Cuaderno Nº 157

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo  4 de abril de 1999CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 157
BRIGADIER GENERAL MANUEL HORNOS (Nati Sarrot)De GALLEGOS y COCOLICHESDEL MISMO PELO (Fray Mocho)

BRIGADIER GENERAL MANUEL HORNOS

Nati Sarrot

Su vida merece ser narrada tanto por la historia, como por el canto de los romanceros.

...Proscripto o libertador, despojado o redentor, vencido o vencedor, amigo leal o enemigo franco, marchando audaz al frente de sus legiones electrizadas por su heroísmo, o dirigiendo los movimientos populares cuyo éxito dependía de su serenidad, siempre fue la fuerza al servicio de la idea, que, ni buscaba premio ni aspiraba al poder, ni aceptaba riquezas; y por eso ha muerto, puro como nació, pobre como vivió...


(del discurso de Bartolomé Mitre en la inhumación de los restos)

Brigadier General Dn. Manuel Hornos

A cien años de su muerte, los periódicos de Buenos Aires, especialmente La Nación y La Prensa, brindaban la historia, narrada documentalmente y cantada como en romance, del Brigadier General Dn. Manuel Hornos, quien había nacido en Ceibas, departamento Gualeguaychú, Entre Ríos, un 18 de abril de 1807, y muerto en la Capital de la República, el 14 de julio de 1871.

La historieta entregada por La Nación en 59 tiras con 177 cuadros, dibujos de Eduardo Ledesma, va pintando la biografía de Hornos en serie titulada "FIGURAS DE NUESTRA TIERRA" (esta nota se ilustra con varios cuadros de la misma). 

Notas e historieta versan sobre la vida de un entrerriano que la transmisión sobre la época no pudo ni debió obviar sino al estar movidos por un intencionado olvido. Sin basarse en la relación de óptica mitrista, Hornos asoma, con Sarmiento, con el Gral. Paz, en los partes de batalla, en la correspondencia cruzada, etc., durante un período de más de cuarenta años, siempre con rasgos tan fuertes que sería imposible no advertirlo con su singular figura, tan de una época y de un lugar, asumiendo un protagonismo prototípico en la acción, sobre un escenario agitado en la marcha de la organización de la Argentina como nación.

De ideas unitarias, alimentado por su gran amor a la libertad, Manuel y su hermano Román abandona las tareas rurales de la estancia de su padre en Ceibas, la que ocupaban legal mente desde 1834 (documento del Reg. de la Prop. Inmueble de Gchú., libro I que comprueba la compra que don Joaquín Horno hace en las puntas del Palmar, con fondo al Paranacito y en extensión de legua y media de frente por tres de fondo.

Manuel y Román serán hombres de armas. Tan diestros en el manejo del caballo ha crecido con ellos la aptitud para desempeñar se en la caballería, cuando ingresan al Ejército de Entre Ríos. El caballo es el animal sobre quien lucían bellamente dando el máximo de la habilidad de un jinete. Dice Sarmiento:

"Hornos el tipo de gaucho argentino. Alto, fisonomía noble, europea, movimientos fáciles y andaluzados, alegre, valiente y jinete. En la batalla monta en pelo a guisa de Centauro." (1)

Echagüe, gobernador de Entre Ríos, descubre la militancia unitaria de los Hornos y aprehende a los hermanos, condenándolos a la pena de muerte. 

Con Román se cumple, y es fusilado. A Manuel van cambiando la ubicación de su prisión para evitar el levantamiento que sus seguidores pudieran producir.

Cerca de Colón es que protagoniza la hazaña que más acerca su hacer a un romance merecedor del canto de juglares. (ver aparte) 

En la campaña del Ejército Grande reproduce Sarmiento los dichos del mismo Manuel Hornos a sus 45 años, mientras juntos gozaban del encanto de nuestra histórica Isla Libertad, antes de Fraga.

Con la huida de la prisión comienza su exilio en el Uruguay; el Teniente Román Hornos había quedado en suelo entrerriano. 

1839 lo encuentra unido, junto a otros nueve entrerrianos, en la Legión Libertadora de Juan Galo de Lavalle (CVADERNOS 154). Vuelve Hornos a Entre Ríos desembarcando en el Ñancay, para munirse de caballos. Sus propiedades le fueron confiscadas, pero el conocimiento de la zona y de sus habitantes le facilitan montar toda una división en pocas horas.

Con apoyo del gobernador de Corrientes, la campaña de la Legión lo envuelve en sus éxitos y fracasos y, 1841, lo encuentra acompañando las diezmadas fuerzas correntinas que, saliendo de Entre Ríos, suben a través del Chaco para regresar a su provincia, después de una marcha de un mes, no exenta de sobresaltos y penurias. 

Hornos se incorpora al Ejército de José María Paz luchando en Caa-Guazú (1846). Ya Coronel graduado; pide su retiro; cruza a la Banda Oriental y el mismo 1846 lo encuentra integrando la guarnición de Paysandú sitiada, la que hace evacuar el 24 de enero de 1847.

Se exilia en Brasil, desde donde, se refiere, fue llamado varias veces por Urquiza para que se sumara a sus fuerzas, a lo que respondía que sólo lo haría para desalojar a Rosas de su sillón de gobierno. 

Aún en posición opuesta a la verdad de esta respuesta, luego del Pronunciamiento de Urquiza contra Rosas, el 1º de Mayo de 1851, quien había hecho toda la campaña en tierras uruguayas contra don Justo José, en coherente acción, vuelve otra vez a su Entre Ríos para entrevistarse con su tradicional enemigo, ofreciéndose a integrar el Ejército Grande. 

El encuentro es en Gualeguaychú. Aquí también se hallan los hombres que con motivo de los preparativos de la campaña se concentran en nuestra ciudad, de ahí sus diálogos con Sarmiento.

A la gloriosa memoria de Brigadier General Dn. Manuel Hornos

Urquiza lo destina a la jefatura de una División de Caballería; con ella ingresa a Buenos Aries y triunfa en Caseros el 3 de febrero del 52.

Manuel Hornos vio cumplido su ideal de destituir a Rosas, pero a pocos meses de Caseros se separa de Urquiza, manifestando abiertamente "y a gritos" -todavía hemos de montar a caballo y desenvainar la espada. ¿Qué ha creído, que hemos venido a servirle de banco para sentarse en la silla de Rosas?

Se pliega a Pirán y a Madariaga en la revolución de setiembre. Lucha contra el general Lagos. Integra la excursión al sud contra los indios. Es Comandante cuando pelea en el Azul.

Luego, con Bartolomé Mitre interviene en Cepeda y Pavón (17-9-1861), otra vez enfrentado a Urquiza.

Declarada la guerra contra Paraguay, integra las fuerzas de la Triple Alianza hasta 1866. En el campo de batalla es ascendido a Brigadier General.

Su última acción militar sería en Entre Ríos, de lado de la Intervención Nacional, en 1870 se lo ve enfrentar al general Ricardo López Jordán.

En Buenos Aires es funcionario en los partidos de San Telmo y Barracas, donde distrae su tiempo en el cultivo de sus deportes favoritos: las carreras cuadreras y las riñas de gallos. En las carreras no sólo es organizador sino que corre, montado en pelo y a veces descalzo, haciendo apuestas contra potros de muy buen pedigree. Es famosa la corrida contra un pura sangre del inglés Malcom, montado Hornos en un tordillo de pobre aspecto.

En las riñas presentaba sus gallos "naranjos barbuchos", que le dieron muchos éxitos. Las zonas de sus hazañas eran los bajos de la Recoleta o la calle Larga de Barracas…

El que había luchado en todas las batallas, serena y a la vez ardientemente, que había zafado de una condena a segura muerte, la encontró, ocasionalmente provocada por su misma mano y su propia lanza. Al quebrarse ésta se le produjo una herida por la que se le amputó un dedo. 

Enfermo y con grandes dolores, sufrió estoicamente nuevas amputaciones que no lograron mejorarlo, falleciendo en su domicilio en la capital, rodeado de los suyos, el 14 de julio de 1871 y sepultado el 16 en el cementerio de la Recoleta.

Por ley del Gobierno de Buenos Aires, No 3058, dictada el 2 de octubre de 1907, se donó un terreno en el cementerio de La Plata adonde fue trasladado en 1915.

Al despedir sus restos, dijo Bartolomé Mitre: 

"... Quien sólo ha dormido a la intemperie y sobre el suelo, envuelto en su poncho militar, pasó a descansar hoy, por primera vez, en el seno de la tierra de nacimiento, y Dios habrá recibido el alma noble y bien templada que le dio la fuerza moral para perseverar en la viril tarea de ser héroe en todos los momentos de su vida, y de serlo siempre defendiendo una justa y sana causa..."

"...En la fiesta de la isla de Fraga (Libertad), que me traía enamorado, por su graciosa colocación en medio de Gualeguaychú y enfrente de la Aduana, convidóme a bañarnos el coronel Hornos..."

 

(de "Campaña en el Ejército Grande, D. F. Sarmiento)

"... Un día en la prisión, ve a un soldado que, mirándolo de hito en hito, le hacía señas atravesándose un dedo por la garganta... Hornos pidió permiso de salir a sus necesidades, escogió la proximidad de un caballo que vio a la estaca, distrajo al centinela, saltó en él y partió a escape hacia el río. El soldado dio la alarma... Entonces Hornos, perdido, se metió en el bosque y desde lo alto de la barranca lanzóse al agua..." 


(de "Campaña en el Ejército Grande", D. F. Sarmiento)

Un sargento, indio salvaje...., que lo seguía, se lanzó tras él con el cuchillo en los dientes, y comenzó aquella horrible regata de dos nadadores diestros, el uno por dar la muerte, y el otro para evitarla... 


(de "Campaña en el Ejército Grande", D. F. Sarmiento)

Referencia: 

(1) Campaña en el Ejército Grande, D. F. Sarmiento, comentado por Halperin Donghi, pág. 148.

Consultados

La Vida Heroica del Gral. Hornos, Enrique Horacio Puccia, La Prensa, 11-1-1971.- Gral. Manuel Hornos, Centenario de su muerte, La Nación, 14-1-1971. - Biografías argentinas y sudamericanas, Jacinto R. Yaben.- Historia de E. Ríos, Benigno T. Martínez, Tomo III, Cap. 9, Edit. Rosario, 1919.- Campaña en el Ejército Grande, D. F. Sarmiento, Edición prologada y notas de Tulio Halperin Donghi, Univ. Nacional de Quilmes, 1997.- Periódico El Nacional Argentino, Paraná, 1852 y 1853.
- Manuel Hornos, Figuras de nuestra tierra, por Eduardo Miranda, La Nación, 1971.- Casas y Caserones, Andrea Sameghini, Pág. del Dgo. (El Argentino, 1974).

De GALLEGOS y COCOLICHES


Es suerte grande, pienso, poder conservar en un rincón de la memoria o en todo caso en papeles entre "cajas de familia", dichos, sucesos y cantares de los tiempos jóvenes de este siglo que en diciembre se nos va.

Sea, de cuando el pintoresquismo lindo de nuestros abuelos y/o bisabuelos surgía como aves canoras en raudo vuelo.

Alberto Vaccarezza, por ejemplo, hizo para el teatro verdaderos frescos, tan inflamados como ilustrativos, pintando la época con sus gentes a tambor batiente. Bien mezclados y a su turno, los devaneos de los naturales porteños, orilleros y pitucos, y las persistentes disputas entre inmigrantes, de manera especial las eternas querellas de españoles (gallegos...) con italianos (genoveses, en forma especial.)

En "El Conventillo de la Paloma", Vaccarezza se supera a sí mismo y Gualeguaychú supo aplaudir con gozo pleno la inolvidable versión que en 1977 regaló el Grupo de Teatro La Comedia. Este año se cumplirán 22 de aquel suceso vocacional que históricamente ha conformado con "Aquellas melodías de caña y papel", la dupla más exitosa, a nivel popular y a nuestro juicio, en tratándose de espectáculos teatrales servidos a puro esfuerzo local.

Hablaba al comienzo de papeles entre viejas cajas familiares. Pues con dulce encanto uno se reencuentra con este amarillento copiado donde la abuela gallega, en son de divertirse en la rueda absolutamente intima, cantaba estas endechas de un "cocoliche" en Buenos Aires, con voz tonante él y a puro "compás valseado", como para que oigan bien la gilada del conventillo y algún "melico gordinflón e compadridos":

"lo so uno cragolla/ everamente arquentino de Bono Sarie/ (Everamente aquentino)/ Que donde quiera ca piso/ me como trenta chorizol con pan e vino!/ (me como trenta chorizo)/ to le dico a la muchacha / si me quiere, sí o no, pichoncito de lechuzal (Si me quiere, si o no) / Si ella me diche casi / a mí me viene la risa/ de los dientes de la cara/ de la fisonomíal e me vado per me cuar-to/ a cambiarme de camisal con lo coello parato/ (A cambiar me de camisa) / Ahí viene là iunta brava/ e me quiere llevare preso/ (e me quiere llevare preso)/ io monto me pete-sito e me pongo a disparare/ con la cola pal' aria.


MARCO AURELIO_99

(De los celebrados cuentos de nuestro FRAY MOCHO)


DEL MISMO PELO

-¿Ves?... Esto es lo que a mi me revienta y así se lo dije a Julio el otro día: si no quieren que a este país se lo llev'el diablo, eviten las mescolanzas, che...

-A que Julio? -¿Cómo a qué Julio?... A Roca. ¡Si hemos llegado al extremo, che, de que ya no respeta nada aquí!

Ya ni hay antecedentes, ni nombre, ni posición que no sirva d'estropajo a los advenodizos y hasta la misma crónica social de los diarios se ve invadida por canallismo más depravado... Todo está hecho un revoltijo... Derrepente te ponen de concurrente a una fiesta o al tiatro- en pleno mes de abril!-y le colocan entre unos apellidos que'stán oliendo a cebolla o a liencillo, cuando no te dan como presente en unos casamientos o funerales vergonzosos.

¡Qué me vas a decir d'eso, chel... Figurate que aquí donde me ves, h'estado anoche, según los diarios, nada menos qu'en el casamiento de una hija de cierto inglés que nos compró la estancia l' año pasado... Un verdadero cualquiera que casi ni sé cómo se llama! ¡Imaginate qu' es hombre de andar en tranway!...

- ¿Qué me decis?... Esta jugada es como para junlarla con la que le hicieron a mi tia... Querés crer que la metieron entre las concurrentes al Politeama... ¡Figurate el madrugón!

Y vos todavía no te has hecho ver en el tiatro?...

-Yo?... ¡No faltaba más!.. Para mi las veladas comienzan con la Opera, che, y soy fiel a la tradición... Yo no transo y ya saben todos que si no se me ve alli es porque no'stoy... -A mi me pasa igual... ¿Sabés qu'este año va'seguir la moda del pasado, tan cómoda y tan chic?... No será elegante entrar al tiairo sino en los entreactos... - Es natural ! La sala es para los músicos y la gente para la cual el espectáculo es una novedá... ¡Yo, che, te lo digo con franqueza, no pienso abonarme !... Buscaré algún amigo con quien turnarnos para la entrada ¿sabés? y con mostrarse uno un poco y después estar para la salida... ¡se hace la noche!... ¡Quién se aguanta tres horas de función! ¡Es una barbaridál. Yo también ando buscando con quien hacer patota, y conforme'ncuentre me ligo y con una soncera hago mi noche... -¡Esa es otra, che!... ¡Esta gente nos está desollando con los precios!"


-¡Qué bárbaros, nol... Y decir que a uno en su misma patria, como quien dice en su casa, lo están esquilmando!... Ves? ¡Eso le debias decir a Roca... ya que sos tan amigo!... ¡Si se lo he dicho mil veces, che!... Pero parece qu'el hombre viviese'n las nubes... ¿Vos te cres que hace caso de consejos?... Preguntale a cualquiera e los ministros y verás!... ¿Y?... ¿Che?... ¿Nos asociamos p'a'l jueguito'e las entradas? Y si no?... ¡Pa qué somos de los que nos cortamos, aunque nos acollaren con un pelo!.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
Gualepedia: Índice de la página