Cuaderno Nº 141

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GUALEGUAYCHÚ, Domingo 4 de octubre de 1998CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 141
Casa de Urquiza en Gualeguaychú IILamentos en "Santa Bárbara" (Eduardo Díaz)
CUADERNOS PREGUNTA... EL PROFESOR ALMEIDA RESPONDEGeología del Río Gualeguaychú - Parte XV- SUS RIBERAS - 1930/1940

Casa de Urquiza en Gualeguaychú

Parte II

Esta foto, tomada desde esquina de calle España, hacia el Este, data de principios de Siglo XX. A la derecha, la casa que fue residencia de Urquiza

La que fuera residencia del General Urquiza en la planta urbana de Gualeguaychú, fue mostrada en su frente y entrada principal en el número anterior de CVADERNOS.

 

...Trasponemos la gran puerta de madera de dos hojas, nos guarecemos en el amplio zaguán con piso de baldosa colorada. 

Desde ahí y a través de la cancela de barrotes simples de hierro, terminados en punta de lanza, cruzados por tres horizontales guardas de forja artística, vemos el primero de los tres patios de la casa. 


Patio principal en cuyo centro se alza el aljibe de mampostería de base hexagonal, sin decoración. Deja lucimiento, al arco de hierro.

Dos parantes cilíndricos con base y anillos terminan en piñas invertidas. Sostienen un artístico puente que repite el motivo de las bandas de la cancela (círculos anillados). Sobre el puente se eleva una lira. (A la lira la vemos también en el palacio San José y en la residencia de Urquiza en C. del Uruguay, hoy oficinas de Correos).

En el primer patio, estuvo plantada una camelia que el Gral. Urquiza hizo traer de San Benito de Palermo, luego de Caseros (1). 

Plantas en tinajas, sobre tréboles de hierro. Rodea el cuadro, la galería con cielorraso de listones de madera. A ella abren las puertas de las habitaciones; puertas de vidriera y claraboya. Sostiene el techo, juego de columnas rectangulares con cornisa y molduras simples unidas por arcos de medio punto.

Según versión oral, la casa fue heredada por Justa de Urquiza y Costa, (1854-1940) la segunda de las hijas de Dolores, que casó con el Gral. Luis María Campos, matrimonio del que hubo once hijos. En sucesión testamentaria del Cap. Gral. J. J. de Urquiza, del Archivo del Palacio San José, no obra este bien de Gchú. Sí, aparecen campos y la chacra a una legua de la ciudad, llama da del Cura.

El primitivo rancho, propiedad de Cayetano Costa, fue heredado por su hija Dolores y la casa construida sobre el terreno de media manzana de extensión.

El mobiliario y adornos de principios del siglo; imágenes tomadas por María Teresa Machao Garciarena, después de 1916. Se deduce que corresponden a la familia Zuloaga que por entonces ocupaba la casa.

La sala de recibo: Juego de sillas, butacones y sillón de madera tallada, tapizados en tela; mesas de arrime y de centro. Araña de bronce moldeado con nueve luces; tulipas de cristal esmerilado, en forma de campana y de corola polipétala. Los sillones aparecen con fundas blancas de tela, de uso corriente para preservar los de la tierra y el roce.

Las ventanas y puertas con marcos arquitectónicos de línea elegante; de dos hojas vidriera y postigos de madera moldurados, igual que las puertas.

Techo artesonado, relieves simples o dentillados. Las paredes empapeladas con guarda en el friso (el papel generalmente francés y pintado a mano). 

En la ventana y para cubrir la persianilla que tapaba la visión desde la calle, cenefa de madera con bordes trabajados. Importante la función de la persiana que imponía la circulación del aire y observar a la vez lo que ocurría afuera.

(Foto aparecida en revista local), exhibe majestuoso al ex Sanatorio Gualeguaychú, que en demostración de adelanto edilicio y científico se inaugura en 1935. (vereda S.O. de España y 25). 

Sobre edificio que, alojó la Sucursal del Banco del la Nación Argentina, puesto a punto, con ponderables mejoras. A la vez, en la vereda S.E. una empalizada, desnuda la demolición total de la casa de Justo José y Dolores, cuando mucho de ella alardeaba aún de importancia, solidez y buen gusto.

Se alzó en el sitio la Sucursal del Banco de Entre Ríos. 

Buscando la funcionalidad no se pudo atender a la nostalgia y a la necesidad de preservar testimonios de una forma de vida, de una historia fundamental, lo que pudo hallarse sobre estudio y planeamiento que convirtieran la casa en lugar actualizado y ágil a su función apoyado en estructuras de valor arquitectónico e histórico.


Referencias

Fotografías de A.G.H. Máquina fotográfica de M.T. Machao, en Azotea de Lapalma (Museo de la Ciudad). La sucursal del Banco de la Nación Argentina en Almanaque "El Censor" de 1904, después se ubicó en Urquiza y Churruarín, (S.E.) hasta pasar a 25 de Mayo y Churruarín, (N.E.) (1) Catalina Ch. de Copello.

Consultados

Reportaje a Catalina Ch. de Copello, "Gualeguaychú antiguo", El Censor 11 de febrero de 1919. -Urquiza. Susana T.P. de Domínguez Soler, Segret y Asociados, Bs. As, -Sección Vivencias... CVADERNOS.

CON RELUMBRES DE FOGONES

Lamentos en "Santa Bárbara"

Estos relatos se desarrollan en las proximidades de un arroyo entrerriano, en el departamento Gualeguaychú, llamado "Santa Bárbara", de aguas claras y de poca profundidad, que se estacionan en su cauce, aún en épocas de gran sequía, debido a la suerte de tener vertientes. Además poseen virtudes curativas, de las que hacen fama sus cercanos pobladores.

El comentario viene desde mucho tiempo atrás, desde cuando esos lugares, formaban parte de los llamados Campos Floridos, del estanciero rosista Mateo García de Zúñiga.

Uno de los sucedidos que se narran de este terrateniente, propietario legal de varias leguas de campo, está referido a que cuando cruzaba el arroyo, en sus viajes al poblado de Gualeguaychú, bebía de las aguas frescas de las cañadas del Santa Bárbara, teniendo en cuenta según las creencias, su alto valor curativo y también asimismo como cábala, porque, dicen que le traía buena suerte.

En algún lugar debe estar escrita, dado que se repite en los fogones criollos, la leyenda del "Olvido de don García de Zúñiga". Conforme a ella, días antes de la batalla de Caseros. Zúñiga pasó por el arroyo y olvidó beber de sus aguas. Tras ese 3 de febrero de 1852, abandonó su estancia, huyendo de un presagio que aludía a su inminente degüello.

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También ha tenido relumbre en los fogones del pago, la narración que informa sobre que el corso Giusepe Garibaldi, cuando invadió Gualeguaychú en 1845, envió a un escogido grupo de sus seguidores con un cargamento camuflado en un tumbero. El extraño prócer italiano, en el saqueo se alzó con altos valores especialmente en oro, acampando sus ordenados, con el tumbero del caso, en algún lugar de las orillas del Santa Bárbara, en el cual resguardaron su rico botín.

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Se habla de otra leyenda conocida como el "lamento en Santa Bárbara".

La cuentan los paisanos, esos que fogoneando esperan en la madrugada esté listo el asado, mientras relumbra la bombilla anunciando el primer mate a la tibia luz del candil y a pesar del manto de humo de leña de tala y ñandubay campana.

Cuentan que en esos campos del Santa Bárbara anduvo un gaucho tropero, muy especial. Muy atento, de buena conversación, buen caballo, buenas pilchas y mejor presencia condiciones por las cuales "había llenado de flores los corazones femeninos y de envidia a la paisanada". 

Le seguían el rastro al gaucho, todos sus movimientos. Un día, un puestero dejó el rancho para una tropeada, cosa de otros tiempos. Quizá para alguna otra estancia. Pero fue advertido de la traición de su prenda dorada y volvió a la madrugada, sorprendiendo al apuesto "picaflor del campo... A través del tiempo sigue trascendiendo, en conversación de fogón y de boliche, que los vengadores engancharon un pie del paisano- galán en el estribo de la cabalgadura, castigaron al caballo que en vuelto en mezcla de susto y furia arremetió en feroz carrera. Aún a la distancia, retumban los golpes, entre lamentos desesperados de dolor y los relinchos endiablados que alertaron al gauchaje en la madrugada junto al Santa Bárbara.

Esos decidores comentan que "las almas en pena del jinete y su pingo, rondan los campos del Santa Bárbara, sacudiendo el ánimo con sus lamentos...

Eduardo Díaz

Actualmente, al arroyo Santa Bárbara lo atraviesa una ruta que une Gualeguaychú con Urdinarrain y a su vez comunica otros pueblos y aldeas. 

Quien pase, será interesante se detenga en este arroyo (el cartel indica: "Santa Bárbara"). Quedó dicho, abrigan historias o leyendas los campos que lo bordean. Hubo por allí batallas importantes, corridas y afamados duelos criollos. 

Y los comentarios que pasan por los fogones se transmiten de generación en generación. Cerca del Santa Bárbara se han formado estancias ganaderas, incluso, en el presente, agricultores arroceros hacen uso de su agua para regadío.

v.g. Batalla de Santa Bárbara. dic. 1817, entre fuerzas de Ramírez y Montes de Oca (ver CVADERNOS N° 11).

CVADERNOS


le pregunta y

el Profesor

ALMEIDA

responde

Geología del Río Gualeguaychú

SUS RIBERAS - 1930/1940

PARTE XV

Completamos la información sobre el período 1930/1940 con la organización del Parque Unzué. 

Saturnino J. Unzué y hermanas donaron el terreno para el paseo con la condición que se hiciera realidad en un término de años. Pasado ese lapso, si no se cumplía lo pactado se cancelaba la donación.

La construcción del puente permitió hacer la obra que embelleció la ribera izquierda de nuestro río (ver CVADERNOS 34, 41 y 67). 

Para los que no conocieron la época anterior al periodo antes citado, informamos que la ribera derecha de nuestro río, desde el puerto hasta el Club de Pescadores, era un simple y vulgar pantano.

En tiempos de lluvia o de repuntes del río, el agua o el barro llegaban a media cuadra de calle Alem. La San Lorenzo no existía; allí retozaba el agua del río. 

Donde ahora se levantan los galpones del puerto y plazoletas que llevan hasta Alem, era un bajo nivel, visitado con frecuencia por el río o agua de lluvia.

En la manzana que da a esa calle, entre del Valle y 3 de Caballería, sobre el sector Este, con frecuencia se veía entrar un pequeño barco que proveía de zapallos, melones, papas, etcétera, a un mercadito situado sobre Alem. Ese barquito, cuando el río levaba un poco su nivel se deslizaba por detrás del hoy hotel El Charrúa (esquina noroeste e Del Valle y San Lorenzo). 

Acercándose a unos 30 metros de Alem, descargaba la mercadería en el negocio, para su venta. ¿Se ubica?... 

Toda esa zona baja se relleno con arena que una draga sacaba del río. 

 Aproximese usted a la baranda que limita la costanera: mire hacia abajo, hacia donde ahora retoza el río y podrá apreciar la distancia que existe entre ese fondo y sus pies.

Calcule el nivel a que fue elevado el terreno en toda la extensión desde el puente hasta el Club de Pescadores, en un ancho de hasta media cuadra antes de Alem. Además, podrá calcular lo que ganaron en profundidad el puerto y sus aledaños con la enorme cantidad de arena que fue extraída del río para su relleno. 

Cabe agregar algo más: Los trabajos de la draga se extendieron hasta la zona del Frigorífico Gualeguaychú y cercanías de la boca del arroyo del Cura. El material obtenido del dragado se destinó a elevar los terrenos, sumamente bajos, de la margen derecha del río.

Todo el material era transportado, desde la draga hasta la costa por un tubo montado sobre a serie de pontones en cadena, el que conducía material hasta las zonas bajas. 

Muy diferente fue este al trabajo hecho en el tramo dragado de hace poco tiempo, cuando lo extraído por la draga fue arrojado en el mismo río, en el meandro o curva cerca del arroyo Venerato.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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