Cuaderno Nº 94

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GUALEGUAYCHÚ, Domingo 18 de Agosto de 1996CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 94
¿DÓNDE ESTÁN NUESTROS MUERTOS…?  (Nati Sarrot- Aurelio Gómez Hernández)- El Cementerio de La Loma o del Oeste- Inauguración de la capilla- Traslado de los muertos- Las imágenes de San Justo y San Pastor CUADERNOS PREGUNTA… EL PROFESOR ALMEIDA RESPONDE…-        La cerámica indígena. ¿Quiénes la hacían en nuestra zona? ¿Dónde? ¿Cómo? LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV (Edición Impresa)- Entre Letras y Pinturas (Carlos María Castiglione)- Platería, un culto universal – Tipología de los pies de apoyo- (Aurelio Gómez Hernández)

DÓNDE ESTÁN NUESTROS MUERTOS

Nati Sarrot - Aurelio Gómez Hernández

Capilla del Cementerio del Oeste o de la Loma. Dibujo de Aurelio Gómez, según datos de El Progreso de Entre Ríos, diciembre 1850 y fotografía del Almanaque de El Censor, 1905, Gchú,


Gualeguaychú, fundada por don Tomás de Rocamora en 1783, recibe la visita Pastoral del Obispo de Buenos Aires, Benito de Lué y Riega,  en 1805. 

A casi 22 años de levantado su único templo y bendito el cementerio, el tiempo ha pasado sobre sus precarios elementos provocando un desgaste que los hace presentar deslucidos, como en abandono. 

No olvidemos que la inestabilidad de la población la hace vivir más en sus antiguas casas del campo, donde puede atender siembras, plantaciones de  frutales, explotar madera  y cuidar ganados.



EL CEMENTERIO DE LA LOMA O DEL OESTE 

El Obispo Lué  recomienda, en indicaciones escritas, rehacer la Iglesia y el Cementerio que la rodea por el sur y el oeste (donde hoy se encuentra la Catedral y la Unión Francesa). Aconseja llevar el enterratorio a un lugar más apartado, porque allí no es conveniente y hasta peligroso por la emanación de olores, como por la filtración que puede producirse en las napas que nutren los pozos de balde. Ya a esta altura se ve apto el terreno de La loma al Oeste de la Villa, a casi 2.000 varas de la Plaza Mayor exactamente donde hoy se planta del Hospital Centenario. 

Las autoridades que se suceden reiteran la voluntad del traslado. Recién en 1848, el Párroco Presbítero Cosme Damián de Olascoaga obtiene facultad para bendecir el terreno de 100 por 70 varas que se destina para Cementerio de Gualeguaychú. Se lo llamará, con el uso, Cementerio de La Loma o del Oeste. El 16 de noviembre se realizó la ceremonia de bendición.  En el centro, como en el antiguo camposanto, se clavó una cruz alta de madera costeada por los vecinos y cuatro más pequeñas en las esquinas.

En el lapso de dos años se construyó la Capilla;  estará bajo la advocación de San Justo y San Pastor, cuyas imágenes de bulto, de madera policromada obsequió el general Urquiza. (1) En el Museo del Instituto Magnasco se pueden apreciar estas imágenes.

Obispo Benito Lué y Riega
El Párroco Presbítero Cosme Damián de Olascoaga obtiene facultad para bendecir el terreno de 100 por 70 varas que se destina para Cementerio de Gualeguaychú. Se lo llamará, con el uso, Cementerio de La Loma o del Oeste. 

INAUGURACIÓN DE LA CAPILLA 

La ceremonia de inauguración de la Capilla fue planeada para conmemorar el tercer aniversario de la Batalla del Potrero de Vences, librada el 27 de noviembre de 1847. Se llevó a cabo el 29 de noviembre de 1850.   

Esa mañana la Capilla amaneció cerrada, reservando la sorpresa de su esplendor;  un galpón se había adosado a ella  con el fin de aumentar la capacidad para  recibir a los fieles y a la comitiva. El lugar estaba alejado del centro de la Villa. La calle de acceso, en partes un sendero marcado por las ruedas de carros y coches tirados por caballos o bueyes, cuando llovía se formaban  zanjones y se tornaba intransitable. 

Con una salva de cañonazos y repique de campanas se saludó la salida del sol. Las autoridades civiles, militares y el clero se reunieron en la Comandancia. Desde allí salió la comitiva al compás de la música de la Banda Militar. Dos cuerpos de Lanceros de Gualeguay, al mando del Comandante Militar José Luis González, bordeaban los laterales. Al llegar a La Loma se veía a la población de la villa y de la campaña asistiendo tras la previa y difusa convocatoria.

Todos participaron de la Santa Misa; entonces no se contaba con la oportunidad de frecuentes reuniones comunitarias. Las familias compartían la ceremonia, allí estaban: el servidor y el patrón, el jefe y el soldado, la autoridad y el subordinado... celebrando la apertura de la Capilla, pequeño monumento cuadrilongo con un casquete  media naranja como cúpula.

El 5 de enero de 1850 se trasladó el antiguo templo parroquial al edificio destinado para Escuela Pública ubicado en San José y Urquiza, ángulo noroeste (casa parroquial y ex cine Palma). En el terreno, libre de iglesia y cementerio, se construiría el nuevo templo. A diez meses de esa movilización se vivió la emocionante ceremonia de inaugurar la Capilla del Cementerio. 

La crónica de EL PROGRESO DE ENTRE RÍOS, informa que  “(…) la Capillita era todo una joya”. Pequeña, nuevecita, encalada por dentro y por fuera, se había sometido al ornato que dirigió Don Cayetano Vals, reconocido empresario de la construcción. (2) 

Como un signo de avanzada se cargó con grandes bandas de telas fileteadas en galón dorado y plateado que caían desde el techo, con aplicaciones de estrellas. También la cúpula en su superficie se adornó igualmente y en la junta de ella con el techo, formando una circunferencia, cintas que bajaban simulando una gran araña de luces. 

El altar de mármol blanco, alzado sobre tarima de escalones que tapaba un alfombrado con ribetes dorados. Cuatro candelabros de plata y una araña de muchas velas encendidas, brillaban. A cada lado San Justo y San Pastor  (de los que J. J. de Urquiza era devoto).

El pueblo de Gualeguaychú marcaba con ceremonias de este tipo, un paso significativo propio de este tiempo: crecimiento de la población,  acceso a nuevas formas de vida que va encastrando en su modalidad;  radicación de extranjeros que pesan en la evolución, renovando sus costumbres y sus gustos austeros. La Capilla es una joya, como dice la crónica, y el pueblo se complace con ello.

El terreno de "La loma" al Oeste de la Villa, a casi 2.000 varas de la Plaza Mayor exactamente donde hoy se planta del Hospital Centenario. 

TRASLADO DE LOS MUERTOS 

El 5 de julio de 1853 se procedió al traslado oficial de los muertos enterrados en la necrópolis ubicada  frente a la Plaza Independencia (San Martín). Ceremonia que marca características importantes para definir la forma de ser y de pensar de los gualeguaychuenses de mediados del siglo XIX. 

Los vecinos se encargaron de la preparación de coches tirados por caballos; así  llevaron a sus muertos en larga columna hacia el nuevo Cementerio. 

Encabezaban la marcha dos grupos de niños, transportando las urnas con los restos del Padre Aguirre y  de Fray Marcelino Pelliza. Seguía una imponente procesión portando velas encendidas. 

Las actuales calles 25 de Mayo y Urquiza mostraban edificación más compacta; al pasar la Calle Ancha (Rocamora) se habían parcelado las suertes de chacras, con un manifiesto interés de compra de parte de los vecinos: Taurel, José Torres, Bartolomé Chichizola, Crecionini, Pedro Boutier, Garcete, Nobelasco, Crespo, Negrete, entre otros, tanto que al labrar sus escrituras llamaban a la zona Nueva Ciudad.

La solemne marcha se detuvo en la rotonda frente al Cementerio; luego depositó su querida carga frente a las fosas abiertas. Con el tiempo, algunas familias levantaron sencillos monumentos, otras  construyeron panteones. 

Apenas transcurridas dos décadas, el avance edilicio fue encerrando el  Camposanto de La Loma.  La observación  de peligrosidad, de contaminación de napas y de la impureza del aire que se respiraba en las cercanías, motivó la necesidad de construir  uno nuevo, más amplio y más alejado del núcleo urbano. Un terreno hacia el noroeste, de 40.000 metros cuadrados y  a  más de 35 cuadras de la Plaza Independencia, fue el elegido. 

Esto también llevó tiempo. El traslado de los cadáveres desde el CEMENTERIO DE LA LOMA fue lento y necesitó muchas ordenanzas municipales, muchas prórrogas de plazos hasta que se diera por concluido el trámite. Desde 1877 nuestros muertos fueron a descansar en el CEMENTERIO DEL NORTE.

Los restos del viejo Cementerio hacia 1903. Aporte: Humberto Brumatti
Imágenes de los Santos Justo y Pastor. Obran en el Instituto Magnasco. De algo más de un metro de altura con su base de madera.

LAS IMÁGENES DE SAN JUSTO Y SAN PASTOR 

En la época colonial hubo maestros, especialmente en las Misiones jesuítico-guaraníes, que enseñaron el arte de tallar.  Al parecer, criollos y nativos desarrollaron sus aptitudes y surgieron excelentes talladores santeros. En la mayoría, sus obras fueron anónimas pero dejaron impreso un sello particular que se acentuó con el correr del tiempo, enriquecido por la tradición y los cultos populares. Se advierte su permanencia en los imagineros actuales en Salta, Jujuy, La Rioja, Córdoba, Corrientes…

Las imágenes coloniales fueron de tres tipos: 

CITAS: (1) BLASÓN, Pedro (1933)  La Iglesia de Gualeguaychú a través de más de siglo y medio de su historia.  EL CENSOR, Gualeguaychú,  martes 17 de octubre de 1933. 2) CAYETANO VALS  lo hallamos radicado en Gualeguaychú desde la década de 1840 en adelante. En la documentación vemos escrito Vals, Valls, Wals, Bals, indistintamente. Además de su empresa de pintura, aparece interviniendo en la actividad social del pueblo. CONSULTADOSBORQUES, Juan Carlos (1919) Ensayos sobre el periodismo de Gualeguaychú, 1849- 1870.  Impr. Gualeguaychú.EL PROGRESO DE ENTRE RIOS, Gualeguaychú, 5 de julio de1849/  4 de febrero de 1850 / 2 de diciembre de 1850 /7 de diciembre de  1850/ Hemeroteca Museo Mitre. Buenos Aires. (Periódico bisemanal dirigido por Isidoro de María desde marzo de 1849 a julio de 1851)SAMEGHINI, Andrea. El antiguo Cementerio y Capilla de los Santos Justo y Pastor. Archivo particular.VASQUEZ, Aníbal S (1970) Periódicos y Periodistas de Entre Ríos. Paraná.

CVADERNOS


le pregunta y

el Profesor

ALMEIDA

responde

La cerámica indígena. Quiénes la hacían en nuestra zona? ¿Dónde y cómo?

 

El testimonio de la arqueología es irrefutable porque aporta como testimonio al monumento mismo. La arqueología, frente al monumento, descubre al artista y lo propone. 

Muchos no pueden asociar al no ilustrado con el arte y no lo conciben en una actitud de crear belleza o sensible al gozo estético. 

En este momento de revisión histórica, queremos recrear al aborigen como fue: indio y artista. Queremos mostrar lo que nuestros antepasados prehistóricos fueron capaces de elaborar con un poco de arcilla y una espina o un punzón de hueso. 

Además, la eficacia del artista se manifiesta a través de un ponderable virtuosismo manual que lo ha llevado a crear belleza, el componente estético que lo identifica con el arte. 

Constituye nuestro fósil-guía, el conjunto de elementos culturales aportados por los “ribereños plásticos” del área paranaense, con evidente influencia de las culturas amazónicas y andinas. 

De los yacimientos de la zona de Rincón de Landa y desembocadura del río Gualeguaychú, hemos exhumado abundante material arqueológico de notables características. 

El decorado es el elemento que le otorga jerarquía artística. Los yacimientos que nos proporcionan estos materiales corresponden al pueblo Chaná y son abundantes. 

Sobre la desembocadura del río y la ensenada del arroyo Bellaco, se ubicaron otros grupos humanos de la familia Guaraní. Fueron portadores de una cultura superior con estilo cerámico más evolucionado. En ambos pueblos, Chaná y Guaraní, hemos podido apreciar el verdadero valor de la cerámica indígena, no solamente por su singular factura, sino también por su particular sencillez, una clara expresión estética sin caer en un estilo rebuscado o infantil. 

Desde principio del siglo XX hasta la década del 40, fueron varios los arqueólogos que realizaron trabajos de investigación en nuestra zona. Pero como ocurre siempre, llegaron con un plan de trabajo de pocos días y un subsidio tan mezquino que su reconocimiento fue muy superficial y el correspondiente estudio e informe no se ajustó a la realidad de nuestros yacimientos arqueológicos, pues no los conocieron. 

Destacamos en especial algunas expresiones de arte que caracterizan la cerámica de la zona de Landa y que constituyen su valor diagnóstico. 

Adornos modelados colocados sobre el borde del vaso, cumpliendo la función de asas, algunas horizontales y marginales y otras verticales elevadas sobre el borde. 

Muchas son zoomorfas representando al loro, al búho, la serpiente o algún mamífero. Algunas se presentan estilizadas pero de un extraordinario realismo. 

Además en representaciones plásticas de superficie, con motivos variados o en forma de medallones y siempre decorados con motivos incisos, punteado o en surcos en presión rítmica. Se agregan las "campanas" y los "tubos" en cerámica gruesa, similares a las paranaenses. En ambos casos se ignora el destino o modos de uso. 

En especial, señalamos el decorado inciso en base al surco o al punteado, ambos rítmicos, en registros geométricos, grecas, "losange” o rombos de complicado desarrollo; de verdadero valor diagnóstico. En ninguna publicación arqueológica de nuestro país se observa este decorado por lo cual lo hemos calificado de "tipo Landa". 

En oportunidad de visitar nuestro Museo, uno de los integrantes del Jurado que actuara en la calificación de las comparsas que concursan en nuestros carnavales, se mostró sorprendido ante la cúpula que exhibe esta cerámica, informándome que no la ha visto en ningún museo del país. 

Esperamos que esa cerámica que hemos calificado de "tipo Landa", se incorpore a los anales de la arqueología de nuestro país.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotCarpetas de Andrea SAMEGHINIJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI – Junio 2021- DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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