Cuaderno Nº 122

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 19 de Octubre de 1997CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 122
ESQUICIOS HISTÓRICOS DE NUESTRO PUEBLO (II)- La gesta revolucionaria en la zona- Entre Ríos, centro de operaciones- Bartolomé Zapata, la reconquista de las villas- El Armisticio  de octubre de 1811- Samaniego, la gesta del Bellaco- Samaniego, la proeza del Paranacito- Teniente Valentín José Sopeña - La Dragona de Gualeguaychú, Juana Montenegro- La Isla de la Libertad y el Rancho de Urquiza- La Inmigración en Gualeguaychú hasta mediados del siglo XIX- El Obispado de Gualeguaychú  
CUADERNOS PREGUNTA… EL PROFESOR ALMEIDA RESPONDE- José Hernández (I Parte)
LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV (Edición Impresa)- Entre Letras y Pinturas (Carlos María Castiglione)- Vivencias de antiguos detalles - La Isla de la Libertad y el Rancho de Urquiza - (Aurelio Gómez Hernández)

ESQUICIOS HISTÓRICOS DE NUESTRO PUEBLO

Parte II

Cómo nos adherimos a la conmemoración de los 214 años de la fundación de Gualeguaychú?

¿Cómo celebramos los cinco años de CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ?

Estas dos preguntas saltaron un jueves,  en la reunión semanal de la Redacción. 

El Jefe propuso que las dos ediciones de Octubre fueran UTILITARIAS, es decir, acercar un menú  de esquicios fundamentales del basamento histórico de este pueblo que amamos. 

LA GESTA REVOLUCIONARIA EN NUESTRA ZONA

El trabajo cotidiano es, a principios del 1800, lo predominante en la vida de las Villas del actual Entre Ríos. 

Su territorio, que la topografía aísla de la concentración de actividad y poder de Buenos Aires y de Montevideo, vive aún una imprecisa definición sobre pertenencia y extensión de las tierras particulares, provocando largos y penosos litigios.

Los grandes centros no otorgan atención a estos problemas. Tampoco parecen darle importancia estratégica.

Sin embargo, los hechos posteriores a Mayo 1810, la concentración de los realistas en Montevideo, dieron valor al dominio de la navegación de los ríos Paraná y Uruguay, el acceso a sus costas para proveerse de víveres, caballada, etc.

También se concretó el interés por el Entre Ríos, como vía de comunicación entre Buenos Aires, Montevideo, Santa Fe.

En una palabra, se percibe al territorio como foco de un sistema que es fundamental mantener accesible tanto para uno como para otro de los sectores en pugna.

Los pobladores, en general, están lejos de los centros y los hombres de concepto libertario y filosófico que explotó en la Revolución Francesa, que engendró el Precursor Miranda y fermentó en las sociedades secretas. Las  consecuencias de las Invasiones Inglesas, el levantamiento de Alzaga, la integración de los criollos a los cuerpos militares, fueron acontecimientos que se filtraron en nuestra sociedad por cuya tierra cruzaron, subrepticiamente, los correos realistas y los patriotas.

Los habitantes de las Villas percibieron en el cambio de régimen, la posibilidad de ver atendidos sus reclamos y reconocidos sus derechos. Valoraron el acceso a la intervención y representación criollas en la toma de decisiones. "Por eso la participación por el logro de la autonomía gubernativa asumió caracteres de una pasión popular". (PEREZ COLMAN C (1936) Historia de Entre Ríos, Paraná.)

A la Circular de la Junta Provisional Gubernativa de fecha 27 de Mayo de 1810,  los Cabildos respondieron en adhesión: Arroyo de la China el 8 de Junio, Gualeguaychú el 22 de Junio, Gualeguay poco después.

Rotas las relaciones con Buenos Aires, los realistas de Montevideo, encabezados por el General Gaspar de Vigodet, otorgaron  al Capitán Juan Ángel de Michelena la operatividad en el litoral del río Uruguay.  

Entre Ríos quedó como una cuña, introduciendo el vértice entre los  contendientes. Lo más a mano para acceder a surtirse de lo necesario si se tiene el dominio de los ríos que la rodean. 

Además, viven en Gualeguaychú  fuertes elementos adictos a los realistas; se destaca José Valentín Sopeña -hacendado ubicado en el Rincón del Gualeyán y el Gualeyancito- quien marchó a Concepción del Uruguay  para ponerse a las órdenes del Capitán Michelena. Y "los gallegos" (como les llaman) Eyo (Doello)  Borrajo, Juan Lapalma, Petisco… 

Entre Ríos, centro de operaciones

La expedición patriota, al mando de Manuel  Belgrano, con destino al Paraguay, llegó a la Bajada del Paraná el 9 de octubre de 1810. Cruzó en diagonal hacia el N.E. entrerriano engrosando su escasa tropa con hombres de nuestra tierra, con numerosa caballada, ropa, víveres...

En el lapso que corre entre el 6 y el 22 de Noviembre de 1810, Michelena tomó, con facilidad, las villas de  Concepción del Uruguay, Gualeguaychú y Gualeguay.  Su fuerza residía  en la Escuadra naval realista que entonces dominaba la navegabilidad de los ríos Uruguay y Paraná.  

El Comandante General de los Partidos del Entre Ríos, Dr. José Miguel Díaz Vélez,  gestionó  refuerzos en la Bajada del Paraná ante Manuel   Belgrano;  luego en Santa Fe, con el Teniente Gobernador, reclamaron el auxilio de Buenos Aires.

El poblador de la cuña entrerriana se sintió invadido, despojado y desprotegido. Los refuerzos patriotas no llegaban; los mejores recursos se marchaban con el ejército de  Belgrano. 

Aquí surgió el caudillo; en cada localidad, requerido por su propia gente.  Bartolomé Zapata, Gregorio Samaniego, José Gregorio Cardoso, José Francisco Taborda, Pascual Bergara, etc.

Zona de la gesta 1813: Ubicación geográfica del Arroyo Bellaco en el río Uruguay, en la desembocadura del río Gualeguaychú.

Bartolomé Zapata, la reconquista de las Villas

Bartolomé Zapata, reconocido hacendado del Partido de Gualeguay,  emprendió en el verano de 1811, la reconquista de las tres Villas fundadas por Rocamora. Su fuerza contaba con 52 paisanos.  

El 21 de febrero de 1811 se apoderó de Gualeguay; el 22 de febrero  asaltó y tomó en rápida acción Gualeguaychú. Aquí apresó en su puerto, dos barcos procedentes de Montevideo. (CALVENTO, Mariano (1939) Estudios de la Historia de Entre Ríos T I p 41-42  Paraná) 

Siguió a Concepción del Uruguay (Arroyo de la China) obligando a las fuerzas realistas a evacuar hacia Paysandú. 

En esta gesta actuó junto a Zapata, el caudillo de Gualeguaychú don GREGORIO SAMANIEGO.

La acción marcó para la Entre Ríos el orgullo de ser pionera, punta de lanza, tanto en la adhesión al gobierno patriota,  como en la defensa de la causa de Mayo desde las bases del pueblo mismo.

Dio lugar a confusión y a discusión entre historiadores de una y otra banda del río Uruguay,  la nota de "La Gaceta" del 21 de marzo de 1811. Publicado el Parte de Bartolomé Zapata, describió: 

"el esforzado paisano por cuyo valor y laudable patriotismo tenemos ya unidas y subordinadas a esta Capital, las Villas de Gualeguay, Gualeguaychú y Arroyo de la China (…) del Capitán que manda una compañía de guerrillos en la banda oriental por disposición de Don Martín Rodríguez (..)".

En este caso, para los redactores de La Gaceta de Buenos Aires, la banda oriental refería al territorio situado al este del río Paraná. Este dato desvió en varios temas, la situación histórico-geográfica de los hechos producidos en la zona.

El Armisticio de octubre de 1811

El Consejo de Regencia designó a Francisco Javier de Elío Virrey del Río de la Plata. Al llegar a Montevideo declaró al gobierno patriota de Buenos Aires en rebeldía, porque no reconoció su autoridad. 

Entonces, aceptó el auxilio de  Portugal, quien desde los dominios del Brasil siempre se interesó en extender su control a la Banda Oriental y el Entre Ríos. 

El Triunvirato de Buenos Aires firmó con de Elío el Armisticio de octubre de 1811. 

Por él, se obligó a retirar las fuerzas de José G Artigas, quien, con el triunfo obtenido en Las Piedras el 18 de Mayo de 1811,  "había puesto en manos patriotas a la campaña uruguaya" (Cf GIANELLO, L. (1951) Historia de Entre Ríos 1520-1910 p 189, Paraná) 

Rondeau levantaría el Sitio a Montevideo. Por su parte,  los realistas abrirían  la navegabilidad de los ríos; los portugueses retrocederían de sus avances en la Banda Oriental y margen derecha del río Uruguay; las tres Villas fundadas por Rocamora quedaron bajo control realista.

Así, entrerrianos y orientales se vieron defraudados, abandonados a su suerte y sin atención por su decisión y sus acciones. 

José G Artigas protagonizó el Éxodo al Ayuí en diciembre de 1811, retirada que la historia registra con el nombre de Éxodo Oriental o La Redota

El Jefe patriota marchó, acompañado por todo el pueblo oriental hacia el norte, cruzó el río Uruguay y acampó en Ayuí, cercanías de la actual Concordia. Artigas no perdió su cargo y el grado militar conferido por la Junta Provisional Gubernativa. 

Los ejércitos portugueses que habían ingresado en el Entre Ríos hasta Concepción del Uruguay detuvieron su avance al verse repelidos por el Capitán Francisco S Quevedo y sus pocos hombres. Así, 1812 transcurrió en un clima político militar confuso.  

El Armisticio no se cumplió.  No hubo nucleamiento definido de fuerzas.

Las Baterías que se emplazan en las costas del río Paraná sin éxito militar, lo exceden con la creación de la Bandera Argentina que levantan las manos del soldado Cosme Maciel en el Rosario. 

Los pueblos del Entre Ríos continúan indefensos bajo el acecho realista que, roto el Armisticio y sitiada nuevamente Montevideo, movieron su poderosa flota por los ríos y se internan en tierra para saquear y abastecerse. Solo los pechos de los soldados montaraces sirven de atajo al invasor. 

SAMANIEGO, la gesta del Bellaco

Se inicia el 1813; los milicianos y los civiles duermen con los ojos abiertos controlando cada tramo de su tierra y de sus riberas. La historia elige como escenario  a las costas de la cuña entrerriana metida entre dos fuegos y con el avance portugués amenazando por el norte.

El 12 de enero de 1813, el Comandante de Gualeguaychú José Gutiérrez, fue informado que  Landa y la Boca del Gualeguaychú estaban expuestas al asalto de tres naves realistas. 

Ordenó de inmediato al Capitán Gregorio Samaniego evitar el desembarco.

Mientras tanto, se esperó un refuerzo desde Gualeguay al mando de José Santos Lima con 25 hombres de caballería. No era mayor el grupo de Samaniego.

"La aspereza y escabrosidad del lugar formaban la esperanza del enemigo, más que sus propios esfuerzos; no obstante llegaron los nuestros, se reunieron y persuadidos de que perder la vida por la patria no era otra cosa que mejorarla, dieron la señal de alarma, la provocaron, la acometieron y triunfaron..." 

(Parte del Comandante de Gualeguaychú, José Gutiérrez al Comandante de Entre Ríos, Elías Galván AGNA)

Zona de la gesta de 1813

El día 13 y el  14 de Enero, se vió a los realistas aprovisionarse de carbón. Para ello, entraron en las aguas del Aº Bellaco, costa Uruguay sur. Martiniano Leguizamón describió,

"Las primeras luces de la madrugada plateaban las aguas dormidas del arroyo, en cuyo centro se destacaban tres barcos enfilados (...)  La lucha era desigual, carecían de cañones y fusiles, y el agua del río que los separaba hacía imposible el entrevero favorito (...)  se vio de improviso una escena inesperada y audaz, de imponencia magnífica. 

Dos oscuros soldados, dos tapes de la tierra, acordaron entre sí, abordar a uno de los buques echándose a nado con el sable apretado entre los dientes, y bajo el fuego de la fusilería, después de una sangrienta embestida, despejaron la cubierta de enemigos, haciéndose dueños del barco (…)  refiere la tradición documentada por las descoloridas páginas de la Gazeta y el parte autógrafo existente en el Archivo Nacional, que uno de aquellos bravos tapes de rostro barbudo y risueño, con el brazo enguantado de sangre, hacía flamear al sol de las cuchillas natales, la bandera roja y gualda del corsario rendido. Y como era creyente en Dios y los santos, ya no la soltó hasta ir a depositarla ante el altar de San Antonio, el patrón de su aldea (...)". (Cf LEGUIZAMÓN, Martiniano (1916) La cinta colorada, Buenos Aires)

Se tomaron 21 prisioneros, hubo algunos muertos y dos huyeron a nado, además de posesionarse de los tres barcos (CARRANZA, Angel Justiniano (1962) Campañas Navales de la Rca Argentina Vol. I y II p 199)

SAMANIEGO, la proeza del Paranacito

No hubo pausa para celebraciones. Los "bomberos" avisaron que la balandra realista Nuestra Señora del Carmen al mando de Manuel Romero, se aprestaba a saquear la zona del Aº Paranacito. 

Desde el Aº  Bellaco, Samaniego y sus hombres cruzaron los escabrosos campos ribereños; recorrieron a pie las últimas leguas antes de llegar a la desembocadura del Paranacito en el río Uruguay. 

El 8 de febrero de 1813, en un cuarto de hora de combate, tomaron el barco y su armamento. Han cruzado 30 leguas entre vegetación baja y agresiva para ganar este nuevo lauro en el que se distinguieron el sargento Tomás Tapia y Joaquín González" (…) siendo muy recomendable la conducta de José Barreiro (catalán) y Eugenio Melgarejo que cooperaron voluntariamente y con sus propias armas (…)". (Parte del Comandante José Gutiérrez, AGNA) 

TENIENTE VALENTIN JOSE SOPEÑA

Hacendado, de origen español, radicado en nuestra zona hacia 1790. Con campos en la horqueta del Aº Gualeyán y el Gualeyancito. 

En 1807, comandó la Compañía de Milicias de Gualeguaychú para la defensa de Montevideo, asediada por los ingleses.  

En 1810 es Teniente de Milicias de Gualeguaychú.

En el proceso revolucionario abierto en Mayo de 1810, se inclinó a favor de la causa realista. Por ello, fue enconado y ardiente persecutor de los patriotas. 

Ocupada Concepción del Uruguay, sede de la Comandancia General de los Partidos del Entre Ríos, por las fuerzas del capitán Juan Angel de Michelena, marchó hacia esa localidad y se unió a las fuerzas invasoras. 

Revertida la situación de las Villas del Entre Ríos, por acción de Zapata y sus paisanos, en 1812 huyó a la Banda Oriental con 70 adictos a la causa contrarrevolucionaria.

Desde Montevideo cruzó a Buenos Aires. Siguió luchando en el bando realista y sirvió de correo entre los dos centros, pasando por Entre Ríos, que conoce perfectamente. 

Sorprendido en la conspiración de Álzaga, fue detenido, procesado y ahorcado  frente al Cabildo de Buenos  Aires, el 16 de julio de 1812, a las diez de la mañana. (Cf. Proceso de la Conspiración de Álzaga. AGNA)

(Ver Cuadernos Nº 33) 

JUANA MONTENEGRO, la Dragona de Gualeguaychú 

Artiguistas y Directoriales se enfrentaron el 24 de Septiembre de 1814 en Paso Belén, en el noreste entrerriano.  

Allí fue derrotado el caudillo de Mandisoví José María Chirico que respondía a José G. Artigas, por fuerzas del Coronel José María Lorenzo que respondía al Comandante Militar de Entre Ríos, José Blas Pico. 

En esa ocasión, la Dragona Juana Montenegro, de Gualeguaychú, se distinguió luchando junto a su esposo. Ambos formaban parte del Escuadrón de José Gregorio Samaniego. 

Al lado de su marido atacó, sable en mano peleando como un soldado y después de la acción presentó el fusil tomado al adversario. 

Por su heroísmo, el gobierno directorial Decretó el 25 de Octubre de 1814:

(…) que dicha Juana Montenegro pase a revista en el expresado Regimiento desde el día del ataque, y se le abone para toda la vida el haber de soldado, dándole especialmente las gracias por su heroico valor (…) 

(Ver Cuadernos nº 43)

LA ISLA DE LA LIBERTAD Y EL RANCHO DE URQUIZA

La isla que vemos en el Río Gualeguaychú, frente a nuestra ciudad; la que lleva el nombre de Libertad por la batalla que se librara el 18 de noviembre de 1870, entre las fuerzas de Ricardo López Jordán y las nacionales comandadas por el General Emilio Mitre, fue escenario de otros acontecimientos de relevante importancia histórica.

En Junio de 1851, se reunieron allí: el Canciller oriental Manuel Herrera y Obes, el General uruguayo Eugenio Garzón, el Comandante de la Armada brasileña, Almirante Greenfelld y el Gobernador de Entre. Ríos, General Justo José de Urquiza, para pactar el levantamiento contra el Brigadier General Juan Manuel de Rosas.

En Noviembre de 1851, por igual motivo, arribó a esta isla Domingo Faustino Sarmiento, requerido por el Gral. Urquiza.

Los encuentros se realizaron en un rancho que se levantaba en el extremo  norte de la Isla Libertad y que terminó por destruirse en la década de 1960. Vivencias que allí se concretaron, tendrían un testimonio material si la piqueta, en la mano del hombre, no hubiese hecho presa de él, venciéndolo poco a poco, inexorablemente.

La fotografía rescata la silueta intacta del Rancho de los encuentros de 1851. Una escalinata de madera accede a la Isla Libertad donde vemos blanquear las areniscas de Gualeguaychú de las que diría Juan José Nágera: "primeras rocas compactas que hemos visto en la niñez, en el cauce del Río Gualeguaychú, en calles adoquinadas, canteras, etc."

Tapado el rancho por la elegante construcción del "chalet de Rossi", fue, por años, la única edificación que emergía en la isla.

La Inmigración en Gualeguaychú

HASTA LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX

Pasados los actos de euforia de la fundación de la Villa (18-10-1783) muchos de los proyectos de los vecinos fracasan, en especial por la falta de tierras cercanas a la planta urbana donde, en  suertes de chacras, se puedan producir los alimentos para el consumo de cada familia.

Rocamora planificó el otorgamiento de tierras "de pan llevar" y el cultivo con distribución de semillas diversas, árboles, plantas frutales, etc. La presión que ejercía el cerco latifundista por el norte,  el oeste y el sur, asfixió los propósitos del fundador. Los pobladores, encerrados en los cuadros de los patios de sus casas, prefirieron retornar a sus estancias.

El éxodo empobreció el estímulo para formar la villa; construir cercos, casas, calles… y por esto, su aspecto no llamó al afincamiento de nuevos vecinos.

En la década de 1820, serenadas las acciones posteriores a la Revolución de 1810, la provincia observó un tiempo de seguridad y orden promoviendo el ingreso lento de interesados en adquirir campos que al oeste y al sur de la Villa se fueron parcelando. 

La lista de nombres del Censo de 1787 que incluía una mayoría de españoles, Díaz, de León, Gómez, Añasco, Nievas, Acosta… portugueses como Do Eyo y Borrajo, se vió salpicada por los nombres de escoceses, ingleses e irlandeses, que el poblador confundió en la generalización de "ingleses". Muchos de éstos  derivados de la abultada inmigración que llegó a Buenos Aires desde 1825, Brittain, Watson, Mac Lean.  Se destacaron en la explotación y el comercio de productos rurales. 

Para 1821 Gualeguaychú tenía 755 habitantes, luego de Paraná y Concepción del  Uruguay con 4.284 y 1.223, respectivamente. Las demás Villas seguían en número decreciente.

En la década siguiente, comienza la llegada de  italianos, franceses,  vascos franceses, vascos españoles. 

Este tipo de inmigración fue positiva en cuanto se mezcló con la población criolla, permaneció, se anexó a los trabajos que aquí se realizaban enriqueciendo su técnica.  

El tipo de inmigración de la primera mitad de siglo XIX tuvo una característica dominante. El estudio de la documentación de un lapso de 30, 40 ó 50 años nos da la resultante de que luego de vivir un tiempo en  Gualeguaychú, el inmigrante que  llegó solo, fue llamando a sus hermanos, esposa, hijos o a los amigos que quedaron en Europa; de a poco y a medida que puede asegurarles una forma de vivir.

El bellísimo poema de Eduardo Gudiño Kieffer "Nuestra tierra",  cuando dice:


"Es de todos/

los que quieren asumirla como un riesgo/

y por eso se quedan./


Es de todos/ 

los que la aceptan en toda su miseria, en toda su grandeza/ 

y por eso se quedan./


Es de todos/ 

los que saben que para que tenga sentido la muerte/ 

tiene que tener sentido la vida/

y por eso se quedan." 


Esto nos remite a pensar: la base de nuestra integración como Villa de Gualeguaychú muestra un conglomerado de habitantes hispano-criollos. 

Figuran en el Censo de 1787, levantado por el Alcalde Nadal, un total de 250 personas (no se cuentan los esclavos y los peones) en los que su apellido marca fuerte su ascendencia. Sólo un hijo de irlandés que casó con una natural del la Villa. 

Llegaron juntos o solos y se quedaron. Tuvo sentido la vida y su muerte. Ellos somos nosotros.

(Ver Cuadernos Nº 5)

Obispado de Gualeguaychú

Por Bula del Papa Pío XII (Quandoquiden Adoranda) se erige en Diócesis de Gualeguaychú, desmembrándola de la Arquidiócesis de Paraná, el territorio de 31.690 Km.2 que comprende los Departamentos de Gualeguaychú, Gualeguay, Victoria, Uruguay y Rosario del Tala. (11-2 1957).

Por Bula del 13-3-1957 se designó Obispo de la nueva Diócesis a Monseñor Jorge Ramón Chalup, Vicario General de Corrientes, consagrado en dicha ciudad el 9-6-1957.

El Arzobispo de Paraná instaló la nueva Diócesis y puso en posesión a su primer Obispo el día 29 de Junio de 1957, hecho que dio lugar a trascendentes actos populares que concentraron la feligresía del Departamento y a la que se fueron sumando las de Uruguay, Gualeguay, Victoria y Rosario del Tala, en común celebración.

El 29 de Junio de 1967 sucedió en el Gobierno de la Diócesis, el Obispo Monseñor Pedro Boxler. A la sazón continúa en la Diócesis el nuevo Depto. de Islas del Ibicuy.

El 19 de marzo de 1997 asumió el gobierno, el actual Obispo Monseñor Luis Guillermo Eichhorn.

SUCESOS GUALEGUAYCHUENSES


- El 1 de marzo de 1849 apareció El Progreso de Entre Ríos, primer periódico de Gualeguaychú.

- El Cabildo designa Maestro de Primeras Letras a Antonio Parrado (8-9 1787).

- Se forma entre vecinos una Mutual para atender la salud de la población. El Cabildo designa al Dr. médico Juan Lapalma o Lamego y farmacéutico a Miguel Gómez Bayo. (19-10-1802).

- La calle del Puerto, hoy Alem, se adoquinó, entre Del Valle y Concordia. Fue la primera cuadra pavimentada, por lo que se hicieron grandes festejos, el 24 de febrero de 1867.

- El Registro Civil abrió sus libros: de Nacimientos, el 1 de setiembre de 1887 y el día 2 se anotaron el primer matrimonio y una Defunción en los libros respectivos.

- En 1787 D. Joseph Nadal levanta el primer Censo de población de Gualeguaychú.

CVADERNOS


le pregunta y

el Profesor

ALMEIDA

responde

JOSE HERNÁNDEZ

PARTE I

Con motivo de rendir homenaje, en el aniversario de su nacimiento (10 de noviembre 1834), y particularmente por destacar todo aquello que se vincula con nuestro pasado, es oportuno señalar uno de los aspectos que menos se repite en los ensayos biográficos del gran José Hernández.

Ya sabemos que su vida no fue apacible ni fácil; que desde sus primeros años tuvo que sortear duros obstáculos y que desde su temprana madurez se sintió atraído por la política de ideas con toda su secuela de enconadas luchas.

Le tocó actuar en acciones guerreras y revolucionarias, destacándose por su temple y coraje.

Sabemos que, en función sobresaliente de su propia capacidad, la política lo llevó al Parlamento y al ejercicio de tareas ejecutivas.

José Hernández fue político, gobernante, fue periodista, taquígrafo, comerciante, ganadero. Fue un hombre completo para su época; fue también maestro y éste es el aspecto menos mencionado en sus biografías y que es menester destacar.

Pasó largas horas de su fecunda vida junto a los niños, tratando de modelar hombres útiles para la Patria. Ocurrió en la provincia de Corrientes, en 1867, en plena guerra con el Paraguay.

Alternaba el delicado arte del gobierno y el apasionante batallar de la política con las muy nobles tareas de la docencia. Nuestro poeta ocupaba en Corrientes el Ministerio de Hacienda y Gobierno y dictaba clases en el Colegio San Agustín de los Padres Franciscanos. Este funcionaba en un local modesto que, según las crónicas, se caracterizaba por la pobreza de líneas de la época, con muros de barro y techo de paja. Al abrigo de esas paredes, como todas las que cobijaron nuestras primeras inquietudes de Patria y horizontes límpidos, creció en ansias y se multiplicó en obras, nuestro abuelo más gaucho, como maestro de una escuela católica.

Después, una revolución le obligó a interrumpir su abnegada misión de educador y a abandonar Corrientes.

Comenzaba a ensombrecerse el horizonte en nuestra Patria y se iniciaba una época de oscuras persecuciones contra hombres y doctrinas que habían ido consolidando la verdadera fisonomía de la floreciente Nación Argentina, de profundo contenido cristiano.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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