Trapos atados con ropa, una cacerola, la pavita, un tarrito para el mate y la bombilla de caña tacuara. La maleta es una bolsa con un corte en una de las caras al medio, del largo de una mano o dos con la ventaja de colocarla al hombro y queda repartido el peso hacia el pecho y la espalda, sin necesidad de utilizar los brazos.
De un lado de la maleta: el tabaco, el papel, la pipa y los anteojos; y en la otra parte la Biblia, el Martín Fierro y el Médico en Casa.
El linyera es camino, tormenta sin frío, es el curtido del cuero humano con una sabiduría extraña, capaz de curar el inalcanzable en base a sus experiencias; en sabias formas de pensar y leer y asimilar todo en una forma libre.
Y el linyera le decía a la niña reflexionando, "el hombre tomará o dejará su libertad; es uno quien elige; es igual a la voluntad de dar o no dar"...
Niña: ¿Y usted por qué piensa tanto don linyera?.
Linyera: Me doy cuenta de mi existencia: Pienso y yo soy. No me mire tan fijamente, algún día lo estudiará.
Niña: Cuente, diga... don Linyera, a mí me ha picado una araña y me molesta mucho.
Linyera: Muestre niña... Uhm!... Fea picadura... pero se curará. Corte ese yuyo. (Señalándole...)
- Ese si... Se llama cola de zorro. Usted debe masticarlo, un poco aplíqueselo en la picadura y sentirá el alivio. Y tenga mucha fe. -Esa es la mayor de las ayudas.
Niña: Don Linyera, y para mami. A ella le duelen las muelas.
Linyera: Ahh!... Tengo algo que la aliviará. Y la curará para siempre.
Niña: - ¿En serio?...
Linyera: Se cuenta, niña, sobre una señora reina llamada Cleopatra; tenía problemas como los de su mamá ¡Y ningún profesional de la época la mejoraba!. Hasta que por ahí apareció un hombre parecido a un linyera y aplicó el sistema numérico. ¿Quiere saber de esos números?. Así usted misma cura a su madre. ¿Tiene un papelito y un lápiz? Bueno, el número 7 es la muela o el diente y se hace en esta forma tres columnas de números, en este orden:
11-8-10-6-9-4-2 -0-3-1 y lo escribe tres veces. Y a ese papel le hace tres dobleces y luego lo aplica en el dolor haciéndole tres crucesitas y cuando ha terminado con esto, rompe el papel en tres partes y lo tira con el mal.
Niña: - ¿Y por qué no ponemos el número 7?.
Linyera: Es el significado de este dolor. Si lo incluimos no se va.
Niña: ¡Maestro! Los dentistas no saben esto.
Linyera: No se acuerde con ellos que vamos los dos presos. Esto, niña, era uno de mis secretos. Pero al contarlo deja de serlo y pasa a ser suyo porque yo ya me he olvidado.
Niña: A mi papá no le caen bien las comidas. ¿sabe?.
Linyera: ¿Es muy nervioso su padre?.
Niña: Y, si quiere, todo perfecto. Pero no es para hacerse el malo.
Linyera: Ah...! Niña, un momentito, estoy pensando; vaya a la orilla del arroyo, allí hay plantas de carnicera y más arriba en el arenal corte carqueja de tres caras y dígale a su papá que puede agregarle además, para mejor, el "nervioso manso"… No se asuste, es muy conocido, es la hoja de mandarina. Que las mezcle y prepare un te bien fuerte y lo va tomando dos o tres veces al día.
Niña: Y ¿por qué Don, carqueja de tres caras?. ¿Es que las otras parecieran que curan de un lado y por el otro le acortan la vista?. Don Linyera, mi abuelita tiene dolores fuertes de cabeza...
Linyera:-Pobre señora. Ella es muy buena, es como usted. Diga usa anteojos?..
Niña: Si, y recetados.
Linyera: Entonces no es cuestión de yuyos. ¡Es más simple!.. Hay que darle fuerza a las venitas!. Niña, míreme, yo mismo me estoy curando.
Niña: Ah..!? También le duele la cabeza, y ¿por qué está sufriendo ese dolor?.
Linyera:- Quiero tener algo bien mío. Vea este elástico. Es como una bandita elástica. Aplíquela en medio de la frente como que fuera una vincha. ¿Se da cuenta?.
Niña: Si, lo estoy viendo.
Linyera: Espere unos minutos... dos o tres. Y luego, observe: subo el elástico hacia el pelo. Y espero otro tiempo... y luego la bajo a la altura de las cejas, es el tercer paso; espero un tiempo y lo retiro.
...Bueno, adiós jovencita me voy por los caminos sin rumbo..
Niña: Don linyera ¿se aliviará mi abuelita?.
Linyera: Vea niña; si creerá este linyera que ese dolor era tan mío y lo he perdido...
Eduardo J. Díaz