No sólo los pájaros sufren esta situación, los productos químicos que el humano utiliza especialmente en la agricultura han diezmado a las aves pero también a otras especies de los que se alimentan muchas de éstas como grillos, saltamontes, roedores, lagartijas… y la lista continúa.

Las aves son directamente e indirectamente afectadas, tanto por el uso intensivo de productos fitosanitarios como por la generalización de los monocultivos, sobre este aspecto se ha comprobado que, en lugares agrícolas con variedad de plantas la disminución de aves se ha dado en menor porcentaje pero nos hemos encaprichado en separar hasta las especies vegetales.

También las aves que convivían habitualmente en nuestras ciudades han mermado alarmantemente en número. Gorriones y palomas, los más comunes se ven cada vez menos.

Gozamos observando a esos seres alados que algunas veces parecen saetas cruzando el espacio y otras nos sorprenden suspendidos casi inmóviles en el aire. Disfrutamos al oír su canto, nos sorprendemos ante la variedad de colores de sus plumajes, pero ¿por cuánto tiempo más?

¿Qué mundo dejamos para el futuro?

¿Qué mundo hemos creado en nuestro presente?


Se calcula que en veinte años han desaparecido 13 millones de ejemplares de golondrina común, más de once millones del vencejo común y el gorrión común en tan sólo una década ha disminuído en España en un 50 por ciento y en algunos lugares esa cifra llega al 60 por ciento

Los gorriones que ya no están a nuestro alrededor

Hace pocos meses los gorriones campaban a sus anchas entre las mesas de los bares, por las aceras y en los cables eléctricos y árboles. Parecían invadir todos los entornos, pero eso ya pasó, ver más de una docena juntos es difícil, ver unos pocos es probable pero no seguro.

Extrañamos la compañía de los gorriones, esas pequeñas aves que en una época llegaron incluso a resultar hasta molestas por su cuantía.


Ver gorriones actualmente es todo un acontecimiento y no es de extrañar si tenemos en cuenta que aquí, en España, en el país dónde vivían más de estos pajaritos, en los últimos 18 años se han perdido 25 millones.


El mundo se está quedando sin pájaros y ello no es agradable de observar, más porque no se está haciendo prácticamente nada por remediar la situación.

Y vuelvo a la pregunta inicial ¿Nos hemos detenido a pensar como sería la vida sin pájaros?




                                                                                                               ®Graciela Adriana Vera Cotto





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