Apenas recibida la orden, el Comandante Militar de los Partidos de Entre Ríos, don Josef de Urquiza, despacha chasques en distintas direcciones: está convocando al Regimiento de Milicias, integrado por varones de 18 a 50 años de edad, solteros y casados. Cada uno concurre llevando caballos de su propiedad. Concepción del Uruguay es centro de preparativos bélicos; los vecinos colaboran entregando caballos y dinero. El Comandante da instrucciones precisas a sus oficiales; revista las tropas; distribuye el dinero enviado por vía de socorro y a cuenta de los sueldos que reciben los Milicianos. Comunica al Virrey que el Ayudante Mayor Don Josef Perez encabezará la marcha. Urquiza queda en Entre Ríos para recibir nuevas órdenes; esperar a las Milicias de la Bajada del Paraná y atender su reumatismo.
La marcha se inicia el 22 de enero: la Compañía del Uruguay, al mando del Capitán Joaquín Bilches y del Teniente Ramón Piña, con ciento veintisiete hombres. La Compañía de Gualeguaychú, con el Teniente José Valentín Sopeña, el Alférez Alonso Galindo y cuarenta y cinco pobladores de Perdices, Costa Uruguay, Gualeyán, Gualeguaychú, Gená.... La Compañía de Gualeguay con el Capitán Nicolás Taborda y el Teniente Antonio Azorín guiando sesenta y ocho varones. Cruzan el río Uruguay ordenadas una detrás de otra y algo separadas entre sí para controlar las caballadas.
Ya en la Banda Oriental, sin demorarse por pretexto alguno y a marcha redoblada, van cortando campos para llegar pronto. De estancia en estancia, buscan baqueano para que los guíe, señale alojamientos para descanso, aguadas, pastos y refugios para los animales. Los Oficiales y Sargentos revisan los lugares para acampar; piden carne a los propietarios de los campos o les in forman de las reses que han consumido; se aseguran de dejar los fogones apagados, para evitar incendios. Observan que no se produzcan vejaciones a los pueblos. Alientan a sus subordinados para evitar deserciones.
Ellos saben de luchas contra los portugueses. Esto es diferente. Al llegar a Santa Lucía, en las proximidades de Montevideo, don Josef Perez debe avisar al Virrey la llegada de las Compañías y continuar camino hasta Canelones. Pero Montevideo, sitiada por tierra y bombardeada por mar, ha caído en manos inglesas el 3 de febrero. Y cae Colonia del Sacramento. Entonces, el próximo objetivo británico es Buenos Aires."
¿Qué órdenes reciben las Milicias entrerrianas?. No lo sabemos.
Seguramente cruzaron a la capital virreynal; se incorporaron a las fuerzas defensoras y resistieron el ataque de diez mil soldados, en los fríos días de julio de 1807.
Rocamora organizó el "Partido General de Entre Ríos" bajo un solo mando militar. Lo dividió en tres secciones: Comandancia de la Costa del Paraná Grande, que incluye la Bajada y sus Pagos y parte de Nogoyá; Comandancia de la Costa del Paraná Chico, que comprende Gualeguay y parte oriental del Nogoyá; Comandancia de la Costa del Uruguay, que integra Arroyo de la China y Gualeguaychú. El Cabildo de Santa Fe protestó por la segregación de la Bajada del Paraná. Aunque convocadas, las Compañías de la Bajada no marcharon a Montevideo.