Pero además, había que impactar a Justo. Se pidió a la empresa Mihanovich, que realizaba viajes a Buenos Aires y otros puntos de la región, que el día de la visita amarrara el vapor “a fin de que pueda verse nuestro puerto repleto de embarcaciones para dar la sensación de su utilidad”. Lo mismo se solicitó al Frigorífico.
En el propio Barrio del Puerto, se formó una Subcomisión de homenaje y recepción, presidida por Ricardo Cabilla, cuya tarea mereció el reconocimiento del Presidente Comunal.
La invitación a autoridades de localidades vecinas, Larroque, Gilbert, Urdinarrain, Concepción del Uruguay, Gualeguay, Villaguay, Tala y Paraná, indicaba que el arribo del primer mandatario constituía un acontecimiento de carácter provincial. Se había dado aviso sobre su llegada al Centro Entrerriano y a la Asociación Entrerriana J.J. de Urquiza. Más aún, se cursaron invitaciones a lo más selecto del periodismo nacional: La Nación, La Prensa, Crítica, Mundo Argentino, La Razón, Noticias Gráficas, El Hogar y Caras y Caretas.
¿Donde se alojarían esos visitantes?
Don Pedro Jurado, como Presidente de la Comisión envió una nota al Jefe de Tráfico de los Ferro-Carriles de Entre Ríos, pidiéndole que facilitara el mayor número de vagones dormitorio que fuera posible.
En cuanto a la preparación del banquete para mil quinientas personas, se pensó en los ganaderos de la zona, a quienes se les recordó que eran “directos beneficiarios del camino a Buenos Aires” obra construída en la Presidencia del hombre que ahora se esperaba.
Y las vaquillas llegaron. En la nómina figuran como donantes de tres vacas Saturnino J Unzué y la Estancia El Potrero; dos aportaron Guillermo Davie de Estancia San Pedro en Perdices; Irungaray Hermanos, David Della Chiesa, Enrique Smith, Juan Goldaracena y José Greissing; con una vaca colaboraron José Hornos, Alejandrino Hornos, Alejandro González, Alberto Irigoyen, Camilo Lema, Francisco Parma, Alviro Benetti, Agustín Irigoyen, M. Bunge y Cía, Estancia Landa de Costa Uruguay, Félix Fontana, Francisco Greissing, Domingo Elgue, Irazusta y Salvarregui, Majul Hnos y Julio Maihlos S.A de Montevideo. Las vaquillas eran más de treinta. Unzué envió también doce carradas de leña.
Justo llegaba sin delegar el mando, esto es que mantenía su condición de presidente.
Estaba todo preparado. La recepción de la Primera Dama, los actos, la ornamentación, los barcos en el puerto, el banquete, los lugares para dormir, los invitados… Solo faltaba que llegara Justo.
En los días previos vino como “adelantado” el señor Mariano Beascoechea, funcionario nacional encargado de organizar el protocolo.