Cuaderno Nº 161

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo  6 de junio de 1999CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 161
Mirando desde la alturaTIENDA AMBULANTE EN 1849Ya en tiempos de la ColoniaLA PULPERÍA SEGÚN SARMIENTOEL ARTE DE LOS EXQUISITOS NARRADORESLa población en 1888Ferrocarril a Basavilbaso

Mirando desde la altura

Fotografía de Carlos Michel desde el Edificio Guini (25 de Mayo y Pellegrini)

Por 1960 se construyó, en la esquina noreste de Pellegrini y 25 de Mayo, el edificio de más altura de Gualeguaychú, hasta ese momento.

El Betolaza o Guini, como también se lo llamó, sirvió al fotógrafo Carlos Michel para obtener esta imagen del sector noreste urbano, cuyo punto culminante, su corazón, es la manzana de la Catedral.

Por Bula del Papa Pío XII del 12 de febrero de 1957, se creó la Diócesis de Gualeguaychú, encerrando los departamentos de Nogoyá, Tala, Victoria, Gualeguay, Uruguay y Gualeguaychú. El primer Obispo fue Monseñor Jorge R. Chalup.

El Templo fue elevado a la jerarquía de Catedral. Las torres, que hasta entonces terminaban en pirámides truncadas, se cambiaron culminado en cascos de media naranja siempre coronados con cruces simples.

La observación gráfica que la planta del templo (sobre proyecto de Francisco Poncini) es en Cruz Latina. Llega el ábside que alberga el Altar Mayor, a calle Rosario por su fondo, y los brazos de la cruz son absidiolas donde se han montado otros altares.

Los techos de cinc cubren el monumento y dependencias anexas. Sobresale en el crucero, el techo de la bóveda o cúpula que termina en claraboya hexagonal con pináculo en forma de estera que sostiene un pararrayos.

Tanto la claraboya como los vitrales de las naves laterales permiten la entrada de suave luz natural al Templo cuya piedra de fundación fue colocada, con gran ceremonia, el 30 de mayo de 1863 y se concluyó, sin torres, en 1890.

TIENDA AMBULANTE EN 1849

Almacén o tienda, también pulpería, era un tipo de comercio donde podía hallarse la variedad más amplia -dentro de lo posible- de artículos de uso y consumo. Nos podían ofrecer tanto telas como clavos, aceite, vino, ropa hecha, azúcar, sal o cuerdas para guitarras.

En nuestra Villa, iniciando el siglo XIX, con puertas a calles San José y Vences (hoy Rivadavia), Don José Antonio Haedo tiene y explota un negocio que expende productos traídos desde Buenos Aires o Montevideo. Surtido por D. Manuel Ventura Haedo -tío de José Antonio- en trueque de productos de la tierra que se envían desde Gualeguaychú (cueros, cerda, astas, grasa, sebo, etc.).

José A. casó con Petronila Borrajo (hija de José Borrajo y Ramona de León); a la muerte de su marido ocurrida en 1843, continuó a la cabeza del comercio, hasta que, tapiando sus puertas de entrada, lo habilitó como dependencia de su casa. Para afuera de la construcción (hoy casa de Aedo, Museo de la Ciudad) (1) quedan aún las pestañas de los umbrales y por dentro dos arcos de los dinteles de sus aberturas definidamente coloniales.

Entre los hermanos de Petronila, Cirilo, uno de los menores, está radicado en El Sauce donde la familia posee establecimiento ganadero. El Sauce pertenece al 2º Distrito del Departamento Gualeguaychú.

Estamos en 1849, y Cirilo Borrajo (2) solicita al Gobernador Urquiza, por intermedio del Comandante Rosendo María Fraga, licencia para instalar una Tienda ambulante con la que recorrería la zona, llevando a los habitantes los productos que necesitaren sin que debieran abandonar sus casas, ni su trabajo.

Le serviría de fianza, el prestigio de sus familias y el fuerte crédito y actividad comercial de su hermana, la Sra. de Haedo.

Los viajes de la tienda ambulante se hacían por lo general cuando se cobraba la venta de cueros, plumas de ñandú, al final de las cosechas de trigo, etc., y siempre que el arroyo dejara paso y los caminos o sendas permitieran transitar los carretones.

Ya en tiempos de la Colonia

Desde los comienzos de la actividad organizada, en nuestro territorio se montaban sobre carretones, tiendas completas que recorrían las zonas rurales, canjeando sus productos con los que el trabajo de la tierra les daba. 

Que eran muy pocos los que podían abonar en dinero. Esta práctica ponía más a favor el platillo de la balanza del comprador, tanto en las tiendas o pulperías ambulantes como en las fijas.

Atrajo y ocupó entonces la atención de las autoridades, porque era fácil burlar el pago de derechos o impuestos y de los dueños de estancias que pretextaban que la facilidad de acceder directamente a los productos "fomentaba el robo, el juego, la embriaguez y toda clase de desórdenes" (3) de sus peones. 

Entonces se vigorizaron las reglas para ajustar el funcionamiento de aquel comercio que arrojaba además pingües ganancias, y fue común que los explotaran directa o veladamente instalados dentro de sus predios, permitiendo también más exhaustivo control de vida y costumbre de su personal a los estancieros.

Para la época de la emancipación el dispositivo legal prohíbe que las pulperías fueran regidas o tuvieran despachante de origen extranjero limitaba la tarea sólo para los americanos. 

El desplazamiento, aunque temporal de posibles ideólogos contrarios a la causa de la libertad, revela la importancia que se otorgaba al obligado centro de reunión de la población de ese tiempo, tan dispersa y aislada: el lugar donde el hombre podía adquirir sus vituallas, ver a otros y conversar o distraerse de su fajina cotidiana: la Pulpería.

CONSULTADOS

Nota del Comte. Rosendo M. Fraga a Justo José de Urquiza. Gchú. 24/11/1849, Arch. Gral. de la Nación Argentina, Arch. Urquiza, T.33, L.115.-Historia de las pulperías, Jorge A. Bossio, Cap. IX, Bs.As.1972. -Genealogía de las flías.: de León, Haedo o Aedo y Borrajo, Andrea Sameghini, Arch. particular.

REFERENCIAS

(1) Casa de Aedo, construida para 1800. Aedo en sus orígenes, tomó su nombre del lugar en el valle de Carranza, partido judicial de Balmaceda, señoría de Vizcaya.- (2) Cirilo Borrajo de León, nacido el 19 de julio de 1818, en Gchú. Casó con Luisa Aguilar, con quien tuvo a Basilisa, Inocencia, Jacobo y Camila. (3) del Reglamento de Corrientes, similar al de las provincias del litoral.

LA PULPERÍA SEGÚN SARMIENTO

"....Salen, pues, los varones sin saber fijamente a dónde. Una vuelta a los ganados, una visita a una cría o a la querencia de un caballo predilecto, invierte una pequeña parte del día; el resto lo absorbe una reunión en una venta o pulpería."

"Allí concurren cierto número de parroquianos de los alrededores; allí se dan y adquieren las noticias sobre los animales extraviados; trázanse en el suelo las marcas del ganado; sábese dónde caza el tigre, dónde se le han visto rastros al león; allí, en fin, está el cantor, allí se fraterniza por el circular de la copa y las prodigalidades de los que poseen."

"En esta vida tan sin emociones, el juego sacude los espíritus enervados, el licor enciende las imaginaciones adormecidas.

 Esta asociación accidental de todos los días viene por su repetición a formar una sociedad más estrecha que la de donde partió cada individuo, y en esta asamblea sin objeto público, sin interés social, empiezan a echarse los rudimentos de las reputaciones que más tarde, y andando los años, van a aparecer en la escena política. Ved cómo:

"El gaucho estima, sobre todas las cosas, las fuerzas físicas, la destreza en el manejo de un caballo y, además, el valor. Esta reunión, este club diario, es un verdadero circo olímpico, en que se ensayan y comprueban los 5 quilates del mérito de cada uno...."


(FACUNDO, Civilización y barbarie. Cap. III: La Pulpería. Domingo F. Sarmiento-EUDE BA: Serie del siglo y medio).

LA PULPERÍA

Esta era otra forma de colaborar con el ejército... 

Ña Justina, la Artiguista, era una entrerriana que debió ser buena moza y aventurera, pero que no conservaba de aquellos tiempos más que la amistad con dos o tres montoneros, que solían llegar después de un galope de veinte leguas, para beber una copa o inquirir noticias.

Tenia Ña Justina, entre otras virtudes, una puntería tan mentada con las pistolas, que hacia enfriársele la médula al paisano tramposo o pendenciero a quien ella miraba fuerte metiéndose la mano por entre el seño como si buscara una pulga: ya se sabía que lo que allí buscaba era la culata de un pistolucho de larga historia, y antes de hacerlo salir del tibio escondrijo era mejor pagar la cuenta o quedarse quieto, como en misa.

Cuando nosotros nos aproximamos a la ramada y antes de que la fuliginosa llama de dos candiles de sebo denunciara nuestro arribo. Me acerque a Myriam.

- ¿No es una locura entrar? Aunque parezcas una india, eres demasiado bonita para no llamar la atención, y mi compañía no es bastante defensa para ti...

- ¿No es bastante defensa tu compañía? -me replico- ¡no temas! ¡me defenderé yo misma!. 

Con esto me avergonzó; renegué de mi prudencia, y penetré el primero, diciendo la consabida salutación:

- ¡Ave María Purísima!.

- Sin pecado concebida -respondió la pulpera Ña Justina, que por estar haciendo rayas con un cisco en un cuero de ovejas no se dignó mirarme".


(Hugo Wast. "Tierra de Jaguares")

EL ARTE DE LOS EXQUISITOS NARRADORES

Pasaba Josef por sus maizales recién regados, que oprimían la senda. Todo verdor tierno, movido mansamente sobre el azul.

Después, el muro de frescura se abría en planteles de centeno, de sésamo y de cártamo... Relumbraba el alboroto de las acequias y salía el agua en láminas de sol derretido, anegando los frijoles, que se suben a sus horquillas, ciñendo los troncos desnudos de las escalonas y coles que crecen libres, recias y fecundas para madres de los almácigos.

Luego venían los frutales, prendidos juvenilmente de flores, como brisa cuajada...

Arriba del otero de la huerta, en un solejar abrigado de los vientos, estaban las colmenas que estrellaban de oro el azul de su retiro, y se sentía el vaho de los panales y el rumor de su obra.

GABRIEL MIRÓ (1879-1930)

La población en 1888

La Municipalidad de Gualeguaychú ha levantado un Censo en marzo de 1888.

Según éste, la población de Gualeguaychú (planta urbana, quintas y chacras) alcanza a 11.094 habitantes, los que discriminados se consideran, en la Planta urbana 7.239 y Quintas y chacras, 3.835 pobladores.

El periódico Fiat Lux, órgano que editaban los alumnos del Colegio Nacional del Uruguay de 5º y 6º años, y que aparecía todos los domingos, agrega: Comparando a otros censos, la población ha permanecido casi estacionaria.


Nota: periódico Fiat Lux Año I, Nº 46 del 21 de abril de 1888. C. del Uruguay.

Ferrocarril a Basavilbaso

El 10 de julio de 1890 se libró al público el servicio del Ferrocarril Central Entrerriano sobre el ramal que uniría la estación de Gualeguaychú con Basavilbaso (centro de la red ferroviaria de Entre Ríos).

El anuncio apareció en el periódico Fiat Lux dominical del Colegio del Uruguay tres días más tarde, 13 de julio de 1890. Era una buena noticia para los alumnos con residencia en Gualeguaychú, ya que aseguraba su ida y vuelta al instituto cuando las lluvias o crecidas hicieran imposible el tránsito por las rutas de tierra, que unían a nuestra ciudad con Concepción del Uruguay.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Silvia Razzetto de Broggi - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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