Cuaderno Nº 174

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 19 de diciembre de 1999CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 174
EL CIELO DE NAVIDAD- Para el pueblo, el cielo es el reino de Dios- EL LUCERO...- LA CRUZ DEL SUR...- LAS SIETE CABRITAS...- LA LUNA LLENA...- ESTRELLAS QUE CORREN...- LAS TRES MARÍAS...- LOS COMETAS...- EL VIENTO NORTE...

EL CIELO DE NAVIDAD


Redacción :SILVIA RAZZETTO de BROGGI 

Ilustración: CARLOS M. CASTIGLIONE

Aún hoy al construir los Pesebres, los niños suelen colocar en la bóveda celeste las estrellas que los adultos les enseñaron a identificar y que están rodeadas de leyendas.

Sencillas y diversas narraciones llegan dispersas, enhebradas en el tiempo, explicando el origen y la razón de conocimientos religiosos tradicionales.

Confeccionadas anónimamente con elementos que las embellecen, les dan relieve y sentido cristiano, se han transmitido de generación en generación.

Para el pueblo, el cielo es el reino de Dios

Treinta y dos años antes de la llegada del hombre a la luna, Juan José Nágera recomendaba en su "Geografía Física de la República Argentina" elevar la mirada al cielo porque "es un cuadro de inspiración extraordinaria" (....) "de auténtica belleza" y que los alumnos rogaran al profesor de Cosmografía o de Geografía que explique el manejo del planisferio celeste para nuestra latitud, porque "muchas cosas desagradables suelen evitarse al contemplar el cielo y observarlo y poseer nociones populares ennoblece al hombre y le es muy útil". (1)

Las regiones de cielo límpido favorecen la recreación de relatos populares de herencia española que asimilan elementos milenarios de la tradición oriental. Muchos de ellos contienen enseñanzas morales. "Para el pueblo, el cielo es el reino de Dios", observa Berta E. Vidal de Battini. (2) 

En este aspecto la transmisión oral encuentra un hueco agradable en la familia. Y un rol protagónico han asumido y asumen las abuelas, criollas e inmigrantes, en recrear la memoria del grupo familiar. Ellas saben, por experiencia propia, que la imagen de un cielo protector tranquiliza espiritualmente a los nietos, nutriéndolos del mundo mágico de las tradiciones populares, valiosos hitos de la memoria colectiva, que en estos tiempos de desarrollo científico y tecnológico van desapareciendo con rapidez de la memoria de la gente.

En las noches serenas que aproximan la Navidad en nuestra región, suele contemplarse la luna llena, las Tres Marías, las Siete Cabritas, la Vía Láctea, el Lucero y de vez en vez se soporta el Viento Norte...

Ilustración de Carlos M. Castiglione

■  EL LUCERO...

Afirman que la estrella del alba es la misma estrella que guió a los Reyes Magos hacia el portal de Belén.

■  LA CRUZ DEL SUR...

En este delicado Relicario una de las alhajas que se destacan es la bella Estrella que, cuentan las abuelas, es la Cruz que acompaña, que guía, orienta al ser humano toda la vida.

■  LAS SIETE CABRITAS...

Una vez, Dios entregó siete cabritas a un hombre que las tuvo mucho tiempo y nunca compartió las crías con el dueño. Entonces, Dios lo llamó y reclamó al egoísta, que al devolverlas manifestó que le habían dado mucho trabajo para cuidarlas, que no habían aumentado y que agradeciera que se las devolvía a todas. 

Fue así que Dios le dio un castigo al mentiroso que poseía abundante majada. Hizo que las cabritas se transformaran en estrellas cuando el hombre las vio, cayó en la cuenta que le había robado a Dios y ya no pudo vivir más tranquilo en toda su vida.

■  LA LUNA LLENA...

Cuentan las abuelas que sus abuelas contaban a los chicos que abrieran bien sus ojitos para ver en la luna llena, enorme aro de oro, a la Virgen y al Niño en sus brazos sobre un burrito, escapando de la furia de Herodes. A su lado camina San José.

■  ESTRELLAS QUE CORREN...

No se las busca, sin embargo, mirando el cielo, más de una vez vemos estrellas que con velocidad sorprendente, cambian de lugar trazando un camino con su luz.

Aunque se puedan dar explicaciones científicas sobre el fenómeno, queda dominando la indicación que se ha hereda do por creencia popular "Si ves una estrella correr, pídele tres deseos antes de que desaparezca".

La urgencia en traer a la mente tres cosas de las que se anhelan y la inmediatez del fin de la carrera no hizo fácil la enumeración completa. 

Apenas una y aquella que al suplicante lo tiene muy ocupado, es lo que ocurre comúnmente.

Ilustración de Carlos M. Castiglione

■  LAS TRES MARÍAS...

Las tres estrellas grandes que están en fila son las más populares de América del Sur.

Cuentan que las Tres Marías son: María, la Madre de Jesús, María la hermana de Lázaro y Maria Magdalena que van de madrugada a visitar el Sepulcro del Señor.

Como no lo encuentran, el Ángel les informa que está en el cielo y desde entonces el Señor las premió colocándolas allí.

■  LA VÍA LÁCTEA...

Ese es el Camino de la Virgen. Dicen que un día María amamantaba dulcemente a Jesús, cuando huían hacia Egipto. Con sus dientes nuevitos el Niño mordió el pecho de su Madre. Al sentir dolor, María sacó el pecho de golpe y un chorro de leche saltó hasta el cielo y se formó el Camino de Leche. Desde entonces, se ha llenado de estrellas.

María camina con San José y el Niño por esa vía que al morir deberemos cruzar.

Relatan que un avestruz salió al encuentro y ha quedado más atrás. Cuando hay seca, cuando no llueve, el ave sale a tomar agua.

■  LOS COMETAS...

Una de las preocupaciones populares más antiguas y comunes que aún subsisten, son los temores infundidos por la aparición de los cometas. 

Suelen presentárselos como anunciadores de sucesos extraordinarios, como mensajeros del espacio celeste. Solía repetirse la frase de Quevedo "Cometa con cola denota muchas bocas abiertas; y, si fuese crinita, morirán sin duda aquel año todos los reyes que Dios quisiere" (3)

■  EL VIENTO NORTE...

Dicen que un padre tenía un hijo muy travieso cuyas diabluras no podía soportar.

Un día el hijo subió a un tala que daba muy buena sombra y con un hacha cortó todos los gajos. El padre se enojó, agarró un maneador, lo envolvió y se lo tiró al muchacho. El hijo cayó al suelo y lo castigó hasta que murió.

Afirman que el hijo muerto se convirtió en viento. Fue a la casa de los vientos y pidió que le dieran un nombre y la virtud de molestar a los padres y alegrar a los niños. La madre de los vientos accedió y le dio por nombre Norte. Desde ese día el viento norte molesta a las personas grandes, les da dolor de cabeza, y a los gurises los pone más traviesos.

Citas:

(1) Juan José Nágera. -Geografía Física de la República Argentina. Ed. Kapelusz. Bs. As. 1937 Pág. 217.
(2) Berta E. Vidal de Battini. -Cuentos y Leyendas populares de la Argentina. Edic. Culturales Argentinas Bs. As. 1984.
(3) Don Francisco de Quevedo. Citado por Daniel Granada. "Supersticiones del Río de la Plata". Editorial Guillermo Kraft Ltda. Bs. As. 1947. Pág 253.
INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Silvia Razzetto de Broggi - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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