VICIO DE PIEL
"Pasión" óleo de Eivar Moya
VICIO DE PIEL
Navegando en nuestra cama
cruzamos torrentes que braman
y atrapados en sus remolinos
sucumbimos en la tormenta
arrullados por el tronar del silencio.
Nada hay aquí, nada queda allá,
sólo tus brazos arrullando mi sueño,
apenas mis manos sosteniendo tu despertar,
no hay luz que nos inquiete
ni sombra que detenga nuestro amor.
Todo queda dicho, sobran las palabras,
nada es circunstancial,
nuestros ojos que se cierran
buscando las bocas anhelantes,
nada, todo, sólo vicio de piel.
© Graciela A. Vera Cotto
RETORNAR A