Cuaderno Nº 77

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 3 de Diciembre de 1995 CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 77
FEDERICO BIRABEN LOSSON, LA “CALIDAD TOTAL” (Fabián Magnotta)- De cuerpo enteroPRIMERA JUNTA DE FOMENTO DE GUALEGUAYCHÚ (Nati Sarrot)YAMANDÚ RODRÍGUEZ (Marco Aurelio Rodríguez Otero)
LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV (Edición Impresa)- Entre Letras y Pinturas (Carlos María Castiglione)- Platería, un culto universal – Paiola- (Aurelio Gómez Hernández)

FEDERICO BIRABÉN LOSSON, LA “CALIDAD TOTAL”

Fabián Magnotta

En Gualeguaychú, hace unas semanas se rindió un homenaje a Federico Biraben Losson. En la ciudad que eligió para pasar sus mejores años, conviven quienes lo recuerdan con admiración y quienes no lo conocieron. CVADERNOS trae a la memoria algunos aspectos de una personalidad brillante, cuya magnitud se comprende mucho más a medida que transcurre el tiempo.

Federico Biraben Losson "El Gran Gerente"

El cartel está allí desde el 21 de octubre de 1995. Laboratorio de Análisis Clínicos Federico Biraben Losson reza la inscripción sobre calle Pellegrini casi Andrade, en el edificio de la Supervisión Gualeguaychú Mutual de Servicios Sociales.

Acaso el desprevenido caminante piense que fue algún médico o imagine que se trató de un opaco funcionario de algún golpe militar. Quizá sospeche que tiene nombre y apellidos de un poeta. Nada de eso. Ni siquiera nació en Gualeguaychú; y es lo de menos. Tampoco se lo recuerda por un poema o un discurso y no interesa. 

Tal vez nos sirva recordar que pudo ser gobernador y prefirió quedarse en lo suyo, en su oficina, recorriendo por enésima vez esa planta en la que dejó sellados sus pasos incansables. Tal vez pueda apuntarse que pasó allí los mejores años de su vida, al punto que medio siglo después alguien puede descubrir todavía que él alguna vez le tendió una mano.

Federico Biraben Losson había nacido en Buenos Aires el 14 de diciembre de 1890. Trabajó en diversas empresas y su capacidad como administrador lo paseó desde Londres a Concordia. 

Llegó a Gualeguaychú a fines de 1933 para ser Gerente General del Frigorífico. En ese cargo  se desempeñó hasta el 25 de abril de 1954; domingo de elecciones cuando falleció en Buenos Aires. 

En los veinte años de gerencia hizo escuela. Escuela como empresario y como ser humano. Condujo los años de oro de la planta ubicada junto al río y se convirtió en pionero en cuanto a los beneficios sociales para los trabajadores. Amanecía trabajando y después, seguía trabajando. Su vocación fue el Frigorífico Gualeguaychú. Su hija Marta Biraben de Fernández, que llegó a Gualeguaychú con su hermano Peter que vive en Londres, así  define:

Con papá aprendí que la razón de la vida de los hombres es su vocación. Lo conocimos poco (…)  porque lo veíamos poco. Vivía viajando, estaba todo el día trabajando y cuando llegaba a casa seguía pensando en el Frigorífico. Con nosotros jugaba, éramos como el recreo, pero nunca le reprochamos eso, porque sabíamos que era su vocación y era feliz así, llevando adelante la empresa y ayudando a los trabajadores (…) Estuvo tres años sin tomar vacaciones.

Esa dedicación, ese esfuerzo, brindó los mejores frutos en la década del cuarenta. El Frigorífico llegó a ser una fiesta por el desfile de barcos cargados y por la alegría de la gente.

Una avanzada argentina en la marcha hacia un mundo regido por relaciones más ricas de contenido humano, es la obra social que viene desarrollando el Frigorífico Gualeguaychú (…)

                                                                                   LA RES  Nº 341  Buenos Aires  1948

Federico Biraben Losson enseñó que había que industrializar todo, lo que era de avanzada para la época. Después, ratificó que cuando al trabajador se lo respeta en su dignidad humana, la voluntad se multiplica. Las obreras tomando el té en su merienda cotidiana, los obreros practicando diversos deportes, el ambiente de alegría llegaron a ser cosa de todos los días en ese Frigorífico que transformó en un ejemplo nacional.

Enseñó que se puede ser Gerente para administrar y para extender la mano abierta. Cuando la necesidad lo exigía, no desechaba el recurso de la ayuda directa. A dos obreros ciegos los envió a Buenos Aires a realizar cursos de especialización. Uno de ellos llegó a ser un destacado afinador de pianos. Una vez, un trabajador llegó desesperado porque su hijo muy pequeño, padecía una enfermedad casi incurable y no conseguía los medicamentos. 

Biraben no dudó: ordenó traerlos desde Buenos Aires en un avión.

Placa de Reconocimiento a Biraben Losson y a la Obra Social del Frigorífico Gualeguaychú

Sus hijos desconocían esto. Ese padre que llegaba de la fábrica con una sonrisa no les contaba esas historias, que al fin y al cabo sentía como sus obligaciones. Marta y Peter escucharon emocionados el relato de un hombre que después de algunas vueltas se acercó para agradecerles, porque el padre le había salvado la vida.

Paralelamente, desarrolló una decidida política de reivindicación social de los empleados, antes que llegaran las conquistas promovidas por el peronismo en su primera etapa.

Se cuenta que Eva Perón estuvo muy cerca de visitar el Frigorífico Gualeguaychú. De concretar la visita, pudo haber comprobado que los obreros gozaban de innumerables beneficios.  Sencillamente, Biraben Losson no necesitaba de un decreto, ni precisaba que lo asustaran con leyes sociales; industrializó toda la producción cuando a nadie se le ocurría hacerlo; trabajó con la gente metro a metro medio siglo antes que los países desarrollados elaboraran el concepto “calidad total”. Simplemente porque él fue la “calidad total”.

No en vano lo recuerdan tanto y tan bien quienes lo conocieron de cerca con su mirada clara y tierna y su peinado hacia atrás. No en vano muchos se acercaron décadas después a Marta y a Peter para darle las gracias como la mejor herencia, como un homenaje de oro. No en vano Clemente Risso, su secretario privado durante muchos años, en diálogo con CVADERNOS, recordó  con admiración a Federico Biraben Losson.

Ese es el hombre que figura entre los ex Gerentes del Frigorífico Gualeguaychú. Ese es el hombre que desechó la posibilidad de ser gobernador y  demostró a sus hijos, medio siglo después, que estaba trabajando por ellos cuando sentían la ausencia en la casa enorme. Todo eso y aún más fue el nombre del cartel de la calle Pellegrini que llama la atención de los desprevenidos transeúntes.

Homenaje a Biraben Losson en el Frigorífico Gualeguaychú donde se depositaron sus cenizas

DE CUERPO ENTERO

Quienes conocieron de cerca a Federico Biraben Losson sabían que su vida era el Frigorífico Gualeguaychú. Incluso en los momentos libres, de distracción, su pensamiento estaba puesto en la empresa. A esa vocación unía una personalidad de canciller nato. Era un experto en las relaciones públicas.

Se cuenta que una vez, como otras tantas, viajó a Buenos Aires para asistir al Hipódromo de Palermo. En las boleterías, observó al funcionario de la Embajada de Gran Bretaña y recordó que por disposición de ese organismo oficial se encontraba trabado un importante embarque de carne.

Con su simpatía habitual, Biraben Losson se acercó y lo invitó a compartir una mesa. En medio de la charla, le dijo al funcionario inglés que le regalaría cien boletos a favor de un caballo que no podía perder. Luego se dirigió a la ventanilla y tras apostar a los cuatro caballos con mayores posibilidades, se guardó los boletos en bolsillos diferentes.

Cuando terminó la carrera, sacó los boletos ganadores y se los obsequió al británico con una sonrisa.

- Le dije, amigo… Ese caballo no podía perder. Aquí tiene los boletos para cobrar en la ventanilla…

Semanas después, las toneladas de carne se embarcaban hacia Londres. 

PRIMERA JUNTA DE FOMENTO DE GUALEGUAYCHÚ

Nati Sarrot

El comienzo del gobierno autónomo de Gualeguaychú con rendición y relación al Poder Ejecutivo provincial se halla en Juntas de Fomento.

Los artículos 67 y 68 de la Constitución de Entre Ríos de 1860, ordenaban establecer la Municipalidad en cada cabecera de Departamento. En tanto se dictara la Ley Orgánica de las mismas, se crearían para las ciudades y pueblos, Juntas de Fomento (2-3-1867).

Gualeguaychú se afana y reúne a vecinos expectables para constituir el cuerpo. El 20 de mayo de 1867, en el local del Juzgado de Paz* sesionan en reunión preparatoria; eligen cinco miembros y distribuyen los cargos.

Presidente, D. José María Martínez, Vice-Presidente D. José Iglesias, Tesorero Máximo Núñez, Secretario D. Belisario Ruiz.

Al no tener sede, la Junta decide reunirse en casa de sus miembros y se informa que la venta de sellos se atenderá en la casa del Sr. Núñez (España y 25 de Mayo, esquina noreste)

Puestos a trabajar, se abocaron intensamente a mejorar la limpieza y alumbrado de las calles, ordenar el servicio de los serenos, establecer y reglar el cobro de gabelas por actividades rentables y servicios públicos; hacer gestiones ante las autoridades o tribunales por  motivo de su interés como Junta, etc.

Las Juntas de Fomento fueron la autoridad comunal hasta 1873, cuando inicia su ejercicio la Municipalidad con su primer Presidente Municipal, Dr. Cándido Irazusta.

Calle 25 y España - En la esquina a la derecha la antigua casa de Dolores Costa de Urquiza hoy Banco Bersa. En la esquina izquierda la Joyería Daneri hoy Zapatería Less
Al no tener sede, la Junta decide reunirse en casa de sus miembros y se informa que la venta de sellos se atenderá en la casa del Sr. Núñez (España y 25 de Mayo, esquina noreste)

*El Juzgado de Gualeguaychú, según documentación de la época, funcionaba en calle hoy Luis N Palma entre Rosario y San José, vereda norte. En 1867 era Juez D. Vicente Martínez Fontes y Escribano D. Mariano Jurado.

YAMANDÚ RODRÍGUEZ

Marco Aurelio Rodríguez Otero 

Yamandú Rodriguez

Honorable y consecuente amigo de Gualeguaychú. Uruguayo: había nacido en 1891 en Montevideo y en esa ciudad falleció en 1957. Poeta de elevado vuelo, autor de El Matrero, drama que  Felipe Boero llevó a la ópera y Orestes Caviglia dirigió en cine. En los años ’30 era  el poeta, dramaturgo y narrador rioplatense ponderado por las excelencias de las figuras literarias presentes en su obra.

 En un pasaje de su libro de cuentos gauchescos  Bichito de Luz  describe: 

(…) Don Salustiano Pereda entró con la baraja; miró el platillo y volvió a salir. Él  no es jugador, y hasta ignora que en su casa se juegue por otro interés que el de matar el tiempo. Es comerciante. Se ocupa de vender cirios, amuletos e imágenes. Está lleno de votos y de buenas intenciones. Hay en su casa mazorcas de plata contra las secas  y piernas de níquel para las rodadas.

Fundador de Ñandú Culeco, hombre a la antigua, creyente, temeroso de Dios, conoce a sus vecinos y a su pueblo. Sabe que éste es aburrido y aquéllos, tentados. Por eso los sábados de noche reúne en su trastienda a la mozada. Le presta un naipe para que se divierta. Mandó hacer latas con sus iniciales. Y puso, no una coima, sino un cepillo, porque don Salustiano no tiene fortuna y alguien ha de costear la grasa pa’el candil.

El tape Jiménez baraja de nuevo. Por la rendija de la puerta un milico asoma la cabeza para verlo trabajar con el naipe. El tallador es un criollo de manos chicas y ojos grandes. Su rostro parece tallado a cuchillo en ñandubay. Es inexpresivo, inmóvil, turbio, cara de indio o de pito. No dicen nada ni los ojos, ni el entrecejo, ni los labios finos. Siempre está mudo. Juega, al parecer, lo ajeno. Nació para curandero, alcalde o jugador. Relancea, baraja, mezcla, abre el abanico de las cartas, lo cierra suavemente. El librillo, dócil, manoseado, se ablanda y obedece (…)

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotCarpetas de Andrea SAMEGHINIJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Colaboración tipeo de texto: Rita MartínezTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI – Julio 2020- DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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